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El morbo (machista) de las agresiones sexuales

Hace poco, una seguidora me preguntaba si, como periodista, veía normal la cobertura que se había hecho de un asesinato por violencia machista en su ciudad.

En el artículo que me enviaba, no faltaban detalles acerca de qué partes del cuerpo de la víctima -y de qué manera- había forzado el agresor.

«No he podido terminar de leerlo», me escribió confesando que le daba náuseas. Respondiendo a su pregunta, sí, ese tratamiento mediático es lo normal.

mujer violencia machista

PEXELS

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De las primeras cosas que nos contaban en la carrera de periodismo es que cubrimos el servicio de informar a la ciudadanía de manera veraz, que nos debemos a la audiencia y a la objetividad.

Y, de la misma forma, el periodismo se moldea a la sociedad a la que comunica, convirtiéndose en un reflejo de sus valores e intereses.

Así que no se puede evitar: el periodismo es machista.

El periodismo es machista cuando hay un perfil concreto que es un factor añadido de interés, el de las víctimas femeninas.

Delitos a menores de edad y mujeres son los sucesos que más atraen a la ciudadanía. Y vemos ese alto impacto en casos como Diana Quer o Marta del Castillo.

La amplia cobertura responde al «síndrome de la mujer blanca desaparecida», que lo llama la periodista Paula Carroto, refiriéndose a la atención que se produce sobre un caso en el que una mujer joven, atractiva, de clase media o alta, procedente de una familia estructurada, está desaparecida o es asesinada.

Son las que se usan como gancho para que esa voracidad informativa se vea satisfecha. Y la razón responde al problema estructural del machismo, ya que el público percibe a las mujeres y los menores como sujetos débiles.

De esta concepción parte la conmoción ante los hechos que hayan podido experimentar y es cuando el sensacionalismo brilla en todo su esplendor.

Del sensacionalismo del crimen a la sensibilidad

Temáticas como la violencia, el escándalo, la polémica, una tragedia, el sexo u otras intimidades son empleadas para lograr una mayor efectividad a la hora de transmitir la noticia.

Por ello, esa excesiva narración de las agresiones es algo intencionado para aumentar el interés (y los clics) del público sobre el caso.

Pero aquí encontramos dos problemas: que o bien se potencia la brutalidad de los hechos delictivos o bien lo sucedido a las mujeres raya la pornificación, por la manera en la que se construye la narrativa.

«Lo que tienen que relatar son las lesiones resultantes, no las agresiones, a mi modo de ver», explica Cristina Fallarás, escritora y periodista española que además ganó el Premio Buenas Prácticas de Comunicación No Sexista.

«Es decir, no ‘penetración anal’ sino desgarro anal severo, alteración en las funciones del esfínter, trastornos varios… No cómo sucedió la agresión, sino qué lesiones de todo tipo provoca en la víctima y cuáles son sus consecuencias».

El sesgo de la cobertura mediática ‘normal’ -normal por frecuente, no porque sea su estado natural- se hace aún más evidente cuando nos resulta imposible imaginar esas descripciones que leemos diariamente a la inversa, es decir, si fueran sufridas por hombres.

O si imagináramos las acciones de un cura pederasta -que en nuestro país tenemos unos cuantos casos- en ese mismo estilo de crónica de sucesos.

Nos llevaríamos las manos a la cabeza y tacharíamos a ese medio de hacer apología de la pedofilia, así como de violar los derechos fundamentales de los menores.

Puede parecer sorprendente para un 44% de la población, pero las mujeres también tenemos derecho a nuestra intimidad y a ser tratadas dignamente.

Rehumanizar a las víctimas

No cebarse en la escabrosidad no es ocultar información ni negarle información a la ciudadanía, es respetar ese derecho humano de mantener una parcela privada, sin intromisiones de terceros, pero también dar ese trato mediático igualitario a las mujeres.

La apelación a la emoción de la audiencia, como afirma Cristina, no debería ir ligada a la lectura de hechos violentos y crueles, porque son caldo de cultivo de la revictimización.

Exponer a las víctimas a los detalles puede llevarles a recordar lo que sucedió, evocando su trauma.

Una cobertura más cuidadosa alejada de la ultraexposición promueve la recuperación, pero también evita que pueda afectar negativamente a su vida personal y profesional.

No necesitamos piezas informativas de alta calidad desde el punto de vista del morbo, sino de alta calidad humana, de concienciación, que fomenten la empatía y la comprensión del impacto de las agresiones sexuales.

Centrarse menos en la cosificación de las agresiones y más en la responsabilidad del agresor, es lo que conseguirá una nueva definición de periodismo de sucesos normal y un cambio más profundo como sociedad.

