El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

Guía de supervivencia para las comidas navideñas

Muchas personas afrontan el tema de la navidad con verdadero temor en relación a los kilos de más que pueden llegar a acumular. Algunos estudios apuntan que si bien es cierto, que hay una significativa ganancia de peso, el aumento real en este periodo no es especialmente alarmante y no llega al medio kilo entre aquellas personas que tienen un peso más o menos adecuado. Sin embargo, este promedio se dispara entre aquellos individuos que parten de una situación de sobrepeso u obesidad previos, en los que la media de peso ganado en el periodo navideño alcanza los 2,3kg.

Sea como fuere me he decidido a aportar una serie de observaciones que podrían ser de utilidad para aquellas personas que estén especialmente preocupadas con esta cuestión. Algunas son más o menos conocidas, pero no por ello dejan de ser útiles, en cualquier caso la idea es hacer de esta guía un corolario de consejos prácticos y más o menos originales:

1. Si un día concreto hay una celebración prevista en torno a una mesa, no se te ocurra saltarte las comidas previas. Dicho de otra forma, no dejes de comer por hacer una previsión de la gran comilona a la que te vas a “enfrentar”. Al contrario, trata de no llegar con hambre. La mal entendida ley de la compensación es un error que a la larga (que es lo que a ti te interesa, supongo) no suele funcionar y acaba peor que el plantear hacerlo de otra forma.

2. Y de forma recíproca, tampoco parece tener mayor sentido el saltarse comidas tras haber disfrutado de un gran banquete. Si no tienes ganas tampoco es preciso forzarse a comer, pero la errónea ley de la compensación normalmente se traduce en una redescomepensación de tu desequilibrio dietético. Pasar de la gran secada a la gran remojada o viceversa (como decía mi abuela) nunca ha sido una buena estrategia para casi nada, y desde luego no lo es para estas cuestiones.

3. La planificación del menú festivo no siempre depende de uno mismo, ya seas anfitrión o invitado, pero si te dejan tener algo de mano en su preparación no te olvides de incluir recetas en las que los vegetales sean los claros protagonistas (ensaladas más o menos exóticas, agradables cremas o sopas con alimentos de temporada: cardo, alcachofa, coliflor, etc.) al mismo tiempo que los incorporas en las guarniciones de los segundos platos. La clave del éxito de un menú festivo no tiene por qué estar en lo extravagante de sus recetas o ingredientes sino que muchas veces está en cómo se han preparado, en el “punto” que se les haya dado o incluso en los detalles que les acompañen.

4. Si has podido hacerlo así o has tenido la suerte de que así ocurriera, recuerda que diversos estudios apuntan a que en las ocasiones en las que se empieza  a comer con un plato de ensalada o de verdura se incorpora un número de calorías totales inferior a cuando se hace de otra forma.

5. Cuando estés ya frente a una típica comida de celebración procura servirte tú, en vez de que lo hagan otros. No siempre es posible, y si no lo es, presta atención cuando te estén sirviendo, deja claro qué quieres y qué no quieres.

6. Come de manera pausada, saborea, disfruta del momento, no estás en una competición de grandes comedores, estáis ahí para pasarlo bien, para compartir, reuniros, etc. Hay quien dice que es una buena estrategia el dejar los cubiertos en el plato mientras se mastica… a mí me parece un tanto ridículo, pero desde luego no así el comer consciente de lo que se está haciendo, no engullir y aprovechar la situación para paladear la comida y mantener una agradable conversación con el resto.

7. No es recomendable comer grandes cantidades de nada. Ni tan siquiera de aquellos alimentos que se consideran saludables. Ahora bien, ten presente más las proporciones que las cantidades absolutas. Habrá alimentos más recomendables (porque tengan más fibra, menos calorías…) que otros (porque sean más grasos, más calóricos, etc.); pues bien de los primeros más cantidad que de los segundos. Pero de ninguno “grandes cantidades”. Para ello es bueno que aprendas a distinguir la glotonería (la gula, si lo prefieres) del hambre de verdad.

8. Antes de repetir de cualquier plato, deja que los demás vayan acabando (a fin de cuentas, recuerda que ya te serviste una cantidad que consideraste apropiada). Deja pasar unos minutos antes de pedir repetir, con 4 ó 5 es suficiente. Si sigues queriendo hacerlo, adelante, no te cortes.

9. Una vez acabada la comida o la cena de celebración procura que no haya más comida al alcance, o al menos no demasiada (turrones, peladillas, mazapanes…). Esta circunstancia es posible que no dependa sólo de ti, dependerá de en qué casa estés comiendo, si es la tuya o no, de los gustos y apetencias del resto de comensales y demás factores. Pero ten en cuenta que hay muchas calorías extra en este picoteo tras haber acabado los postres.

10. Ni que decir tiene la influencia de las distintas bebidas alcohólicas presentes en la celebración. Si no se quiere prescindir de ellas (ya conocéis mi opinión al respecto) sugiero que sean un motivo de deleite en la mesa, más que una fuente de bebida (nunca de hidratación). Por tanto, ten cerca el agua y no la “abandones”.

11. Además hay otras buenas medidas que puedes tomar en consideración más allá de las que se refieren a la mesa en sí. Si has estado invitado y las circunstancias lo permiten no estaría mal que volvieras a tu casa dando un paseo, aunque como te digo eso va a depender mucho de la distancia, de que haya niños pequeños o no, de la hora a la que se acaba… Si la fiesta ha sido en tu casa, además de tocarte recoger, a lo mejor puedes acompañar un trecho de ese recorrido a algunos de tus invitados.

