La desmitificación del sexo en la ducha

Hoy quiero hablaros del sexo en la ducha, esa experiencia que todos nos empeñamos en probar y que a veces termina con dramáticos resultados.

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Por el calor, es uno de los clásicos del verano, como los minis de sangría o los selfies en azoteas de moda de la ciudad de turno.

Sin embargo, para mí, el sexo en la ducha es como ver una película de DC, nunca es como me lo esperaba y no suele estar a la altura de mis expectativas.

La culpa la tiene, o al menos en mi caso, la imaginación y su manía de convertir todas mis ocurrencias cotidianas en un material digno de película pornográfica de calidad (no de esas censuradas).

El agua resbalando por los cuerpos desnudos o las manos en contacto formando espuma son imágenes que funcionan para cualquier escena, pero en la vida real el agua no es de ayuda para lubricar nada.

De hecho se convierte en un incordio más que en un estimulante a no ser que se aplique en zonas concretas y a chorro (ejem, clítoris).

Y eso sin contar que suelo ser de las torpes que, no me preguntéis cómo, suele terminar siempre con champú dentro del ojo retorciéndose de dolor.

Tanto mi pareja como yo somos altos, por lo que, a no ser que encontremos una ducha de varios metros cuadrados en algún hotel, la ducha media no nos deja mucho espacio para experimentar con las posturas.

De hecho, por mucho que nos guste la creatividad, la ducha te permite dos posiciones: el perrito de pie contigo despachurrada contra la parte de los grifos o el misionero vertical que requerirá de tus habilidades y equilibrios para no terminar desnucada.

Hay momentos que no sé si estoy en pleno polvo o echando una partida al Twister.

Es por eso que, siendo sincera, prefiero la ducha como calentamiento justo y necesario, pero terminar la faena en la cama. Nada mejor que ir con un poco de humedad para compensar las altas temperaturas que va a alcanzar la habitación.

Además puedes aprovechar que tienes los botes a mano y llevar una crema de esas resbaladizas para seguir el juego.

Duquesa Doslabios.

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4 comentarios

  1. Dice ser gel excitación

    Prueba con algún gel excitación vaginal tumbada en al cama con el aire acondicionado veras como estremece.

    08 agosto 2018 | 10:42

  2. Dice ser F.Angel

    Ni ducha, ni bañera, ni piscina, ni mar…

    Por posturas, por higiene, por privacidad, incluso por seguridad…

    Y por que a mí, el agua, como que resta sensibilidad en las manos…

    Y en otra zonas…

    08 agosto 2018 | 11:29

  3. Dice ser Aburrido

    El sexo en la ducha es machista, típico de la sociedad patriarcal heterosexual en la que vivimos, liberemos nuestras cadenas! Digamos no al sexo en la ducha, que sea sexo donde nos de la gana! Menos en la ducha!

    08 agosto 2018 | 17:01

  4. Dice ser pelopolla

    eso sin contar , qué la costalada puede ser de aupa

    08 agosto 2018 | 20:36

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