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¿Qué es el coitocentrismo? Se lo explicamos

Querid@s,

El coitocentrismo es la tendencia generalizada a considerar que si la práctica de las relaciones sexuales no culmina en penetración y orgasmo no son satisfactorias ni completas. Este ismo jerarquiza la sexualidad en prácticas significativas, adultas y completas (es decir, el coito) y prácticas vanas, infantiles e inmaduras (las otras prácticas restantes). La división es tan radical que la mayoría confunde relaciones sexuales con coito y no considera relaciones sexuales el resto de prácticas sexuales. El concepto coitocentrista apareció con el movimiento feminista y la reforma sexual ocurridos en el siglo XX.

El coitocentrismo se considera una de las características de la sexualidad hegemónica y debe ser procreativa, genital, monógama, en el matrimonio, naturalizada, por amor, de dos, a dos, y, por supuesto, heterosexual. Toma ya. Como cabría esperar, el resto de prácticas son rechazadas y tachadas de anormales, antinaturales y enfermas. Aunque se acepta que el coitocentrismo también está presente como norma en algunas relaciones homosexuales.

En occidente, la tradición judeocristiana ha estado fuertemente vinculada al coitocentrismo. Según esta tradición, el acto sexual es válido sólo dentro del matrimonio, y se considera un acto físico para expresar sentimientos íntimos con la exclusiva finalidad de reproducirse. Esta tendencia supone una serie de concepciones sobre la sexualidad completamente incorrectas y que hacen a nuestra educación sexual un flaquísimo favor.

  1. Considerar el coito (penetración) como lo más importante de las relaciones sexuales.
  2. Las prácticas donde no se haya producido coito no se consideran relaciones sexuales.
  3. Se subestiman el resto de prácticas sexuales, tales como el sexo oral o la masturbación, no considerándolas prácticas completas o satisfactorias por sí solas.
  4. El fin de la sexualidad es conseguir llegar al orgasmo a través del coito.

Si limitamos las relaciones sexuales a la unión de los genitales, es lógico que estos cobren excesiva importancia. Al ser las únicas partes del cuerpo implicadas en las relaciones sexuales, no es raro que tanto hombres como mujeres desarrollen disfunciones sexuales. Por miedo a no estar a la altura, no dar la talla, correrse o no, correrse demasiado pronto o demasiado tarde, etc…

El coito está sobrevalorado y en materia sexual, no todo va a ser llegar y besar el santo. Desde luego que la penetración es placentera, pero no es lo único que dos personas que se aman y se desean pueden hacer en el terreno sexual. Es imprescindible que cada uno bucee en busca de su propio placer, para hacer y que le hagan lo que más le gusta. Además del coito, la sexualidad nos brinda deliciosos manjares como los besos, las caricias, los roces, hacer manitas o piececitos, los tocamientos, los masajes, las metidas de mano, los mordisquitos, el sexo oral, las masturbaciones en ambas direcciones, etcétera, etcétera. etcétera. Si se abandonan ustedes a la imaginación, las posibilidades de relaciones sexuales son infinitas. Y sobre todo, disfrutarán más de todos y cada uno de estos momentos sexuales sin estar esperando como agua de mayo el coito y el consecuente orgasmo. Además de fortalecer la relación de pareja, aprenderán a disfrutar de “esas pequeñas cosas”, esas que hacen que la vida, y el sexo, valgan la pena.

P.D.: Puede que el sexo ya no vuelva ser como antes. Porque no todo es meterla o que se la metan.

Que follen mucho y mejor.