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"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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Nuevas directrices dietéticas norteamericanas, mucho de nuevo… bueno y también cuestionable

Siguiendo con la rutina habitual, hoy martes volvemos de nuevo sobre la cuestión de las recomendaciones y guías dietéticas que las distintas administraciones hacen llegar a los ciudadanos. Y lo hocemos trayendo a colación la reciente publicación de unas directrices, las norteamericanas que no suelen dejar indiferente a nadie. Bien sea por su relevancia, por su habitual impacto sobre las directrices de otros países/administraciones… o por una mezcla de ambas circunstancias este es un documento para tener en cuenta. Tienes todo el informe al respecto en este enlace que te conducirá a un extenso documento de casi 600 páginas. No obstante si lo quieres ordenado por temas, en ítems más manejables, te sugiero seguir este otro enlace.

Dietary Guidelines 2015

Introducción

Antes de comenzar con el comentario de estas nuevas directrices conviene echar un vistazo al marco de este importante documento y conocer que las directrices dietéticas americanas se plantean con el fin de aportar un asesoramiento racional tanto en la elección de alimentos como en la práctica de la actividad física con el fin de promover una mejor salud, un peso saludable y, en resumen ayudar a prevenir las enfermedades crónicas en la población de estadounidenses mayores de 2 años. En principio, el gobierno norteamericano asegura que estas recomendaciones se realizan en base a un examen riguroso de la evidencia científica fruto de un proceso transparente. Por tanto, se establece a las Guías Alimentarias como la piedra angular de todas las actividades de la administración USA en materia de educación y programas de nutrición. Para conocer un poco más el marco en las que circunscribirlas te sugiero seguir este enlace.

Si te quieres ahorrar el resto del post, te hago una síntesis de los hitos más importantes y novedosos de las directrices recientemente publicadas: El consumo de frutas, verduras y hortalizas sale verdaderamente reforzado; el de azúcar y en especial el de alimentos que lo adicionan (no que lo incluyen de forma natural) sufre un duro revés; se deja de criminalizar a todas las grasas en general y se hacen claras distinciones entre unas y otras, al tiempo que se indulta el consumo de huevos y; los productos cárnicos, en general todos, ceden terreno. Veamos el tema de forma un poco más pormenorizada.

Pulgares arriba

Ganan terreno

  • Las frutas, verduras y hortalizas: De hecho este grupo de alimentos ha sido el único que ha sido reconocido como beneficioso en todas las categorías de salud. Hay alimentos más o menos recomendables para la diabetes, al igual que para la hipertensión, el cáncer, etcétera. Pues bien, los alimentos vegetales frescos son una especie de denominador común beneficioso para todas estas enfermedades sin que reciban la más mínima nota negativa… Vaya, esto me suena.
  • Cereales integrales: El comité redactor de estas directrices termina haciendo una importante recomendación al respecto de alimentos elaborados con cereales integrales y hace descansar sobre ellos el ser una buena fuente de fibra, vitaminas y minerales… nutrientes todos ellos que en ocasiones son deficitarios entre la población general. Esto también me suena.
  • Lácteos: Pareciera mentira que se pudiera hacer más presión al respecto de la que ya se hacía anteriormente por parte de esta administración para promocionar el consumo de lácteos… sin embargo, se ha conseguido o al menos se sigue en la misma línea que en ediciones anteriores. Así, se hace descansar sobre este grupo de alimentos el ser una importante (¿irremplazable?) fuente de calcio y de vitamina D; y enfatiza sobre los beneficios en el consumo de las versiones desnatadas o bajas en grasa. Como creo que ya sabes, y en líneas generales, no es algo con lo que coincida especialmente.
  • El café: El informe advierte de la existencia de “pruebas sólidas” al respecto de que el consumo moderado de café, entre unas tres a cinco tazas al día, no representa un riesgo para la salud a largo plazo. Más allá, este patrón de consumo tendría asociado un menor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, al igual que un posible efecto protector sobre la enfermedad de Parkinson. En este particular creo que se habría de ser un poco más precavido ya que el tipo de estudios que terminan en este tipo de asociaciones suelen tener al mismo tiempo una amplia cantidad de elementos confusores. Además, es preciso recordar que esas tres a cinco tazas al día de café “made in USA”, poco suelen tener que ver con el café que se consume por estas latitudes. Te recomiendo que leas este post al respecto.
  • Huevos: Tal y como te comentaba más arriba y también señalé en su día en este post, por fin se indulta a este alimento y se le pasa a considerar como una fuente alimentaria especialmente accesible desde el punto de vista económico y con un perfil nutricional francamente interesante.

Pulgar abajo

Pierden terreno

  • El azúcar: Su reducción en la dieta encabeza el topten de las recomendaciones de estas directrices 2015 y se añade en el saco (no podría ser de otra forma) a las bebidas azucaradas, los mal llamados “refrescos”. Pero hay más, en vez de recomendar su sustitución por bebidas con edulcorantes artificiales, el comité recomienda beber agua. Me suena de nuevo.
  • Los cereales refinados: Varapalo de los gordos también para el arroz blanco, el pan blanco la pasta, las galletas y los típicos cereales de desayuno en la línea coherente de haber ensalzado el consumo de sus homólogos pero en versiones integrales como ya he comentado.
  • Los productos cárnicos en general: Se pone de relieve la realidad (como ya conté) de que tomamos muchas más proteínas de las necesarias y por ende no es necesario promocionar tanto su consumo. Entre los grupos peor parados las carnes grasas y procesadas, pero también se echa el freno en cierta medida al consumo de las carnes más magras y de aves de corral por el motivo expuesto. En su lugar se invita a un mayor consumo de pescado, marisco, legumbres y frutos secos naturales. Me suena otra vez.
  • Además, de todo ello se enfatiza en la reducción en el consumo de sal y la reducción de grasas saturadas, mensajes que no son especialmente novedosos.

