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Sexo en el agua: manual de uso y disfrute

Querid@s,

El verano, que se nos acaba, es una época ideal para escapar de la monotonía sexual. También es tiempo de playas y piscinas, sean privadas, públicas o comunitarias. En esta diversidad de masas de agua se pueden realizar muchas más actividades que tomar el sol o pegarse un chapuzón. ¿Mejor un revolcón no? Es el momento ideal para practicar una de las fantasías eróticas más comunes: el sexo acuático

Imaginad los mismos abrazos, las mismas caricias, la misma entrega de los cuerpos, los mismos ósculos apasionados, pero más mojados, más húmedos. Yo me imagino a los cuerpos amantes balanceándose al compás de las olas, la luz de una luna llena rielando sobre la piel mojada. Primero tímidos escarceos y besos en la piscina o en el mar. Inevitablemente una cosa lleva a la otra. El deseo se apodera de nuestros cuerpos para terminar zambulléndonos de pleno en memorables encuentros sexuales pasados por agua.

¿Quién no se ha imaginando una escena de aquasex en mitad del calor de la noche con la luna como único testigo?

El calor de la noche

El aquasex, o sexo bajo el agua, es una de las fantasías eróticas más comunes¿Por qué gusta tanto? El sexo acuático tiene unas cuantas razones eróticas que lo hacen la mar de interesante: hacerlo en un lugar público, el riesgo de ser pillado ‘in fraganti’, el tacto bajo el agua. Suena de lo más apetecible, convendréis.  Para un óptimo uso y disfrute, atended a este breve manual de aquasex.

El sexo acuático se disfruta más sin preservativo, eso no lo puede negar nadie. No obstante, salvo que uséis otro método anticonceptivo, enfundarse un preservativo es clave. Sin embargo, los condones y el agua no hacen buenas migas. Aviso a buceadores, para evitar problemas lo mejor es hacerse con condones especiales para polvos en medios acuáticos y lubricantes que debéis aplicar antes de poneros a remojo. Procurad hacerlo con el pene erecto para evitar que se formen burbujas de aire.

Cocktail

En este caso el agua ni hidrata ni ayuda a la lubricación, en contra de lo que opinan los que hablan de estas cosas de oídas. Uno podría pensar que con tantas partículas acuosas el miembro viril se desliza la mar de bien, pero no es el caso. El agua tiende a menguar la lubricación natural de la mujer, colaborando a la fricción del asunto y por ende a una rotura inminente del preservativo.

Una vez resuelta la lubricación… ¿Piscina o mar? He tenido la inmensa suerte de haber probado ambos medios. En sendas piscinas y en varios mares. Es lo que tiene tener el viajar como pasión. He de confesar que hacer el amor en el mar es altamente seductor y que un polvo en la orilla de la playa es de lo más sensual y romántico. Eso sí, un poco engorroso es. Algo cansado también. Entre el vayven de las olas, la incomodidad de no tocar fondo, tragar agua salada por un tubo y un equilibrio que se va al garete en cada embestida, follar bajo el mar puede convertirse en toda una hazaña. La piscina es bastante más cómoda y serena para estos menesteres, aunque no tiene el mismo encanto que mantener escarceos en el agua del mar y terminar abrazados y jadeando en la orilla del mar con la arenas y la sal en la boca. Os lo aseguro.

Showgirls

Si sois más de secano y el fornicio entre tanto agua os resulta un enredo, podéis limitaros a practicar los prolegómenos en el entorno acuoso elegido y rematar la faena sexual en tierra firme. Y pelillos a la mar.

A follar a follar que el mundo se va a acabar.