Llegar al clímax a la vez es posible: trucos para compartir el orgasmo

Cuando llevas tanto tiempo llegando al orgasmo a destiempo con la otra persona, correrse a la vez es algo que te parece que solo pasa en las comedias románticas.

Es en las películas cuando los protagonistas alcanzan la cumbre del placer justo en el mismo momento para, después, desenredarse cayendo entre las sábanas.

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Y aunque lo que aparece en pantalla suele formar más parte de la ficción que representar nuestra realidad, que se dé es algo bastante especial. No solo por la sincronización, también por dejarse llevar acompasadamente compartiendo el placer.

Eso no quita que lo importante sea disfrutar, sí, pero para quienes -como yo- pensábamos que era imposible, hay formas de buscar el instante.

Imposible porque casi parecía necesario que se alinearan los planetas y las estrellas para coronarnos juntos.

Con paciencia y una pizca de práctica, podemos poner de nuestra parte para que consigamos el orgasmo compartido.

Ya hablé hace un tiempo de los gatillos sexuales (que no gatillazos), una serie de estímulos que nos hacen corrernos enseguida y pueden ir desde recibir un cachete, un dedo en el culo o, por qué no, palabras al oído.

En cualquier caso, mirarse a los ojos podría ser un buen punto de partida. La excitación de ambos es más fácil de captar si se esta frente a frente que si es mediante una postura en la que no se aprecian las expresiones.

Y no hay nada más morboso que ver cómo alguien experimenta un placer que provocas tú, dicho sea de paso.

Para esos casos en los que uno de los dos toma la delantera, no hay nada como parar sin llegar a frenar. Es decir, cambiar la práctica y dedicarse a tocarse, acariciarse, pellizcarse o chuparse.

También aquí pueden entrar en escena aliados como los juguetes (sobre todo aquellos que más nos aceleran).

Y luego seguir, una vez empatados en excitación, hasta el final.

Duquesa Doslabios.

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