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¿Qué diantres es el BDSM? Bondage, disciplina, dominación, sumisión y sadomasoquismo?

Querid@s,

¿Qué diantres es el BDSM? Bondage, disciplina, dominación, sumisión y sadomasoquismo?

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Como ya todos sabrán a estas alturas de la vida, el atractivo pero intratable Christian Grey ha estereotipado el, para la inmensa muchedumbre, oscuro y sórdido  mundo del BDSM. Tan oscuro que muchos de ustedes seguro que se echan las manos a la cabeza maldiciendo a esta servidora que solo habla de sexo. ¡Qué quieren, este es un blog de sexo! Jamás serán mis pretensiones que ustedes acaben convirtiéndose de Giacomo Casanova ni en díscolos discípulos del perturbado Marqués de Sade, aquel impío amante que tras una orgía con un séquito de meretrices, fue acusado de envenenarlas al darles de probar «mosca española». Me conformo con que aprendan y aprehendan los conocimientos básicos para que dominen este subrepticio savoir faire  en cualquier habitación roja que se le ponga por delante.

Para la mayoría de los terrícolas el universo BDSMista (bondage, disciplina, dominación, sumisión y sadomasoquismo) es considerado como tabú y una practica casi inaccesible. Muy mal. Casi todos ustedes se imaginamos que esto va de que meter o que le metan a uno ostias como panes, de linchamientos que ríanse de las vandálicas intervenciones de los Hooligans o de ser esclavos por una noche y le azoten hasta que les salta la carne haciéndole sufrir lo indecible. El dolor forma parte del sadomasoquismo sólo para algunas de las personas que lo practican. Para otras (diría yo que la inmensa mayoría) es todo lo contrario, porque existen mil y una formas de disfrutar del BDSM sin pasarlas canutas y disfrutando de lo lindo sin acabar como el rosario de la aurora. Aquí no hemos venido a sufrir. Aunque algunos locos sí.

El castigo a un amante sumiso que se ha pasado de rebelde puede consistir en que ha de acatar sin rechistar, desde imponerle que se disfrace de muñeca pepona a atarle al cabezal o la pata de la cama, vendarle los ojos y hacerle la mejor felación o cunnilingus de su vida. ¿No suena mal no? Eso sí, poniendo algo de picante al asunto. Vende a su presa o  prohíbale terminantemente que le toque o de lo contrario se verá usted obligado a darle su merecida azotaina. El que avisa no es traidor. El arte del spanking es deliciosamente curioso, lo abordaremos en breve.

Hasta entonces, quédese con el significado de estas siglas.

B de Bondage: Termino inglés que significa atar.

Las prácticas eróticas relacionadas con el bondage son básicamente los roles de poder asimétricos como por ejemplo am@-esclav@, jef@-emplead@, maestr@-alumn@, policí@-detenid@ o dueñ@-mascota. Y sí, la historia puede llegar a que uno haga de perrit@ que comer en un plato mientras el am@ le tiene atad@ con una correa, o con longanizas. Libertad total.Han de proveerse de la cuerda necesaria, cuanta más mejor. Si les pilla el toro, valen como remedios domésticos enseres como cables, corbatas, cinta de embalar, cordones, medias o fulares. Todas ellas tienen un único cometido: inmovilizar las extremidades de la presa.

En cualquier caso, mantenga el cuello siempre libre de artefactos. Nada de simular ahorcamientos o locuras afines, no es cuestión de que pierdan el norte en esta empresa. El fascinante bondage les permitirá sumergirse en el no menos excitante mundo de los disfraces, que siempre ponen su granito de arena. Por ejemplo, señora vístase usted de médic@. A él de enfermero. O vestirse de persianero (que el fontanero está ya muy visto) y él de amito de su casa. En el amor y en el BDSM todo vale.

D de Disciplina y Dominación 

Dominación: Consiste en la práctica erótica en la que una persona adopta un rol dominante (dominatrix) para actuar como se le antoje y le pase por los mismísimos. Como en alta mar, donde manda dominatrix no manda el pobre sumiso. La dominación está sujeta constantemente al consenso y los límites establecidos por el dominado. Si la cosa se pone fea, el BDSM rechaza cualquier práctica de dominación sin consentimiento del dominado. Que quede muy clarito. La dominación solo vale dentro de las paredes de una habitación compartida y dedicada al desenfreno sexual, no fuera de ella.

bondage

D de Disciplina: Son las prácticas relacionadas con las normas y preceptos dela relación entre am@ y sumis@o como los castigos varios a lo que el primero somete al subyugado dependiendo de las felonías que haya cometido. Incluye adiestramiento por parte del amo y protocolos de comportamiento. ¿Se le antoja un tato bizarro?

Sumisión: Una persona adopta un rol sumiso en el que queda bajo la voluntad y merced del amo o la dominatrix. Es la situación complementaria de la dominación.

Sadismo: Se refiere a aquellas prácticas erótico festivas en las que una persona obtiene placer por causar dolor, humillación o incomodidad a otra persona que así lo acepta libremente.

Masoquismo: Hace referencia a aquellas prácticas sexuales poco ortodoxas en las que una persona obtiene placer experimentando dolor, humillación o incomodidad, a manos de un verdugo que le da caña. Siempre prácticas voluntarias que jamás de los jamases pueden traspasar los límites establecidos por el receptor.

Palabra de seguridad

Para cualquiera que se embarca en cualquier práctica BDSM se necesita una palabra de seguridad para detener lo que esta ocurriendo si la pronuncia. Si el sumiso dice “no, no, por favor, basta”,  usted haga como el que oye llover. Posiblemente en verdad se la está gozando y no quiere realmente detenerlo. Pero la palabra de seguridad son palabras mayores. A veces se usa una palabra específica (por ejemplo “piedad”) o un código de colores (verde, “todo bien”, amarillo “caliente caliente” y rojo “para que me vas a matar”). La palabra de seguridad debe ser fácil de recordar y de pronunciar, entienda que no es el mejor momento para poner a prueba su ingenio y agudeza mental. Esto no es el scrabble. Piensen que bastante tiene el sumiso con lo que tiene. Toda esa presión encima, maniatado, con palabras obscenas escritas sobre su cuerpo, con restos de cera caliente sobre la piel, quizás incluso con un pasamontañas de látex como segunda piel y una bola de acero metida en la boca. Como para ponerse a hacer memoria.

otraNo tengan miedo, el BDSM puede ser tan inofensivo como beber un malibú con piña. Porque una juguetona sesión BDSM, de azotainas en culos ardiendo, látigos, collares de perro, cadenas y demás artilugios erótico festivos, puede acaba de la forma mas tierna posible, que es con un coito vainilla  (la sesión sadomaso is over), haciendo el amor de la forma más dulce que podáis imaginar y con un sincero Te quiero.

Ahora que ya tienen un poco más de conocimientos sobre el tema, pónganse manos a la obra. Quizás no han aprendido nada. Si es así, lo siento).

Que follen mucho y mejor.