¿Y si el que no se corre es él?

Que las mujeres solemos tener algo más complicado lo de llegar al orgasmo, es innegable. De hecho, es para muchas tan difícil que, ni por sus propios medios, son capaces de alcanzarlo.

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Y es que biológicamente, nuestros genitales tienen mucho misterio. El hecho de que las cosas vayan por dentro hace que debamos saber exactamente qué es y cómo se estimula cada parte para poder disfrutar plenamente del sexo.

Ellos no tienen ese problema. Lo que llevan a la vista es todo. Lo que ves es lo que hay.

Por ese motivo resulta tan sorprendente cuando es él el que no llega al orgasmo.

La primera vez que me sucedió fue hace bastantes años y en su momento, no supe cómo abordarlo. Cuando le pregunté, más por curiosidad que por otra cosa, recibí un bloqueo informativo por su parte, de lo que interpreté que igual había algo más profundo ahí.

Con los años, y otras situaciones parecidas, empecé a despreocuparme. Porque claro, viviendo en la era de la brecha orgásmica, cuando sexualmente eres tú la que lleva la menor puntuación en la pizarra de orgasmos, una o dos ocasiones en las que solo termines tú, no resultan muy preocupantes.

Cuando se da en varias ocasiones, es fascinante la diferencia entre hombres y mujeres.

Para nosotras, la culpabilidad está asegurada. Lo primero que se nos pasa por la cabeza es que ya no excitamos de la misma manera a la otra persona. Que si la celulitis, que si estoy gorda, que si ya no me quieres (llevarlo al plano afectivo es incluso peor).

Es una diferencia fundamental respecto a los hombres, cuya actitud, viendo que nosotras no hemos terminado suele ser, siempre en el mejor de los casos, la de pensar en cómo mejorar en el próximo encuentro.

Antes de que la paranoia supere la realidad, déjame decirte que tú no eres el problema. Sí, le sigues gustando y mucho.

No es tan sencillo como imaginamos. Hay hombres que no eyaculan si tienen sexo oral, si la chica está encima o incluso otros que pueden llegar a hacerlo varias veces. Igual no son tan sencillos como pensábamos, ¿verdad?

Como a nosotras, factores externos pueden pasarles factura (algo que ya os comentaba en este post), por lo que una situación de agobio o estrés puede impedirles terminar. Incluso si el día es muy caluroso o se encuentra incómodo porque le estás apretando demasiado en alguna parte.

Hay incluso quienes son capaces de, con un increíble control, evitar la eyaculación pasado el punto de no retorno y seguir manteniendo la erección, lo que significa que pueden durar mucho más tiempo.

Por lo que agobiarse, estresarse, culpabilizarse y, en definitiva, hacer de ello una montaña cuando solo es un grano de arena, no es la mejor de las soluciones.

Lo más probable es que, si esa vez no se ha corrido, la próxima vez que tengáis sexo, lo haga como si nada.

Duquesa Doslabios.

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3 comentarios

  1. Dice ser Jose

    No es lo mismo correrse que tener un orgasmo, me corro siempre que me tiemblen las piernas o se me quede el cuerpo en stand by despues de correrme muy pocas veces lo han logrado.. Gran error el de las mujeres pensar que si el hombre se corre tiene un orgasmo…

    09 septiembre 2019 | 13:25

  2. Dice ser Rosa

    #jose gran error vuestro pensar que todas las mujeres nos corremos siempre que tenemos sexo y que sois tan terriblemente buenos que con solo mirarnos ya nos mojamos

    10 septiembre 2019 | 16:41

  3. Duquesa Doslabios

    Muy bien dicho, Rosa.

    10 septiembre 2019 | 19:04

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