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La sangre del cordón umbilical, ¿donación pública o banco privado?

Es frecuente que, cuando se acerca la fecha de parto, nuestros amigos que están esperando un bebé nos pregunten si deberían o no guardar la sangre del cordón umbilical en un banco privado. Es una pregunta que resulta difícil de contestar porque, aunque nosotros siempre hemos tenido muy claro que la donación pública es la mejor opción, en muchas ocasiones lo que buscan nuestros amigos es una justificación al margen del marketing de las empresas, para terminar de tomar una decisión que en ocasiones ya tienen pensada antes de llamarnos.

En este post encontrarás información sobre la sangre de cordón umbilical y cuáles son las ventajas de guardarla. Te expondremos la realidad actual sobre los bancos privados para su almacenamiento así como por qué resulta tan útil y necesaria la donación pública para que pueda ser utilizada por cualquier enfermo que necesite un trasplante de médula.

La sangre de cordón umbilical, fuente de células madre

Las células madre hematopoyéticas son aquellas células con el potencial de convertirse en cualquier célula sanguínea. En adultos se encuentran sobre todo en la médula ósea de los huesos y también, en escasa cantidad, en sangre periférica. Esto hace que, en caso de necesitar «recolectarlas», el proceso de extracción sea difícil.

Sin embargo, la sangre del cordón umbilical es muy rica en este tipo de células. Como sabéis, tras el nacimiento de un niño, se debe pinzar el cordón umbilical para separarlo de su madre. Toda la sangre que queda en la parte del cordón que ya no está unida al niño y la placenta se puede recolectar de manera muy sencilla sin que suponga un riesgo para el niño o la madre.

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La sangre del cordón umbilical es rica en células madre. Tras el pinzamiento pueden recogerse de forma sencilla. Fuente: Fundación Josep Carreras contra la Leucemia.

Esto convierte a la sangre del cordón en un bien muy preciado ya que esas células madre forman parte del tratamiento de muchas enfermedades graves como algunas leucemias y linfomas. De hecho, a día de hoy, se ha empleado la sangre de cordón como parte del tratamiento de unas 70 enfermedades distintas. Además, existen líneas de investigación en los laboratorios más avanzados del mundo sobre qué otras enfermedades pueden beneficiarse de su uso.

La recogida de la sangre de cordón debe realizarse en el momento del parto (y solo en ese momento), por lo que la decisión de qué hacer con ella debe estar tomada antes de dar a luz.

Tras la recolección mediante un kit especial, la sangre del cordón se envía a un laboratorio donde se realiza un análisis de la cantidad de células madre y su calidad tras el cual se decide si son suficientes y merece la pena guardarlas o, por el contrario, son pocas y lo más adecuado es desecharlas. Todos los bancos de sangre de cordón, ya sean públicos o privados, debe cumplir con la legislación vigente, que en nuestro país en concreto corresponde con el Real Decreto-ley 9/2014.

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El análisis de la calidad y la cantidad de la sangre de cordón se realiza antes de su almacenamiento. Solo las muestras óptimas pasan a la fase de conservación, el resto se desechan.

¿Para qué sirven las células madre de sangre de cordón umbilical?

Las células madre, tanto las recogidas del cordón umbilical como las que se podrían obtener de un donante de médula ósea adulto, son el principal componente de lo que se conocen como «trasplante de médula». Si somos estrictos, deberíamos llamarlos trasplante de progenitores hemotopoyéticos, ya que la fuente de esas células madre no es siempre la médula ósea, como en el caso de la sangre del cordón umbilical.

Estos trasplantes forman parte del tratamiento de muchas enfermedades, la mayoría de ellas graves. Algunos ejemplos son los cánceres de la sangre (como las leucemias y los linfomas) o enfermedades genéticas como las talasemias y las anemias congéntias.

En todas ellas, y a grosso modo, lo que se pretende con estos trasplantes es sustituir las células «malas» del paciente que están dando lugar a la enfermedad por unas nuevas y sanas. Dicho en otras palabras, sería quitar el trigo enfermo de un campo para sustituirlo por unas nuevas semillas que, con el paso de los días, darán lugar a una cosecha nueva y sana. Pero ojo, para poder utilizar la sangre de cordón de algún bebé o las células madre de un adulto, tanto el donante como el receptor deben ser compatibles. Esto último hace que buscar un donante sea complejo, ya que en muchas ocasiones no existe un donante compatible para el enfermo en cuestión, sea un familiar o un donante anónimo.

Parece que la conclusión de todo lo anterior sale sola, ¿no?: debemos guardar la sangre de cordón de los recién nacidos por si en un futuro puede servir para un trasplante. La siguiente pregunta entonces sería: ¿son los bancos privados la mejor opción o debería optar por la donación pública?. Vayamos por partes.

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Banco de almacenaje de sangre de cordón umbilical. Fuente: Fundación Josep Carreras contra la Leucemia

Los bancos privados de sangre de cordón

Si volvemos al inicio de este texto, nos encontramos con una pareja que va a tener un hijo y que nos preguntaba que qué podían hacer con la sangre de cordón de su futuro bebé. La mayoría de estos padres han leído o alguien les ha comentado que existe la posibilidad de guardar de forma privada la sangre de su propio cordón umbilical. Muchos de ellos, tras consultar la página web de las empresas que ofrecen este servicio, suelen buscar una opinión profesional al margen del markenting o los intereses comerciales.

Los bancos privados ofrecen un servicio que consiste en el almacenaje y conservación de las células madre de sangre de cordón durante 20 o 30 años. El procedimiento es muy sencillo. A los futuros padres se les envía un kit con el material médico necesario para la recogida de la sangre y una caja para el envío de la misma. Tras el parto, el ginecólogo recoge la sangre en una bolsa, la cual se introduce en la caja de transporte. Sobra decir que este sistema está lo suficientemente probado para que la sangre no se estropee durante el envío.