Un pequeño, y peligroso, matiz más

Este escrito me ha dejado al final cierta inquietud cuando se contrasta que menciona repetidamente y alienta a la industria alimentaria para que esta proponga soluciones y reformule sus productos para mejorar su perfil nutricional… algo que me genera cierto desasosiego. No diré que me parece mal que se comercialicen raciones más racionales (valga la redundancia) de determinados alimentos, a la vez que se reduce el contenido de sal o se elimina el azúcar… pero no sé si te has dado cuenta pero todas estas acciones solo se pueden cumplir en los alimentos altamente procesados… productos sobre los que curiosamente no se hace mención en el informe… ni para bien… ni para mal. Veamos, si nos están diciendo que una sana utilización de los alimentos consiste en hacer una generosa incorporación de vegetales, cereales integrales y demás ¿cómo demonios se alienta a la industria alimentaria, cerca de una veintena de veces, a que reformule sus productos para hacerlos más saludables? En resumen, ¿cómo diantre se reformula un pimiento rojo o un rodaballo?

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Imagen: imagerymajestic vía freedigitalphotos.net

Si yo hiciera unas guías de alimentación saludable… (9): mi propuesta (por fin)

Bien, tras ocho capítulos sobre cómo haría un servidor un icono que representara todo aquello que a mi juicio habría que transmitir a la población general con el fin de reconducir y aconsejar sobre sus hábitos alimentarios he aquí el resultado.

Antes de que continúes hacia abajo y descubras el “pastel” he de dejar patente que está claro que jamás de los jamases me ganaré honradamente la vida como diseñador gráfico. He de reconocer que tras cerca de tres horas delante del powerpoint he sido incapaz de generar una imagen visualmente más atractiva que esta que me ha salido… mis sinceras disculpas.

La parte positiva consiste en considerar que desde mi punto de vista la imagen sí que recoge los conceptos que quería transmitir. En esencia se explica de la siguiente forma:

Por así decirlo hay dos caminos que dentro del contexto alimentario conducen hacia la construcción de unos hábitos dietéticos más o menos adecuados. En cualquier caso se parte, siempre, de alimentos “de verdad”, aquellos que de forma típica se adquieren en un mercado. A partir de ahí, bien crudos (en especial frutas, verduras y hortalizas) o bien cocinados (los mismos alimentos y el resto) se llega «al plato». Cierto es que no es imprescindible hacer la compra en un mercado típico, pero sea donde sea que se haga (ultramarinos, tienda al detalle, supermercado, hiper…), la norma básica para hacerlo del modo más conveniente viene a ser la misma: comprar alimentos básicos que se puedan… bien comer crudos solos o en combinación con otros alimentos… o bien cocinarlos (no recalentarlos, he dicho cocinarlos)

A partir de ambos caminos, se llega “al plato”, muy similar a otros que ya conocemos. En ellos destaca por encima de todas las cosas la especialmente elevada proporción de alimentos de origen vegetal “fresco” (aunque se cocinen) y, por otra parte los otros dos grupos, uno cuya principal característica es el aporte de proteínas, y el otro con un aporte destacado de hidratos de carbono a partir de alimentos con un origen basado primordialmente en los cereales integrales. Ambos grupos, los últimos, en una cantidad netamente inferior al primero.

Por razones obvias y ya comentadas en otros capítulos no hay hueco para los alimentos superfluos, ni para las bebidas alcohólicas, ni tampoco para otros mensajes diferentes del estrictamente dietético. No es porque estén “prohibidos”, es porque si estamos hablando de salud, esos productos no pintan nada de nada.

Pues bien, aquí lo tienes.

Mi icoino de alimentación saludable

Una propuesta decente

Como os decía no es que esté especialmente contento del icono en sí (solo de su mensaje) por eso, para aquellos que estéis interesados, os hago una propuesta:

Si entre los lectores hay alguien con ganas, tiempo y con unas especiales habilidades o recursos para mejorar el aspecto gráfico del tema (que como se puede apreciar es muy fácil) le animo a que se ponga manos a la obra. Para ello os podéis poner en contacto conmigo a partir de Twitter (@juan_revenga), Facebook… o bien usar el link de “contacto” (arriba a la izquierda de este blog) y mandarme un correo. Una vez establecido contacto, cruzaremos los correos y me hacéis llegar vuestras propuestas. Me comprometo a publicar todas, siempre y cuando el mensaje quede más o menos intacto. Una advertencia, si en el icono se utilizan fotografías estas han de estar bajo licencia “Creative Commons” con atribución de autoría para poderse publicar. Ni que decir tiene que las propuestas «a mano alzada» y talentosas serán especialmente bien consideradas. Espero vuestras propuestas.

