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El truco para mejorar tu vida sexual que no esperabas es… beber agua

Durante estas últimas semanas, he recibido varios mensajes de «¿Qué le puedo regalar a mi pareja?».

Porque, para los que nunca sabemos qué comprar, no solo es una solución al problema, sino algo con lo que vamos a acertar.

Y de hecho, en este artículo te daba unos consejos acerca de cómo hacerlo.

pareja ducha

PEXELS

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No te digo que no vayas a la tienda si ya habías fichado el próximo integrante de vuestra colección íntima.

Pero sí creo que a veces se nos olvida que en el sexo, cuanto más sencillo, mejor.

Si digo esto es porque cosas cotidianas que tenemos por casa, como un cinturón, una corbata, una espátula de la cocina (y otros objetos cotidianos que no te imaginarías) solo dependen de la imaginación para añadirse a cualquier encuentro sexual.

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Y el último que he descubierto, que también tenemos en casa, y al que no le damos mucha importancia, forma parte de este grupo.

El agua.

Cuando estudiamos en Biología que el ser humano está formado en un 65% de agua, no somos muy conscientes de cómo esto afecta al sexo (ni tampoco nadie nos lo explica).

Pero lo cierto es que, hay ocasiones en las que la falta de ganas, que cueste llegar al orgasmo o simplemente el sabor de los fluidos, pueden verse afectados porque no estamos bebiendo lo bastante a lo largo del día.

Para empezar, y lo más obvio, a más agua, más mojado. Las glándulas de Bartolino, que son las encargadas de humedecer tanto los labios menores como la vulva, producen ese líquido.

A la hora de besar pasa lo mismo. Siendo una de las prácticas que más nos hace conectar con el erotismo -y con respuesta en los genitales- si la boca está seca, la experiencia no será igual.

En el momento que el cuerpo no tiene suficiente agua, esta se destina a las funciones vitales y las glándulas quedan abandonadas a su suerte haciendo que, por mucho que te estén estimulando, sigas con la entrepierna más deshidratada que un vaso de talco.

Beber agua hace que sea más fácil llegar al orgasmo, porque ayuda a que el oxígeno llegue mejor a los órganos sexuales. Si quieres unos genitales turgentes -qué palabra tan terrible-, la clave está en mantenerse bien hidratado para que haya una buena vasodilatación.

El agua funciona a modo de vía conductora de las neuronas, que son las que mandan los estímulos. Una falta de hidratación, nos convierte en menos sensibles (lo cual es una buena excusa si alguna vez tu amiga te acusa de tener poco tanto).

Por último, le pasa también factura al deseo, ya que un alto nivel de agua hace que el organismo desempeñe la función de secretar hormonas -que son las que aumentan la libido– de manera correcta.

De manera que el agua también nos hace sentir más ganas de tener sexo.

Así que como conclusión, ir bebiendo a lo largo del día es el afrodisíaco que realmente necesitabas (y un vaso después de terminar, ya que estamos para recuperar el agua perdida en el calor).

Mara Mariño

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Sexo y agua, ¿un clásico idealizado?

Con los calores estivales, la imaginación se dispara al mismo tiempo que los cuerpos se desprenden del exceso de ropa y la erótica del agua se hace más presente que nunca. ¿Quién no ha practicado o fantaseado alguna vez con un tórrido y húmedo encuentro en medio del líquido elemento? En pleno día o a la luz de la luna, en agua dulce o salada, en un jacuzzi gigante o en una humilde ducha, todas las opciones valen.

Quizás esté un poco idealizado. No hay más que echar un vistazo a algunas de las escenas más eróticas del cine, plagadas de cuerpos que se encuentran siempre con el agua como testigo. A veces basta con un simple cubito de hielo, como bien demostraron Kim Basinger y Mickey Rourke en 9 semanas y media (uf, yo aún me estremezco).

9 semanas y 1/2En el sexo, casi todo lo que se sale de lo cotidiano y de la rutina resulta sensual y provocador. Acostumbrados a la falta de tiempo y a la vorágine del día a día, tendemos a lo habitual y de repente, algo tan sencillo como el agua pone a nuestro alcance la posibilidad de jugar y probar nuevas posturas que, fuera de ella, se nos antojan imposibles.

Pero no todo es como en el cine. Y si encima hablamos de sexo con un desconocido, la cosa empeora. No por este, sino porque el condón se hace necesario y, ¿Os imagináis a Kevin Costner poniéndose uno en mitad del lago en el que se lo monta con Madeleine Stowe en Revenge? Eso sin hablar del lubricante, porque aunque muchos se sorprendan, el agua puede secar la vagina y hacer la penetración bastante incómoda, por lo que los expertos siempre recomiendan usarlo. Será muy útil, pero no se me ocurre una forma más eficaz para romper la magia… “Espérame bajo la cascada, churri, que yo voy a por el vaginesil…”

En fin, con lubricante o no, y ya sea con tu pareja o con alguien a quien acabes de conocer, el agua es tan buen lugar como cualquiera para tener una experiencia memorable. La mía, acuáticamente hablando, tuvo lugar en la playa de Es Trenc, en Mallorca. Y aunque hace ya algunos años que no hablo con el coprotagonista, os puedo jurar que nunca, nunca la olvidaré.