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Mis propósitos sexuales para 2018

Mi 2018 empezó, como uno de mis últimos post del año, en la habitación de un hotel, en la undécima planta de uno con vistas a la Castellana de Madrid.

PIXABAY

En la cama king size dormía una mujer, una de mis personas favoritas, después de una de esas noches surrealistas que solo suceden al lado de las buenas amigas que más que amigas son hermanas de otra madre.

Este 2018, francamente, ha tenido uno de los mejores comienzos que recuerdo de mi vida.

Y como soy mujer de costumbres, y aprovechando que mi amiga continuaba inmersa en su primer sueño de 2018, empecé a pensar en los propósitos del nuevo y recién estrenado año.

Los generales los tengo ya pensados desde finales de 2017, pero quería enfocarme en aquellos más personales, esos que involucran más que cabeza, corazón.

Así que para 2018 me he propuesto besar más, besar todo lo que pueda y en general. Besar más a mi familia siempre y cuando la tenga cerca, besar a mis amigos, besar a mi pareja hasta el hastío, hasta que proteste de tanto beso. Besarle hasta que mi versión quinceañera sienta que me estoy pasando de dar besos.

Me he propuesto, también, cumplir más fantasías sexuales y repetir aquellas que ocupan los primeros puestos de mi lista de favoritas. Da igual si alguna parece una locura, como esa del año pasado en la que por los pelos nos pillan. De hecho quiero atreverme a hacer una insensatez, una imprudencia o un disparate (dentro de los límites de la salud, por supuesto).

Este año voy a trabajar en la calidad aprendiendo más de sexo, informándome de lo que me produce curiosidad para quitarme los pocos miedos o bloqueos que pueda tener al respecto (o que pueda tener mi pareja).

Porque uno de mis objetivos principales va a ser trabajar la conexión emocional, seguir repitiendo los «hablemos de nosotros» que sirven para sincerarnos acerca de cómo nos encontramos dentro de la relación.

Y, por supuesto, este 2018, voy a seguir queriendo con todo el corazón cuya carne siempre echo por completo en el asador. Voy a seguir con esa manera de amar sin condiciones ni límites que me ha traido tanta felicidad estos años y espero que me la traiga también en los venideros.

Ya llevo dos días queriendo y casi no puedo esperar a seguir queriendo a mi pareja durante otros 363 días.