Archivo de la categoría ‘sexo-anal’

Cuidado con meterse objetos que no están diseñados para el ano

Cada vez tenemos la mente más abierta y nos atrevemos a experimentar en la cama.

Es algo que demuestra cualquier catálogo de series en streaming, el boom de tiendas eróticas o que ya podamos hablar del Satisfyer sin sonrojarnos.

CALVIN KLEIN FACEBOOK

Otra evidencia de esto se encuentra en los hospitales. Nos sirve como ejemplo el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido, que llevó la cuenta de objetos atascados en el ano de sus pacientes.

Según el Daily Mail, la cantidad en 2020 duplicó todos los que habían tenido que extraer en la década anterior.

Así que sí, ya podemos decir que el sexo anal está dejando de ser tabú.

El problema es que en plenas ganas de experimentar, dé por introducirse lo primero que venga a la mano.

Ese es un error muy grave, ya que solo los juguetes anales están diseñados para usar en esa zona con seguridad.

Es más, tanto los plugs como los estimuladores de próstata vienen con un tope que siempre queda fuera del recto.

Ese apéndice que se usa para tirar, evita que se pierda el juguete por dentro del intestino grueso, lo que puede producir lesiones graves o incluso la muerte.

Más curiosa que el perfil de paciente que suele ir a urgencias con algo atascado (el 85% son hombres de 20 años o de 50), son los objetos que se usan.

Cepillos de dientes, latas de spray, juguetes infantiles y huevos son los más frecuentes. El problema viene porque esos objetos tan cotidianos e inocentes fuera del año, son un auténtico peligro.

Al quedarse atascados en el intestino pueden llegar a perforarlo. Esto significa que las bacterias puedan llegar a otras partes del cuerpo causando una infección.

Así que, mejor tomar nota de estos casos y usar solo para el sexo anal los artículos pensados para multiplicar el placer del ano sin riesgos.

Si todavía hay alguien que no se encuentra preparado para ir a una tienda erótica y pedir un juguete anal, no hay problema.

Las webs online son igual de efectivas y hacen un envío discreto, no tiene por qué enterarse nadie de la familia.

Duquesa Doslabios.
(Ya puedes seguirme en Twitter y Facebook).

¿Conoces el ‘pegging’? Nosotras se la metemos a ellos por detrás

Si hace unos días te estaba hablando del ghosting, sabes ya a la perfección lo que es el squirt y te encanta la idea de montarte un threesome, hoy vengo con un nuevo palabro para la lista de prácticas sexuales.

LELO

Y lo mejor es que si estás con el ánimo bajo por la vuelta a la rutina, la idea de probarlo va a alegrarte el inicio del curso. Palabra de duquesa.

Quiero descubrirte el pegging, que es darle la vuelta a la tortilla cuando se trata de sexo anal. Esta vez somos nosotras las que la metemos.

“Pero ¿cómo?”, pensarás. La última vez que te miraste entre las piernas seguías teniendo una vulva estupenda, pero ningún pene con el que poder poner en práctica el pegging.

Lo suyo es que te hagas con un arnés de correas que se coloca alrededor de la cadera, en el que va enganchado un dildo.

Necesitas esos dos artículos, mucho lubricante (si es a base de agua mejor que mejor), pero ante todo paciencia y cariño. Nada de ir con prisas.

Y si eres tú, amigo, quien me lee, déjame decirte que no tienes que tenerle a esto ningún miedo. Encontrar tu punto P es de lo más placentero.

Eso sí, procura relajarte antes para que el esfínter del ano esté lo más distendido posible.

Puedes empezar metiendo un dedo, dos y luego dar paso al juguete. Una vez te hayas acostumbrado a la sensación, es el momento de probar con el dildo enganchado al arnés.

Quizás la postura más recomendable para estos casos es la del perrito. Pero puedes probar también a meter el dildo al estilo del misionero, subiendo ligeramente sus piernas hacia arriba.

En ambas, que él se pueda estimular el pene al mismo tiempo es facilísimo. Lo que hará que entre eso y el arnés, toque las estrellas. ¿Te atreves a probarlo con tu pareja?

Si no sabes ni cómo sacarle el tema, prueba a sugerir practicar algo nuevo super placentero que va a hacer vuestra vida íntima más variada.

Además, para ellos es una muestra de confianza muy grande (así como la ruptura total con el pensamiento homófobo de que solo los hombres gays pueden disfrutar de su ano).

