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El Arte del Sexo Oral

Querid@s,

No es un libro, tampoco es una canción, es lo más parecido a una escuela de calor.

El Arte del Sexo Oral es una escuela rusa en la que enseñan cosas muy importantes. Aunque aquí la estudiosa – por el momento la escuela no acepta hombres entre su alumnado,- no aprenderá matemáticas o biología, sí se la preparará para algunos episodios íntimos y de vital importancia de la vida real. Porque comer (me ahorraré en esta ocasión el improperio) es tan importante en la vida de un@ como lo es cualquiera de las asignaturas que se cursan en la escuela o en la universidad.

El curso, impartido por la psicóloga y sexóloga rusa Yekaterina Lyubimov, cuesta 100 dólares. En este intensivo entrenamiento que lleva por nombre El Arte del Sexo Oral y en un tiempo récord de tres horas y media, Yekaterina expone hasta 50 técnicas para mejorar la práctica de la fellatio. La escuela está exclusivamente dirigida a mujeres, novias, esposas o interesadas en practicar sexo oral, algo que considero sexista. No entiendo por qué a un hombre que desea lamerle el pene a otro hombre se le ha de cerrar las puertas al aprendizaje de este noble arte, que no solo debería estar dirigido a la comunidad femenina.

Linda Lovelace en Garganta Profunda

Con un falo de plástico como único material didáctico, la rusa Yekaterina, junto con un experto equipo de seis profesoras,  enseña a las asistentes cómo convertirse en una Diosa del sexo y cómo mantener a cualquier hombre contento, amarrado y adicto a ellas. Esta idea de motivar la adicción a alguien – a la adicción siempre viene unida una dependencia insana – no lo veo demasiado claro. Será que en Rusia las cosas funcionan de otra manera, no sé.

El lema de esta escuela sexual es Tolka Praktika, que en castellano viene a significar solo práctica. Para ella, falos a tamaño natural, preservativos, lubricantes y maniquís y muñecos hinchables se encuentran a disposición de las alumnas. En las clases las chicas practican con estos enseres y juguetes sexuales y hacen ejercicios por parejas. Gran parte del curso pretende liberar a las futuras expertas felatrices del miedo al pene y de ciertos actos reflejos relacionados con el mismo.

La lista de asignaturas incluye una llamada sexo anal con placer, otra sobre los orgasmos masculinos y las 100 mejores técnicas de sexo, todo un misterio. Las más demandas son…¡adivinad! Sexo oral, sexo tailandés y garganta profunda. Las clases se imparten en un ambiente amigable, en un recinto donde la entrada de teléfonos móviles, cámaras y hombres queda terminantemente prohibida. Una pena, porque digo yo que aprenderían mejor con un ejemplar de carne y hueso, y no con un falo de plástico.

Juntas se instruyen en la táctica felatoria pero también aprenden a mejorar sus movimientos en la cama y, lo que a mí me parece más importante, a disfrutar del sexo. Apuesto a que saldrán de ahí hechas unas lobas.

Y unas gargantas profundas.

¡A follar a follar que el mundo se va a acabar!