Últimamente algunos padres nos comentan que se han comprado un pulsioxímetro para tenerlo en casa para poder medir la saturación de oxígeno de sus hijos. Muchas veces esto se traduce en consultas a Urgencias cuando, en el contexto de un catarro, mocos y toses o un caso de broncoespasmo, el aparatito en cuestión se pone a pitar y parece que al niño le pasa algo.
Es cierto que la saturación de oxígeno es una medida indirecta de la cantidad de oxígeno que tenemos en sangre y, por ende, de cómo funciona nuestros sistema respiratorio (pulmones y corazón).