Para nosotras implica dar placer, aprender el lenguaje no verbal de la pareja para saber hasta dónde llegar y cómo le gusta y también conocer su cuerpo desde un ángulo diferente.

De hecho, ya que es un acto tan íntimo e intenso, es recomendable dedicarle un rato al aftercare una vez se le ha puesto fin a la práctica (algo que puede ir desde comprobar el ano hasta tomar un antiinflamatorio, hablar sobre el tema o iniciar una sesión de mimos). Y limpiar bien los juguetes, por supuesto.

Duquesa Doslabios.

(Ya puedes seguirme en Twitter y Facebook).

Y si no sabes qué tocarle, tócale el culo

Queman las manos que recorren de arriba a abajo el cuerpo como si fuera una pista de carreras. Trazan la topografía de la piel y se cuelan por los recovecos.

Por cada uno de ellos.

Hace poco, con una amiga, hablaba de ese algo que todos tenemos en común. Todos tenemos ano.

CALVIN KLEIN

El culo es algo de lo que disfrutar independientemente de nuestro género u orientación sexual.

Y solo nos queda incluirlo en la lista de paradas vía contacto de las yemas de los dedos.

Tú eliges si lo quieres de preliminar, a modo de entrante de lo que está por llegar, o como plato principal. ¿Por qué no disfrutar del estímulo de esa zona como protagonista?

Llévate la sorpresa de que gozar el sexo anal no siempre es introducir algo por el orificio (que por cierto, si no sabes qué complicaciones se pueden dar, te lo conté aquí el otro día).

Porque lo cierto es que sexo es todo lo que engloba una práctica sexual, termine o no en penetración.

Así que si echamos las cuentas y sumamos dedos con el verbo tocar, estimular el ano cuenta también como sexo anal.

Si eres de cerrarte a cal y canto en cuanto notas algo un poco cerca, no te preocupes, puede pasar. El pudor, los estereotipos… Quitarte la vergüenza y los prejuicios será tu primera victoria a la hora de disfrutar.

El placer es innegable, como es también el hecho de que el ano tiene un sinfín de terminaciones nerviosas (más que la vagina incluso).

Por eso podemos empezar acariciando, besando o lamiendo otras zonas para relajarnos.

Poco a poco, conforme se vaya subiendo la temperatura, masajear las nalgas será la mejor maniobra de acercamiento (seguida por la incursión de un dedo hacia dentro).

Que aunque se pueda utilizar un juguete también, de primeras un dedo es siempre algo que entra mejor (literalmente).

No tienes el miedo de que vaya a hacerte daño y puedes preparar por tu cuenta esa toma de contacto para cuando te pille en compañía.

Aunque ante la preocupación, nada como poner las dudas sobre la mesa (o las sábanas) y aclarar con la otra persona que los límites se van a respetar.

Muévelo en círculos suavemente. Puedes probar también a hacerlo -más adelante y si te atreves-, con la lengua.

Elevar las sensaciones a la máxima potencia es tan sencillo como masturbarse a la misma vez o, simple y llanamente, dejarse llevar según lo que vaya pidiendo el momento.

Duquesa Doslabios.

(Ya puedes seguirme en Twitter y Facebook).

Cuando el sexo anal sale mal: desgarros, incontinencia… ¿Mito o realidad?

Ni siempre vamos con toda la calma del mundo a la hora de practicar sexo (las ganas del momento pueden jugar en nuestra contra), ni tratamos todas las zonas con la delicadeza que podrían necesitar.

Arañazos, algún meneo un poco más fuerte, una venita que se rompe… Sangrar durante el sexo es muy habitual. Y es también común que ese tipo de heridas se solucionen por sí solas.

CALVIN KLEIN

Peor, ¿qué sucede en esos casos en los que no? El ano, por ejemplo, es el lugar cuya musculatura puede dañarse por la penetración.

Siendo un orificio tan frágil, la Dra. Beatriz Rodríguez, especialista en el aparato digestivo, de Vithas Las Palmas, resuelve algunas de las dudas más frecuentes sobre esta práctica sexual y los posibles problemas en los que puede derivar si se hace de manera incorrecta.

