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"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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Las 10 «dietas» de mayor crecimiento en Internet en España en 2013

Stuart Miles vía Freedigitalphotos.net

Stuart Miles vía Freedigitalphotos.net

Comentaba el otro día el habitual Top-five de los peores planteamientos dietéticos para perder peso que la Asociación Británica de Dietética publica periódicamente a finales de año. Al final, en algunos comentarios tanto en Twitter como en este medio se preguntaba a resultas del post si se podría hacer un Top-five similar pero en España. Yo la verdad no me veo capaz… de dejarlo solo en cinco y menos teniendo en cuenta que habría de explicar primero qué criterios he utilizado para ello, para lo cual creo que además me faltarían herramientas, es decir datos objetivos.

En cualquier caso Javier Salas, un periodista con un perfil más que interesante en Twitter (@javisalas) y cofundador de la recomendable web Materia, me hizo llegar este listado referente a las 10 busquedas con mayor crecimento en internet conteniendo la palabra dieta. Es preciso aclarar que no son, o no tienen porqué ser las búsquedas más populares, son las que más han crecido en este último año.

El listado incluye desde búsquedas referidas a dietas milagro a otras búsquedas en las que la palabra dieta no está circunscrita (al menos de forma intrínseca) al tema de las dietas milagro. Veamos cuáles han sido las búsquedas en internet que más han crecido este 2013 conteniendo la palabra dieta, de más a menos:

Primer puesto

Dieta macrobiótica: Un planteamiento dietético que mezcla ciencia (poca) con abundantes sinsentidos (muchos) y basa el modelo de alimentación ideal en el principio de equilibrio ying-yang. Ya adelanto que no soy ningún experto en el conocimiento de este tipo de planteamientos, así que si quieres saber un poco más te sugiero que mires esta entrada de la Wikipedia o que preguntes a Isabel Preysler.

Segundo

Dieta mediterránea: Evidentemente esta es una de esas búsquedas que no está vinculada al seguimiento de una dieta milagro. Tampoco sé muy bien qué tipo de dieta sería esta, ya que a pesar de lo que yo entiendo por dieta mediterránea no todo el mundo lo tiene igual de claro. De hecho lo que yo pienso de la misma tampoco lo tengo muy seguro. Si quieres conocer un poco más de la dieta mediterránea te sugiero que te leas este monográfico por capítulos que publiqué el pasado verano.

Tercero

Dieta del ayuno: Es difícil explicar, por no decir imposible, que es la “dieta del ayuno” ya que hay diversas variantes… ayuno dentro de unas determinadas horas de un día, ayuno a días alternos o seguidos en una misma semana, etcétera. Pero como ves, así, sobre el papel, no suena muy atractivo. Hice un post en su día sobre la dieta de las 8 horas que podría aplicársele.

Cuarto

Dieta de la alcachofa: Aaaaay, esta sí que sí. Esta sí que sí da guerra y mira que es más vieja que mear contra la pared, parece mentira que décadas después de su inicial planteamiento a base de capsulitas y ampollitas, siga dando el mal que da (que no te engañe el título, porque de alcachofas nada de nada). Es más, lo que me llama la atención es precisamente que haya crecido tanto como para estar en este Top-ten. Quizá me quedé corto en su día cuando abordé sus planteamientos en el blog y la tildé de la madre de las dietas milagro (en España, me refiero). En fin, ver para creer.

Quinto

Dieta Del Delfín: En sentido contrario, esta sí que no me extraña que haya crecido tanto como para estar en este listado. Ahora bien, sus planteamientos son de risa (como la de estos salados cetáceos). Sobre sus planteamientos tienes un resumen en esta entrada, aunque te recomiendo que empieces por esta introducción.

Sexto

Dieta Bonn Appétit: Aquí me han pillado (ahora es cuando me ves corriendo a Google a investigar que tipo de dieta es esta). ¡Aaaay sí! ahora que lo veo me acuerdo, el planteamiento adelgazante de Jean-Michel Cohen, el acérrimo y galo enemigo de Dukan. Lo cierto es que no he leído demasiado de este planteamiento, pero de lo que sí me acuerdo es que ponía el acento en dos elementos. El primero en ser un plateamiento dietético más o menos equilibrado (me refiero a la proporción de macronutrientes: grasas, hidratos de carbono y proteínas) y, el segundo, en el disfrute en la mesa de las recetas propuestas. Sin embargo, la primera entradilla que me ha ofrecido el buscados de Google empieza mal o al menos con algo que no me gusta nada: “La dieta Bon Appétit para adelgazar rápido y barato con Jean-Michel Cohen”. Ya ves, promesas de rapidez, seguridad y precio… elementos los dos primeros prohibidos en la publicidad de este tipo de servicios con pretendida finalidad sanitaria. En contraposición, lo mejor de este tema, a mi modo de ver, radica en el no plantear fases, ni periodos de duración de la dieta, sino establecer el modelo dietético como un cambio vitalicio saludable.