Una vez que la sangre llega al banco privado, el laboratorio analiza la calidad y cantidad de las células madre y decide, como ya hemos explicado, si merece la pena guardarlas o por el contrario, no servirían para un futuro tratamiento.

Al ser una recogida privada, la muestra es propiedad de los padres y, cumplidos los 18 años, del niño del que procede la sangre. Esto garantiza que solo ellos pueden disponer de ella en caso de que se plantee la necesidad de un tratamiento en algún familiar compatible.

El precio de todo el proceso (envió del kit, análisis, conservación…) de estos bancos oscila entre los 1.300 y 1.500€.

La donación pública del cordón umbilical

Además de la opción privada, los futuros padres pueden optar por la donación pública de la sangre de cordón umbilical.

En estos casos, la recogida se realiza de la misma forma que la anterior. Debes avisar con anterioridad a tu ginecólogo para que lo sepa antes del momento del parto ya que hay que firmar unos papeles y cumplir una serie de requisitos (tener más de 18 años, que el embarazo sea normal y el parto trascurra sin incidencias).

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Ejemplo de consentimiento informado de donación publica de sangre de cordón.

El receptor de la sangre es un laboratorio y banco de gestión pública (por ejemplo, en Madrid es el Centro de Transfusión que depende de la Consejería de Sanidad). Estos realizan el análisis y, en caso de que las células madre sean suficientes, las almacenan pasando a formar parte del Registro de Donantes de Médula Ósea (REDMO), creado por la Fundación Josep Carreras en 1991. Hay que tener en cuenta que algo más de la mitad de las muestras recibidas en un banco de sangre de cordón (ya sea público o privado) se desechan debido a que no contienen las células suficientes para que puedan ser utilizadas o simplemente están contaminadas.

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Kit de recogida de sangre de cordón: consiste en un sistema con un aguja que se pincha en el cordón umbilical una vez que esté separado del niño. La sangre pasa directamente a una bolsa. Además hay un par de tubos y un bote para poder hacer los análisis de calidad de la muestra.

Este registro es el que se consulta cuando alguien, en cualquier parte del mundo, necesita un trasplante, siempre de forma anónima. En la actualidad se han realizado más de 8.500 trasplantes gracias a él (la mayoría de ellos procedentes de médula ósea pero también muchos de sangre de cordón).

La donación pública no tiene ningún coste para el donante y, llegado el momento, tampoco para el receptor del futuro trasplante. Puedes optar por ella tanto en un hospital público como en uno privado. En estos últimos, a pesar de realizarse en un hospital privado, el coste del proceso de recogida lo asumen las diferentes entidades públicas que se encargan de su gestión posterior. Puedes consultar la lista de hospitales y maternidades -tanto públicos como privados- en los que está disponible la donación pública de sangre de cordón en este link.

¿Banco privado o donación pública?

En la actualidad, tanto la Organización Nacional de Trasplantes como la Unión Europea dudan de la utilidad del almacenamiento privado de la sangre de cordón, ya que la probabilidad de que un paciente necesite un trasplante autólogo (es decir, utilizar su propia sangre para un trasplante) es extremadamente baja.

Esto se debe a que la gran mayoría de las enfermedades que requieren un trasplante (leucemias, enfermedades congénitas…) tienen una base genética, por lo que dichas alteraciones podrían estar ya presentes en la sangre de cordón. Esto descarta la sangre almacenada como posibilidad para el propio niño o para cualquier otro paciente. Para que te hagas una idea, en la actualidad solo se han realizado 9 trasplantes de sangre de cordón empleado la sangre del propio paciente frente a los más de 20.000 efectuados a nivel mundial con el método clásico (sangre de un donante para un receptor). De hecho, si un niño tiene una leucemia (independientemente de que tenga la sangre de su cordón guardada en un banco privado) tendrá que recurrir a la red pública de donantes en caso de necesitar un trasplante.

Unidad de sangre de cordón umbilical

Sangre de cordón umbilical preparada para su conservación. Fuente: Fundación Josep Carreras contra la Leucemia

Otro caso muy distinto es lo que se conoce como donación dirigida. Esta consiste en conservar la sangre de manera «privada» para ser utilizada en un familiar que ya está enfermo bajo una indicación médica. En estos casos, el almacenamiento se puede realizar en un banco público sin ningun coste.

También es justo decir que hay líneas de investigación en desarrollo que quizá en un futuro puedan encontrar alguna utilidad a la sangre de cordón para el propio paciente (trasplante autólogo). Pero de momento esto es medicina-ficción. Todos somos muy dueños de utilizar nuestro dinero en lo que creamos conveniente, pero también hay que saber que, por el momento, el almacenamiento privado es muy poco rentable desde el punto de vista médico.

Por todo lo anterior, la Organización Nacional de Trasplantes desaconseja el almacenamiento privado y contempla la donación publica como la única opción con verdadera utilidad médica. Nosotros somos de la misma opinión ya que, a día de hoy, donar el cordón es la única opción útil avalada por la ciencia.

De hecho vamos un poco más allá. Si todos donáramos la sangre de cordón de nuestros hijos estaríamos aumentado las posibilidades de encontrar un donante compatible a los enfermos que están «en búsqueda» en espera de un trasplante.  Ser donante es altruista y solidario, y además, no cuesta nada. No hay mejor manera de traer a un niño a este mundo que donando su sangre de cordón. Quién sabe si en el futuro seremos nosotros mismos o algún familiar cercano el que necesite un trasplante, si por algún motivo ese día llega, ojalá todos tengamos un donante compatible.


Con el post de hoy no hemos querido aleccionar a nadie pero sí creemos en un mundo en el que la gente hace las cosas de forma desinteresada sin que unos miles de euros marquen la diferencia. Nosotros con nuestros dos hijos optamos por la donación pública de cordón. Siempre podremos contarles cuando sean un poco más mayores que hay sangre suya por ahí guardada esperando para ayudar a otro niño.

