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Catarros y mocos: mitos y leyendas

Los catarros y los mocos. Los mocos y los catarros. Viejos conocidos de las consultas de pediatría y tan presentes en los niños pequeños que parece que hubieran nacido con ellos. La cultura popular ha creado muchos mitos y leyendas alrededor de este síntoma banal que no genera nada más que incomodidad a nuestros hijos.

En este post repasamos qué es un catarro y qué son los mocos desmontando sus mitos y leyendas.

1. Los catarros son consecuencia del frío. FALSO

Cierto es que los catarros suelen ocurrir principalmente en los meses fríos del año, sin embargo estos se producen por infecciones por virus. A los niños hay que abrigarles para que no pasen frío, pero no para que no se acatarren.

2. Mi hijo tiene muchos mocos, seguro que le va a salir un diente. FALSO

No hay ninguna base científica en esta afirmación. Ningún estudio de calidad ha conseguido demostrar que la salida de un diente produzca mucosidad nasal. Durante los primeros 2-3 años de vida de un niño salen un montón de dientes de leche por lo que es habitual que coincidan en el tiempo la salida de uno de ellos con un catarro que produzca moco.

3. Mi hijo no puede tener un catarro porque no tiene fiebre. FALSO

La fiebre es un síntoma más de infección. No es imprescindible tener fiebre para que un pediatra diagnostique a un niño de un catarro. Lo habitual es tener tos y mucosidad nasal, y en ocasiones algo de fiebre.

4. Mi hijo está muy enfermo, lleva con mocos varios meses. FALSO

La duración media de la mucosidad durante un catarro son unos 15-20 días. Si tenemos en cuenta que un niño de guardería se contagia de unos 10-12 al año (concentrados en el invierno) lo normal es que siempre esté con mocos.

5. A mi hijo le ha bajado el moco al pecho. FALSO

Las catarros no bajan la pecho, es decir, el moco no gotea por detrás de la garganta, accede a la traquea y llega al pulmón. Eso no ocurre así. Sin embargo, los virus que dan lugar a bronquitis y bronquiolitis empiezan siempre por un cuadro catarrral que con los días evoluciona. Durante estos días el virus que lo provoca va colonizando la vía aérea y al final llega al pulmón. Esa llegada del virus al pulmón es la que genera moco y no al revés.

6. Tengo que «sacarle» los mocos a mi hijo para que no le bajen al pecho. FALSO

Como ya hemos dicho, que se produzca una bronquitis depende de la capacidad de los virus de invadir la vía aérea inferior y no de lo frecuente que los padres limpien los mocos a sus hijos.

7. El moco de mi hijo se ha infectado porque ha cambiado de color a verde y/o amarillo. FALSO

Durante un catarro común el moco cambia y evoluciona de color. Al principio suele ser líquido y trasparente para en unos días hacerse espeso con un color amarillo o verde. Esto ocurre normalmente en cualquier catarro y no es un signo de que esté ocurriendo ninguna complicación.

8. Tengo que limpiar los mocos de mi hijo para que respire mejor. VERDADERO

La nariz  es la zona más estrecha de toda la vía aérea, además muchos niños no saben respirar por la boca. En caso de que los mocos taponen la mitad de la nariz entraría la mitad de aire al respirar. Por eso es muy importante limpiar la nariz de los niños.

9. La mejor forma de limpiar los mocos es con un «sacamocos». FALSO

Los lavados nasales son la forma más eficaz de limpiar la nariz. Para ello es necesario tener un poco de «mala leche» y hacerlo con fuerza, como si se limpiara una tubería. Los aspiradores de moco resultan poco eficaces ya que no llegan a la orofaringe (parte de atrás de la nariz, donde se junta con la garganta), además de ser poco higiénicos.

10. Para disminuir los catarros es bueno tomar vitaminas. FALSO

Una alimentación sana y normal aporta los nutrientes necesarios para que un niño se desarrolle y mantenga unos niveles de vitaminas adecuados. La toma «extra» de vitaminas no da lugar a que los niños se contagien menos.

