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15 menores contraen la rabia tras practicar zoofilia con una burra

Querid@s,

¡Cómo esta el mundo Facundo! Quince niños y adolescentes marroquíes de entre siete y quince años han contraído la rabia por practicar sexo con una burra contagiada con la enfermedadEl insólito caso ocurrió la pasada semana en la localidad agrícola de Mechra Belqasiri, entre Rabat y Tánger, según ha publicado el portal LeSiteInfo. El grupo de jóvenes acudió al hospital para tratarse de unos síntomas que resultaron ser los de la rabia. Finalmente admitieron que el animal no les había mordido, sino que se habían contagiado tras practicar sexo con la burra, ignorando que ésta estaba infectada.

El macabro suceso ha conmocionado a la localidad y ha despertado una profunda vergüenza en las familias directamente afectadas. El propietario del animal, harto de los cotilleos del pueblo, ha terminado sacrificando a la burra. Por su parte, las autoridades locales han alertado a la población del caso para que se vacunen todas aquellas personas que se hayan acercado (conocido sexualmente) al animal y han iniciado un operativo para prevenir conductas similares en la zona.

Personalmente me preocupa enormemente que a edades tan tempranas una persona ya sea capaz de cometer un acto tan atroz. Vale que en poblaciones tan remotas y aisladas como Mechra Belsqui es muy probable que la interacción entre hombres y mujeres sea complicada, teniendo en cuanto además los preceptos de la religión musulmana. Pero de ahí a acabar practicando sexo con una burra hay mucho trecho. Como siempre, la base del problema es una pésima o nula educación sexual y una religión opresora que considera más lícito en el hombre practicar sexo con una burra que mantener relaciones sexuales con una mujer antes del matrimonio. Tampoco olvidemos que a los menores, además de violar al animal, no se les ocurrió protegerse con un preservativo.
El sexo ha de ser siempre consentido, consensuado y protegido. Y por su puesto, con seres de nuestra misma especie. Todo lo demás es una absoluta degeneración del ser humano.

La mujer que «practicó sexo» con un dinosaurio

Querid@s,

La gente está muy loca. Hace unos días pillaron in fraganti a esta vigorosa mujer en el país del Brexit, que está ya identificada por la Policía. La protagonista, sin bragas ya lo loco, decide frotarse contra la estatua de un Tiranosaurio Rex bebé decapitado dentro de un huevo con la cáscara rota. Y a plena luz del día, vamos exhibicionismo puro. El animal en cuestión formaba parte de una exposición en el Exmouth Dinosaur Trailun parque infantil de Devon, Reino Unido. Vean estas explícitas imágenes, publicadas por el Daily Mirror.

¿Cuáles era sus intenciones? Imaginaba una relación sexual con el tiranosaurio? ¿Ansiaba ser follada o masturbada por un animal salvaje y pétreo? Percátense de un detalle. ¿No creen que lo que ella luce es una camiseta de animal print, concretamente de leopardo? Parece que a la señora le va el rollo animal. No ha sido el primer abuso que el bicho prehistórico sufría por parte del incomprensible ser humano. Meses atrás algún desalmado le arrancó la cabeza. Por si no hubiera tenido bastante, a la inerte criatura ahora le toca sufrir en sus propias carnes el desenfrenado furor uterino de esta señora.

La gran consternación detrás de este acto bastante loco es que los niños juegan y tocan los dinosaurios. Normal, los niños lo tocan todo. Además según las declaraciones de John Thorogood, el organizador de este recorrido, “fue claramente una fotografía planeada deliberadamente de una adulta muy inmadura en un acto sexual”.

La policía británica se ha puesto manos a la obra y anda detrás de la protagonista de este acto tan bochornoso. El trabajo sucio le ha tocado al servicio de limpieza del parque, que no ha tenido más remedio que desinfectar al bicho con guantes y todo.

(Fotografía publicada en el Daily Mirror)

«Estamos impactados y consternados por este acto atroz y de grave indecencia«, aseguran varios concejales de la localidad británica de Exmouth al Daily Mirror. No me extraña, el asunto es bastante serio. ¿O no? Me pregunto si esta mujer andaba con una calentura excesiva y en un momento dado simplemente se le fue la olla con la escultura de turno, o por el contrario, mucho más preocupante entonces, padece una de esas perversiones sexuales conocidas como filias. Muchas de ellos no son alarmantes – ponerse cachondo con mujeres embarazadas (maieusiofilia), excitarse ante la presencia de globos (looning), o venirse arriba con los elementos de la naturaleza), otras, de abominable pronunciación, no lo son.