Fuentes:

Las imágenes de este post identificadas con el crédito «Fundación Josep Carreras contra la Leucemia» están protegidas por derechos de propiedad intelectual y pertenecen a la Fundación Internacional Josep Carreras, la cual ha cedido dicho material gráfico bajo consentimiento expreso para esta publicación.

Consejos sobre Lactancia Materna: mastitis

La decisión de realizar lactancia materna como método de alimentación para vuestros hijos está llena de beneficios tanto para la madre como para el recién nacido (visita nuestro post sobre el tema en este link).

Sin embargo, los inicios, sobretodo en madres inexpertas, pueden ser complicados si no se recibe el apoyo, seguimiento y ayuda suficientes, produciéndose una alta tasa de abandono tras las primeras semanas. Una vez superado este tiempo en el que se establece la lactancia, podemos encontrar algún que otro bache durante los primeros meses como son las temidas mastitis. En el siguiente post os explicamos qué son, a qué se deben y qué debemos hacer cuando estamos ante una de ellas.

Mastitis aguda

Se define como el dolor en una región del pecho acompañado de enrojecimiento e induración (se palpa un bulto doloroso) y que en la evolución puede acompañarse de fiebre o sensación gripal. La leche puede cambiar de sabor, aunque sigue siendo apta para su consumo, y puede que el recién nacido llegue a rechazar ese pecho. Ocurre generalmente a partir de la 3ª-4ª semana de lactancia y es más frecuente en los primeros 3 meses.

La leche materna es un producto biológico vivo en el que existen bacterias de forma natural conviviendo en equilibrio entre la madre y la boca-intestino del bebé. En aquellas situaciones en las que no se produce una extracción adecuada y un vaciado eficaz puede desarrollarse un  sobrecrecimiento bacteriano que condicione una infección y finalmente una mastitis.

Y aunque pueden aparecer en cualquier madre que de el pecho a su hijo, las causas o factores predisponentes para desarrollar una mastitis son:

  • Grietas o escoriaciones en el pezón por mal enganche.
  • Tomas escasas o limitadas tanto en tiempo o frecuencia.
  • Obstrucción ductal como consecuencia de presión del pecho (ropa ajustada).
  • Sobreestimulación con sacaleches.
  • Estados de estrés o malnutrición materna.
  • Destete rápido.
  • Inadecuada higiene de manos o de utensilios extractores.
  • Episodios previos de mastitis.

El diagnóstico de la mastitis es clínico a través de los datos de la exploración física y la historia clínica, no siendo necesario recoger cultivo de leche materna en la gran mayoría de los casos.

El principal tratamiento de la mastitis consistirá por tanto en extracción frecuente y adecuada de leche del pecho afectado y antiinflamatorios (por ejemplo, ibuprofeno por vía oral), no siendo recomendable por tanto el destete en este momento. Si a pesar de la adecuada extracción y tratamiento antiinflamatorio los síntomas progresan con mayor dolor, enrojecimiento o aparición de fiebre estaría indicado iniciar tratamiento antibiótico, siempre bajo la valoración de ginecólogo, pediatra y/o experto en lactancia materna.

El destete no está recomendado en caso de mastitis ya que puede empeorar la clínica de la madre

Debido a que muchas de las causas de mastitis se deben a un enganche inadecuado del bebé deberá valorarse siempre cómo realiza una toma el binomio madre-hijo (enganche, existencia de frenillo, anatomía de la mama…) y resolver los problemas que puedan estar originando las grietas o el vaciado ineficaz. Es muy importante respetar la demanda de las tomas que a su vez regulará la producción y que permitirá un excelente funcionamiento de la lactancia.

No es lo mismo mastitis que ingurgitación mamaria

Durante los primeros días tras el nacimiento del bebé se produce lo que se conoce como «subida de la leche». La mama, glándula que produce la leche materna, tiene que activarse para la misión para la que existe: producir leche y alimentar al bebé. Para ello, se produce un aumento muy importante del volumen global de la glándula así como sensación de inflamación de toda ella con calor, endurecimiento o incluso dolor, fenómeno conocido como ingurgitación mamaria. A diferencia de la mastitis, la sensación de inflamación mejora cuando el bebé finaliza la toma y siempre que éste haga un vaciado eficaz. En general mejoran después de 1 o 2 días.

La ingurgitación mamaria se produce en los primeros días de lactancia a diferencia de las mastitis que suelen aparecen a las 3-4 semanas de vida.

Cuando se produce la ingurgitación mamaria puede ocurrir que ésta sea muy molesta y dolorosa o que el pecho esté tan duro que no sea posible que el bebé realice un buen enganche. Esta situación empeora en caso de que la técnica de amamantamiento no resulte adecuada o la demanda del bebé no está satisfecha. En estos casos será útil la extracción manual (el sacaleches no siempre va a poder realizar la extracción si el pecho está muy congestionado) junto con masaje y aplicación de calor local previo a la toma (por ejemplo con la ducha). Es muy importante pedir ayuda a un experto en lactancia materna si con las primeras medidas no se ha conseguido una mejoría del cuadro clínico.

Abscesos mamarios

Muy ocasionalmente las mastitis pueden complicarse con la aparición de un absceso mamario (zona de pus localizada en el interior de la mama). Suelen ser fallos de tratamiento antibiótico y precisará cirugía en la mayoría de las ocasiones para su curación definitiva, pero la lactancia puede ser continuada sin ningún inconveniente.