11. Para que mi hijo tenga menos mocos le tengo que dar un mucolítico o un antihistaminico. FALSO

No existe ningún estudio científico de calidad que haya demostrado que tomando un jarabe de ningún tipo se tenga menos moco. Si existiera, los pediatras estaríamos encantados de mandarlo a nuestros pacientes. Hasta que alguien lo invente (y demuestre su eficacia) lo adecuado es la limpieza nasal y mantener bien hidratado al niño.

12. Voy a dejar de dar leche a mi hijo porque le produce mocos. FALSO

Este es quizá de los mitos más extendidos. La leche no produce mocos. Al igual que con los dientes, no existen estudios de calidad que hayan demostrado que esa afirmación sea correcta.


El copyright de a imagen de portada de este post pertenece a alterna bajo una licencia CC BY-NC-ND 2.0

¿Debería poner a mi hijo la vacuna del rotavirus?

Todos los años el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría emite un informe en el que se dan una serie de recomendaciones respecto a qué vacunas deberían recibir los niños. Con estas recomendaciones se elabora un calendario vacunal como pauta de vacunación en la infancia.

Una de las vacunas recomendadas es la del rotavirus. En el post de hoy te explicamos por qué deberías vacunar a tus hijos ya que por desgracia esta vacuna, pese a existir una recomendación, no se financia actualmente en España por el Sistema Nacional de Salud lo que implica que son los padres los que deben afrontar el gasto.

¿Qué provoca el rotavirus?

El rotavirus es un microorganismo que da lugar a una gastroenteritis (diarrea) sobre todo en los niños que acuden a la guardería. En general, todos los niños pasados los dos años están inmunizados porque han entrado en contacto con el virus de una forma u otra.

Su trasmisión, como en la mayoría de las infecciones que dan lugar a gastroenteritis, es facal-oral, es decir, a través del contacto con las heces de los niños que la padecen.

Sin embargo, la gastroenteritis por rotavirus no es una gastroenteritis cualquiera siendo la primera causa de ingreso por este motivo en nuestro entorno ya que suele dar lugar a deshidratación. En los paises desarrollados esto se solucionaría con un suero intravenoso, mientras que en los países en subdesarrollados puede llegar a causar la muerte del niño.

¿Por qué es recomendable la vacuna?

Teniendo en cuenta que el rotavirus da lugar a la gastroenteritis más grave que puede tener un niño se entiende que la vacunación para esta infección esté recomendada. En nuestro país la inmunización de estos niños evitará hospitalizaciones  lo que conllevaría también pérdidas de jornadas de trabajo de sus padres.

¿Cuáles son las vacunas que existen en España?

 Actualmente en nuestro país existen dos vacunas comercializadas que se llaman Rotateq® y Rotarix®. Ninguna de las dos está financiadas por el Sistema Nacional de Salud por lo que son los padres los que tienen que comprarla en una farmacia y conservarla en nevara hasta el día de su administración.

La vacuna Rotateq® consiste en 3 dosis mientras que Rotarix® son 2. El precio de la pauta completa de vacunación de ambas es similar.

¿Cuándo debo vacunar a mi hijo frente al rotavirus?

Los padres que decidan vacunar a sus hijos deben saber que la pauta de vacunación comienza después de la semana 6 pero no mas tarde de las 12 semanas de vida. Más tarde de estos 3 meses ya no se puede vacunar del rotavirus por lo que debe decidirse pronto.

Las dosis de deben espaciarse al menos un mes pero además la pauta de vacunación debe haberse terminado antes de la semana 24 en el caso del Rotarix® (antes de los 6 meses) y de la semana 32 en el del Rotateq® (antes de los 8 meses).

¿Como es la vacuna del Rotavirus?

A diferencia de las vacunas que habitualmente se ponen, esta vacuna no es pinchada sino que se da bebida (vía oral). Se recomienda que sea una enfermera o un médico entrenado el que la administre al niño ya que en el caso de que la vomitara sería como si no se hubiera administrado.

¿La vacuna es segura?, ¿tiene efectos secundarios?

Para que una vacuna este comercializada debe haber pasado una serie de controles sanitarios que garanticen la seguridad de éstas y las vacunas del rotavirus no son diferentes. Antes de su aprobación la vacuna del rotavirus se sometió a varios ensayos clínicos con miles de pacientes en los que se comprobó la seguridad de las mismas.