Los porqués de este icono, la inclusión, proporción de los grupos de alimentos y la ausencia de otros mensajes se pueden encontrar en los capítulos anteriores:

La arrogancia de la ignorancia. Un título redondo, como las manzanas

quimicaG

Creo que voy con retraso ya que no fue hasta este viernes pasado cuando me enteré del que para muchos es ya “el famoso vídeo de las manzanas con plástico”. Este vídeo, compartido y dispersado de forma viral por las redes sociales como solo este tipo de documentos alarmistas consigue, contiene el experimento y reflexiones de un ciudadano que extrae, raspando con un cuchillo la superficie de la piel de una manzana, una “sospechosa” sustancia blanquecina en forma de polvo. Su protagonista, desconoce de qué se trata y a pesar de que la primera respuesta que le viene a la cabeza es que la sustancia desconocida sea cera (lo que realmente es) este descarta esta posibilidad de forma inmediata en base a contrastar que no arde cuando le aplica una llama y a que le huele a plástico. A partir de aquí, las conclusiones son de lo más disparatadas… como a él le huele a plástico, ha de ser plástico y que al parecer está ahí puesto para envenenarnos mientras las autoridades sanitarias (al parecer conocedoras del hecho) no hacen nada. Conspiranoia pura y dura generada a partir de la ignorancia del protagonista del vídeo que no duda además en aportar conclusiones alarmistas.

El vídeo en cuestión es este:

La cosa ha tomado tal importancia que ya hay quien afortunadamente ha salido a la palestra contratacando con las mismas armas, es decir, con otro vídeo pero en esta ocasión con mucha más lógica y racionalidad para explicar las sandeces que en el vídeo original se expresan. En este segundo vídeo, Mauricio Schwarz (@elnocturno), reflexiona sobre las razones que le pueden mover a alguien para realizar un vídeo tan absurdo como el anterior y termina aportando dos claves para su éxito. Por un lado, la parte más evidente, aquella que refiere al fácil impacto que tienen determinadas “noticias” en nuestros miedos más primitivos, entre ellos la posibilidad de morirnos o enfermar con algo que hacemos todos los días y que además no podemos dejar de hacer: comer. Y por el otro, lo más preocupante, lo que el propio Mauricio cataloga como la arrogancia de la ignorancia. Veamos, el vídeo original tiene dos premisas claras; la primera: el protagonista reconoce que no sabe qué es lo que sale de la manzana cuando la raspa (descartando al mismo tiempo la verdadera respuesta a partir de un experimento casero con una importante cantidad de sesgos) y; la segunda: elucubrar y dar por sentado una serie de conspiraciones que terminan, según él, por situar una sustancia venenosa en las manzanas.

No te pierdas el vídeo de Mauricio Schwarz, enormemente didáctico y divertido.

Como decía, lo más alarmante de esta situación es que hay gente que además de creerse los razonamientos del primer vídeo, provocan el efecto bola de nieve dándole difusión reforzando su credibilidad en lugar de la mofa que es, lo que en buena lógica, a mí me sugirió cuando lo vi por primera vez. Es decir, la peligrosa arrogancia de la ignorancia. Una fea característica para algo que no tiene porque ser intrísecamente malo; ya que tal y como comenta Schwarz, el reconocer que no se sabe algo debería de ser el primer paso para la adquisición del conocimiento. A día de hoy hay muchísimas fuentes confiables a las que poder recurrir antes que arrancarse a divagar y calumniar.

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Notas: No te pierdas el artículo a este respecto de El comidista (@mikeliturriaga).

Mi agradecimiento de hoy para Regina Aragonés (@ReginaAragones) incansable fuente de ideas para este blog (y que siga). Besos guapa.

Imagen: El retorno de los charlatanes

Recochineo con lo “natural” y una distopía ecológica (vídeo dos en uno)

Utopía natural

La distorsión de la palabra “natural” ha alcanzado el paroxismo dentro de la publicidad de alimentos. Todos sabemos que hay muchas otras palabras que podrían perfectamente pertenecer a este poco selecto club… llamémosle el club de las palabras nutricionalmente prostituidas. Sin embargo, pocas tienen el nivel que ha alcanzado “natural”, término que en mi opinión merece ostentar, sin duda alguna, el cargo de madame-presidenta de este burdel publi-alimentario.

Qué así sea es fácil de comprender ya que no existe absolutamente ningún tipo de legislación que limite su uso. De esta forma se le puede decir “natural” a lo que uno quiera… sí, sí, a lo que cualquiera quiera. Todo alimento sobre el que se pretenda puede lucir o alegar que es “natural” si su fabricante así lo desea. Y nadie le puede pedir cuentas por así hacerlo. Por muy descontextualizado que sea su uso. Así que, naturalmente, no te creas nada de aquel alimento que luce en su envase o tiene a gala en la publi ser “natural”. Es más ¿sabes qué? los productos verdaderamente naturales no suelen necesitar anunciarlo… y no lo dicen (¿te imaginas que en la publi de un avión se alegase que es capaz de volar? Pues eso. Por eso yo desconfío de quienes lo esgrimen. Y cuanto más lo gritan mayor suele ser mi sordera.