Esa sí es una manera efectiva de comprometerse con la erradicación de la violencia machista: dejar de hacer de ella un espectáculo.

Mara Mariño

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¿Por qué cada vez hay más agresiones sexuales de menores?

Ayer, después de un episodio de acoso callejero por parte de un hombre que terminó siguiéndome hasta mi portal, me planteaba cómo era posible que vivamos en un mundo en el que coexisten progresos futuristas como la inteligencia artificial o los coches autónomos, pero el acoso callejero siga igual que siempre.

Miro, esperanzada a mis ‘sobrinas’, las hijas de amigos y amigas que, espero, lo tengan menos complicado que yo. Pero cada vez me cuesta más creer que su experiencia va a ser algo diferente a la mía.

La fe que albergar en el comportamiento de quienes nos suceden se va difuminando conforme no paro de leer noticias que hablan de violaciones a edades más tempranas, protagonizadas por víctimas y agresores menores.

Agresiones menores

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Chavales que sin poder votar ni sacarse el carnet de conducir van agrediendo a sus coetáneas. Adiós a ese futuro ideal donde las nuevas generaciones iban a tratarse con respeto e igualdad.

Ya no es solo que la víctima más común de las violaciones es una chica de 15 años de edad, sino que el pico de agresores se da entre hombres jóvenes.

Un 46% de los violadores tienen menos de 25 años, el 17% menos de 18 y un 15% menos 15. Sí, me toca hablar en masculino porque si bien #notallmen son violadores, #yesallvioladores son hombres.

Es algo que confirma Louise Perry en su libro Contra la revolución sexual: el 98 99% de delincuentes sexuales convictos del mundo son hombres.

Despejada la (no) incógnita del sexo de los agresores, cabe preguntarse a qué se debe ese repentino descenso de edad. ¿Qué puede estar pasando?

«De los 8 a los 12 años se da la construcción del deseo», apunta la educadora social Marina Marroquí, «que es la edad a la que les llega el porno. Antes de que den la mano o un beso ya han visto violaciones, bukkakes…»

Y el quid de la cuestión: «Las relaciones con la sexualidad en ese momento es lo que te va a excitar el resto de tu vida«.

Te puede interesar leer: El peligro de quienes usan OnlyFans como educación sexual 

Las consecuencias directas de esa construcción del imaginario las sufrimos nosotras. Cuando resulta más estimulante una agresión que una relación deseada, estamos ante un problema.

«El objetivo del porno es generar una generación entera de chicos que no les importe ver dolor. No es solo que ver a una mujer rota no te tiene que doler, te tiene que excitar«.

Estamos en plena erotización de la violencia

Y, sin embargo, las páginas continuan su prolífica actividad pese a estar mostrando imágenes que, como dice la educadora «si simulas delitos del código penal, incitas el odio hacia las mujeres«.

La validación del grupo

Esto fue algo que Marina comentó hace unos días en el I Congreso de Violencias Sexuales, donde también apuntaba Carmen Ruiz, socióloga especializada en violencia de género en adolescentes y jóvenes, lo clave que es la socialización como factor que explica esta temprana edad de los agresores.

«En los chicos, el valor que deben demostrar es ser sexualmente activos ante la fratría, que debe reconocer eso, que son un hombre de verdad, lo que explica que haya agresiones grabadas y compartidas«.

Ya no es solo presumir de vida sexual, es probarla ante el resto como manera de validación, de reconocimiento en el grupo.

¿La solución? Es la pregunta que todos nos hacemos. La respuesta es educación, pero no es tan sencillo como hacer una hora de talleres en toda la etapa escolar.

María Gijón, del perfil de instagram @educarsinestereotipos, comentaba que «el problema es que no todas las familias tienen recursos para educar antes de que lleguen los impactos del porno».

Así que un buen consejo que propone es mantener alejados los dispositivos: «La tecnología se debe retrasar en la medida que se pueda, ya que los inputs llegan por smartphones, pero también videojuegos, chats… Y debe ir acompañada de educación emocional, educación sexual…»

Mara Mariño

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Burundanga, la droga sexual de los presuntos violadores de San Fermín

Querid@s,

Repasemos los últimos acontecimientos. El abuso de los cinco sevillanos detenidos por la violación múltiple en San Fermín no era el primero cometido por esta panda de degenerados que comentaban orgullosos el ultraje como si de una hazaña se tratase:

-Buenos días

-Follándonos a una entre los 5

-Jajaja

-Todo lo que cuente es poco

-Puta pasada de viaje

-Hay vídeo

La policía sospechaba que estos bárbaros habían actuado de forma similar en otras ocasiones, y así se ha confirmado. Cuatro de los cinco acusados abusaron sexualmente el pasado mes mayo de otra joven de 21 años en la provincia de Córdoba.  Por si fuera poco la barbarie, grabaron los tocamientos con el móvil de uno de ellos, un guardia civil destinado en la zona, y compartieron el vídeo en el chat de WhatsApp llamado Peligro en el que figuraban, además del cafre de Prenda y sus colegas, otros 16 ¿cómplices?