Sin embargo, pueden dar lugar a efectos secundarios leves como un diarrea leve, vómitos y fiebre. Ninguno de ellos de la suficiente entidad como para que no se recomiende su uso.

¿Existe alguna contraindicación?

Esta vacuna no debe ser administrada en caso de anafilaxia a alguno de sus componente. Tampoco en aquellos niños con antecedente de invaginación intestinal ni tampoco en niños con inmunodeficiencias graves.


Si queires saber más puedes visitar la página del Comité Asesor de Vacunas en este Link.

NOTA: Dos Pediatras en Casa no ha recibido ninguna financiación ni ninguna gratificación por hacer este post. Si hemos decidido escribir sobre esta vacuna es porque estamos convencidos de que las vacunas mejoran la salud de los niños.

Sospechosos habituales: la gripe

Todos los años, entre finales de diciembre y primeros de enero, comienza la temida epidemia de gripe estacional en el hemisferio norte. Durante unas 6 semanas, muchas personas, tanto niños como adultos, sufren esta enfermedad vírica que pone en jaque el aguante de padres, pediatras y médicos de adultos, convirtiéndose en uno de esos Sospechosos Habituales de las consultas en esta época del año.

Pese a que no es una enfermedad exclusiva de niños, la gripe es muy frecuente en la edad pediátrica, siendo ellos los que inicialmente padecen la enfermedad y luego se la trasmiten a los adultos, motivo por el que es importante repasar las claves de esta infección.

¿Quién provoca la gripe?

Esta infección está provocada por el virus Influenzae. Existen varios tipos de este virus, pero solo los del grupo A y B son capaces de provocar epidemias en humanos.

¿Quién padece la gripe?

Esta infección puede ser contraída por cualquier persona susceptible, tanto niños como adultos, aunque en general los individuos que más se contagian son más pequeños de la clase. Sin embargo, los niños menores de un año y los ancianos tiene más riesgo de hospitalización y complicaciones. Al final de una epidemia suele haberse contagiado en torno al 20% de la población.

Además, los virus que la provocan mutan ligeramente de año en año lo que no dejen una inmunidad permanente contra la infección, pudiéndose padecer todos los años.

¿Cómo se contrae la gripe?

El virus de la gripe se trasmite por vía aérea a través de partículas de aerosol que se producen al hablar, toser o estornudar, aunque también a través del contacto directo con secreciones respiratorias. Este es el motivo por el que esta infección sea tan contagiosa ya que no requiere de contacto físico entre personas para que el virus «salte» de una a otra. El periodo de incubación de la gripe es de 3-4 días y en general la epidemia comienza en los niños (guarderías y colegios) para luego trasmitirse a los adultos.

Para prevenirla, nada mejor que el lavado de manos, taparnos la boca al toser/estornudar con el codo y usar pañuelos de uno solo uso.

¿Qué síntomas produce?

A diferencia de lo que mucha gente piensa, la gripe no es un catarro u resfriado (donde predominan los síntomas respiratorios). La gripe se caracteriza por fiebre de aparición súbita junto con malestar general y debilidad, además suele acompañarse en menor grado de otros síntomas tos, mucosidad, dolor de cabeza o de garganta. Ocasionalmente pueden aparecer otros síntomas como vómitos, diarrea o dolor abdominal.

¿Cuanto dura la gripe?

El curso clínico es autolimitado resolviéndose la fiebre en torno a los 4-5 días. El malestar general y la tos puede prolongarse durante algunas semanas.

¿Como se diagnostica la gripe?

El diagnóstico suele ser clínico basándose en la historia clínica y la exploración física. En ocasiones se puede emplear un test que detecta el virus en las secreciones para tener la certeza de que el paciente tiene gripe, sin embargo suele estar solo en ambiente hospitalario. Así que no os sorprendáis si vuestro pediatra os dice esa frase que odias tanto: «esto lo que parece es un virus», sin haceros ninguna prueba.

¿La gripe tiene tratamiento?