12. ¿Ha sobrado mucha comida, te han dicho que todo estaba estupendo y riquísimo? Entonces, ¿por qué no repartes parte de las sobras entre tus invitados?

Recuerda que no hay fórmulas mágicas contra los excesos (no estaría mal que las hubiera, pero no las hay). Si pretendes mejorar tus hábitos alimentarios recuerda que el mejor aliado lo tienes, si quieres, en ti mismo.

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Foto: Arnaud Abélard

 

10 comentarios

  1. Dice ser ALBA

    Me encantan tus recomendaciones, estoy siguiendo una dieta con endocrino por problemas de resistencia a la insulina e hipotiroidismo, he adelgazado ya 8 kilos y ayer me dio los mismos consejos mi médico.

    Sobre todo el tema de las 5 comidas si o si, y el caminar después de una comilona, cosa que yo sabía que era bueno. Por su puesto el litro y medio de agua.

    Me ha recomendado que el día siguiente de los excesos (intentar comer poquito por mucha comida que haya), haga dieta depurativa a base de verdura y ensalada exclusivamente durante todo el día.

    21 diciembre 2012 | 10:54

  2. Dice ser Pablo

    La teoría es bien sabida por todos, luego llevarla a cabo es lo difícil. Depende de las circunstancias de cada uno, pero sabiendo que son momentos muy puntuales (Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo y Reyes), es decir, 5 comidas especiales en 14 días, no creo que los excesos que se cometan vayan a suponer un gran trastorno de cara a los próximos meses en los que se pueda recuperar la rutina.

    Estos momentos navideños es donde más se aboga por el: «una vez al año, no hace daño» 😉

    21 diciembre 2012 | 11:11

  3. Dice ser pollito

    Las personas de peso adecuado «engordan» más o menos medio kilo… que se quitan sin pretenderlo en cuanto acaban las fiestas. Simplemente porque tienen la suerte de que su cuerpo «quiere» mantenerse en ese peso.

    Los gordos, pues bueno… depende de si llevaban tiempo estables en su peso (en ese caso se quitarán los kilitos de las fiestas también sin esfuerzo) o de si estaban en pleno ascenso ponderal (en cuyo caso hay poco que hacer, los acumularán).

    Porque el peso corporal (o para decirlo mejor, la masa grasa) depende de procesos fisiológicos que en su mayoría no son dependientes de la voluntad… ¿se puede controlar la ingesta de alimentos? Sí… igual que puede uno aguantar las ganas de hacer pis o la respiración: sólo hasta cierto punto.

    21 diciembre 2012 | 11:59

  4. Dice ser pollito

    Por cierto, no puedo dejar de comentar lo de las «dietas depurativas» de las que tanto se oye hablar… ¿por qué se les llama «depurativas», es que purgan algo «impuro» que se ha comido antes? ¿hay comidas «puras» e «impuras»? ¿o es la forma posmoderna de llamar a «comer poco» el día siguiente a haber «comido mucho»?

    21 diciembre 2012 | 12:10

  5. el-nutricionista-de-la-general

    Hola «ALBA»

    Muchas gracias por tus comentarios. Para dejar clara mi opinión y a diferencia de la de tu médico, yo no soy partidario de «dietas depurativas», ni de lo del litro y medio de agua «por supuesto» y tantas otras muletillas que se suelen utilizar en los casos de «hacer dieta».

    En cualquier caso no deja de ser mi opinión y te felicito por la pérdida de peso alcanzada. Mucho ánimo y felices fiestas.

    21 diciembre 2012 | 12:14

  6. Dice ser pyratilla

    La verdad que a mí despues de estos exceso de comidas y cenas y no sólo en casa, también se quedan con amigos, la cena o comida de empresa, etc, lo único que me apetece es comer verdura y hortalizas y la podrán llamar depurativa o como les dé la gana, pero lo qué si que digo es que te notas mucho más ligera y menos pesada.

    Que conste que yo hago regimén casi todo el año.

    21 diciembre 2012 | 12:23

  7. Dice ser Miliki

    @pollito: LOL Excusa de gordo.

    21 diciembre 2012 | 13:18

  8. Dice ser Adriana

    Hola! Esta entrada está muy interesante, especialmente para personas como yo con Colón irritable y que solemos sufrir en estas fechas. Hace un par de años los excesos navideños me ganaron una tarde en el hospital por un ataque feo de gastroenteritis :/ y desde ese día veo con miedo estas fechas. También aprovecho para preguntar sí tienes links a los estudios que citas en el punto 4, siempre que me entero de este tipo de cosas me gusta documentarme lo más posible. 🙂

    23 diciembre 2012 | 17:30

  9. el-nutricionista-de-la-general

    Hola «Adriana»,

    Gracias por tus palabras. Si Te parece bien esta semana haré una entrada en la que responderé a tu pregunta. Un cordial saludo y felices fiestas

    24 diciembre 2012 | 17:21

  10. Dice ser Julia

    Pues yo estoy de acuerdo con el nutricionista, lo rmejor es no abusar, yo hace algunos años que he dejado de ser glotona, y picar un poco pero sin atifrorrrarme, que luego llegan los ardores, y las pesadeces,y co

    25 diciembre 2012 | 10:47

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