No, no es raro repetir las citas con distintas parejas

A los 19 años, una compañera de la universidad me descubrió el parque del Cerro del Tío Pío (conocido como las Tetas de Vallecas). Aquel lugar desde donde se podía ver toda la ciudad, me regaló el que sigue siendo mi atardecer favorito de Madrid.

MANGO

Por eso se convirtió en uno de mis sitios preferidos para tener citas, así que cuando fui con mi pareja actual, tenía el lugar un poco trillado.

Para mí la explicación es sencilla, el lugar donde vivimos tiene un número limitado de sitios que nos gustan hasta el punto de querer compartirlos con alguien especial.

No es como si, cada cierto tiempo, la ciudad fuera cambiando y ofreciendo localizaciones alternativas. En Madrid tengo el Palacio de Cristal, las Tetas, Debod y un par más que prefiero no comentar para que no se hagan todavía más populares.

Y como he pasado aquí la mayor parte de mi vida, lo normal es que esos sitios me acompañen incluso cuando cambio de relación.

No significa que sea poco original o que no le dedique tiempo a pensar en un lugar bonito para tener una cita, más bien que disfruto tanto de esos lugares, que ¿cómo no compartirlos si son casi como dar a conocer mi película o mi restaurante favorito?

Por suerte, como persona de a pie que soy, la mayor crítica que puede venirme por repetir mis hot spots donde tener citas, puede ser o por parte de algún lector o por amigas (que al final, muchas hacen lo mismo).

Sin embargo, no es el caso de Jacob Elordi. El protagonista de El stand de los besos ha recibido un aluvión de críticas por hacer mi estrategia con sus últimas tres parejas.

Aunque a diferencia del parque madrileño, lo suyo ha sido un mercado en Nueva York, que, salvando las distancias, vendría a ser lo mismo para el actor: el primero de la lista de sitios que conocer con una persona que le interesa.

Para los fans del intérprete (todavía no entiendo por qué) esto resulta bastante ofensivo, llegando incluso a calificar a Jacob de «enfermo».

Pero, como os comentaba unas líneas más arriba, personalmente no creo que tenga nada de malo volver a visitar esos lugares que nos han marcado de alguna manera para crear nuevos recuerdos en ellos.

Si pienso en mi caso con el parque de Vallecas, puedo asegurar que de todas las veces que he estado, la más especial para mí fue cuando me di aquel beso a las cinco de la mañana con mi pareja, solos y con Madrid brillando a nuestros pies.

Además, también repetimos de padres, hermanos y otros miembros cuando hacemos la presentación oficial de la nueva pareja y a nadie se le ocurriría que eso está mal y deberíamos cambiar de familia.

Normalicemos que hay cosas que forman parte de nosotros y, conocerlas es también un paso a la hora de compartir quiénes somos.

Duquesa Doslabios.

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