Temas controvertidos en la mastitis

  • Cultivo de leche materna: últimamente se ha extendido mucho la creencia de que para el diagnóstico de mastitis aguda debemos recoger un cultivo de leche materna. La realidad es que su interpretación es difícil dado que la leche materna contiene bacterias (generalmente las propias de la piel). Por ello, solo se recomienda en los casos de mastitis repetidas, falta de mejoría del cuadro de mastitis a pesar de adecuado tratamiento antibiótico, cuadros graves o en caso de madres alérgicas a antibióticos de uso habitual.
  • Mastitis subaguda: Se trata de un proceso de dolor con y tras la toma sin otros signos de mastitis (no hay fiebre, no enrojecimiento ni induración) que no mejora a pesar de la corrección de la técnica de amamantamiento. Es un término que está bastante extendido aunque poco reconocido en la literatura internacional. No se conoce bien el origen de este dolor y por ello tampoco cuál es el tratamiento más adecuado. Ante pacientes con estos síntomas debemos ser cautos y valorar si la técnica de amamantamiento es adecuada. Los tratamientos más habituales suelen ser tratamiento con antiinflamatorios o incluso con antibióticos.
  • Uso de probióticos: actualmente existen algunos estudios que han arrojado resultados esperanzadores sobre la toma de lactobacilos como es el Lactobacilus fermentum, para la prevención y/o el tratamiento de la mastitis aguda no complicada. Sin embargo, todavía estos estudios son escasos por lo que actualmente no puede recomendarse su uso de forma generalizada a todas la madres que presentan dolor con la toma.

Como habrás podido comprobar la patología de la mama es compleja y no siempre que presentes dolor al amamantar será que estás sufriendo una mastitis. Como ya te hemos comentado a lo largo del post, en caso de problemas con la lactancia lo mejor que puedes hacer es pedir ayuda a un experto para intentar solucionar el problema.

Si quieres leer más sobre mastitis puedes consultar los siguientes enlaces:

  1. Documente de la Organización Mundial de la Salud sobre las causas de mastitis y su manejo (Año 2000).
  2. Protocolo de manejo de la mastitis de la Academia Americana de Lactancia materna (Año 2014).
  3. Mastitis, puesta al día. Documento en el que colabora el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (año 2016).

Doce cosas que (quizá) no sabías de los recién nacidos

Los recién nacidos no vienen al mundo con un manual de instrucciones. Ni siquiera con un esquema explicando como «funcionan». En pediatría solemos decir que los niños no son adultos en pequeñito y esta máxima se hace más evidente en los neonatos (niños menores de un mes) debido a las grandes diferencias en su cuerpo y en la forma que tienen de comportarse.

Estas diferencias provocan dudas en los p/madres hasta el punto de hacerles pensar que sus hijos no están sanos. A lo largo de este post descubrirás un montón de cosas sobre los recién nacidos que te permitirán iniciar la p/maternidad desde el conocimiento y la seguridad.

  1. La respiración de los recién nacidos es diferente a la de los niños mayores. A veces tienen un patrón que les hace respirar muy deprisa durante unos segundos para luego realizar una pausa de menos de 10 segundos antes de volver a respirar, dando la sensación de que ésta se entrecorta. Es lo que se conoce como respiración periódica.
  2. Durante el primer día de vida suelen mantenerse en un estado de alerta tranquila debido a la descarga de adrenalina que realizan durante el parto. Posteriormente pasan a un estado de letargia en el que es difícil despertarlos para a los 2-3 días de vida iniciar a una fase más activa.
  3. La cabeza de los recién nacidos es muy grande en comparación con el resto del cuerpo por lo que cubrirla con un gorro durante las primeras 24 horas de vida ayuda a que no se enfríen.
  4. La mayoría de estos bebés hacen su primera micción en las 24 primeras horas de vida, aunque hasta un 30% retrasa el primer pis al segundo día de vida.
  5. Las primeras deposiciones de los bebés se conocen como meconio. Son de aspecto verde muy oscuro (casi negro) y son muy espesas y pegajosas (como la pez). A veces tarden 2-3 días en pasar a hacer deposiciones de aspecto normal.
  6. El cordón umbilical no tiene terminaciones nerviosas. No tengáis miedo de limpiarlo porque no duele.
  7. Todos los recién nacidos pierden peso y se considera normal hasta un 10%. A los 4-5 días de vida suelen comenzar a ganar peso para recuperar el peso inicial a la semana de vida.
  8. Los sentidos que más desarrollados tienen son el olfato y el tacto. Evita usar colonias tanto en él como en la madre. Las manoplas para las manos tampoco ayudan, deja que el bebé toque a su madre. Todo ello mejora el vínculo y el establecimiento de la lactancia materna.
  9. La piel de los recién nacidos suele estar seca y en ocasiones se cuartea. Esto se debe al paso de un medio húmedo (líquido amniótico) dentro de la madre a un medio aéreo en donde vivimos. No es imprescindible el uso de cremas para hidratarla, de hecho no suelen mejorar con ellas en estos primeros días.
  10. Los neoantos tienen el mismo frió y el mismo calor que las personas adultas. Si crees que hace frío, abrígales. Por el contrario, si tienes calor, seguramente a ellos también debas quitarles algo de ropa.
  11. Los recién nacidos solo saben expresarse con el llanto. Es normal que cuando algo no les guste lloren ya sea porque estén incómodos, quieran comer o hayan hecho sus necesidades, entre otras cosas. Si después de atenderles el niño sigue llorando debería ser valorado por un pediatra.
  12. La fiebre no es normal en los neonatos. En caso de que tu bebé tenga fiebre debes acudir al hospital.

Como has podido leer los recién nacidos son diferentes a los bebés mayores que ellos y muy diferentes a los niños que ya caminan. Si crees que algo no cuadra con tu bebé o crees que le pasa algo, lo mejor que puedes hacer es pedir una cita con tu pediatra del Centro de Salud para contarle tus inquietudes. Evita siempre que puedas acudir a las Urgencias del Hospital, allí hay niños enfermos que pueden contagiar a tu hijo, y no es lo mismo un catarro en un niño de 1 año que de 10 días de vida.