Séptimo

Dieta enzima prodigiosa: Que decir ya que no se haya dicho de este despropósito ¿dietético? En fin, te dejo con la entrada que hice al efecto (no dejes de leer las otras que hay de otros autores al final del post)

Octavo

Dieta Thinking: Había oído hablar vagamente del tema, pero no demasiado. Puede tratarse de un abordaje más o menos original y diferente de estas cuestiones del adelgazamiento, centrado al parecer más en especial en las cuestiones psicológicas que nos pueden hacer terminar comiendo mal. Une psicología, el famoso coaching (un poco demodé a estas alturas) ejercicio físico y nutrición. Buenos planteamientos en principio pero tengo que decir esto porque si no reviento: me mosquea que entre tanto equipo del “Método Thinkingno haya ni un solo dietista-nutricionista… un montón de psicólgos, personal trainers, licenciados en derecho y empresariales, un par de médicos, una licenciada en nutrición, pero ni un solo dietista-nutricionista. Lo considero un desacierto y un punto para mejorar. Aparte de estas cuestiones “menores” me molesta mucho la utilización en su web de testimonios “reales o ficticios” para dar credibilidad al método (que además vuelve a ser ilegal), así como al parecer ofrecer una garantía de éxito.

Noveno

Dieta Gourmet: Tampoco la conozco demasiado. Sus planteamientos están recogidos en un libro que no he tenido la oportunidad de contrastar. No obstante sé de boca de su autora, la médico Ana Luzón, que se trata de ofrecer una serie de herramientas para adelgazar alejada de las dietas milagro al uso, poniendo el acento en el disfrute de lo que se come, mientras se hace forma “equilibrada”. Ahora bien, como digo, no puedo decir en base a qué se establece ese equilibrio, ni como se articula.

Décimo

Dieta Smart: Su presencia en este listado es otra de las sorpresas para mí. Conocí el libro “la dieta Smart” en 2012 y por lo que sé ha pasado sin pena ni gloria. Está escrito por la Dra. Reina García Closas y no coincido con sus planteamientos dietéticos. Básicamente altos en proteínas y con una estrategia de dietapor fases” (para mí un error), con listados de alimentos permitidos y prohibidos en cada una de esas fases, con más instrucciones que un sumbarino nuclear (es decir, nada claro y menos para un profano en la materia) y también poniendo el acento en su publicidad sobre su garantía de eficacia. Y me da igual que el libro esté prologado por Walter C. Willett, a mí ni me convence, ni me gusta.

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En resumen, ¿con qué me quedo? pues posiblemente con la mezcla de la parte buena de aquellos planteamientos que no sean, en mi opinión, abiertamente malos. Y aquí hoy ya he dejado buenas pistas.

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Porqué le dicen enzima si en verdad se trata de una tontería prodigiosa (y peligrosa)

Asombrado_Stuart MIlesLa verdad es que me he resistido hasta el último momento pero al final el tema de la “Enzima prodigiosa” y el tristemente famoso libro del médico japonés Hiromi Shinya me ha podido. Las razones principales por las que me resistía eran tres: 1ª que me parecía de una simpleza tan absurda que creía ridículo el tener que comentar nada; 2ª que no tenía el libro como tal y todo lo que había leído era de terceros y; 3ª que no me daba la gana de darle más pábulo al tema del que ya tenía (y mucho menos comprarme el libro)

Al final, pasando por encima de tercer razonamiento y habiéndome encontrado un ejemplar digital de la obra (investigando un poquito no es difícil de encontrar) me he decidido a hacer esta entrada. En gran  parte también por lo mucho que me están socarrando las orejas con el tema en cuestión, así que creo haciendo este post me ahorraré bastante saliva si termino por dirigir a mis interlocutores directamente al blog.