Da igual lo cierta que sea esta realidad, una buena parte de los consumidores lo saben perfectamente y la industria sabe que lo sabemos… pero como digo da igual, lo siguen utilizando de forma indiscriminada, como si no fuéramos conscientes. O peor aún (me temo) lo emplean sin la menor de las justificaciones, sabiendo que no nos lo creemos pero aun y todo porque les reporta sus ansiados beneficios en el punto de venta: frente a dos similares ignominias alimenticias industriales, aquella con el marchamo “natural” se vende mucho mejor, así que… ¿qué razón podría haber para no utilizarla? Como ves, ninguna.

El clarificador vídeo que hoy te traigo representa una sátira de lo que te cuento. Vale que es estadounidense, pero da igual… tanto el concepto como las circunstancias legales que le afectan (ninguna) son los mismos que por estos lares. Subtitulado gracias al genial Guillermo Peris (@waltzing_piglet) conchabado al efecto con la no menos recomendable Rosa Porcel (@bioamara); en él y en tono de humor, un publicitario nos cuenta “el secreto” en el uso del término “natural” y de los beneficios que su empleo en no importa qué producto alimenticio puede aportar a su productor. Te dejo con él, es simplemente soberbio… si no fuera por una pequeña pega… que te contaré después.

No defrauda, a qué no. Mi parte favorita es en la que el publicitario justifica el uso de “natural” en los alimentos transgénicos ya que de ellos se puede decir que son… “200 % naturales”. Insuperable.

La pega, no sé si coincidirás conmigo es que este pequeño corto está realizado por una plataforma para la promoción de alimentos ecológicos… dando a entender que los que obtienen este sello sí que son verdaderamente “naturales” en lo que constituye un alambicado ejercicio de retorcida manipulación publicitaria. Contrainteligencia marketiniana… o algo así.

Y es que no… se mire por donde se mire una “hamburguesa” de algas y chucrut (por decir algo) envasada al vacío y termosellada tiene muy poco de “natural”. Hay centenares de ejemplos sobre este tema… pero muy en resumen la cuestión se sintetiza en que “ecológico” no es, ni de lejos, “natural”. Se trata más bien solo de un sello que garantiza una forma de producción particular que en su más íntima filosofía tiene más agujeros que una flauta.

Aunque bien pensado, quién soy yo para opinar así, sí como hemos comprobado, a estas alturas “natural” puede ser cualquier cosa. Naturalmente y con un par.

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Nota: mi más sentido agradecimiento, una vez más, a Miguel Justribó (@migueljustribo)

Imagen: renjith krishnan vía freedigitalphotos.net

¿A qué sabe el brócoli?

BrócoliEl título del post de hoy, en realidad, lo he sacado de uno de los eslóganes del estudio Idefics (¿tienen los estudios científicos eslogan?) que se llevó a cabo entre 2006 y 2012 en el marco de la Unión Europea con el fin de evaluar y describir el estado de salud, los hábitos alimentarios y de estilo de vida de los niños europeos. Si estás interesado en el Estudio Idefics, puedes encontrar más información en este enlace… ya te adelanto que es bastante interesante

Pues bien, en uno de los trípticos del mencionado estudio se hacía llegar el mensaje de que los niños no comen muchas veces verdura y que amenudo argumentan su rechazo diciendo que “no les gusta”… aunque lo más probable es que no la hayan probado antes. Por tanto, sin tener a priori mayores argumentos para poder decir que no la comen por este motivo. Y para ello, para tomar como ejemplo una de esas verduras que lo niños no han probado, eligieron el brócoli –What does broccoli taste like?- ya que parece ser uno de esos productos frente al cual los más pequeños muestran el mayor de sus rechazos (será algunos niños, porque desde luego mis hijas se lo comen que da gusto).

Sea como fuere, el caso es que al hablar de brócoli hay que saber que estamos ante uno de esos alimentos de temporada típicamente invernal y que además, en España, disfrutamos del que producimos, es decir, en nuestro caso es también un producto de cercanía. Al menos cuando está en su momento, que es ahora. Te diré más, según datos facilitados desde la Asociación de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas de la Región de Murcia España es el mayor exportador de coles (brócoli, coliflor y coles) de la Unión Europea, con una cuota de exportación de casi el 50% del mercado intracomunitario, y un volumen total de 399.578 Tm en la campaña 2013-14.

Un poco de botánica y de nutrición

Hablando de brócoli nos referimos a la especie de la familia de las Brasicáceas o crucíferas que responde a la especie Brassica oleracea var. italica. En este caso, salvo la raíz prácticamente toda la planta es aprovechada, desde los tallos que forman esos típicos ramilletes de forma arbustiva que sostienen unas muy abundantes cabezas florales (lo más típico), hasta las hojas más pequeñas.

Conociéndome como ya me conoces seguro que sabes que soy especialmente propenso a promocionar el consumo de alimentos de origen vegetal. Esto es así porque en ellos destaca una importante cantidad de fibra, algunas vitaminas y no pocos minerales, y todo ello con un contenido energético francamente contenido por no decir casi ridículo (por lo pequeño, claro). Sin embargo, en este caso y tal y como sucede con una buena parte de las especies comestibles de esta familia botánica, además en el brócoli destacan una serie de propiedades nutricionales poco habituales en otras verduras u hortalizas. Me refiero por ejemplo a su excepcional aporte de sustancias de carácter antioxidante y su contenido en compuestos sulfurados. Son precisamente estos últimos los que de algún modo contribuyen al único defectillo que puede tener el uso doméstico de este producto en la cocina y en el más estricto sentido práctico, me refiero evidentemente al especial aroma que tiene su cocción (similar al que acontece con el resto de especies de crucíferas: coles de Bruselas, coliflor, berza, etcétera). De todas formas y para mí, incondicional seguidor del brócoli y todos sus botánicos familiares, esto no es más que peccata minuta.