Consejos sobre Lactancia Materna: los primeros días

Seguimos con la recién estrenada sección, esta vez hablamos de los primeros días tras el parto y su relación con lactancia materna : un tabú para muchas madres y un mundo muy desconocido para otras. Después de este post esperamos que ya no lo sea tanto. Empecemos por el principio.

Tras el nacimiento: el «piel con piel»

La práctica del «piel con piel» supone la no separación de madre-hijo en el momento inmediato tras el nacimiento, directamente cuerpo con cuerpo, y mantenido durante al menos 60 minutos. Para ello deberán ser retrasadas prácticas tan habituales como la toma del peso, el secado y otras que se realizarán en las siguientes horas de vida del bebé. Se sabe que esto ayuda al recién nacido a estabilizar mejor sus parámetros fisiológicos (respiración, frecuencia cardíaca, temperatura) y además es un factor de buen pronóstico para el inicio y el establecimiento de la lactancia materna. La gran mayoría de los recién nacidos serán capaces de realizar un enganche espontáneo para la realizar su primera toma de calostro (la leche materna de los primeros días).

Siempre que no exista contraindicación e independientemente del tipo de parto debe realizarse según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (Link)

El calostro: No se si será suficiente leche para mi Bebé

A menudo nos encontramos con madres que tienen dudas sobre si el escaso volumen de este líquido amarillo y espeso será suficiente alimento para cumplir las necesidades nutricionales de su bebé. La realidad es que sí: los recién nacidos no precisan de volúmenes mayores de 5-7 ml por toma (correspondiente a una cucharita de postre)en el primer día de vida. Además el calostro tiene una composición nutricional rica en grasas, proteínas y azúcares, y lo más importante en componentes inmunológicos que protegerán el intestino del bebé frente a los agentes infecciosos o las alergias (en ocasiones la llamamos la «primera vacuna»).

Dado que el volumen es pequeño la frecuencia de las tomas debe ser elevada para asegurar una adecuada ingesta. Se recomienda no realizar menos de 8-10 tomas al día. Es normal que tras las primeras horas de vida en las que el recién nacido se encuentra muy activo entre en un periodo de «bello durmiente» en el que será muy complicado despertarlo para comer. Tranquilos que después pedirán sin parar.

La pérdida de peso de los primeros días es necesaria pero debe ser controlada por los profesionales para que no sea excesiva.

Las grietas o enrojecimiento de los pezones así como el dolor durante la toma no son normales y se producen por una inadecuada técnica de enganche. A ser posible cuando existen estos problemas el enganche debería ser evaluado por un profesional con formación en lactancia o consejer@ en lactancia materna, para solventar las dificultades existentes y asegurar una continuación de la lactancia.

No dudes en que este será el mejor alimento del recién nacido en sus primeros días.

La subida de la leche

O bajada como dicen en algunos países. Este es el momento en el que la leche inmadura («calostro») pasa a ser madura, es decir se vuelve de color blanquecino y aumenta considerablemente en volumen para quedarse en esta forma tanto tiempo como dure la lactancia.

Los cambios en el pecho se vuelven evidentes: aumentan en tamaño (todavía más), temperatura y si la técnica de extracción del bebé no es adecuada podrían aparecer problemas como la ingurgitación o la obstrucción mamaria (normalmente veremos zonas del pecho enrojecidas, duras o doloridas).

El momento de la subida de la leche suele ser al 3º-4º día tras el parto en mujeres que han dado a luz por primera vez y en torno al 2º día para aquellas que ya han dado el pecho previamente. Factores como parto por cesárea o separación madre-hijo entre otros pueden retrasar este momento.

Es de suma importancia que la técnica de enganche sea adecuada (como ya hemos recalcado en el párrafo anterior) para que la transición a este momento sea lo más adecuada posible. Si tienes problemas con el enganche no dudes en consultar ya que los recién nacidos que no se «enganchan adecuadamente» además de producir grietas y dolor en la madre, no extraen la cantidad de leche materna que realmente necesitan y por ello serán niños que hacen tomas continuas al pecho, lloran si los separas y no ganarán peso de forma adecuada.

La lactancia materna durante el primer mes de vida

Pasados los primeros días, si no existen problemas con el enganche, pronto veréis como el recién nacido mojará un mínimo de 6 pañales al día con pis claro y hará deposiciones amarillentas, líquidas y con grumos. Empezará a regular las tomas siendo siempre más frecuentes durante la tarde y la noche con espacios de sueño profundo entre tomas, siendo muy importante realizarlas a demanda.

Será el pediatra durante este mes el que valore la ganancia de peso así como el estado de hidratación y nutrición del recién nacido.


En resumen y como veis el camino inicial es largo pero con la ayuda y el conocimiento suficiente no será complicado llegar. Recalcar que durante el inicio de la lactancia materna el dolor y la grietas NO son normales y que pedir ayuda a tiempo mejorará el éxito de vuestra lactancia.

Regalos que NUNCA deberías hacer a un recién nacido

El nacimiento de un recién nacido suele generar un aluvión de regalos desde entorno familiar que es habitual que la gente que conocemos nos quiera agradar con algún presente que nos haga más llevadera la llegada de nuestro nuevo bebé. Pero, pese a la buena intención de nuestros allegados, en muchas ocasiones, recibimos regalos que resultan engorrosos y poco útiles que acabarán en un cajón o en la parte superior de un armario.

En nuestro trabajo diario como pediatras observamos como las habitaciones del hospital se llenan de nuevos objetos que en muchas ocasiones los padres miran desconcertados: » Y esto, ¿cómo se usa?», «¿Realmente necesitamos esto?». La buena intención de un amigo regalando algo que ha comprado con mucha ilusión no tiene porque traducirse en un buen regalo. Un recién nacido poco necesita a demás de la atención de sus padres, por lo que es mejor ser prudente y preguntar si quieren algo concreto.

