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Sí, el sexo con la regla puede ser (muy) placentero: apunta estos 6 consejos

Más o menos, las mujeres tenemos 400 reglas desde que nos viene por primera vez hasta la menopausia.

Así que entre los días de sangrado fuerte y los que simplemente manchamos un poco, nos pasamos con sangre o restos entre las piernas más de 2000 días de nuestra vida.

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Los suficientes como para que ni me plantee pasarlos religiosamente sin tener sexo. Las ganas siguen ahí, quizás en mayor o menor medida en función del momento o del ciclo. Pero si hay deseo, ¿cómo pensar en no tener ningún tipo de actividad?

Para mí, en concreto, hace que el periodo sea mucho más llevadero. Recuerda que el orgasmo siempre te va a ayudar a que las molestias se pasen (la combinación ibuprofeno y clímax es mi favorita durante esos días).

Pero también es cierto que podemos hacer que el polvazo nos resulte más apetecible. Así que ahí te dejo mis recomendaciones para que te tires a la piscina (menstrual) y te animes:

  1. Si por lo que sea te da pavor que se te acerquen cuando sangras (que no pasa nada), recuerda que el clítoris está lejos de la vagina. En concreto unos cuántos centímetros más arriba. Con un tampón o una copa menstrual te aseguras de que no se convierta en el gran olvidado, sino en el protagonista. ¿Quién dijo que el sexo es solo penetración? Tócate (o que te toquen) o atrévete a que te hagan ese cunnilingus que te mereces, que cambiar por completo el revestimiento uterino es un trabajo que bien se merece que te mimen.
  2. Un minuto de silencio por esas sábanas/mantas/colchón que alguna vez nos hemos cargado con el sangrado. Ya que sacar la mancha roja cuesta horrores (acuérdate que solo se van con agua fría), mi consejo es que te hagas con una buena toalla negra para que te despreocupes por tu ropa de cama. No solo proteges tus sábanas de lyocell, sino que te aseguras de que vas a poder seguir usando la toalla ya que con el color oscuro no se apreciará ninguna mancha. Pero es que la sangre es tan buen lubricante que no deberías perder la ocasión de usarla a tu favor.
  3. Ayúdate de estos aliados: una copa menstrual para tener sexo, juguetes que te estimulan el clítoris o en definitiva cualquier cosa que te haga sentir cómoda y excitada son claves. La cosa es que disfrutes y llegues al orgasmo.
  4. El agua caliente es tu mejor amiga. Y no solo dentro de la bolsita que se puede calentar en el microondas. La temperatura disminuye el dolor y rebaja la inflamación (de ahí que también se utilice para los partos en el agua). Mi sugerencia es que muevas la acción al baño y confíes en el chorro de la ducha. Si te lo aplicas sobre la tripa, notarás un alivio inmediato y si bajas unos centímetros, estimulas el clítoris. Dos pájaros de un tiro.
  5. Que suba la temperatura literalmente. Más allá del baño, es fundamental no quedarse fría. Si hay que dejarse la camiseta puesta, se deja. Si hay que tener sexo con la manta térmica en la tripa, se tiene también.
  6. Evita las posturas en las que la penetración sea profunda. El cuello uterino se estrecha y es probable que notes más molestias (dile adiós al perrito en esos días). Si te pones tú encima, haces la cucharita lateral o el misionero te asegurarás de que no te duela nada.

Duquesa Doslabios.

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