Archivo de diciembre, 2018

BDSM artesanal en España, así es el negocio del sadomasoquismo

Cuando pensamos en qué es lo que más se vende de accesorios BDSM creo que todos podemos coincidir en que las esposas, fustas o bocados pueden ser algunos de los complementos más populares ya que pueden encontrarse en prácticamente cualquier lado.

BDSM ACADEMY OF DISCIPLINE/FESTIVAL BDSM COLOMBIA

O al menos, eso pensaba yo hasta que conocí en el Salón Erótico de Barcelona a Miriam y Ricardo, la pareja que se encuentra detrás de Artesanía BDSM.

Recuerdo que al hacerle la pregunta, por manida que pudiera parecerme, Ricardo me contestó, para mi asombro, que el producto que realmente era el éxito de ventas en su página web era una especie de váter especial para practicantes de la cropofilia.

«Un cajón donde la persona dominatrix va arriba y el sumiso recibe los excrementos por abajo, que cuesta entre 150 y 180 euros» me dijo el carpintero.

Tanto él como su esposa llevan 10 años en un sector al que empezaron de a pocos haciendo cosas ligeras. «Es como un hobby para nosotros» me dice mientras me diseña un arnés de BDSM a medida.

Ambos coinciden en que es un mercado que ha crecido mucho últimamente. “Cincuenta sombras de Grey le ha quitado miedo al mundillo, ha hecho bien al negocio. La gente tiene la mente más abierta, no se ve con rechazo”.

Incluso llegan a afirmar que se ha puesto de moda gracias a series como CSI o Castle y, por supuesto, en parte debido a las películas porno.

Ahora que han desaparecido los prejuicios y muchos se atreven a hacer la sexualidad más divertida y variada, con este tipo de productos son los collares, cuerdas, látigos o fustas los accesorios que más vuelan del stand, ya que en palabras del artesano «son para un público más general».

Cuando le pregunto cómo suelen ser sus clientes a la hora de elegir me revela que lo más difícil es que aquellos clientes que vienen en pareja se pongan de acuerdo. «Las mujeres suelen ser más lanzadas» dice Ricardo.

Si bien su competencia es feroz, el mercado chino sobre todo debido a los bajos precios, la pareja cree firmemente en la calidad del producto que venden, ya que se trata de cuero auténtico.

Además, para aquellos bolsillos más apretados, no es necesario hacerse con todo el set para decorar la mazmorra, ya que también alquilan el material para fiestas privadas.

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¿Cuánto drama aportas en tu relación?

Lo admito. Me encanta el drama. Soy de esas personas que disfruta viendo Titanic.

PIXABAY

Y como buena drama queen, en mi relación tampoco falta la tragedia. Aunque es una tragedia sana, de esas de discusiones absurdas, de temas que no son ni relevantes. De las que ni sirven para hacer un ingenioso hilo y volverme el nuevo fenómeno viral.

No es que discutir sea algo habitual en mi personalidad. Pero es que a veces, «hay que buscar drama» (estoy hablando en una relación sana con momentos puntuales de discusión, no de una pareja tóxica en la que una persona sistemáticamente hunde a otra).

Y ahí es donde entra la regulación emocional. Cómo dejamos que nos afecten las cosas y cómo reaccionamos ante ellas, algo que podemos aplicar a por qué te molesta tanto que tu pareja haya vuelto a dejar (por quinta vez) los calcetines en el suelo.

Tenemos que partir de que los sentimientos no se equivocan y que si por algo nos enfadamos y nos sentimos mal, estamos en lo cierto, lo que sí cabe buscar es el origen de ello.

Hay tres aspectos que debemos tener en cuenta: el subconsciente, el consciente y el consciente social.

El subconsciente es la versión más salvaje de nosotros mismos, sin filtros. La que no aguanta al novio de tu amiga.

El consciente es el que sabe que, aunque te caiga mal, quieres a tu amiga y lo importante es que ella sea feliz. Y por último el consciente social es el que sabe que no puedes decirle lo que piensas porque sería bombardear vuestra relación y lo que te importa realmente es lo que tienes con ella.

Estando con nuestra pareja ocurre una cosa, y es que podemos llegar a perder los filtros y decir directamente lo que pensamos desde el subconsciente. Y claro que decir lo que pensamos está bien, pero no siempre es correcta la manera en la que lo hacemos.

Volviendo al calcetín que lleva todo el rato ahí tirado en lo que escribo esto. Si vas y le dices a tu novio que es «un cerdo», en tu línea, directa y sin rodeos, estás dejando salir tu pensamiento inconsciente, pero no es la mejor forma de abordar la situación ya que seguramente tu pareja se lo va a tomar mal.

En cambio si aplicas el consciente, sabes que no es un cerdo porque se ducha todos los días y es bastante ordenado. Y si después añades el consciente social, para cuidar el trato entre ambos, le dirás que si no le importa recogerlo cuando tenga un momento.

Para quienes, como yo, parezcamos unidas ineludiblemente al drama, ser consciente de esto es un punto clave, no solo a la hora de comportarnos sino a la hora de encajar los comentarios del estilo.

La clave, como todo, está en el balance, en saber dónde está nuestro filtro. ¿Es extremadamente social por lo que no buscamos nunca el confrontamiento? La base de las relaciones es la comunicación sincera por lo que deberíamos poder discutir con madurez cuestiones en las que surgen desacuerdos.

En el otro extremo, la discusión. ¿Buscamos continuamente la pelea? Si es así, es el momento de hacer introspección y plantearnos si todo esta bien o hay algo por ahí en lo que tengamos que trabajar a nivel personal.

Lo mejor es que el dial se encuentre bien situado entre los dos puntos. De hecho lo suyo es que la mayor parte del tiempo la relación esté bien y también haya un pequeño porcentaje para una sana discusión y diálogo siempre con respeto y tratando las cuestiones de manera correcta.

A cambio, además de disminuir ese drama, nos hace madurar en la relación y mejorar la conexión con nuestra pareja.

Así que, ¿qué tal si de deberes te haces autoexamen y te preguntas si no estarás pasándote de calamidad?

Duquesa Doslabios.

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