«¿Y esto cómo se usa?, ¿realmente lo necesitamos?»

Pese a todo, existe muchos productos diseñados para bebés que generan la falsa creencia de que es necesario tener muchas cosas para recibir a nuestro futuro hijo de la mejor forma posible. Si estás pensando en regalar algo a un familiar o a un amigo te recomendamos la lectura de este post del blog Ademanda.org sobre qué regalar a un recién nacido. Por el contrario, nosotros hemos hecho una lista con los objetos que consideramos menos adecuados para regalar a un bebé recién nacido. Como verás muchos de ellos tienen una justificación médica, para el resto hemos aprendido con el paso del tiempo y la observación de nuestros pacientes e hijos de amigos que son totalmente innecesarios.

Un chupete

Tras el nacimiento del bebé y en los primeros días de vida ocurren un montón de cosas que ponen en riesgo que se establezca la lactancia materna. Si a un recién nacido que todavía está aprendiendo a mamar le ofrecemos un chupete puede que ocurra lo que se conoce como «confusión tetina-pezón», entorpeciendo que la lactancia materna se instaure de una forma eficaz. Por los mismos motivos no deberíais regalar biberones ni ningún otro producto de características similares.

En este link puedes leer más sobre las ventajas e inconvenientes del chupete a lo largo de la infancia.

Un peluche gigante

Puede que un peluche tan grande como un niño de 5 años resulte monismo al verlo en una tienda pero finalmente se convertirá en un objeto que estorba y coge polvo. Además, el bebé no lo necesita para nada. El primer día tras el nacimiento solemos verlo en un lugar privilegiado en la habitación del hospital pero con el paso de los días acaba en una esquina tirado por el suelo. Si esto ocurre antes de llegar a casa, lo normal es que sea relegado al trastero durante mucho, mucho tiempo.

Ropa inadecuada

Los bebés suelen salir del hospital con unas prendas que se conocen como de «primera puesta». Éstas suelen ser muy monas y con muchas puntillitas. Sin embargo, a un recién nacido hay que cambiarle unas 8-10 veces de ropa al día debido a los cambios de pañal o las regurgitaciones, por lo que lo recomendable es que utilicen ropa cómoda y algo holgada que se abroche por delante, preferiblemente con corchetes, y mejor si no se introduce por la cabeza. La ropa de «primera puesta» suele incumplir todas estas características además, suelen tener botones lo que lo complica más todavía. Es mejor dejar a los padres elegir la ropa de sus bebés a comprar algo que luego no usen o que se quede pequeño en 15 días.

Cojines antivuelco

Desde hace ya muchos años se recomienda que los niños menores de un año duerman boca arriba. Con ello se ha conseguido disminuir la muerte súbita del lactante. En un intento de evitar que el niño se gire se comercializan en el mercado unos sistemas que se colocan en los laterales del niño impidiendo que esto ocurra. Pese que este sistema parece una buena idea, los niños deben dormir con la cuna despejada ya que la existencia de cojines (u otros objetos como peluches o muñecos) pueden provocar la asfixia por atrapamiento bajo ellos. Además, si los ponemos de lado, les habremos hecho la mitad del camino para ponerse boca abajo.

En este link puedes encontrar un comunicado sobre el riesgo de sofocación de los cojines antivuelco de la Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo de EE.UU

Aspirador de mocos

La succión no controlada de la nariz, tanto de un recién nacido como de un bebé más mayor, no es la mejor forma de limpiar los mocos a un niño. En caso de un catarro es preferible el lavado nasal con suero fisiológico. Además, el aspirador de mocos resulta poco higiénico ya que la succión se genera con la boca de uno de los padres. Nosotros no conocemos a ningún pediatra con hijos que lo utilice y por supuesto nunca lo regalaríamos.

En este link de la pagina En Familia de la Asociación Española de Pediatría puedes leer más sobre los lavados nasales.

Termómetros modernos

El siglo XXI y la revolución tecnológica ha provocado que se diseñen nuevos dispositivos que son capaces de tomar la temperatura corporal en diferentes partes del cuerpo como por ejemplo la frente o el oído, sin embargo estos no son mejores que los termómetros digitales de axila, incluso en muchas ocasiones no toman bien la temperatura del niño (tanto por exceso como por defecto), además son 10-15 veces más caros.

Puedes leer más en este link sobre los tipos de termómetros.

Juguetes que hagan ruido o tengan luces

Un recién nacido no necesita un juguete que «le estimule». Estos bebés tan pequeños son muy sensibles al ruido o a los destellos de luz, los cuales pueden perturbar tanto sus cortos ciclos de sueño como sus rutinas. Ya habrá tiempo en unos meses para sonajeros u objetos similares pero por el momento es mejor no regalarles nada que pueda incomodarles.

Si quieres aprender más sobre cómo elegir el juguete de un niño visita este link.

Humidificador

Éste es otro objeto que la modernidad de los tiempos que corren ha convertido en un «imprescindible» para los padres, pero nada más lejos de la realidad. Cierto es que el ambiente con poca humedad puede resecar la vía aérea de nuestros hijos (nariz, garganta…) haciendo que los mocos sean más espesos pero esto no quiere decir que sea necesario tener un humidificador en el cuarto del bebé a todo trapo todo el día. Los padres tendrán que valorar si en la habitación donde dormirá el bebé hay suficiente humedad por si fuera necesario tomar alguna medida, por lo que es mejor dedicar nuestros esfuerzos a otro tipo de regalos.