Lo que más me inquieta es que no son pocas las personas que teniendo una carrera universitaria (da igual en qué área de conocimiento, a fin de cuentas todas ellas habrán tenido que cursar para obtenerla la educación obligatoria) se lo han comprado, lo están leyendo y les parece “guay” (por decir algo). Empezando por Mercedes Milá. Parece mentira que con lo escrupulosa que es esta mujer para algunas cosas con sus programas de periodismo de investigación y el tema del intrusismo en el ámbito sanitario y demás, se le cruce el cable, y se ponga ahora a hablar maravillas sobre el tema. Eso o se ha caído del caballo porque si no, de verdad, que no lo entiendo.

Bueno, vamos allá, al meollo del asunto.

No hay meollo. Y aquí debería acabarse la entrada.

No hay tal enzima prodigiosa, el bueno de Hiromi (su autor) lo reconoce, solo se la imagina, sospecha de su existencia y le atribuye propiedades que a la luz de la medicina actual solo pueden ser consideradas de milagrosas. Cualquier niño en sus últimos cursos de primaria con los más elementales conocimientos de biología podría (debería) echar por tierra los argumentos de este libro. Lamentables en boca de un señor que ejerce la medicina. Por ejemplo:

Cuando pones cuidado en comer de forma adecuada y vivir un estilo de vida saludable que no desperdicie enzimas, la vida produce la energía que tu cuerpo necesita.

Bonita, preciosa e incluso holística frase entresacada del libro… ¿se las podrías explicar a un niño?

Empezando porque la famosa enzima no existe y que solo el autor es capaz de presumir su existencia, este ensayo es un despropósito detrás de otro. Por ejemplo, bien es sabido que no estoy muy a favor de la actual corriente hiperproteica-proteinada o como quieras llamarle y al parecer Hiromi Shinya tampoco, pero utiliza una serie de argumentos para demonizar el consumo de proteínas francamente lamentables y sin aportar, además, ni la más mínima prueba, estudio o artículo, diciendo cosas como:

Las toxinas de la carne alimentan las células cancerígenas

Lapidaria frase… digo, estoooo… una frase para lapidar. Y se queda tan ancho dando una explicación increíble (en su más estricto sentido) sobre el ADN, su oxidación y las infecciones en un claro ejemplo de cómo mezclar churras con merinas usando un lenguaje técnico. Supongo que utiliza esta estrategia por que suena “guay” y para que quien no sabe de biología no le entienda. Pero hay un grave problema en esta estrategia que es que quien si sabe, tampoco lo entiende (y no olvidemos que se trata de una obra de divulgación general)

Pero hay más, mucho más. Habla de procesos de pasteurización de la leche por encima de 100ºC (algo más que improbable en este proceso). Además, como no podía ser de otra forma en todos estos planteamientos más filosófico-ideológicos que científicos afines al rollo New Age y terapeutas alternativos, el tema de culpar a los lácteos de gran parte de todos nuestros males es un denominador común. Se dice tal que así en el libro en referencia a la leche habitualmente comercializada en nuestro entorno:

En cierto sentido, la leche es el peor tipo de alimento

De hecho, he oído que si un becerro es alimentado con leche que venden en tiendas, en lugar de con leche recién ordeñada, morirá en cuatro o cinco días.

Y lo afirma sin el menor rubor, y tampoco sin atisbo de prueba alguna. El libro está cuajado de expresiones de este tipo: He oído; según mi experiencia; he observado; escucha tu cuerpo…

Pero lo peor de todo a mi juicio, lo peor de lo peor es la estigmatización de los recursos sanitarios para curar las enfermedades, en especial el cáncer, cuando afirma que las medicinas enferman el cuerpo, la quimioterapia es cancerígena, etc.

Os prometo que de verdad soy incapaz de salir de mi asombro cuando analizo el éxito que este libro está teniendo. Más allá de ser una solemne tontería, lo peor es que es peligroso. En el momento que un determinado paciente pueda verse influido para dejar el tratamiento convencional con cientos de estudios a sus espaldas y pasarse a estas otras tonterías. Se trata por tanto de un libro potencialemente peligroso y dañino.

En cuanto al planteamiento dietético que hace, pues sucede lo de siempre, hay cosas que están bien y no son nada novedosas (incluye más vegetales, procura incluir más alimentos frescos y menos procesados, etc.) y cosas novedosas que no están nada bien. ¿Cuando caerán en la cuenta todos estos gurús de la nutrición y dietética que para dar buenos consejos no hace falta ni mentir ni recurrir a cuentos de hadas?

