Recuerdo que la primera vez que te vi supe que serías una persona por la que acabaría llorando. Lo supe como supe que la vida tal y como la conocía, la vida A. T., Antes de Ti, había terminado.

YOUTUBE
Recuerdo cómo pasamos de cero a cien, sin frenos y cuesta abajo, directos a una pendiente. Era una historia que terminaba en hostia segura. Y lo sabía, vaya si lo sabía, pero si era contigo, no me importaba pegármela, de hecho la habría recibido cuantas veces hiciera falta y siempre de buena gana.
Y cuando sonó la canción de Imagine Dragons en el coche y tuve la urgencia apremiante de abrazarte supe que cada vez que escuchara esa canción durante el resto de mi vida, pensaría en ti.
Me creí todo lo que salía por tu boca, te creí cuando me dijiste que yo era diferente, que hacía mucho tiempo que no llevabas a una chica a tu casa y mucho menos que se quedara a dormir en tu cama.
Te creí cada vez que me llevabas a un sitio especial o me sorprendías con una cena a dos mil metros de altura. Juro que creí que era la única con quien lo hacías.
Creí de verdad, o más bien, me quise creer, que acabaríamos teniendo lugar en algún momento, que habría un “nosotros” más allá de ese presente paralelo de pura felicidad que creamos al conocernos.
Y sin explicaciones, poco a poco, y, al mismo tiempo, de golpe, empezaste a desvanecerte y a desdecirte, como si todo hubiera tenido lugar en mi cerebro.
Sin motivo aparente perdiste el interés en mis mensajes, en mis llamadas, en verme… Y no sabes la cantidad de tiempo que me llevó entender que no es que en tu vida nunca le dieras pie al momento o al lugar, era que en tu vida no querías darme pie a mí.
Tan sencillo como eso y tan desgarrador y doloroso al mismo tiempo.
Y de repente, al tiempo, y sin que yo lo pidiera, volvías, como vuelven las personas que se van por voluntad propia.
Volvías y tirabas todo lo que me había llevado tanto tiempo construir. Volvías y me volvías creyente de nuevo, renovando mi fe en ti. Eras mi puñetero milagro mensual cada vez que desbloqueaba el teléfono y veía tu nombre.
Era una época en la que bebía los me gustas y otras pequeñas tazas de casito como si fueran el único vestigio de agua en un desierto infinito. Apuraba hasta la última gota.
Participé como espectadora pasiva en tu juego de entrar y salir de mi vida. Y ya por fin, no sé si fue a la sexta o a la séptima, pero esa vez que por fin fue la vencida, me di cuenta de lo que estabas haciendo, de que yo solo era una suplente a la que mantenías entretenida con unas pocas migas de atención para que estuviera lista cuando necesitaras que saltara al campo.
Porque no es hasta que te llaman a jugar que te das cuenta de que llevabas todo ese tiempo en el banquillo.
Y fue ahí, por respeto hacia mí misma, que decidí que para eso prefería ser titular en otro equipo.
Duquesa Doslabios.
Me siento muy identificada con la ‘idiota’ de la carta, con su sinceridad sin censura hace falta más de esto en nuestros días. No sé si todos, pero seguro que muchos hemos vivido una historia que ha supuesto un antes y un después en nuestra vida. Es complicado no volver a caer en el vértigo que tanto nos ha conmovido los pilares más recónditos, dejarnos mecer otra vez por la esperanza de una segunda, tercera, cuarta, quinta parte…, a pesar de tener la dolorosa certeza de que para nosotros no hay cabida en la vida de ese ser que un buen día vino a despertarnos de nuestro letargo vital para dejarnos después caer en el vacío abrumador que era nuestra vida antes de él o ella. Hace poco a propósito de una ruptura, me llamó la atención cómo la parte ‘abandonada’, expresaba con palabras el dolor que le supuso que esa persona la llevara a lo más alto, a un lugar donde jamás había estado, ni siquiera imaginaba que podía existir, para después dejarla caer desde ahí arriba sin más explicaciones que un: se terminó.
24 octubre 2017 | 13:01
Carla,
Cómo lo siento. Ojalá te dieras cuenta pronto de que no te mereces una persona así.
24 octubre 2017 | 13:45
Siempre hacia delante. La vida siempre depara cosas mejores y siempre encontrarás a alguien que te lleve más alto de lo más alto y seguro que no te dejará caer.
24 octubre 2017 | 16:13
De verdad que no entiendo la gente así (y meto ahí tanto a hombres como a mujeres): siempre eligen a gente que están ahí, tan felices, y van y les prometen el oro y el moro. Claro, todo muy calculado, nada directo como un «te quiero», todo muy sibilino, miraditas, toquecitos, que si eres la mejor, que si nunca ha habido nadie como tú…Y claro que caes,nos ha jodío, cae cualquiera, sobre todo si te gusta la otra persona y si encima te lo pone a huevo. Y cuando se cansan de su juguete, a otra cosa, mariposa. Eso si, no te vayas muy lejos, ni tampoco se te ocurra no hacerles caso, que enseguida te llaman y te dan la matraca y encima se enfadan contigo porque no les haces caso. A mi me pasó con un compañero de trabajo, todo eran miraditas y sonrisitas y «a ver si quedamos» hasta que vio que la cosa iba en serio; ahí cambió y empezó un «minoviaminoviaminovia» que yo no sabía ni que existía, porque yo con hombres casados o emparejados, nada de nada. Y cuando volvía a ser alguien feliz y libre, allí estaba él para recordarme que nanay, que todavía había posibilidades con eĺ. Hasta que me harté y dije que hasta aquí habíamos llegado, y encima fue y se enfadó. Ahora ya estoy al loro con cualquiera que venga con las mismas. Nunca mais…
24 octubre 2017 | 17:16
Más que relaciones tóxicas, que también puede ser no voy a discutirlo, soy más de pensar que un día nos hacemos adictos a alguien como si fuera una droga con vida propia, a un alguien al que en un momento de nuestra existencia nos enganchamos perramente, gracias o por culpa de que se juntan una serie de casualidades, de factores que hacen que nos resulte irresistible y a partir de ese momento, se jodió el invento. Somos adictos para siempre a esa persona, aunque ya no podamos ‘consumir’ de su veneno. Las recaídas a estas ‘drogas’ son más que habituales y a veces, desengancharse es más doloroso que seguir chutándote de todo lo que te vuelve loca de él ya tomar por saco.