Los cinco presuntos violadores de San Fermín

Los cinco presuntos violadores de San Fermín

La víctima se despertó completamente desnuda en el coche con el mono y las medias rotas, y sin acordarse de nada. Se vistió y se sentó en el asiento del copiloto, cuando uno de ellos le dijo que se la chupara. Con un par. Según el juez, ella dijo que no y la golpearon una vez en el brazo y dos veces en la cara para después empujarla fuera del coche e insultarla. Seguro que encima la llamarían puta, los muy… Fue abandonada a golpes en un descampado como si fuera una muñeca de trapo. La víctima acudió a la policía municipal tras los hechos, pero no la creyeron. No sé por qué me sigue sorprendiendo. Seguro que se pensarían que era una fresca que estaría resentida por algo. Además de violarla,  un detrás de otro, los cuatro se mofaron de ella y uno de ellos hasta celebró que le diesen «burundanga».

¿Qué es la Burundanga?

El término popular “burundanga” tiene origen afrocubano y significa brebaje, sustancia usada para controlar a una persona y transformarla en víctima con el fin de someterla y cometer ilícitos. El nombre burundanga se usa frecuentemente para designar a la escopolamina, un alcaloide tropánico que se encuentra como metabolito secundario de plantas en la familia de las solanáceas.

Esta droga sexual es una sustancia de sumisión química que se emplea de forma singular en agresiones sexuales, ya que anula la voluntad de la víctima y provoca en ella confusión y amnesia posterior. Los restos de esta droga desaparecen muy rápido de la sangre, por lo que su uso es muy complicado de demostrar en un juicio. Además, a muchas víctimas les aterra denunciar para evitar la segunda victimización, esa  angustiosa situación que supone revivir la agresión o los abusos sexuales. ¿Qué sabremos los que no hemos pasado por tal tortura?

Peligro y Manada

Estos «presuntos» violadores, no quiero líos, ¿en qué momento se creen que las mujeres somos un agujero, un trozo de carne que ni siente ni padece, y al que se puede drogar para después manosear, magrear y hacerle cuanto se les antojeEl chat de WhatsApp llamado ‘Peligro’ en el que figuraban, además del cafre de Prenda y sus colegas, otros 16 cómplices, puede herir sensibilidades. Prenda y sus cuatro secuaces no deben de tener muchas luces ya que whatsappearon tras -incluso durante- el abuso sexual de Pozoblanco, convirtiendo toda la conversación en una concatenación de frases vergonzosas y contenido muy alarmantes. Entre otras lindeces dicen: «Madre mía que le echasteis a la chavala burundanga. K bueno (sic)».

La conversación comienza cerca de las 8 de la mañana del 1 de mayo con vídeo incluido por parte del cabecilla de la manada, José Ángel Prenda Martínez. Y a falta de uno, dos chats; el segundo, Manada, donde la joya del Prenda se atreve con esta frase que a mí me produce terror y unas incontrolables ganas de llorar: «Es otro caso marta del castillo niño jajaja«. Vean.

Extracto de los mensajes publicado por Diario de Noticias.

Mensajes publicado por Diario de Noticias.

Artículo 181 del Código Penal

Estos que parecen niños de bien son de la peor calaña. De nuevo estamos ante un caso de abuso sexual perpetrado no por uno sino por cinco machitos cabríos, la mayoría de ellos miembros de alguna de nuestras Fuerzas de Seguridad del Estado, esos cuerpos que supuestamente se erigen en ángeles custodios de nuestra defensa. Pero igual a estos innombrables se les ha olvidado lo que reza el Código Penal sobre drogar a alguien en contra de su voluntad y violarle sin vergüenza ni piedad, y en este caso por cuadruplicado.

Según el artículo 181 del Código Penal, «el que, sin violencia o intimidación y sin que medie consentimiento, realizare actos que atenten contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona, será castigado, como responsable de abuso sexual, con la pena de prisión de uno a tres años o multa de dieciocho a veinticuatro meses. Se consideran abusos sexuales no consentidos los que se ejecuten sobre personas que se hallen privadas de sentido o se anule su voluntad mediante el uso de drogas.» Seguro que ya tendrán tiempo para estudiárselo de cabo a rabo mientras pasan agradables veladas en la cárcel, donde me da a mí que no se reirán tanto como en Peligro.