Meditación_Marin

Porque, ¿sabes que pasa? que cuando se hace de esta forma aumentan las probabilidades de tener una sociedad cada vez más estúpida, más creyente en unicornios rosas invisibles. Y sí, es cierto, siemrpe existirá gente que se reúna en noches de luna llena alrededor de una magnífica fogata para invocar a Gaia o a la enzima prodigiosa, madre cósmica de todas esas otras enzimas chiquitinas que habitan en cada ser vivo, eso es algo inevitable y si te digo la verdad me inquieta poco y hasta me parece algo folclórico. Pero lo que me parece todo un desacierto es que alguien utilizando su hábito de médico se ponga, ora a convencerte en virtud de sus conocimientos científicos abusando del criterio de autoridad, ora a invocar a una enzima que ni existe, ni es prodigiosa, ni nada de nada. Esa enzima es una solemne tontería y es peligrosa.

Antes de despedirme, te recomiendo que si quieres conocer otras opiniones en el mismo sentido sobre el libro de la enzima prodigiosa pinches en este enlace del blog de “comer o no comer” (@MitosComer) o en este otro de @centinel5051 (no debes perderte la entrevista que hay al final del post a Mercedes Milá… quizá así se entienda mejor porque esta mujer se pone a decir y a hacer este tipo de cosas)

Actualización 1: Solo la casualidad («serendipia» se dice en el universo más holístico de las conspiraciones) ha querido que el mismo día que se publicaba esta entrada se publicara otra con similar contenido en el blog de un buen amigo 2.0. Imprescindible el análisis que @jmmulet hace del bodrio prodigioso en esta su genial aportación.

Actualización 2: Aquí puedes encontrar es un reportaje aparecido el el periódico El Mundo en la sección «Ciencia» el día 7 de junio de 2013 de la mano de María Valerio en el que aparece un servidor mencionado. Una de las cosas que me gustaría resaltar con el fin de aportar una muestra más de la verosimilitud de la obra «La enzima prodigiosa» queda reflejado en esta parte del texto del artículo del periódico y que dice tal que así:

El japonés [en referencia a Hiromi Shinya, el autor], conocido por sus trabajos en el campo de la colonoscopia y la cirugía digestiva, figura en el prólogo como profesor de cirugía en el Colegio Albert Einstein de Nueva York (Estados Unidos. Sin embargo un portavoz de la institución ha negado a este periódico [El Mundo] que Shinya ejerza allí, pese a que la editorial sostiene que sí. Sobre la posibilidad de contactar con él, Aguilar [la editorial] admite que todo se hace a través de su agente. “Pero no responde. Hemos intentado varias veces contactar con él sin éxito” reconocen.

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Fotos: Stuart Miles, marin vía freedigitalphotos

¿Quién es el responsable de agitar el avispero de las dietas milagro?

Hornet question_ Kratka PhotographyMe lo tomo con buen humor aunque sinceramente no encuentro demasiados argumentos para hacerlo así.

A principios de mayo del año pasado publiqué una entrada titulada “El secreto de las dietas y productos milagro: Decir lo que queremos oír” en la que empezaba por destacar la rítmica aparición de uno de los hitos anuales en lo que a dietética se refiere, es decir el resurgir de remedios adelgazantes a mediados de la primavera. “La operación bikini” la llaman algunos, algo que sin duda se ha convertido en todo un clásico sólidamente establecido. Pero la de este año, aunque la esperaba más tarde o más temprano (siempre llega) me ha pillado a contrapié. Lo reconozco. A contrapié sí, y con la bufanda colgando, las botas de agua y el cuello del abrigo subido. El caso es que ya me están empezando a pitar los oídos con nuevas dietas cómodas, fáciles, eficaces, supersencillas y placenteras. Las he encontrado ya en suplementos dominicales y a través de las preguntas de conocidos que han oído hablar de ellas antes que yo.

Como hice señalar en su día, no sé si el Corte Inglés tiene algo que ver ya que también la semana pasada cayó en mis manos el primero de los catálogos con su primaveral propuesta para estar a la moda.

¿He dicho antes “nuevas” dietas? Perdón, lo cierto es que no, salvo una honrosa excepción, todas las “novedades” que llevo oídas son más viejas que el NO-DO y la mayor parte de ellas consisten en un refrito de postulados más o menos conocidos, algunos incluso se podrían catalogar a estas alturas de vintage. Dietas vintage, eso es.