¿Es habitual que la zona sangre durante o después de las relaciones?
Es habitual que la zona sangre durante y después de las relaciones, ya que el ano es un orificio de salida y para la relajación completa del esfínter anal interno es necesario la estimulación desde dentro. Por un lado, en muchos casos esta estimulación no se realiza y el esfínter no se relaja lo suficiente. Y, por otro lado, la lubricación natural del ano no es suficiente, por lo que suelen producirse erosiones de la mucosa durante la práctica que provocan el sangrado. Por eso siempre es recomendable el uso de lubricantes.

¿Qué tipo de desgarres se pueden producir en la zona?
Un desgarro es una rotura de fibras musculares del esfínter y la mucosa que lo recubre. Más que tipos de desgarros es importante el grado de severidad del desgarro (leve, moderado, severo). Si el sexo se practica de manera adecuada y con las precauciones indicadas no tienen por que producirse. Por eso, si la lubricación es correcta y se realiza una estimulación digital del recto (introduciendo uno o dos dedos en el recto y realizando movimientos circulares, estimulando las paredes del ano) antes de la penetración, no tiene por qué producirse ninguna lesión. Además, es recomendable un inicio de la práctica sexual suave y progresiva, ajustándose a la persona, para evitar lesiones.

El sexo anal, ¿genera incontinencia a largo plazo o es un mito?
El sexo anal al que nos referimos no produce incontinencia en sí. La incontinencia se produce por un conjunto de factores alterados, como el cambio en la consistencia de las heces (heces líquidas), alteraciones del colon -por ejemplo, el colon irritable- y alteraciones en la sensibilidad rectal. Además, influye la debilidad del suelo pélvico y por supuesto el tono de los esfínteres en reposo y a la contracción voluntaria. Con la práctica de sexo anal a largo plazo es posible que el tono de los esfínteres disminuya, pero deben coexistir otros factores para que se produzca la incontinencia.

¿Puede derivar en prolapso rectal? ¿En qué casos?
Las prácticas de sexo anal adecuadas no tienen motivos para derivar en prolapso rectal. El prolapso tiene relación con la debilidad del suelo pélvico y cierta predisposición anatómica. Además, influyen otros factores externos como en el caso de las mujeres que han dado a luz en más de una ocasión.

¿Qué otros problemas de salud pueden causar esta práctica?
El sexo anal se puede practicar con naturalidad y sin ocasionar ningún problema de salud, ni a corto ni a largo plazo, siempre que se haga de manera adecuada, como ocurre con todas las prácticas. Lo más importante es usar los métodos de barrera adecuados para evitar las enfermedades de transmisión sexual (ETS).

¿Es recomendable usar inhibidores del dolor o anestesiantes para que la zona no duela durante la penetración?
No, no es recomendable, ya que el dolor avisa y hace regular si no se está haciendo debidamente. Recordemos que siempre muy importante aplicar lubricación, pero sin anestesia. Al inicio pueden existir molestias o un dolor leve y luego, cuando el esfínter anal interno se ha relajado, no tiene por qué doler.

¿Qué enfermedades se pueden transmitir si no se usa protección durante el sexo anal?
Las mismas enfermedades que se transmiten por vía vaginal, es decir todas las enfermedades de transmisión sexual que se transmiten a través de sangre o mucosas. No obstante, es importante añadir que, en numerosas ocasiones, se producen pequeñas heridas o erosiones en el canal anal, lo cual favorece el contacto directo con la sangre, por lo que la posibilidad de contagio puede ser mayor. Es importante extremar la precaución usando métodos de barrera como el preservativo.

Duquesa Doslabios.

(Ya puedes seguirme en Twitter y Facebook).

Sí, para tener sexo anal puedes entrenar la zona con estos consejos

Siempre me parece fascinante que en las películas porno están dándole al tema y, de repente, el tío cambia de agujero y pasa de la vagina al ano sin que ella se despeine lo más mínimo.

Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Si es a ti a quien le pasa, en cuanto notas que se desvía un poco de la vulva y se ‘equivoca’ y le da ‘sin querer’ al culo ya te cierras en banda y le sueltas el «¿qué haces?».

Una pregunta retórica que viene a decir «Prohibido pasar».

UNPLASH

Porque aunque habrá quien salga diciendo que no pasa nada, que tanto el ano como la vagina son músculos y que la penetración se puede hacer igual, no son lo mismo ni por asomo.

Uno de ellos está diseñado específicamente para que entre el pene y salgan bebés. El otro para que salga caca. Y no intentes rebatírmelo porque no hay vuelta de hoja.