Un mucho de cocina

Las posibilidades culinarias del brócoli son amplísimas y se presta a una importante combinación de ingredientes y presentaciones, ya sea como actor principal o secundario en una receta, o como participante en una sabrosa guarnición. A modo de muestra puedes echar un vistazo a las recetas que nos proponen desde la Asociación Más Brócoli, con preparaciones más o menos rápidas, para incorporar esta hortaliza en ensaladas, en purés o cremas, en platos más o menos sencillos o sofisticados, etcétera.

En cuanto a los niños y la relación con esta o cualquier otra verdura (o alimento) lo sigo teniendo igual de claro que cuando comentaba la jugada de las preferencias alimentarias de los niños en este post: Come con ellos en todas las ocasiones que puedas. Así, haz de tu comida un ejemplo de lo que ellos podrían comer. Que resulta que comen según lo que tú consideras que está bien… pues estupendo; que no lo hacen, pues también estupendo. No presiones, no premies y no castigues. La mejor guía sobre cuánto tiene comer un niño sano es… ese mismo niño. Su apetito ha de ser la guía. Tú preocúpate porque la oferta de alimentos sea más o menos saludable. Ten en cuenta que según diversos estudios y recomendaciones el presentar el mismo alimento a un niño en ocasiones sucesivas (sin agobiar) y con preparaciones diferentes incrementa en gran medida las posibilidades de que el niño lo termine por aceptar con disfrute, sabiendo que ése rango de exposición al consabido alimento es especialmente amplio: de 11 a… ¡90 veces! Así pues, en este sentido la paciente constancia ha de constituir la mejor de las estrategias, así como el convencimiento de las cosas bien hechas.

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Nota 1: Este jueves 4 de diciembre a las 18:00 un servidor participará en una #Twittervista (= entrevista en twitter en tiempo real) con este tema concreto del brócoli como centro de la misma, aunque cualquier otra cuestión nutricional, dietética y culinaria será también bien recibida.

Nota 2: En las redes sociales, la Asociación Más Brócoli anima en Facebook a que los usuarios compartan bajo el lema “Y tú, ¿cómo disfrutas del brócoli?” sus experiencias escritas o fotografiadas en relación a esta hortaliza y a etiquetar anécdotas saludables vinculadas a la hortaliza con el hashtag #ilovebrócoli en otras plataformas como Twitter e Instagram. El ganador de dicha promoción podrá compartir mantel con un acompañante en uno de los restaurantes que cuente con la distinción de la Estrella Michelin de su ámbito geográfico.

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Imagen: Toa55 vía freedigitalphotos.net

“That sugar film”: nuevo documental masoquista sobre el azúcar oculto en alimentos “saludables”

That sugar filmLa verdad es que no sé como la traducirán en España (si llega) pero el próximo mes de febrero se estrena en Australia That sugar film (“Ésa película azucarada (o sobre el azúcar)”, me atrevo a traducir así, un poco a vuela pluma) que sigue la estela de aquel clásico, Super size me, que acaba de cumplir 10 años. En aquella peli-documental, sin traducción oficial en el circuito español, pero que podría interpretarse como “Agigántame” o “Superagrándame”, su protagonista Morgan Spurlock decide someterse a una dieta drástica de McDonalds a base de comer en los restaurantes de esta franquicia durante todo un mes… desayuno, comida y cena, todo en McDonalds y chequear periódicamente sus indicadores de salud más típicos, empezando por el peso, pasando por ejemplo por los niveles de colesterol, glucemia, triglicéridos y demás y acabando por las transaminasas. El resultado, ya te lo puedes imaginar, al cabo de un mes el bueno de Morgan acabó con unos cuantos kilos de más y con unos significativante peores indicadores de salud. La película tiene varias aristas, pero digamos que a la compañía de las hamburguesas no le hizo mucha gracia y muchas cosas cambiaron en ella (al menos en su imagen) a partir de su estreno. El caso es que tuvo un éxito relativamente importante ya que incluso estuvo nominada a los premios Oscar… en su categoría, claro.

Pues bien, el caso es que un poco con la misma idea auto castigadora en la cabeza pero con otro objetivo en el punto de mira, está presta para su estreno la película mencionada. Como es fácil de presagiar, en este caso el objeto de la ira será el azúcar. Es decir, hay un sujeto, un tal Damon Gameau, actor australiano que se ha sometido a una estricta dieta especialmente rica en azúcares durante dos meses y nos cuenta en la peli su experiencia. Pero lo más llamativo de su propuesta no está en que sea él el que voluntariamente use ese azúcar y lo añada a su menú, no… Lo más destacado de su idea radica en seguir una dieta rica en azúcar pero a partir solo de alimentos que la industria cataloga o comercializa como “saludables” y que por tanto no pocos consumidores los consideraran de la misma forma y los incorporan sin el menor de los prejuicios a su ingesta habitual. Es más, por su supuesta cualidad mercantilista de “saludables” es más que probable que lejos de observarlos sin prejuicio alguno, estos productos “saludables” (pero con una cantidad importante de azúcares) sean buscados con el fin de seguir un patrón de vida saludable. Al fin y al cabo lo pone en la etiqueta, ¿no?

