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¿Desde cuándo puedo dar leche de vaca a mi hijo?

La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad del bebé. Pasada esta edad los requerimientos de nutrientes de los niños no se cubren solo con leche por lo que debe iniciarse la diversificación alimentaria, manteniéndose la lactancia materna hasta los 2 años o más, siempre que el niño y la madre quieran.

Estas recomendaciones han sido asumidas por todas las sociedad científicas a nivel mundial incluyendo la Asociación Española de Pediatría a través del Comité de Lactancia Materna (Link). Sin embargo, algunas madres deciden dar menos tiempo el pecho a sus hijos y cambiar antes a otro tipo de leche, en general leche de vaca.

Muchas madres nos preguntan en la consulta de pediatría sobre qué tipo de leche de fórmula pueden dar a sus hijos y cuándo cambiar a leche entera. En el post de hoy te resolvemos las dudas sobre este tipo de productos alimentarios.

¿Qué son las leches de fórmula para bebés?

La leche es el principal alimento de un bebé hasta los 6 meses y una parte muy importante hasta el año de vida. Sin embargo, hasta esa edad, tanto el sistema digestivo como el sistema renal de los niños pequeños no está preparado para asumir la digestión de leche de vaca entera. Por ello, la industria farmacéutica pone a disposición de las madres o padres que hayan optado por no dar o suspender la lactancia materna a sus hijos antes de esta edad una serie de leches adaptadas para que alimenten lo mejor posible a estos niños.

La base de estos preparados lácteos (conocidos como «leche de fórmula») suele ser leche de vaca (también existe a base de leche de cabra) a la que se añaden o quitan diferente nutrientes para que se parezcan lo máximo posible a la leche humana. Uno de los nutrientes con los que están fortificadas estas fórmulas es con hierro debido a su bajo contenido en la leche de vaca, la cual no es capaz de cubrir por si sola las necesidades de los niños. Como os podéis imaginar, por muy conseguida que esté esa fórmula nunca conseguirá ser exactamente igual que la que toman los bebés lactados al pecho de sus madres.

¿Qué tipos de fórmula existen?

Debido a esa inmadurez del sistema digestivo y renal, las leches de fórmula se dividen en dos grandes grupos.

Las «leche de inicio» o tipo 1 es la que se recomienda desde el nacimiento hasta los 6 meses de vida, mientras que la «leche de continuación» o tipo 2 es aquella que cubriría las necesidades de un niño desde los 6 meses hasta el año de vida.

Además existe un tercer tipo de leche conocida como «leche de crecimiento» o tipo 3 que podría darse desde el año de vida en adelante.

¿Desde cuándo puedo dar leche de vaca entera a mi hijo?

La recomendación actual de la ESPGHAN (Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica) es la de no utilizar la leche de vaca entera como bebida principal de un niño por debajo de los 12 meses de vida. Sin embargo, a partir de los 9-10 meses, los niños son capaces de digerir sin problemas pequeñas cantidades de leche de vaca entera (por debajo del 30% del aporte total, lo que representaría el volumen de un yogur en un niño que tomara 500 ml de leche al día).

Muchos os preguntareis por qué existen entonces leches tipo 3, ya que con las recomendaciones actuales no son necesarias. Este tipo de leche son similares a la leche de vaca entera aunque suelen estar fortificadas de hierro, vitamina D y ácidos polinsaturados (PUFAs) entre otros. Quizá estas fórmulas estarían justificadas en niños muy mal comedores. Sin embargo, desde Dos Pediatras en Casa apostamos por enseñar a comer sano a los niños ya que la solución correcta pasa por ahí más que por suplementar las deficiencias de una dieta inadecuada.

Por otro lado, los niños que toman en leche de vaca en exceso (tanto de fórmula como entera) tienen ingestas excesivas de energía, proteínas y grasas, todas ellas relacionadas con obesidad, diabetes, hipertensión…. Además, estos niños suelen padecer anemia debido a la baja cantidad de hierro que acaban tomando. Por ello, nunca debería sustituirse una comida que un niño rechaza por un vaso de leche.


Estas recomendaciones que te hemos contado las hemos extraído del documento de posicionamiento de la ESPGHAN sobre la Alimentación Complementaria (que puedes consultar en este Link) y sobre las Formulas para Niños (en este otro Link), ambos están en ingles.

Consejos sobre Lactancia Materna: ¿Cómo reconozco si mi bebé quiere comer?

Antiguamente la lactancia materna se realizaba equivocadamente con unos horarios impuestos, es decir, cada cierto tiempo con un intervalo fijo. Sin embargo, se sabe ya desde hace años que los lactantes deben comer «a demanda», marcando ellos el ritmo de cuánto comer y con qué frecuencia.

Al igual que los niños mayores o los adultos, los bebés no tienen el mismo hambre en cada momento del día por lo que no debemos forzarles a comer llegada una hora concreta ni dejarles pasar hambre en caso de que nos reclamen una toma antes de lo que esperábamos.

Una duda frecuente de las mamás es cómo reconocer cuándo deben dar el pecho a sus hijos. En el post de hoy, dentro de nuestras sección Consejos sorbe Lactancia Materna, te explicamos cuales son las conductas habituales de un niño que ponen de manifiesto la proximidad de una toma.

Niño tranquilo, mamá tranquila

Si tu hijo esta plácidamente dormido no es necesario despertarle para darle el pecho.

Los instintos naturales de la raza humana ponen en alerta a las personas que necesitan comer y los lactantes no son diferentes. Por ello, puedes quedarte tranquila y aprovechar para descansar ya que si tu bebé sigue dormido es un signo inequívoco de que no tiene hambre. A medida que el niño se va haciendo más mayor, en ocasiones, no se dormirá entre toma y toma, sin embargo, las señales que a continuación te explicamos no varían mucho de un lactante pequeño a uno mayor.