¿Este tampoco es un caso de violencia machista? Para mí lo es de todas todas, además de una barbarie cometida por almas tenebrosas que aprovecharon su superioridad numérica y física para abusar de chicas jóvenes. A las jóvenes víctimas nada les va a devolver lo que esos réprobos les han arrebatado, pero al menos verles entre rejas podrá calmar algo su rabia. Y la nuestra. No dejo de pensar en lo mucho que se reían todos ellos en un chat y otro. Aviso querid@s, el que ríe el último ríe mejor.

Que follen mucho y mejor.

El condón antivioladores existe y se llama Rape-Axe

Querid@s,

“Me miró y me dijo, si hubiese tenido dientes ahí abajo…»”. “Le prometí que algún día haría algo para ayudar a gente como ella”. Esto fue lo que hace más de veinte años le dijo una paciente que acababa de ser violada a la doctora sudafricana Sonette Ehler. Veinte años de investigación después, nació Rape-Axe como una forma de proteger a las mujeres de las violaciones. Es un preservativo femenino con dientes y cuchillas que se incrustan en el pene en el momento de la violación.

doctora

Rape-Axe se inserta en la vagina como un diafragma o tampón. Cuando la víctima es penetrada, el dispositivo corta los genitales del agresor con su sistema de seis cuchillas que atrapar al pene violador. Pero no queda ahí la cosa, porque Rape-Axe vuelve a cortar el miembro cuando el agresor intenta sacarlo. En caso de que el insista en su afán por desprenderse del condón, lo único que conseguirá es que el aparato se contraiga, acentuando significativamente el dolor. Este dispositivo sólo puede ser retirado con ayuda médico.

El violador, mientras tenga el condón aferrado a su pene, no podrá orinar y andará con tremenda dificultad. Únicamente podrá desprenderse de la trampa con una pequeña cirugía, por lo que en algún momento terminará acudiendo a un centro médico para tratarse, facilitando así su identificación y posterior detención. La doctora Ehlers asegura que el aparato no causa heridas en la piel, por lo que no se desprenden fluidos que podrían transmitir enfermedades de transmisión sexual, ni provoca daños irreversibles.

Rape-Axe fue patentado en 2005 y se popularizó en 2010, cuando se repartieron 30.000 unidades durante el Mundial de Fútbol de Sudáfrica. Se diseñaron varios planes para su comercialización, pero actualmente no está en venta para el público general… probablemente debido a la controversia generada.

CONDON

Como era de esperar, cuando se escuchó por primera vez el nombre de Rape-aXe, se comenzaron a escucha también las primeras voces contrarias a este afilado invento. Sus detractores lo tienen muy claro:

  • Rape-Axe deposita en la mujer la responsabilidad de defenderse de la violación, en lugar de analizar sus causas para prevenir. No soluciona el problema y  además culpabiliza a la víctima.
  • Se centra de manera exclusiva en la penetración vaginal, sin reparar en otras formas de violencia sexual (incluyendo la penetración oral o anal).
  • Muchos ven en Rape-Axe una invención médica para tratar un problema social.
  • Solo actúa cuando la penetración ya ha ocurrido. No evita la violación sino que se limita a acortar su duración.
  • Un daño colateral previsible son las represalias que el agresor pueda tomar contra la víctima, dejándola expuesta a más violencia.

Otras opiniones adversas aseguran que es una solución ‘medieval’. «Una solución medieval para un acto medieval» responde contundente la doctora.

Personalmente no creo que sea la solución ideal, pero ¿a alguien se le ocurre alguna mejor? Como victimas potenciales de agresiones sexuales, las mujeres no deberíamos asegurarnos de casa con el condón puesto en caso de que algún desgraciado nos viole. Menudo sin vivir y qué injusto. La responsabilidad no ha de caer en las víctimas, sino en los agresores, y en esta sociedad muchas veces impune con violadores que no hace sino mirar hacia otro lado.

Independientemente del lado en el que sus conciencias se posicionen, Rape-Axe supone un paso para aplacar este mal social en todo el mundo, especialmente desolador en Sudáfrica, país en el que según reza un informe del Consejo Médico de Investigación puso de manifiesto en 2009 que el 28% de los hombres encuestados había violado a una mujer o un menor, mientras uno de cada 20 de los entrevistados admitió haber cometido un asalto sexual en el año anterior.