En resumen, la historia al parecer consiste en poner de relieve y en las carnes propias de este actor en principio bien parecido lo que te contaba en esta entrada acerca de si el problema con el tema del azúcar está en el azucarero o en otros alimentos que, al igual que sucede con la sal, por ejemplo, lo incorporan de forma que el consumidor medio es poco consciente de su presencia.

Al final, también nos lo podemos imaginar ya que de otro modo no habría peli, el bueno esta vez de Damon recibe las peores noticias por parte de sus médicos (spoiler): está desarrollando hígado graso entre otras calamidades relacionadas con su salud; aumento importante de su perímetro de cintura, aumento del peso, de la glucemia… y eso tan solo en las tres primeras semanas de experimento (recuerdo que se prolonga por espacio de dos meses) y en el que su meta es incorporar con esos alimentos “saludables” el equivalente a 40 cucharaditas de azúcar por día. Nada más… pero tampoco nada menos.

Como te decía se estrena en Australia el próximo febrero y no hay aun prevista fecha de su estreno en el mercado estadounidense… así que para el europeo imagínate. Eso sí, en cuanto podamos acceder a ella y verla al completo, no dudes que la comentaremos en este blog.

Puedes acceder a la página oficial de la película en este enlace, así como al blog de su protagonista en este otro (yo que acabo de saber de él creo que se le va un poco la pinza en relación los trabajos en los que participa y que comparte en su página) y al tráiler oficial aquí.

Si te ha gustado esta entrada quizá te interese consultar:

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Imagen: https://www.facebook.com/thatsugarfilm/photos_stream

Una dieta saludable también lo es para el planeta (y al contrario igual)

Planeta árbolInteresante artículo el que se publicó el otro día en la prestigiosa revista Nature que bajo el título Food choices for health and planet (Elecciones alimentarias por la salud y por el bien del planeta) viene a decirnos que los hábitos de alimentación típicamente accidentales no solo perjudican la salud de los consumidores sino que al mismo tiempo afecta de forma negativa al medio ambiente y por ende al planeta. El artículo en realidad es un análisis de un estudio publicado en la misma revista Global diets link environmental sustainability and human health en el que el título ya explica bastante bien esta relación (Los patrones dietéticos globales ponen en relación la salud humana con la sostenibilidad).

Así, dar de comer a la parte “occidentalizada” de los más de 7.000 millones de habitantes del planeta del modo y manera que al parecer les gusta comer, es decir, con una alta proporción de productos de origen animal, implica una emisión altísima de gases de efecto invernadero. Es más, la cría de ganado con fines productivos es a día de hoy la principal causa del aumento de este tipo de gases. Nada más y nada menos que el 25% de los gases de efecto invernadero es atribuible a esta práctica. Un impacto ambiental importante al que habría que sumar también el muy alto consumo de agua que requiere esta cría.

Por una parte, los autores del estudio resumen que el aumento de los ingresos y la urbanización han impulsado una transición alimentaria mundial en el que patrones de alimentación tradicionales se están sustituyendo por dietas altas en azúcares refinados, grasas y carnes. Si esta tendencia dietética sigue por el mismo camino y no se controla, se estima que para el año 2050 se incrementará en un 80% las emisiones de gases de efecto invernadero. Por otra parte, tal y como es bien sabido, este cambio en el patrón dietético propicia el incremento de diversas enfermedades especialmente típicas de nuestro tiempo y en constante crecimiento: la diabetes tipo II, enfermedades coronarias y otras patologías crónicas no transmisibles que reducen de forma significativa tanto la esperanza de vida como su calidad.

En este contexto es indispensable proponer patrones dietéticos alternativos que además de los contrastados beneficios sobre la salud podrían, si la estrategia fuera asumida de forma global, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Así, el trinomio dieta-salud-medio ambiente precisa asumir estas cuestiones como un desafío global, con el fin de mejorar tanto la salud pública como el entorno en el que vivimos.

En opinión de los autores y en base a su extensa revisión de los datos actuales un cambio dietético basado en la dieta mediterránea, especialmente rica en productos vegetales frescos, frutas y productos marinos, implicaría probablemente unos mejores indicadores de salud en la población y además una gestión de los recursos planetarios más eficiente y sostenible.

Así pues, no es cuestión de decidir por qué razón habría que hacer un cambio en el planteamiento dietético general, las dos razones son positivas tanto en el plano individual como en el colectivo. Ahora solo haría falta que las administraciones e instituciones se coordinaran para el cambio. Ojalá sea, aunque no sé porqué, pero creo que el asunto, tristemente, va para largo.

