Entradas etiquetadas como ‘mujeres no entran a los hombres’

¿Por qué las mujeres no entran a los hombres?

Querid@s,

Aprovecho la polémica desatada entre los más activos de los lectores de este blog. Discutían por estos lares algunos sobre por qué las mujeres no entran a los hombres.

Antes de adentrarnos en este terreno pantanoso, definamos que entendemos cada uno por entrar.

A. ¿Entrar es presentarse a alguien, demostrar interés en conocerle, levantar el teléfono y quedar para tomar algo?

B. ¿Entrar es acercarse en un bar/discoteca/pub (sobri@ o ebri@), quizás más de la cuenta, arrimar cebolleta y meter morro a la primera de cambio?

C. ¿Las dos cosas son entrar?

D. ¿Entrar no es nada de esto? Defina entrar.

He decirles que muchas féminas entran a los hombres, pero es cierto que la mayoría no lo hace. La mayoría de nosotras esperamos a que nos liguen, esperamos a que un caballero nos corteje y a que sea él quien mueva ficha. Pero no todas somos así. Ya les aseguro yo que a las mujeres no se las puede poner a todas en el mismo saco, pero creo aquella mujer que no entra a un hombre es:

A. Porque ese hombre no le gusta tanto.

B. Porque le puede la vergüenza y antes de sufrir en carnes propias una cobra es capaz de dejarlo escapar. Personalmente prefiero ahorrarme que me hagan una cobra o me den un abrazo koala. No quiero ser la pagafantas de turno, rol que por tradición histórica encajan mejor ellos que ellas. Por aquello de que están más acostumbrados que nosotras.

C. Porque su autoestima puede mejorarse: Una mujer segura de si misma, sin miedos, entra. Y por la puerta grande.

D. Porque tiene miedo al rechazo. Una mujer no entra (salvo que esté loca o borracha como una cuba) si no las tiene todas consigo. No es culpa de nadie, simplemente estamos acostumbradas desde que el mundo es mundo a que el hombre sea el que dé el primer paso, el que nos corteje y el que muestre interés. Por follar o por amor.

Mi madre (que no tiene razón en todo lo que dice, pero ante todo es mi madre) siempre me ha dicho que no tengo que ir detrás de ningún hombre. Mi abuela me decía «Al que le gustes lo sabrás y tan pesado será, que no te dejará en paz.»  Mi  abuela tampoco tenía razón, pero también me decía una verdad como un puño Sabe más el diablo por viejo que por diablo. ¿Qué quiero decir con esto? La educación, la cultura, la tradición y la religión tienen mucho que ver, nos guste o no.

No olvidemos que en la época de nuestros abuelos el divorcio era inaudito, incluso si la mujer era víctima de malos tratos. Menos mal que ya no lo es, aunque demasiadas mujeres tengan que seguir lidiando con la violencia de género. Hace treinta años los gays no estaban bien vistos. Menos mal que cada vez hay menos personas homófobas, que por pocas que sean, siempre serán demasiadas. No se puede cambiar toda esta herencia histórica en dos días, ojalá. Y si queremos, dejemos de ver paja en el ojo ajeno y empecemos por uno mismo. Yo empezaré por prometerles que al próximo hombre que me atraiga me lo ligaré. Aunque casi siempre lo hago, yo ya no me quedo con el «y si». A ustedes mujeres les pido lo mismo. Y a los hombres que hablan demasiado mal de las mujeres que dan el primer paso, que no se les llene la boca degradándolas a ellas y a su iniciativa.

Pero no vayan todos de modernos. Más de una vez he escuchado como hombres tachaban de zorras, frescas, guarrillas, putas a la mujer que da el primer paso y se lanza. No nos engañemos, la mayoría de los hombres no son tan liberales como creen y no están acostumbrados a que una mujer les ligue. La mayoría de los hombres son cazadores. Como a Cocodrilo Dundee les gusta detectar a la presa, localizarla, compararla con el resto, estudiarla y conquistarla. Si esa misma presa corre en su dirección y se desploma frente a usted y su arma, me lo juego todo a que en eso mismo instante, a muchos, deja de interesarles como mujer. Les ruego que sepan leer entre líneas, no estoy comparándonos con reptiles, aunque algunos de ustedes pienses que somos unas víboras.

Hay mujeres conquistadores, no lo duden. Y muy listas, actúan fastuosamente y conquistan al hombre que desean con tal maestría que les hacen creer que son ellos los que las han conquistado. Bravo.


Y ahora, espero ansiosa tod@s sus críticas. Les ruego que sean constructivas.

Que follen mucho y mejor.