Que la regla no te fastidie el día de playa con estos consejos

Es imposible que no tengamos la ‘suerte’ de que, al menos, una de las reglas nos caigan en el día que habíamos planeado ir a la playa o la piscina.

(Y eso si no te baja en medio de un paseo por la orilla con un crush, como me pasó a mí hace unos años).

WOMEN’SECRET

Así que como nuestra amiga Inés (por lo de que viene cada mes), es probable que aparezca también en verano, aquí van mis consejos para que sobrevivas a esa jornada de la mejor manera.

La preparación es fundamental. Tienes que pensar bien qué vas a meter en la bolsa. Ropa suelta, un alijo de ibuprofeno y ‘paracetamoles’ que podría nutrir a una residencia de ancianos…

Mi truco para esos días es dejar las compresas en casa y hacer de la copa la mejor apuesta.

Es a prueba de fugas siempre y cuando la vayas vaciando con regularidad, una razón por la que es fundamental que, en cuanto llegues, localices y te pongas cerca del baño.

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¿Que la copa no va contigo? Pues antes de salir de casa, recorta un poco el hilo del tampón -no tanto como para que no puedas tirar luego de él para sacarlo- para evitar que salga a pasear por fuera de la braguita del bikini.

Y hablando de ropa de baño, lo mejor para ese día es que lleves los bañadores o bikinis que tengas de color negro. Así, si notas la fuga, sabes que solo vas a enterarte tú y que no vas a cargarte el conjunto (que ya sabemos lo que cuesta que salga el manchurrón de las bragas).

Si, como yo, cuando estás con la regla, solo quieres fundirte con el sofá y la manta, pero te apetece el plan veraniego, intenta trasladar a la playa o a la piscina la comodidad de tu casa.

Será fundamental que, además de ropa suelta, lleves algo que puedas atarte alrededor de la cintura -para tapar la fuga camino al baño o por si te entra frío-.

Tampoco puede faltar una toalla o manta en la que poder tumbarte en postura fetal si las cosas se ponen feas con los dolores. No subestimes el poder de la camiseta de tu amiga dándote calorcito sobre la tripa, cualquier solución en ese momento de crisis es bienvenida.

Dicen que el calor ayuda a que baje mejor la sangre, pero le va a hacer un flaco favor a tu cara si justo acabas de explotarte el clásico grano hormonal. Si la protección solar es fundamental, que no falte la crema de SPF 50 para que no te queden luego las marcas.

Por mucho que te pueda la pereza, recuerda también que moverte, ya sea dentro del agua como dando un paseo (lo de jugar al voley o a las palas míralo en función de cómo estés de dolorida) ayuda.

Y para terminar, planifica bien la comida que vayas a llevar. Por mucho que te apetezca comida basura -las patatas de tu amiga Laura parecen llamarte a voces- es mejor que te mantengas alejada de alimentos salados, bebidas azucaradas o gaseosas y te limites a beber mucha agua y a comer de forma equilibrada. La hinchazón te lo agradecerá no convirtiéndote (todavía más) en una bola de aire.

Duquesa Doslabios.

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