En este linkde la web Familia y Salud de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria puedes leer más sobre el empleo del humidificador

Sistemas de monitorización

Los que ya hemos sido padres conocemos esa sensación de incertidumbre en los primeros días de vida de nuestros hijos: ¿puedo ducharme dejándole en la cuna unos minutos sin mirarle?, ¿estará respirando el bebé?… Otra vez la tecnología ha implementado sistemas para tener monitorizada la frecuencia cardíaca del bebé y la saturación de oxigeno. Esos sistemas existen en los hospitales y en ocasiones indicamos su uso en domicilio a niños enfermos (grandes prematuros que necesitan oxigeno, niños con enfermedades del corazón…), pero nunca los recomendaríamos para vigilar a niños sanos, de hecho está demostrado que estos aparatos no previenen ni disminuyen la muerte súbita del lactante. En el caso de que se lo regalarais a una madre primeriza le trasmitirías inseguridad y crearíais en ella la falsa necesidad de tener vigilado todo el rato a su bebé, así que mejor pensad en otra cosa.

En este link puedes leer más sobre cuáles son los factores de riesgo para la muerte súbita del lactante y que acciones podemos hacer para prevenirla (como viereis en ningún sitio pone monitorizar al niño).


Esta es una lista de las cosas que nosotros como pediatras y padres creemos que son objetos innecesarios para el cuidado de un recién nacido. En caso de que no sepas que regalar es mejor preguntar a los futuros padres si necesitan algo, incluso algunos prefieren juntar el regalo de varias personas para afrontar la compra de la silla del coche o el pago de algunas vacunas (ambos con un precio muy elevado).

El test de APGAR: las notas del bebé en el parto

Muchas madres nos preguntan tras el parto que cuáles han sido las notas del niño al nacer. En ocasiones, cuando los pediatras vamos a ver los recién nacidos por primera vez a la planta, la pregunta suele ser que cuándo se le va a hacer el test de APGAR al niño. Muchos padres desconocen realmente para qué sirve y cuándo se realiza, aunque suelen conocer que refleja qué tal ha tolerado el bebé el parto.

En el post de hoy te contamos todo lo que tienes que saber sobre el test de APGAR para que no te pillen a contra pie en el parto de tus hijos.

¿Quién inventó el test de APGAR?

Pues nada más ni nada menos que la Dra. Virginia Apgar. Sí, sí, una doctora y además corrían los años 50 del siglo pasado.

Sin embargo, la Dra. Apgar no era ni pediatra ni neonatóloga. Era anestesista y estaba muy interesada en poder comparar la tolerancia de los bebés al parto entre diferentes hosptiales. Por eso desarrolló esta escala la cual perdura tras más de 60 años, lo que pone de manifiesto su importancia y validez tras tantos años.

¿Para qué sirve el test de APGAR?

Este test se emplea para la valoración del estado clínico del recién nacido tras el parto y su adaptación a la nueva vida.

Las puntuaciones al minuto de vida reflejan la tolerancia del bebé al hecho de nacer (el parto en si mismo), mientras que el mismo test aplicado a los cinco minutos da información sobre como se ha adaptado el niño al medio ambiente nuevo (diferente al liquido amniótico dentro del útero).

¿Cómo se calcula?

El test de APGAR es un test clínico que se realiza mediante la observación del niño y consta de cinco variables: frecuencia cardiaca, esfuerzo respiratorio/llanto, coloración, tono muscular y reflejos. Dependiendo del estado de cada una de ellas se obtiene una puntuación. En la siguiente tabla te exponemos cómo se calcula.

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Ocasionalmente el test se repite cada 5 minutos en caso de que esté alterado hasta los 20 minutos de vida.

¿Quién lo calcula?

Pese a la creencia popular no tiene por qué realizarlo el pediatra. Basta cualquier personal sanitario que esté lo suficientemente entrenado para realizar una valoración de un recién nacido y que esté presente en el momento del nacimiento. La mayoría de las veces la puntuación del test la dará la/el matron@, ya que ell@s son los que asisten partos normales.

¿Cuándo está alterado?

La puntuaión máxima es 10 puntos, sin embargo se considera normal entre 7 y 10. Puntuaciones entre 4 y 6 reflejan que la adpatación del niño no esta siendo óptima por lo que suelen requerir cuidados por parte del pediatra. Por último, puntaciones inferiores a 3 ponen de manifiesto una situación de emergencia en las que se deben emplear maniobras de reanimación avanzada.

Otro dato que tiene importancia es la evolución del test entre el primer minuto y el quinto minuto, ya que si éste último muestra mejoria respecto al del primero es un buen indicador pronóstico.

¿Qué importancia tiene este test?

Como habrás podido deducir las puntuaciones bajas en el test reflejan que el bebé recién nacido no ha tolerado bien el parto y algo pasa. En estos casos el pediatra debe actuar, en primer lugar realizando una reanimación al niño con la intensidad que requiera la situación y en segundo lugar buscar la causa de qué es lo que ha ocurrido.

Sin embargo, el valor del test nos es un buen indicador a largo plazo de mortalidad ni de evolución posterior. Solo se ha relacionado la posibilidad de daño neurológico grave en niños con puntuaciones entre 0 y 3 a los cinco minutos de vida o en aquellos en los que ha precisado reanimación mas allá de los 10 minutos.


En resumen y como podéis ver no se trata de la nota qué ha sacado el bebé ni mucho menos de su primer examen en la vida. Es una traducción clínica y útil, para todo aquel que sepa interpretarlo, de cómo estaba ese bebé en el momento en que nació.

Sal a pasear con tu bebé

Una pregunta frecuente que nos hacen los padres el día del alta del hospital es si pueden salir a la calle con su recién llegado bebé. Es una pregunta que no tiene respuesta en los libros de pediatría por lo que hay que emplear la valoración de riesgo/beneficio y, sobre todo, el sentido común.

Los beneficios de un paseo

Está demostrado que el ejercicio de intensidad suave es beneficioso tras el parto. Este tipo de ejercicio mejora la condición física de la madre y consigue una más rápida recuperación. Por ello, los paseos son ideales para conseguir este objetivo.