Brindo por Rape-Axe, para que ningún desgraciado vuelva a meter su pene en vagina ajena sin consentimiento.

¿Brindan conmigo?

Que follen mucho y mejor.

 

Agresiones sexuales (en Sanfermines): Cuando NO es NO

Querid@s,

«Una vez dentro me rodearon los cuatro y me tiraron al suelo. En esa posición me quitaron el sujetador y los botones del pantalón. Intenté escapar, pero no pude, incluso, me taparon la boca para que no gritara». De este modo relató la joven víctima la presunta agresión sexual en Pamplona en la primera noche de San Fermín.

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Fue víctima de una violación múltiple. Ella era una. Ellos eran cuatro. No uno, ni dos, ni tres, sino cuatro. Malditos bastardos. Pero la de la joven de diecinueve años no ha sido el único ataque sexista. En cinco días se han presentado en Pamplona doce denuncias contra la libertad sexual y se ha detenido a doce personas. Los presuntos agresores continúan detenidos en prisión provisional. Ojalá se pudran en el calabozo. Ojalá algún día las mujeres podamos movernos en las fiestas (y en la vida) con la misma libertad que ellos. Sin miedo a quedarnos solas, sin miedo a que nos persigan o nos acechen de noche, sin miedo a que intenten abusar de nosotras. Sin miedo a nada. Desgraciadamente aún no ha llegado ese día.

Estos Sanfermines han terminado con un balance terrible. 16 denuncias por violaciones y tocamientos a mujeres. Me pregunto qué problema tienen estos proyectos de hombre. Porque un hombre que abusa de esta manera de una mujer no es un hombre. A ver si queda claro de una vez por todas. No es no. Cuando una mujer (o un hombre) grita y llora mientras se l@ está tocando, besando o manoseando quiere decir que no.

Me adelanto a los comentarios que de sobra sé que harán algunos de ustedes. Si no quieren que las violen que no vayan vestidas (como putas) y que no enseñen las tetas. Guarras. Si provocan, luego que no se quejen. ¿Acaso enseñar el torso quiere decir que cualquier hombre tiene luz verde para que la violen a una? ¿Por qué no podemos quitarnos la camiseta como lo hacen ellos sin que por ello tengamos que exponernos a agresiones sexuales? Cuando ustedes los hombres se descamisan, ¿quiere decir que podemos abusar de ustedes y que podemos tocarles sin su permiso? Creo que no.

Solo puedo decirles que a estas alturas del cuento resulta inquietante que la responsabilidad de las agresiones sexuales machistas siga recayendo sobre nosotras. El agresor es el único culpable. Pero la violencia machista es algo estructural que tiene que ver con la sociedad patriarcal en la que vivimos y hace creer a algunos hombres malos que tienen derecho sobre nosotras.

Pilar Mayo, técnica de Igualdad del Ayuntamiento de Pamplona y coordinadora del grupo de trabajo Sanfermines en Igualdad dice «No. Las agresiones sexistas en Sanfermines no se diferencian de las que se producen en espacios de ocio nocturnos, donde se presupone y exige a las mujeres que seamos más permisivas cuando los hombres van pasados de tono. Es como si nos dijeran: «chica, que estamos de fiesta, no te pongas así«.

Pues yo digo: Mira chico, me pongo como me dá la santa gana. ¿Quién eres tú para decirme como tengo que ponerme o dejar de ponerme?  Y es que en ambientes festivos la violencia machista está más justificada – la simple justificación ya es vergonzosa y deleznable- . Uno se pasa con las copas/drogas y se monta en la cabeza la pirula del todo vale porque estoy de fiesta mientras se excusa miserablemente con el pretexto de que el alcohol y las drogas disculpan casi cualquier comportamiento de abuso de poder.

No olvidemos señoras y señoras que existen otro tipo de agresiones que cualquier hija de vecino hemos vivido en algún momento de nuestra existencia. Hablo de la violencia y el abuso más invisible y naturalizado como son los tocamientos de culo o mama, el acoso callejero, los insultos o piropos desacertados o cuando nos agarran para bailar aunque no queramos. Para los que no se enteran ni del NODO…NO sigue siendo NO.

Desde este blog les pido a todos, sobre todo a los caballeros, su apoyo a todas las víctimas de las agresiones sexuales y la repulsa a todos sus malditos verdugos. En esto o están ustedes en contra o están a favor. Y el que calla otroga.

En fiestas, de noche, de dia, en la playa y en la montana. NO sigue siendo NO.

P.D.: Les he echado de menos. ¿Y ustedes a mí?

Que follen mucho y mejor.