Si la heroína de esta rocambolesca historia se excita frotándose las vergüenzas con la escultura de un dinosaurio, ¿estamos ante un caso de zoofilia? Aunque sea una escultura, no deja de ser un animal.

Sea lo que sea, la que liaría en Jurassic Park.

Que follen mucho y mejor.

Perversiones raras de la A a la Z

Querid@s,

¿Le gusta a usted jugar con cosas raras? ¿Le van individuos bizarros? ¿Le ponen situaciones que no le van a sus amig@s? Sin lugar a dudas, es usted un parafílico.

Todos hemos oído hablar de comportamientos  poco habituales como la cropofilia, el sadomaso, el voyeurismo o el voyeurismo. Para gustos los colores y respeto, pero hay otras filias que lógicamente no. Depravaciones como la necrofilia, la zoofilia y otras que no quiero ni pronunciar. Como todo en la vida, en el mundo de las parafilias hay para todos los gustos. El número y taxonomía de las filias sexuales tienen su intríngulis y algunos expertos y fuentes especializadas en la materia tienen identificada la friolera de 549 tipos de parafilias.

Estos gustos son comportamientos sexuales en los que la fuente predominante de placer no se encuentra en la cópula, sino en individuos, situaciones, objetos o actividades atípicos. Sin embargo, los expertos no aclaran y no hay manera de que lleguen a un acuerdo cuando se trata de poner los límites entre una práctica sexual bizarra y la parafilia. Incluso existe debate sobre si alguna de las consideradas parafilias realmente no lo es. Un asunto vidrioso, cuanto menos.

Escena de la película Historia de O (1975)

Clasificar una práctica sexual como parafilia depende muchísimo de las convenciones sociales imperantes en un momento y lugar concretos. Por ejemplo, el sexo oral y la masturbación se consideraron parafilias hasta mediados del siglo XX. Aunque a uno le exciten las faltas de ortografía, fenómeno denominado anortografofilia, no sería una práctica parafílica, siempre que la persona no se ponga cachondo sólo leyendo faltas de ortografía.

He rescatado para ustedes algunas de las parafilias más extrañas del mercado, una por (casi) cada letra del abecedario. Me las ha chivado la wikipedia.

Andromimetofilia: Atracción por mujeres que se visten de ellos. Además se comporta sexualmente como un hombre y el hombre adopta el rol de la mujer. En la penetración anal, la que haga las veces de penetrador@ será ella y el hombre será al que pongan mirando pa Cuenca.

Balloning: Placer sexual que se obtiene sólo al ver mujeres hinchando globos, explotándolos, montándolos, estirándolos y jugando con ellos.

Clastomanía: Excitación al romperle a la pareja la ropa que lleve puesta.

Dacrifilia: Excitación por las lágrimas o el llanto del otro.

Efebofilia: Atracción hacia adolescentes o personas que pasan por la pubertad.

Formicofilia: Excitación sexual al reptar hormigas (también otros insectos —caracoles, gusanos— o animales pequeños) sobre los genitales

Furtling: Las revistas porno “cobran vida”. Se recorta un agujero para el pone donde debería ir el pubis y uno se masturba con la página colgando. Dicen que es casi tan placentero como la vida real, pero con el inconveniente de que uno se puede cortar con el papel.

Gigantofilia: Atracción sexual por mujeres gigantes.

Hipoxifilia: Consiste en impedir la respiración de la pareja o la propia, vía la semiestrangulación u obstruyendo las vías respiratorias cubriendo la cabeza con elementos de látex o plásticos. Y precisamente con una bolsa de plástico le taparía la cara a Cristiano Ronaldo, que es una gamba. De semejante varón se aprovecha todo menos la cabeza.

Ipsofilia: Excitación sólo por uno mismo. No es lo mismo que masturbación, donde el objeto sexual puede ser una persona presente, una fotografía o una fantasía. Aquí hablamos de ponerse a sí mismo, de mirarse y ponerse cachondo. ¿Un narcicismo sexual?

Jactitafilia: Excitación producida por el relato de las propias hazañas sexuales. Esto me suena bastante. Alguna vez me he  colado en alguna conversaciones de machotes en la que el orador se marcaba un monólogo de lo más erótico en el que su oratoria iba cobrando una fuerza desmedida mientras salivaba y contaba con todo excesivo lujo de detalles su proeza.

