Hombres del mundo, es el momento de romper este tabú sobre el sexo

No hace falta que él lo diga en alto. En el mismo momento que notas su cuerpo crispándose, justo cuando tus manos se acercaban al culo -a esa zona sagrada e intocable que muchos hombres consideran su ano-, ya sabes que aquello no le está gustando.

Que tu intención fuera la de continuar la incursión con un dedo o un juguete algo más grande, es lo de menos. Es raro (muy raro), dar con alguno a favor de experimentar con el culo si se trata del suyo.

CALVIN KLEIN

[Y recalco la parte de que sea el suyo, porque de la obsesión por el ano ajeno podría escribir un tema entero.]

Aunque más curiosa me parece todavía la explicación que dan para justificarlo. «No es lo mismo para hombres que para mujeres, a vosotras os gusta», he llegado a oír cuando el tema ha salido.

Como si a la hora de formarse nuestro sistema digestivo en el útero materno, a las mujeres nos pusieran pequeños clítoris revistiendo el tracto y a ellos pistolas táser.

El primer mito a derribar es que las sensaciones son diferentes. El ano es exactamente igual independientemente del género: un esfínter para expulsar los excrementos. Fin. No tiene más misterio.

Entonces, ¿a qué viene tanto alboroto, tanto susto y tanto miedo cuando se trata de introducirles algo por el culo?

Para mí, la diferencia está clara. Si se trata de nosotras, el ano no está mal visto.

Que una mujer experimente con su sexualidad es siempre motivo de celebración. Ponte escotazo, la falda más corta, ese tacón que te empodera, besa a tu amiga en el botellón, métele la lengua, haz un trío con tu novio y otra chica, usa ligas, prueba el sexo por detrás…

Cambia mucho la cosa si es un hombre el que se besa con su amigo o el que se permite el lujo de probar a qué viene tanto misterio con el punto erógeno del culo.

A día de hoy muchos llevan tan interiorizada la homofobia que saber que su amigo ha disfrutado de una buena comida de culo, un beso griego realizado majestuosamente, es sinónimo de vergüenza.

No vaya a ser que caiga un «gay» o un «maricón» en la conversación, que ante el grupo peligre la hombría, que se cuestione que se es tan macho como los demás.

Lo preocupante no es solo que factores externos -y encima discriminatorios-, condicionen a la hora de conocerse en el ámbito más íntimo. Ese que se queda entre nosotros y las paredes de la habitación.

También que, a estas alturas, se relacione la masculinidad con cosas que son totalmente ajenas a ella.

Si que pruebe el sexo anal no me convierte en menos femenina, en menos mujer, no debería suceder tampoco a la inversa (y eso también es feminismo).

Nos toca cambiarlo. Y es algo que va desde liberarse de prejuicios y probarlo, hasta cortar al cuñado que hace el comentario homófobo de turno sobre quienes -con más huevos que él- viven su sexualidad con libertad.

Lo que hagas en la cama no te define como persona. Solo es un culo.

Y, créeme, te va a gustar.

Duquesa Doslabios.

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7 comentarios

  1. Dice ser Zasca

    Pues soy hombre y siempre digo lo mismo a los que se ponen como fieras: «Ponéos como queráis pero nuestro punto G está donde está… fin de la cita.

    06 febrero 2021 | 11:31

  2. Dice ser Sociologo Astral

    Es el rol que nos da la naturaleza. del macho sale y en la hembra entra. en el macho no entra nada. no es ningun tabú, es la naturaleza animal. lo diferente ya no es la naturaleza animal, es la cultura y la civilización humana. en lo profundo de nuestro cerebro vive el animal y en la superficie vive la persona que ha desarrolado su propio gusto sexual.

    06 febrero 2021 | 12:04

  3. Dice ser AZULMARINOCASINEGRO

    Totalmente a favor de este artículo y eso de que en numerosas ocasiones no coincido con la Duquesa, es más en nuestro punto G (también llamado punto P) se consiguen unos orgasmos muy placenteros y para eso hay que llegar por la puerta de atrás, eso si, con mucha higiene, eh!!

    06 febrero 2021 | 12:10

  4. Dice ser Jose María

    Creo que es un tema tabú en ambos sexos, no recuerdo a ninguna mujer, reconocer que practica el sexo anal.
    Ni en su caso ni que se lo aplique a su pareja. Considero que es un buen artículo pero echo en falta esa sensibilidad que se tiene con las princesas con respecto a cómo se aborda el tema con los hombres.

    Está claro que estimular la zona es maravilloso si se hace con cuidado y cariño.
    No me imagino una princesa de uñas quilométricas proponérselo a su pareja…

    Otros métodos u objetos son más cómodos pero tampoco creo yo que si una mujer ve disfrutar a su novio, no tenga la duda de si a su novio le gusta porque le va y entonces ella lo rechaza por «guarrón» que es la palabra más utilizada en estos casos…Una mujer puede ser bisexual pero en un hombre, no está bien visto en reglas generales.

    No critico el artículo, hago un llamamiento a que se trate hablando antes de realizarlo y hacer entender que el sexo anal masculino no es síntoma de Homosexualidad.
    Abogo por la normalización del sexo anal pero ni si quiera entre mujeres se acepta, también hay que decirlo en artículos dirigidos al público femenino.

    06 febrero 2021 | 12:25

  5. Dice ser Hando Herrera

    Una pregunta, ¿y de la enorme cantidad de mujeres que no aceptan realizar felaciones o sexo anal? ¿Hay que decirles también que eso es un tabú a romper o no?

    En el sexo, cada cual tiene sus preferencias, y no, no todos dan las mismas excusas, eso es diametralmente falso.

    Y no aceptar las preferencias de tu pareja sexual sólo tiene una vía que seguir: te vas y punto.

    Convencer en el sexo es asegurarse malas caras, tienes el 50% de posibilidades de que sólo te esté gustando a ti, y no ers la finalidad de una relación sexual consentida y satisfactoria.

    06 febrero 2021 | 13:23

  6. Sigue habiendo mujeres para las que tener un orgasmo es llegar al climax. Espero que no seas de esas. Podrias escribir una estrada diciendo cuales son las diferencias.

    06 febrero 2021 | 23:56

  7. El libertinaje fue cosa de las mujeres desde 1978 en respuesta a las prohibiciones que existieron en España desde 1939.

    07 febrero 2021 | 23:07

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