El tratamiento es sintomático empleándose antipiréticos-analgésicos para la fiebre y los dolores. También debe aumentarse la ingesta de líquidos para evitar la deshidratación. Los médicos más clásicos suelen decir que «la gripe dura lo mismo con tratamiento que sin tratamiento», lo que hace referencia a que no existe una tratamiento curativo que sea totalmente efectivo.

En casos seleccionados se emplea algún antivírico. En concreto para la gripe existen 4 fármacos activos control el virus Influenzae: Oseltamivir,  Zanamavir, Amantidine y Rimantadina. En general se reservan para casos graves o para pacientes con factores de riesgo de desarrollar complicaciones. Deben iniciarse siempre en las primeras 48 horas del inicio de los síntomas.

¿Cueles son las complicaciones más habituales de la gripe?

La complicación más frecuente en el contexto de una gripe es una otitis media. Por ello ante la persistencia de la fiebre o el dolor de oído en un paciente con gripe deben ser revisado en consulta para descartar esta complicación.

Además la gripe predispone a exacerbaciones de cuadros respiratorios crónicos como asmaticos o fibrosis quísitica o agudos como neumonías o bronquitis. El resto de complicaciones extrapulmonares son más raras.

¿Existe una vacuna para la gripe?

Ya hemos explicado que la gripe se trata de una infección muy contagiosa, sin embargo existe una vacuna que puede prevenirla.

Entre epidemia y epidemia el virus de la gripe muta lo que provoca que la vacuna tenga que ser rediseñada cada año para que pueda prevenir la infección. Este es el motivo de que la campaña de vacunación se repita cada otoño dirigida a las personas en las que la vacunación contra la gripe está recomendada.

En los mayores de 8 años o aquellos que ya han recibido la vacuna en años anteriores basta con una solo dosis; por el contrario, en niños menores de 8 años o en aquellos que no se hayan vacunado nunca, deben administrase dos dosis separadas un mes. La inmunidad se consigue en torno a los 15 días de la vacunación. La vacuna no esta autorizada en menores de 6 meses.

¿Quién debe vacunarse de gripe?

La vacuna de la gripe debe administrarse según las recomendaciones del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría, en resumen: 1) Pacientes mayores de 6 meses con enfermedades crónicas y 2) Convivientes de pacientes con enfermedades crónicas. En la siguiente tabla se exponen las enfermedades en las que esta recomendada la vacunación. Puedes encontrar información más detallada sobre los grupos de riesgo en esta otra entrada sobre la vacunación de la gripe.

En caso de que tengas dudas sobre si deberían recibir tus hijos la vacuna de la gripe consulta con tu pediatra.

NOTA: la vacuna de la gripe también está recomendada en embarazadas, independiente de en qué mes de gestación se encuentren.

Sospechosos habituales: el pie-mano-boca

Hoy inauguramos una sección que hemos llamado «Sospechosos habituales» y hace referencia a esas enfermedades con nombre propio que los niños suelen padecer por contagio en la guardería o en el colegio. Varicela, escarlatina, exantema súbito, gastroenteritis por rotavirus… y otras muchas que son viejas conocidas para cualquier pediatra pero que puede pillar a contrapié hasta al padre más experimentado.

Y para empezar con la sección hemos elegido un clásico de las guarderías: el pie-mano-boca.

¿Quién causa el pie-mano-boca?

Esta enfermedad está causada por varios virus, la mayoría de ellos de la familia de los enterovirus. Aunque se dan casos a lo largo de todo el año es típica en primavera y verano.

Una vez que se pasa la enfermedad el cuerpo genera inmunidad específica contra el virus que la provocó, sin embargo, debido a que el pie-mano-boca lo provocan varios virus se puede padecer en varias ocasiones.

¿Quién padece la enfermedad?

El pie-mano-boca es típica de niños pequeños, en general de 1 a 3 años. Por ello es una de las enfermedades estrella de las guarderías, aunque los adultos también pueden padecerla.

¿Cómo se contagia?

La transmisión de estos virus se realiza por vía fecal-oral (a través de las heces) o por contacto (contacto con secreciones de la nariz o la boca o por gotas microscópicas que se producen al toser, estornudar o hablar). Además, el virus puede sobrevivir en objetos (pañuelos, toallas, cubiertos…) durante mucho tiempo, lo que puede perpetuar la transmisión.