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Imagen: winnond vía freedigitalphotos.net

El absurdo concepto de «desayuno saludable» con opciones cerradas

Desayuno diferente

Hoy voy a enlazar el post de Margaret Chan, la Directora general de la OMS, cuando denunció que los intereses de la industria alimentaria distorsionan las políticas de salud pública, junto a la retahíla de post que le he dedicado al desayuno en este blog:

Y por qué te estarás preguntando, relaciono “intereses” con desayuno. Es sencillo, la semana pasada una serie de sectores industriales presentaron una iniciativa en el Senado para potenciar el “desayuno saludable”, no te pierdas la información institucional con especial atención a la última página en la que se reflejan los sectores productores de alimentos que impulsan este “desayuno saludable”: Asociación Española de Fabricantes de Cereales; Asociación Española de Organizaciones de Productores de Frutos Secos y Algarrobas; Agrupación de Exportadores de Almendra y Avellana de España; Asociación Española de la Industria de Panadería, Bollería y Pastelería; Asociación Española de Fabricantes de Zumos; Federación Nacional de Industrias Lácteas; Interprofesional del Aceite de Oliva Español.

Al parecer si no incluyes ingredientes o alimentos provenientes de estas asociaciones no se puede hacer un “desayuno saludable”… ¿y las frutas frescas (no los zumos), y el pescado, y las legumbres, y el embutido, y las carnes, y los huevos…? no están, no figuran. Al parecer, según parece son ingredientes o alimentos “no tan saludables” dentro del distorsionado e interesado concepto de «desayuno saludable» bajo este prisma (al igual que lo sería también el hablar de una cena saludable o almuerzo saludable en términos similares). Si te mueves, está claro, no sales en la foto.

Quizá a los señores del Senado y a los de tanta industria (pero no toda, ni mucho menos) les interese saber qué es lo que se desayuna en otras latitudes y que juzguen por sí mismos si pueden ser o no opciones válidas para cubrir el trámite del desayuno.

Y porque todo hay que decirlo, a mí me invitaron a asistir, pero no fui… pero es que si voy reviento, que me conozco. Al final, es muy feo eso de que el sector alimentario, sea el que sea, termine condicionando las recomendaciones de salud dirigidas a la población general.

Por cierto… después de ver el vídeo, ¿a ti qué desayuno te gusta más; coincide con las directrices del desayuno del Senado?

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Imagen: mrsiraphol freedigitalphotos.net

Día Mundial de la Diabetes: protejamos nuestro futuro

World_Diabetes_Day_logoEstoy delante de una nota de prensa al respecto de la conmemoración del Día Mundial de la Diabetes que se celebra hoy y que me ha hecho llegar la Sociedad Española de Diabetes (SED) y la Fundación homónima. Ambas instituciones son las que promueven este día en España. Los datos con los que empieza dicha nota de prensa son francamente impresionantes… dantescos, puedes creerme. Pero por una vez, ya veremos en qué acaba la cosa, no los voy a citar… y no será porque no me los crea o no me parezcan ilustrativos de la fea situación en la que la diabetes tiene contra la espada y la pared a una muy buena parte de la población mundial incluida la española. No, no es por eso.

Hablaba el otro día en este post que conviene repasar las estrategias de Salud Pública conducentes a los cambios de hábitos y, que el uso de los mensajes claramente negativos o atemorizantes puede que no fuera la mejor estrategia para el cambio. Por eso, fiel (de momento) a esta nueva táctica solo pretendo hablar en positivo. En cualquier caso, si te va el rollo de las enormes cifras para meter miedo al respecto de lo que actualmente estamos viviendo y vamos a vivir según la mayor parte de los pronósticos sobre la diabetes, puedes hacerte una idea siguiendo este enlace.

Así pues a diferencia de las enfermedades infecciosas, y sin hacer de menos la importancia que tiene en el desarrollo de diabetes las cuestiones genéticas, es preciso tomar conciencia y actuar sabiendo que esta patología, en especial la diabetes de tipo 2, se puede prevenir y controlar sus complicaciones (una vez haya debutado) a partir de una adecuada alimentación y de una correcta pauta de ejercicio físico adaptada a las circunstancias personales. Todo ello sin hacer de menos, si corresponde, al tratamiento farmacológico u hormonal… pero en ese orden: primero los estilos de vida y luego, ya si eso, las medicinas.

Resulta paradójico que a pesar de que todos, absolutamente todos, los profesionales sanitarios le atribuyen a la alimentación un papel indispensable en la prevención y tratamiento de esta enfermedad, desde la sanidad pública se mantiene apartado a aquel profesional más adecuado y que mejor podría intervenir en la alimentación de este colectivo de enfermos (y de la población sana con el fin de prevenir).

En este sentido, la diabetes de tipo 2 podría en cierta medida prevenirse con estrategias relativamente sencillas al respecto de los estilos de vida y la alimentación. Es en este lugar donde el dietista-nutricionista como experto en alimentación, nutrición y dietética, podría y debería contribuir de manera eficaz. Sin embargo, tal y como protesta señala el Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de las Islas Baleares en este comunicado de prensa: “ningun centro de salud [público] de baleares cuenta con dietistas-nutricionistas”… Y por lo que sé en cualquier otra parte de España se está en la misma situación (y de haber excepciones haría lo que ya se sabe al respecto: confirmar la regla). Es decir, no hay dietistas-nutricionistas ni en atención primaria ni asistencial para dar la mejor respuesta que este tipo de pacientes (o cualquier otro) se merecen al respecto de intervenir en su alimentación con fines sanitarios.