¿Que se puede utilizar también para tener relaciones? Sí, pero no de cualquier manera. Como músculo que es, podemos entrenarlo para que el cuerpo se familiarice con las sensaciones y disfrutar también de esta parte.

¿Y lo mejor? Que se puede aplicar tanto a hombres como mujeres.

Empieza relajándote y tocándote, es fundamental que tengas tranquilidad y excitación a partes iguales.

Después, prueba con algo pequeñito siempre, ya que la progresión debe ser de menor a mayor. Mi consejo es que tu primera toma de contacto sea con uno de tus dedos y por varias razones.

Es tuyo, está a mano (literalmente) y tienes la seguridad de que decides hasta dónde meterlo. Una vez lo tienes controlado, te resulta cómodo y placentero -ya no te cuesta introducirlo- te sugiero que pruebes con algún tipo de juguete.

Puedes ir por aquellos sets de plugs que vienen en varios tamaños e ir aumentando la tolerancia al grosor poco a poco. Piensa que este entreno es es como cualquier otro, cuando más practiques, antes se acostumbrará tu cuerpo y disfrutarás con ello.

Otra alternativa, si no quieres hacerte con una colección demasiado extensa y prefieres añadir solo un juguete a tu colección, es que pruebes con unas bolas tailandesas (si te perdiste las diferencias que tienen respecto a los plugs, lee este artículo).

Son varias bolas unidas de distintos grosores, así que la forma de subir de nivel es ir metiendo cada vez más el juguete y adaptarse a sus diferentes volúmenes.

Lo que te desaconsejo por completo es que experimentes con objetos o artículos que no sean diseñados específicamente para tener sexo anal porque puedes llevarte un susto (y terminar en urgencias).

Los juguetes anales suelen tener un tope que evitan que se cuelen dentro del intestino. Y es que al igual que tenemos un esfínter que empuja hacia afuera, otro tira hacia dentro -de ahí que dé tanto placer-, y corremos el riesgo de perder esa bala vibradora que parecía perfecta de tamaño para practicar.

Después de que con estos juguetes hayas aprendido a relajar los esfínteres y a tener mayor control sobre tu ano, ya puedes probar con la penetración, sí, pero también a seguir usándolos en pareja (siempre y cuando no te olvides de limpiarlos bien).

Duquesa Doslabios.

(Ya puedes seguirme en Twitter y Facebook).

Introducción al sexo anal: ¿mejor bolas tailandesas o ‘plugs’?

Aunque tener sexo anal es muy placentero (si se hace bien), no siempre nos llevamos un buen recuerdo de la experiencia.

Nervios, incomodidad, una zona con la que no estamos familiarizados, esa mancha traicionera que lleva a sentir aún más molestias… Es una práctica para la que la liberación del esfínter -tan relacionada con la mental- es el punto de partida.

Sin eso de principio a fin, es difícil poder llegar a disfrutarla alguna vez.

Por suerte, la industria de los juguetes sexuales ha creado todo tipo de artículos que, además de invitarnos a experimentar por detrás, son perfectos para iniciarse.

Si queremos dar los primeros pasos probando el sexo anal, pero de forma natural (con los dedos o el pene) no hay manera de que nos relajemos, probar un juguete pensado para dilatar el músculo es la mejor solución.

Y es que además de estar diseñados para ello, podemos utilizarlos a solas para que, en pareja, nos resulten familiares las sensaciones.

Pero claro, saber cuál escoger -de la inmensa variedad que hay-, se nos puede hacer algo complicado si no tenemos ni idea de por dónde empezar.

Es por eso que Diego Mediavilla, CMO y Director de Marketing de EroticFeel, ha diferenciado de una manera muy sencilla los plugo de las bolas tailandesas, los juguetes más populares en cuanto a estimulación anal se refiere.

«La distinción principal entre ambos es su diseño. Los plugs anales tienen una forma cónica con una punta pequeña y redondeada que se ensancha gradualmente para que la inserción sea sencilla, indolora y muy excitante», explica.

«Por su parte, las bolas tailandesas o bolas anales son una cadena de cuentas, es decir, una estructura formada por diferentes esferas unidas por un hilo y que en muchos casos también aumentan su tamaño progresivamente».