El primero en abrir la caja de los truenos fue mi amigo y vecino de blog Alfred López (Ya está el listo que todo lo sabe) al preguntarme si conocía “la dieta de la enzima prodigiosa” a la que le reconozco tanta originalidad como desatino en sus planteamientos; esta es la que me sorprendió por su novedad (era la primera vez que la oía mencionar). El caso es que al parecer no sé si él o un conocido suyo la oyó mencionar en la última edición de Gran Hermano (indudable foro, como todos sabéis, de pensamientos profundos y ciencia en estado puro).

nemo_dori_vanee$$aa

Al poco tiempo el bueno de Alfred me volvió a preguntar si conocía la “dieta exenta de gluten”, pero no desde un punto de vista terapéutico como tratamiento dietético para un celiaco, sino para todo el mundo, para ganar en salud general, detener el envejecimiento y cómo no, también para adelgazar. Es decir para lograr todas esas promesas tan grandilocuentes como huecas cuando se le atribuyen a una dieta milagro (Nota: No se me malinterprete, la dieta exenta de gluten es un tratamiento válido –de hecho es el único- para el abordaje de la enfermedad celiaca). Claro que sí la conozco, le confesé, de hecho uno de sus últimos resurgimientos fue hace dos o tres años cuando Novak Djokovic fue el punto en el que diversos medios de comunicación hicieron palanca para su difusión. Parece que tengamos memoria de pez, ya sabes al estilo de Dori en “Buscando a Nemo” de Disney-Pixar.

Y ya la guinda esta semana la puso un artículo en el “Magazine” de El Mundo con el seductor titular de “Así se adelgaza ahora”. Al parecer, en este artículo se nos trata de vender como actuales, modernas y novedosas dos estrategias dietéticas que en realidad son a las que más se les puede aplicar el calificativo de dietas vintage. Se trata de “la dieta rápida” (en resumen ponerse hasta las trancas durante 5 días a la semana y semi ayunar los otros 2) y la “dieta alcalina”, ya sabéis esa gilimemez de catalogar y consumir alimentos en base a su pH para “depurar” el organismo. Algo tan “bonito” como inútil.

En fin, el caso es que hoy no tengo demasiadas ganas de ahondar en cada uno de estos planteamientos dietéticos, pero sí de hacerme eco de una inquietud que me trasladó el bueno de Alfred López: ¿Qué responsabilidad tienen los periodistas, los tertulianos o las personas que no son profesionales de la dietética a la hora de decir que una determinada dieta adelgazante está o se va poner de moda esta temporada? ¿Qué argumentos tienen para, sin una especial preparación, provocar que cualquier ciudadano termine siendo víctima de ellas? Y como víctima entiéndase, seguro en el plano económico y, posiblemente en el de la salud.

Sí, ya sé que los artículos, al menos el del “Magazine”, cuentan con todo el rigor periodístico al plasmar opiniones tanto a favor como en contra de cada uno de los métodos, pero cuando la necesidad, o mejor dicho, cuando la desesperación por adelgazar aprieta, las opiniones en contra corren el riesgo de ser obviadas con mucha probabilidad. Y para demostrarlo podría citar algunos de los comentarios vertidos en este blog en los que algunos lectores manifiestan que les da igual que un sistema adelgazante sea más o menos dañino, que lo que quieren es perder mucho (peso) en poco (tiempo). Y además, ¿es que acaso quienes proponen y defienden no son también médicos y/o afines? (modo sarcástico: ON)

Lo dicho, me gustaría saber de quién parte la idea de promocionar una u otra dieta un año y al año siguiente otra.

¿Hasta que punto se pueden (o deben) conciliar los intereses económicos de los medios y de los autores de las dietas más disparatadas? ¿No debería exigirse a algunos periodistas un poco más de responsabilidad social?

Me despido con una frase de José Luis Sampedro que ilustra bastante bien mi parecer en este terreno:

[…] la prensa empieza a bombardearnos con novedades científicas, no siempre con rigor. Muchas veces buscando impactar o, como suelo decir, con más intención de deslumbrar que de iluminar.” (La ciencia y la vida –Pág. 170-)

Si quieres puedes encontrar un resumen de las principales características de las dietas milagro en esta entrada: ¿Cómo sé si una dieta es “dieta-milagro”?

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Foto avispa: Kratka Photography

Foto Dori: vanee$$aa:) en desmotivaciones.es