De esta forma, continúa el comunicado del Colegio balear:

La inclusión del dietista-nutricionista en las diferentes áreas del IB-Salut [o de cualquier otra administración sanitaria], es una necesidad para la mejora de la atención sanitaria de la población en general y de las personas con diabetes en particular. Esta incorporación debería hacerse dentro de los equipos multidisciplinares de atención sanitaria, en base al papel clave del dietista-nutricionista en la promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación de enfermedades prevalentes, beneficiando la salud individual y colectiva y colaborando en la aportación de una atención de calidad e igualdad efectiva.

Diabetes

¿No se trataba de proteger nuestro futuro (al hilo del lema de esta edición del Día Mundial de la Diabetes)? Pues ¡ea señores! a ver si nos tomamos un poco en serio lo de contar con los profesionales idóneos para la sanidad pública en materia de alimentación y dejamos de marear la perdiz. Porque si se me permite, he de confesar que he oído burradas gordísimas de boca de otros profesionales sanitarios a la hora de hacer recomendaciones para la diabetes en el plano dietético. Empezando por algunas perlas de la propia nota de prensa ofrecida por la SED (y que prefero obviar). No seré yo el que asegure que contar con graduados en nutrición humana y dietética será una garantía total para proscribir de forma definitiva tales disparates, pero quiero pensar que las probabilidades serían menores.

Creo que es preciso recordar a quienes interesen estas cuestiones (Ministerio de Sanidad, Departamentos Autonómicos en la misma línea, responsables de centros asistenciales y de atención primaria, etc.) que España es el único país de su entorno que no cuenta con dietistas-nutricionistas en su cartera de profesionales dentro de la Sanidad Pública. No digo que con ellos se acabará la diabetes, ni mucho menos, pero desde luego la probabilidad de ofrecer una mejor calidad asistencial y obtener un ahorro de recursos se verán ampliamente beneficiados.

Más al hilo de la diabetes y del desempeño profesional del dietista-nutricionista te dejo estos enlaces por si te interesa consultarlos:

Y antes de despedirme, también te dejo en este enlace el acceso a la página oficial del World Diabetes Day.

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Imágenes: David Castillo Dominici vía freedigitalphotos.net

Estar en tu pellejo y sentirse bien (aunque te sobre) tras perder 72 kg

John Glaude_FacebookMerece mucho la pena hablar en positivo de casos de éxito en la pérdida de peso si además, como es el caso, el resultado adelgazante no es todo lo ideal que uno podría imaginarse en un principio. Se trata de una impresionante lección de seguridad, optimismo y racionalidad la que hoy os traigo de la mano de un joven californiano.

Se llama John David Glaude, tiene 21 años y ha hecho público un vídeo que, en principio, tiene toda la pinta de ser la típica y absurda tontería adelgazante a la que tan a nuestro pesar estamos acostumbrados.

El caso es que el peso de este joven ascendía nada más y nada menos que a cerca de los 163 kg hace 12 meses y lucía con un aspecto como el que ves en la foto obtenida de su muro de Facebook. Se sentía mal, no se gustaba y se auto vaticinaba un futuro muy negro pensando incluso que no llegaría a cumplir los 30.

Entonces, de la noche a la mañana, se puso manos a la obra. Dejó de comer como lo hacía, a base de comida rápida, refrescos y demás, y se apuntó a comer de forma saludable. Además se inscribió en un gimnasio y, aunque tuvo sus altibajos en este sentido, siguió en sus trece a base de seguir un patrón de vida saludable. Y el resultado un año después (según sus propias palabras) son 91kg de músculo y piel… mucha piel. Además de en el propio vídeo, puedes ver a lo que me refiero en este enlace. También puedes ver el relato de su historia en una noticia publicada en Mail Online.

El milagro que usó, por si lo estás esperándo, es la sabia combinación de tres elementos mágicos: alimentación saludable, ejercicio y constancia.

Tal es así que, ahora, a pesar de estar muy orgulloso del camino recorrido, de observar el dónde estaba antes y el dónde está ahora, tiene un problema relativo. Digo relativo porque a pesar de causarle cierta inseguridad el hecho de sobrarle tanta piel tras haber adelgazado, el adopta la mejor de las estrategias para enfrentarse a esa inseguridad. Así, en un enternecedor discurso, John se auto reafirma y sostiene que está orgulloso de sí mismo, de lo que ha conseguido y que, desde luego, esos colgajos con los que ahora convive no le van a arruinar, ni mucho menos la fiesta: “No se debe permitir que la posibilidad de que te cuelgue la piel arruine tus sueños” (en referencia a la pérdida de peso).

Supongo que alguien le habrá comentado a John de la posibilidad de la cirugía estética con el fin de recortar tanto sobrante… pero de momento la seguridad en sí mismo y el aplomo de este joven parecen que le mantienen alejado de esta posibilidad (o los dineros claro, porque barato el tema no creo que sea). Toda una lección, si señor. Si quieres puedes seguir a John Glaude en Twitter a través de su perfil @obese_to_beast.

Si te ha gustado este post igual te puede interesar consultar:

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Nota: Quiero agradecer a Javier Ibáñez (@disconube) el haberme puesto al corriente de este ejemplo de racionalidad.

Imagen: John Glaude Facebook