¿Con qué artículo podemos iniciarnos para experimentar con el sexo anal?
Depende de qué estés buscando. Para ayudar a dilatar la musculatura anal de forma cómoda y, especialmente, si quieres pasar luego a otras penetraciones anales, el plug es uno de los mejores artículos. En cambio, si tienes curiosidad por la estimulación anal pero también cierto reparo, las bolas tailandesas son una opción fantástica. Debido a su tamaño y a su diseño son muy fáciles de insertar y acarician las terminaciones nerviosas reportando mucho placer tanto en su introducción como en su extracción. También son estupendas para complementar cualquier tipo de relación de pareja.

¿En qué debemos fijarnos para saber que estamos ante un juguete anal de calidad (materiales, acabados…)?
En primer lugar, y aunque resulte obvio, cualquier juguete anal debe contar con un tope de seguridad para evitar sustos. Después, es conveniente apostar siempre por comercios de referencia que garanticen la calidad de sus artículos. Para iniciarse, recomendaría un juguete anal elaborado en silicona médica hipoalergénica. Es uno de los materiales más seguros, con un tacto suave muy agradable y muy fácil de limpiar. Las personas con más experiencia o que busquen nuevas sensaciones pueden optar por los juguetes anales fabricados en vidrio hipoalergénico no poroso o acero pulido.

En el caso de los plugs, ¿es mejor apostar por un modelo minimalista o hacerse con un diseño con elementos decorativos?
Una vez más, depende de tus gustos y también de tu grado de experiencia. Que un plug cuente con elementos decorativos no merma su calidad. Si nunca has probado la estimulación anal es mejor comenzar por un plug liso y de pequeño tamaño. Sin embargo, para los más experimentados, aquellos juguetes anales que cuentan con diferentes texturas e incluso con ornamentos como colas de animales pueden resultar muy excitantes.

¿Cómo debe ser la limpieza en ambos artículos?
La higiene es clave en cualquier juguete erótico, pero también muy sencilla. Basta con lavar el plug o las bolas tailandesas antes y después de cada uso con agua tibia y jabón neutro o con un desinfectante específico de juguetes sexuales. Nunca se deben utilizar productos que contengan alcohol, lejía ni otros detergentes abrasivos.

¿Cuál de los dos juguetes tiene más éxito de ventas?
Los plugs anales, quizá por su nombre ya que los consumidores masculinos pueden asociar las bolas tailandesas, o bolas chinas anales al publico femenino. Pero realmente la diferencia de venta de unos a otros es notoria.

¿En qué caso recomendáis uno u otro?
Realmente se pueden usar ambos de manera indistinta. En nuestro caso recomendamos los plugs, ya que los hay de infinidad de formas, tamaños etc, aptos cada uno para estimular una parte diferente, diferenciando también entre los diferentes puntos femeninos y masculinos.

Duquesa Doslabios.

(Ya puedes seguirme en Twitter y Facebook).

Hombres del mundo, es el momento de romper este tabú sobre el sexo

No hace falta que él lo diga en alto. En el mismo momento que notas su cuerpo crispándose, justo cuando tus manos se acercaban al culo -a esa zona sagrada e intocable que muchos hombres consideran su ano-, ya sabes que aquello no le está gustando.

Que tu intención fuera la de continuar la incursión con un dedo o un juguete algo más grande, es lo de menos. Es raro (muy raro), dar con alguno a favor de experimentar con el culo si se trata del suyo.

CALVIN KLEIN

[Y recalco la parte de que sea el suyo, porque de la obsesión por el ano ajeno podría escribir un tema entero.]

Aunque más curiosa me parece todavía la explicación que dan para justificarlo. «No es lo mismo para hombres que para mujeres, a vosotras os gusta», he llegado a oír cuando el tema ha salido.

Como si a la hora de formarse nuestro sistema digestivo en el útero materno, a las mujeres nos pusieran pequeños clítoris revistiendo el tracto y a ellos pistolas táser.

El primer mito a derribar es que las sensaciones son diferentes. El ano es exactamente igual independientemente del género: un esfínter para expulsar los excrementos. Fin. No tiene más misterio.

Entonces, ¿a qué viene tanto alboroto, tanto susto y tanto miedo cuando se trata de introducirles algo por el culo?

Para mí, la diferencia está clara. Si se trata de nosotras, el ano no está mal visto.

Que una mujer experimente con su sexualidad es siempre motivo de celebración. Ponte escotazo, la falda más corta, ese tacón que te empodera, besa a tu amiga en el botellón, métele la lengua, haz un trío con tu novio y otra chica, usa ligas, prueba el sexo por detrás…

Cambia mucho la cosa si es un hombre el que se besa con su amigo o el que se permite el lujo de probar a qué viene tanto misterio con el punto erógeno del culo.