Después de padecer la enfermedad, el virus puede permanecer tanto en las secreciones de la nariz como en las heces varias semanas, esto hace que los niños puedan contagiar aunque ya estén asintomáticos.

¿Cuáles son los síntomas?

El general el primer síntoma del pie-mano-boca es la fiebre. Después de un par de días suele aparecer una erupción pruriginosa (que pica) en manos, pies y alrededor de la boca, aunque también puede aparecer en brazos, piernas y nalgas. Estas manchitas son de color rojizo y en principio suelen ser planas, pero con los días pueden convertirse en pequeñas ampollas. En ocasiones también aparecen lesiones dentro de la boca.

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En la foto de arriba se pueden ver lesiones redondeadas, a veces con aspecto de pequeñas ampollas, típicas del pie-mano-boca. En la foto de abajo se puede observar las típicas lesiones rojizas planas iniciales de la enfermedad en la palma de la mano.
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Lesiones peribucales y en los labios típicas del pie-mano-boca.

Además de estos síntomas, normalmente se padecen otros típicos de las enfermedades provocadas por virus como son el malestar y la falta de apetito.

Evolución de la enfermedad

El pie-mano-boca es una enfermedad leve y autolimitada. El cuadro clínico suele durar entre 5 y 15 días.

En los primeros días después de la fase aguda enfermedad (fiebre y aparición de lesiones cutáneas) suele haber una descamación de las zonas dislates de manos y pies (los pulpejos se despellejan), como se puede ver en las siguiente fotografías.

Durante las siguientes semanas puede aparecer un despegamiento que no causa dolor de la raíz de la uñas que suele acabar con la caída de éstas. Ocurre con más frecuencia en los dedos de las manos que de los pies pero con el paso del tiempo se recupera hasta el crecimiento de una uña nueva sin secuelas.

Diagnóstico y tratamiento

Cuando las lesiones en la piel han aparecido el diagnóstico es simple y rápido. En ocasiones, cuando los niños solo han desarrollado fiebre el pediatra te dirá que hay que esperar y que la evolución mostrará si se trata de esta enfermedad u otra.

La enfermedad pie-mano-boca no tiene tratamiento, es decir, no existe un medicamento que pueda tomar el paciente que haga que la enfermedad dure menos o la corte. Como se dice en el argot médico «hay que pasarla». Eso no quiere decir que se puedan emplear medicamentos para que el niño se encuentre más cómodo.

Para la fiebre y el malestar se puede emplear un antitérmico como el paracetamol o el ibuprofeno. Para el picor de las manos y los pies suele utilizarse un antihistamínico. Para las lesiones que estén dentro de la boca las soluciones con ácido hialurónico ayudan a que no duelan y cicatricen antes. En ocasiones los niños no quieren comer porque les molesta la boca. En general rechazan las comidas calientes (purés , leche caliente…) o ácidas, pero suele ser efectivo ofrecerles cosas frías y dulces. Si tienes dudas de qué medicamentos puedes dar a tu hijo consulta con tu pediatra.

Medidas preventivas

Para prevenir el contagio y diseminación del virus se deberán extremar las medidas higiénicas. Es muy importante el lavado de manos tras el contacto con secreciones del bebé o al cambiarle el pañal. También conviene desinfectar las superficies que se hayan podido contaminar (cambiador, trona, sillita…) en caso de que vayan a ser utilizadas por otros niños. De forma similar se recomienda que se usen solo para ellos toallas y otros materiales de higiene personal.

¿Puede ir a al guardería mi hijo durante la enfermedad?

A diferencia de otras enfermedades provocadas por virus, el pie-mano-boca no es una enfermedad de exclusión escolar estricta. Hay niños que la contagian sin padecer síntomas y otros que lo hacen antes de padecer síntomas (durante el periodo de incubación) o durante semanas después de haberse curado. Es por ello que no tiene sentido retirar a un niño de la guardería con la intención de cortar la cadena de contagio.

Sin embargo, y apelando al sentido común, parece razonable que mientras estén con fiebre y se encuentren malitos es muy recomendable dejarlos en casa porque nadie mejor que tú va a saber cuidarle y darle cariño.