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Qué es lo que convierte en épico un polvo según los ‘millennials’

Hay muchos tipos de sexo. Tantos que, la mejor comparación que se me ocurre, es con el mostrador de una heladería (y no solo porque, curiosamente, tanto un sabor como una variedad compartan el nombre de ‘vainilla’).

DUREX

Pero no todos los recordamos por igual. Hay algunos que se clavan en la memoria después de hacerlo en las entrañas.

Y hoy he venido a hablar de ellos.

No solo yo, que ya me tienes muy leída. En esta ocasión, la opinión sobre las características que reúnen los que entran en esta categoría, es un poco mía, pero sobre todo de otros amigos y conocidos de mi edad.

  • Empiezo rompiendo el hielo con el que es, para mí, el básico de cualquier polvazo: sentirme cómoda. Algo que va desde tener la confianza como para poder decir lo que mi cuerpo necesita, hasta disfrutar plenamente del momento y del lugar, sin más preocupación que la de dejarme llevar para disfrutar.
  • «Que puedas recordarlo con una risa y mordiéndote el labio» es otra de las respuestas que comparto. Al fin y al cabo, no hay combinación más explosiva que la que forman humor y placer. Y, si tan solo de pensar en ello, las reacciones son tanto un recuerdo agradable como uno excitante, se merece el 10.
  • Quiero matizar el «que incluya sexo oral» por «que sea variado». Imitar hasta el hastío las dinámicas del porno u obviar que hay otras maneras de disfrutar más allá de la penetración, hace que cualquier experiencia quede un poco coja. Así que olvida eso de que es una práctica relegada a los preliminares y ponlo en práctica en cualquier momento.
  • Me llama la atención que una de las respuestas más repetidas haya sido «correrse a la vez». Quizás porque, para mí, nunca ha sido algo importante. No somos relojes, no hace falta sincronizarse y agobiarse al respecto si lo hacemos a destiempo. Sin embargo, puedo entender que llegar al orgasmo en el mismo momento puede ser un broche estupendo. Aunque mejor no obsesionarse con ello.
  • Que la noche ha sido un éxito se resume en las afirmaciones de «acabar con el chichi escocido» o «terminar con agujetas». Despertar al día siguiente con arañazos, algún mechón de pelo arrancado (de quién y de dónde sea) y otras ‘heridas de guerra’ son sinónimos de que nos hemos dejado la piel, literalmente.
  • Por supuesto, el estatus de ‘polvo épico’ no se limita solo a los genitales. «Que se te olvide dónde estás o la noción del tiempo. Disfrutar del otro a nivel íntimo, no solo a nivel sexual» es otra de las afirmaciones con las que coincido de lleno. No todas las conexiones consiguen llegar más allá de los cuerpos y, cuando se combinan ambas, es pura magia.
  • Es algo que podría resumirse en «compenetración» o «complicidad», otros requisitos que también han aparecido en mi encuesta. ¿Cuántos casos conocemos de polvos que fueron un éxito gracias a la química y otros que, pese a haber mucha atracción física, se quedaron en menos por la falta de ella?
  • Me parece fundamental que en las respuestas saliera la reciprocidad: «Que haya equilibrio». Esto es un juego de equipo, no una partida al solitario, así que lo normal es que ambas personas estén al tanto de que no haya desigualdad y estar pendientes de que, si ya ha bajado, ahora te toca hacerlo a ti.
  • «Darle rienda a suelta a todo», pero no solo a las fantasías. Poder expresarte libremente a nivel sexual con sonidos, jadeos, miradas, caricias o cachetes, da igual. Dejar fuera de la cama el trabajo, los problemas, los compromisos y…
  • «desactivar el cerebro racional y que solo quede el instinto animal».

Duquesa Doslabios.

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