A día de hoy muchos llevan tan interiorizada la homofobia que saber que su amigo ha disfrutado de una buena comida de culo, un beso griego realizado majestuosamente, es sinónimo de vergüenza.

No vaya a ser que caiga un «gay» o un «maricón» en la conversación, que ante el grupo peligre la hombría, que se cuestione que se es tan macho como los demás.

Lo preocupante no es solo que factores externos -y encima discriminatorios-, condicionen a la hora de conocerse en el ámbito más íntimo. Ese que se queda entre nosotros y las paredes de la habitación.

También que, a estas alturas, se relacione la masculinidad con cosas que son totalmente ajenas a ella.

Si que pruebe el sexo anal no me convierte en menos femenina, en menos mujer, no debería suceder tampoco a la inversa (y eso también es feminismo).

Nos toca cambiarlo. Y es algo que va desde liberarse de prejuicios y probarlo, hasta cortar al cuñado que hace el comentario homófobo de turno sobre quienes -con más huevos que él- viven su sexualidad con libertad.

Lo que hagas en la cama no te define como persona. Solo es un culo.

Y, créeme, te va a gustar.

Duquesa Doslabios.

(Ya puedes seguirme en Twitter y Facebook).

¿Y si esta es la mejor época para tener sexo anal?

Yo lo tengo claro, el mejor momento para tener sexo anal es cuando apetezca. Lo mismo que con el resto de prácticas sexuales, claro.

Pero, si me pongo a pensar en la situación que estamos viviendo actualmente, con toda la crisis sanitaria, las limitaciones de aforo y el control de desplazamientos, llego a la conclusión de que puede que no sea la mejor etapa para relacionarnos.

Sin embargo, es especialmente buena para practicar sexo anal.

CALVIN KLEIN

Que las reuniones familiares, los viajes con las amigas o las celebraciones masivas que antes copaban los fines de semana hayan desaparecido de la agenda nos ha llevado a un día a día mucho más íntimo en nuestras casas.

Ya no tenemos (o al menos no con tanta frecuencia) el agobio de salir corriendo porque llegamos tarde o las prisas por limpiar antes de que lleguen los invitados.

Si a eso le sumamos que se ha extendido el teletrabajo, el tiempo ya no es un problema. Tenemos todo el del mundo para prepararnos para el sexo.

Porque sí, aunque es una práctica muy común, necesita ser tratada de una forma algo distinta, de ahí que muchas veces cometamos errores sin ser muy conscientes de ello.

Te puede interesar: Los errores que cometes (sin saberlo) cuando practicas sexo anal

En ningún otro momento habíamos tenido tanta privacidad como ahora ya que pasamos gran parte del tiempo en casa, de ahí que sea mucho más sencillo organizarse, adquirir todo lo necesario (el preservativo y un lubricante de base acuosa son imprescindibles) e incluso poder ir al baño con calma en cualquier momento.

Y es que un estado anímico relajado es el punto de partida, seguido de la alta excitación.

Sin más compromisos que el de pasar las tardes en casa ni prisas, la estimulación será más protagonista que nunca.

Así que, por mucho que veamos con ganas esa vuelta a la normalidad (la verdadera), ¿por qué no disfrutar el tiempo que nos queda juntos en casa dedicándonos a probar (o repetir) la experiencia?

Duquesa Doslabios.

(Ya puedes seguirme en Twitter y Facebook).

Cuando él quiere sexo anal y tú no

El sexo anal siempre producirá curiosidad. Ya sea como experiencia dentro de la vida íntima o, en el caso de no contemplarlo, por lo morboso que puede resultar imaginar meter algo por el culo.

FACEBOOK SMILE MAKERS

Y, ya que es una de las prácticas más famosas por ambas razones, no nos cansamos de leer (y en mi caso de escribir) sobre ello.

Te puede interesar: Sangrar después de tener sexo anal, ¿motivo de preocupación o normalidad?

De todo lo que aparece relacionado con el sexo anal (si duele, cómo hacerlo con higiene, si se sangra…) me he dado cuenta de que en los foros femeninos hay algunas consultas que se repiten desde el principio de internet.