Koumpounofilia: Excitación sexual derivada de los botones o prendas con botones. Habrá que probarlo, yo empezaría desabrochando los de la camisa, a ver qué tal se me dan.

Ligofilia: Atracción por lugares oscuros o lúgubres.

Misofilia: Atracción sexual por la ropa sucia.

Nasofilia: Fetichismo de la nariz. La persona se excita sexualmente al ver, tocar, o a menudo, chupar de manera erótica la nariz. Menos común, están los que se excitan al sentir su nariz acariciada, tocada o chupada.

Oclofilia: Excitación ante una multitud de personas reunidas.

Plushofilia: Excitación al tener «sexo» con algún peluche o restregar las partes intimas con algún muñeco de felpa.

Quinunolagnia: Excitación sexual por ponerse en situaciones de peligro.

Renifleurismo: Excitación debida al olor de la orina.

Somnofilia: Tener relaciones sexuales con una persona desconocida mientras aquella duerme.

Dibujo de Utagawa Kunisada, Wikipedia

Tricofilia: Excitación por el cabello humano. Deriva en varias parafilias según color, cantidad, largura o peinado. También vale masturbarse utilizando el cabello de otra persona y la excitación por ver cómo el otro se acicala el cabello.

Urofilia: Excitación exclusivamente con el uso de la orina durante la práctica sexual. Vamos, la conocida lluvia dorada.

Vorarefilia: Fetichismo en el que la excitación se deriva de la idea de ser comido, comer a otra persona o presenciar el proceso.

Xenofilia: La excitación sólo se produce con personas de otro países.

Zoofilia (bestialismo): la excitación sexual se produce solamente con animales.

En fin, cada loco con su tema. ¿Conocen alguna más?

Que follen mucho y mejor.

El hombre que practicó sexo con un delfín durante un año protagoniza un documental

“Tuve un romance con un delfín durante un año porque me sedujo”. El que así habla es Malcolm Brenner, de 63 años, protagonista de Dolphin Love, un documental que acaba de estrenarse hace solo unos días en el festival de cine alternativo Slamdance, en Park City, Utah (EE UU). En él, Brenner cuenta durante 15 minutos, con todo lujo de detalles, la relación que mantuvo durante varios meses, sexo incluido, con un cetáceo hembra llamado Dolly.

dolphin loveTodo empezó en 1971, cuando Brenner, que entonces era fotógrafo, recibió el encargo de tomar imágenes de los delfines en el estanque de un ya desaparecido parque de atracciones en Sarasota, Florida. “Empecé a frotarle la espalda, hasta llegar a las aletas y la cola. Entonces ella fue lentamente girando hasta posicionarse frente a mí”, explica en el documental. A partir de ese momento, el exfotógrafo pasa a describir la escena de sexo con detalles muy muy precisos y un lenguaje muy directo, hablando de “hendiduras genitales” y cosas por el estilo, y mientras habla, los espectadores pueden ver un gráfico animado que ilustra el encuentro a la perfección.

Brenner pasaba horas con los delfines trabajando y, según su testimonio, aprovechaba cuando el parque cerraba al público para practicar sexo con Dolly. Según él, fue el animal el que inició el cortejo sexual que acabó en una relación que duró un año. Él se describe a sí mismo como zoófilo y en 2009 publicó la novela autobiográfica Wet Goddes.

Malcolm brennerEl año pasado, en una entrevista previa, Brenner contaba al diario Daily Mirror que había “algo trascendental en hacer el amor con un delfín”. “Son criaturas muy conscientes, inteligentes y empáticas”, decía, al tiempo que insistía en que su “romance” fue consentido.

El propio Brenner ha comentado en su blog que el documental ha sido bien recibido en el festival y que nadie se salió durante la proyección. Asimismo, describe como “bonitas” las imágenes animadas que explican el encuentro sexual con el delfín.

La noticia de esta cinta llega solo unos días después de que en España, la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados diese vía libre a una reforma del Código Penal que castiga por primera vez la zoofilia, el maltrato y abandono de animales y la celebración de peleas de gallos y perros (no así a sus organizadores). La ‘explotación sexual’, en concreto, será tipificada con una pena de tres meses a un año de cárcel.

¿Creéis que la historia de Brenner puede considerarse explotación sexual? ¿De verdad puede un animal dar su consentimiento a una relación sexual de ese tipo? ¿Cuáles son vuestras conclusiones?