24 octubre 2017 | 17:57
Que de loser tiene este espacio.
24 octubre 2017 | 19:08
Te mando un beso y un abrazo, no estas sola
24 octubre 2017 | 20:24
Que no me entere yo que ninguna mujer se quede sentada en el banquillo, aquí hay carne en barra para todas, hacerme vuestro.
24 octubre 2017 | 20:28
Hay Osvaldo menudo papasote que parese ud. Una cosa le digo, como le agarre con otra chamaca, ni carne ni barra le va a quedar ni para orinar, me oyo!
24 octubre 2017 | 20:30
Tita cuando yo me centro en una mujer no tengo ojos para otras, palabra del gitano Osvaldo.
24 octubre 2017 | 20:36
Que hombres tan grotescos ¿de donde han salido?
24 octubre 2017 | 20:47
@Irene
De los genitales de maravillosas mujeres
24 octubre 2017 | 20:49
A mi no me metan en esos sacos. Yo soy un hombre que respeta a las mujeres y por que no decirlo, al que le encanta amar.
24 octubre 2017 | 20:50
@Palacagüina
Quíen es Pepper??
24 octubre 2017 | 20:55
Sólo aviso una vez, cuidado con lo que comentáis por aquí, que empezáis a rozar el acoso. Y no miro a nadie, Demetrio
24 octubre 2017 | 20:59
Si me llaman acosador, me voy. Buenas tardes
24 octubre 2017 | 21:01
A ver si os vais a cocer frijoles que es la hora de cenar.
24 octubre 2017 | 21:01
Donde esté una buena comida que se quite cualquier cena
24 octubre 2017 | 21:02
Que tomáis notas en una agenda para luego responder?
24 octubre 2017 | 21:03
Yo quiero ser amada por un buen papasote fiel
24 octubre 2017 | 21:06
Venga vamos a comentar algo de lo de la chorrada esta del banquillo que al final la van a echar.
Pone: desgarrador…que heavy
24 octubre 2017 | 21:11
Desgarrador y doloroso
Debía de ser enorme
24 octubre 2017 | 21:13
Pues Renata yo no se a las demas…. pero a mi, me gustan grandes
24 octubre 2017 | 21:17
Yo me lo he imaginado con dientes.
24 octubre 2017 | 21:34
Eliminan comentarios???
En el 20minutos??’
Me pinchan y no sangro.
24 octubre 2017 | 21:36
Gracias por tu empatía, Duquesa Doslabios. No fue demasiado pronto, fue cuando tuvo que ser, pero quiero pensar que lo importante es aprender del tropezón, procurar estar más alerta a las señales cuando nos topamos con personas así de manipuladoras y guardar como tesoros los buenos momentos. Esto es, que me parece necesaria la autocritica y el aprendizaje vital, pero sacar la parte positiva de estos enganches tan fastidiosos como vitalizantes.
24 octubre 2017 | 21:37
Me siento identificado con el hombre que sienta a las mujeres en el banquillo, soy así, que cabrón que soy.
24 octubre 2017 | 21:37
Se llaman tios guadiana: aparecen y desaparecen cuando les da la gana. Mas info en la red de redes.
24 octubre 2017 | 21:37
El banquillo no es tan malo, peor es ser utillero
24 octubre 2017 | 21:43
Peor ser la boquilla de un de bidón de agua to chuperreteao.
24 octubre 2017 | 21:47
Y ser la tapa de un yogurt??? Te abren te arrebañan y al plato, mientras ves como al yogurt le hacen ojitos y no quieren que se termine nunca, y los más soeces meten la lengua hasta el final.
24 octubre 2017 | 21:53
He tenido alguna que otra relación así, no era vida, me suena demasiado lo de «puñetero milagro mensual». Hasta que un día me cansé de estas historias y me puse seria conmigo misma y me dije hasta aquí, ya no tolero mas ser el juguete de nadie o el segundo plato. Me ha ido bien, he ganado en salud mental e increiblemente doy con hombres decentes, aunque ya me había hecho a la idea del mas vale sola… pero resulta que he acabado acompañada por un ser maravilloso.
Chic@s, no os dejeis engañar, si no están al 100% con vosotr@s (cualquiera que sea el tipo de relación que querais tener) cortad cuanto antes, porque si no solo hareis que la agonía se alargue en el tiempo e igualmente no funcionará. No perdais vuestro tiempo con quien no merece ni medio minuto.
24 octubre 2017 | 22:00
Lo mejor es ser como CR7
24 octubre 2017 | 23:00
Y si estás en el banquillo, ¿Te puedes liar con otros/as del banquillo?
24 octubre 2017 | 23:02