«Mi novio quiere sexo anal, pero a mí no me gusta ¿Qué debo hacer?» o «Si no tenemos sexo anal dice que me deja. No quiero perderle». Incluso un literal «Estoy asustada» por si su pareja rompe con ella si se niega a hacerlo.

No me preocupa tanto el hecho de que pueda haber una falta de entendimiento en la relación a la hora de probar algo nuevo (a fin de cuentas, siempre hay un miembro con más tendencia a experimentar que el otro).

Es el hecho de que no tengamos en consideración lo que queremos hacer -o en este caso no queremos-, solo para complacer a la otra persona o incluso llegar practicarlo a la fuerza, ya sea por miedo a que se rompa la pareja o que haya una infidelidad por no acceder a ello (bajo estas líneas puedes leer algunas de las consultas reales que ahora mismo circulan por la red).

Así que voy a explicarlo por partes y a intentar hacerte entender por qué si no quieres pasar por ahí, estás en todo tu derecho.

En primer lugar, y por obvia que resulte la afirmación, tu culo es tuyo y tú decides si quieres mantenerlo solo como vía de salida. Repito, tú, no tu novio. Si tu pareja tiene tantas ganas de probar lo que es, que sea él quien se meta algo por detrás.

Quienes lo hemos practicado, no podemos negar que hay más que suficientes razones como para no querer hacerlo como que duele, puede producir heridas, sangrado, puede derivar en problemas de salud…

En segundo lugar, hay que ser fiel a una misma en todos los ámbitos, especialmente en el de la sexualidad. Es fundamental respetar los deseos propios haciendo libremente solo aquello con lo que nos sintamos cómodas. Podemos tener motivos que la otra persona no comparta o no entienda, pero eso no significa que tenga menos validez nuestra decisión.

Por último, si recibes algún tipo de presión con amenazas de que puede ser el desencadenante de una ruptura o de cualquier otro tipo de repercusión, queda claro que esa persona te ve como un culo y no como un todo. Y, amiga, no quieres a tu lado a alguien que solo tiene interés en estar contigo por una práctica sexual (o interés por cualquier cosa que no seas tú).

La sexualidad es lo bastante variada como para disfrutarla sin necesidad de hacer partícipe el ano. No vas a vivir una vida menos plena por no probarlo.

Duquesa Doslabios.

(Ya puedes seguirme en Instagram, Twitter y Facebook).

Sangrar después de tener sexo anal, ¿motivo de preocupación o normalidad?

Cuando surge el tema del sexo anal, quitando las bromas de turno relacionadas con mirar a Cuenca o morder la almohada, hay algo que nadie comenta. Se puede sangrar.

GTRES

Por mucho que se haya convertido en una práctica sexual relativamente frecuente, hay algo en lo que todos estaremos de acuerdo: no es un agujero pensado como vía de entrada. Es un esfínter que funciona a modo de salida, por lo que ir en sentido contrario, puede causar complicaciones si no se hace bien.

De ahí viene la importancia de tener a mano un buen lubricante (mejor si es a base de agua), así como otros consejos que hace que la experiencia sea placentera.

Pero, ¿qué pasa después? ¿Hay vida después del anal?

Aunque no es frecuente si se ha hecho a un ritmo lento y con cuidado, puede pasar que la zona sangre. Es algo que puedes descubrir en el mismo momento, nada más terminar o incluso un par de días después.

Y es que la práctica puede causar pequeñas roturas en los vasos sanguíneos que rodean el ano. Por lo general, suelen curarse solas, pero no podemos dejar de prestarle atención.

Al ser una vía de salida de deshechos, el ano está especialmente expuesto a los gérmenes de las heces, lo que se traduce en que se puede infectar si no se limpia de manera adecuada (y también una vía de entrada de infecciones, de ahí que sea fundamental el preservativo).

Si, por un casual, han pasado varios días y sigue el sangrado, la visita al especialista es obligatoria, ya que de no tratarlo y seguir teniendo sexo de esa manera, nos arriesgamos a que se convierta en un problema crónico.

Que aparezca algo de sangre en las heces tampoco tendría por qué resultar especialmente preocupante si hace unos días hemos realizado la práctica. Pero como comentaba más arriba, no dejar pasar más de unos días si persiste.

Y, sobre todo, dedicarle el tiempo que sea necesario a los preliminares con las manos o juguetes especializados para evitar molestias o sangrados innecesarios.

Duquesa Doslabios.

(Y acuérdate de seguirme en Twitter y Facebook).