De forma similar, el paseo es muy beneficioso para el bebé. Recibe nuevos estímulos y aire fresco, además de la luminosidad de la calle que tanto nos interesa para evitar la ictericia.

Pero además de los beneficios físicos del paseo, salir de casa supone un cambio de rutina que hace que te sientas mucho mejor que encerrado entre cuatro paredes y supone una actividad antiestrés muy recomendable.

Cuándo puedo salir a la calle con un recién nacido

Muchos padres se sorprenden cuando los pediatras les decimos que pueden salir a la calle desde el alta del hospital. A modo de broma a veces les digo que para llegar a casa desde el hospital han tenido que salir a la calle y que seguro que no le ha pasado nada al bebé. Solo tenéis que tener en cuenta algunas precauciones muy sencillas.

Qué debo evitar

Aquí es donde debes aplicar el sentido común. Supongo que a nadie se le ocurre salir a la calle en mitad de la noche a todo llover a darse un paseíto con su recién nacido, ¿no?. Así que usa el sentido común y sal a la calle en las horas centrales del día en los meses de invierno y, por el contrario, si hace mucho calor es mejor salir a primera hora de la mañana o última de la tarde.

Siguiendo con el hilo del frío y el calor, no debes abrigar en exceso al bebé ni desarroparlo más de la cuenta. Los bebés recién nacidos tienen el mismo frío y calor que nosotros. La diferencia es que no son capaces de regular la temperatura. Por ello debes abrigarlos y desabrigarlos en función de cuánto frío o calor que haga en ese momento. Un buen ejemplo es que abrigues al bebé tanto como tú te abrigues.

Un agobio frecuente de muchos padres es pensar que sus hijos se pondrán enfermos al salir a la calle, que se cogerán cualquier cosa. Recordad que es más probable que le contagie un catarro alguien que viene a casa y le da un beso que por el simple hecho de dar un paseo. Eso sí, evita los lugares con aglomeraciones de gente como los centros comerciales.

Cuánto tiempo puedo estar en la calle

¡¡Pues, todo el que tiempo que quieras!! En los carros modernos cabe de todo, así no tienes que estar subiendo a casa a buscar algo. Organízate y llévate contigo un par de pañales, toallitas y ropa de cambio por si acaso, pero poco más se necesita una vez estás en la calle y si además le estás dando el pecho a tu bebé, no tendrás que preocuparte de dónde calentar el biberón

Así que no esperes a mañana y sal hoy mismo, tu cuerpo y tu hijo te lo agradecerán.

Los primeros días en casa después del parto

Tras la larga espera durante el embarazo, el mágico momento del nacimiento, el estrés y las visitas al hospital, llegar a casa con el nuevo bebé es el siguiente paso a seguir. Es un día para recordar: ahora sí que empieza la nueva vida juntos y toca conocerse.

El cuerpo se inunda de emociones, lágrimas del posparto y cantidad de dudas acerca de qué hacer con ese nuevo ser: ¿por qué llora?, ¿tendrá hambre?, ¿la lactancia a demanda es cada 3 horas o siempre que llora?, ¿cuántas veces tiene que hacer pis o caca?, ¿es normal que esté amarillo? o ¿el cordón cuándo se cae, su aspecto seco es normal? Estas son, entre muchas, las dudas que acechan a los padres primerizos y con las que se llenan las consultas de pediatría los primeros días del recién nacido.

Intentaremos ayudaros con las dudas más frecuentes durante esos primeros días:

  • El llanto en el recién nacido suele ser por hambre, hecho que ocurre mucho más a menudo en los amamantados al pecho. La valoración de la alimentación con lactancia materna debe ser cuidadosa y realizada por expertos, incluyendo la técnica de enganche, existencia de grietas, uso de pezoneras, etc. que haga que la transferencia de leche materna no sea la adecuada. Con la mejoría de estos aspectos la mayoría de los niños no necesitarán suplementos de fórmula, por ello es muy importante pedir ayuda y apoyo a la lactancia en los primeros días para que ésta pueda funcionar a la perfección.
  • El  número de pañales habitual que moja un recién nacido en los primeros días es variable pero establecemos un mínimo de unos 5-6 al día. El hecho de encontrarnos con un recién nacido que moje pocos pañales, que la coloración del pis sea muy oscura o de aspecto rojizo (lo que se conoce como uratos) o que tras 4 o 5 días de vida siga realizando deposiciones de aspecto oscuro (marrón o verde) nos puede indicar escasa hidratación del niño. Ante estos datos será necesaria la valoración por un pediatra.
  • La ictericia o coloración amarillenta de la piel y las mucosas (se ve muy bien en los ojos) es muy habitual en los primeros días de vida. Se debe a la todavía inmadura capacidad del hígado  para eliminar la bilirrubina. Aparece hasta en un 60% de los recién nacidos sanos y este porcentaje se eleva cuando existen situaciones como infecciones, bajo peso o prematuridad o en las casos de excesiva pérdida de peso. Será tu pediatra quién haga el seguimiento de dicha condición y quién indique exámenes de la sangre en el caso en el que lo considere necesario.
  • El cordón umbilical no requiere un cuidado especial salvo mantenerlo limpio y seco. Será suficiente con un lavado diario con agua y jabón y un secado posterior que hará que en el plazo de 5-10 días se desprenda sin complicaciones. En el caso de que tenga un olor fuerte, esté muy húmedo o con secreción o la piel de alrededor presenta enrojecimiento será necesaria una temprana valoración por un pediatra.

Estas suelen ser las preguntas más frecuentes de los papás en los primeros días de vida de sus recién nacidos. Ante cualquier duda, lo más importante es pedir ayuda y consejo para poder afrontar sin problemas esta pequeña cuesta arriba que es la llegada a casa y poder recordarlo con cariño e ilusión.