Tengo hambre, el bebé se empieza a despertar

Cuando un bebé tiene hambre inicia unas conductas que se conocen como señales tempranas que nos tienen que poner en alerta. En general el niño se despierta y mueve las extremidades, abre la boca y girará la cabeza hacia los lados (reflejo de búsqueda). Si detectamos estos signos debemos ofrecerle pecho.

Tengo mucha hambre, señales intermedias

En caso de que el tiempo pase y no demos de comer al bebé, las señales aumentaran en intensidad. El niño se estirará, presentará movimientos de todo el cuerpo y se llevará las manos a la boca. Todavía estamos a tiempo de ofrecerle el pecho y hacer una toma.

Que alguien me haga caso!!, señales tardías

Finalmente, el bebé llora, se agita con intensidad y se pone colorado o congestionado. Debemos evitar llegar a este punto ya que estaremos llegando tarde. En caso de que esto ocurra tranquilizaremos al niño (cogerle en brazos, hablarle…) y después de ello ofreceremos la toma.

Y si mi hijo toma biberón, ¿tengo que hacer lo mismo?

Aunque esta sección esta destinada a Consejos sobre Lactancia Materna, es importante resaltar no hay diferencia entre la lactancia artificial y la materna. Los niños tienen el mismo hambre aunque coman biberón y las señales serán las mismas, por lo que el biberón también lo deberemos dar a demanda (tanto la cantidad como la frecuencia).

En la siguiente foto podéis ver una representación gráfica de las señales que os acabamos de contar.


En nuestro blog os hemos hablado en más de una ocasión de otro blog de una amiga pediatra que se llama Ademanda.org. Si estáis interesados en temas como el que hemos tratado hoy no dudéis en consultarlo: consejos prácticos de alimentación infantil y pediatría con mucho sentido común.

¿Tengo que dar Vitamina D a mi hijo menor de 1 año?

En muchas ocasiones, las madres que ya han tenido más de un hijo nos preguntan al alta del hospital tras el nacimiento de un nuevo bebé si es necesario darle «las gotitas esas de vitaminas» que le dieron a sus otros hijos. En el post de hoy te contamos por qué es necesaria la suplementación de la alimentación en menores de un año con Vitamina D.

Toda la información que figura en este post ha sido extraída de las «Recomendaciones de ingesta de calcio y vitamina D: posicionamiento del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría» publicadas en 2012.

Vitamina D para unos huesos fuertes

Para explicar por qué es necesario suplementar con vitamina D la alimentación primero hay que entender para que sirve esta vitamina.

Su principal papel en el organismo es favorecer el balace positivo de calcio necesario para la mineralización de los huesos en formación y el desarrollo de la placa de crecimiento, es decir estimula el depósito del calcio que obtenemos de la dieta (principalmente de la leche) en los huesos para que crezcan.

En caso de que exista una deficiencia de vitamina D ocurre lo contrario, el calcio saldría de los huesos impidiéndose su correcto crecimiento dando lugar a lo que se conoce como raquitismo y osteomalacia.

Por tanto, esa pregunta que hacen muchas abuelas de si la vitamina D es para cerrar la fontanela de la cabeza no va muy desencaminada ya que la ausencia de cierre de ésta es un signo de raquitismo (junto con otros muchos).

Esta vitamina es importante sobre todo un niños pequeños ya que el primer año de vida es el periodo de la vida en el que más se crece y por tanto donde un déficit tendría graves consecuencias.

De dónde se extrae la Vitamina D

La Vitamina D llega a nuestro cuerpo de tres formas diferentes:

  • Exposición solar: la piel es capaz de sintetizar Vitamina D gracias a los rayos del sol, siendo además la principal fuente para el organismo. Sin embargo, para ello se requiere una exposición suficiente que a la larga podría dar lugar a problemas relacionados con la radiación solar (envejecimiento prematuro de la piel, cáncer de piel…).
  • De la dieta: pocos son los alimentos que contienen Vitamina D como los huevos, el pescado azul y el hígado. En general una alimentación equilibrada cubre las necesidades diarias de Vitamina D, sin embargo en niños pequeños que toman menos de un litro de leche al día no consiguen alcanzar ese objetivo.
  • De los suplementos: dado que la exposición solar y la alimentación normal no son suficientes para cubrir las necesidades de Vitamina D, existen alimentos enriquecidos con intención de alcanzar las recomendaciones diarias. Estos alimentos suplementados son principalmente la leche y los cereales. También existen preparados farmacéuticos de Vitamina D.

Y, ¿es necesaria en España?

Como hemos dicho antes, la exposición solar es él mecanismo por el que el cuerpo sintetiza Vitamina D. España está considerada un país muy luminoso, sin embargo, en invierno se tienen menos de 12 horas de luz directa y, además, ya hemos comentado que la exposición solar prolongada no está exenta de peligros.

Asimismo, no está recomendada la exposición solar directa de los niños menores de 6 meses y el empleo de crema de protección solar crea una película en la piel que impide en ambos casos que se forme la Vitamina D.

Esta es la explicación que lleva a concluir que es necesaria la suplementación a los niños menores de un año con Vitamina D.

¿Es necesario a todos los niños?

Es difícil establecer cuáles son las recomendaciones diarias ya que no existen unos niveles en sangre claros que se correlacionen con un estado de deficiencia de esta vitamina. Sin embargo existe un claro consenso de expertos, así como algunos ensayos clínicos, que recomiendan la suplementación en caso de lactantes amamantados al pecho o que no alcancen 1 litro de leche artificial al día.

Por tanto, la recomendación es clara: independientemente del tipo de alimentación que reciba el niño (lactancia materna, mixta o artificial), todos los menores de un año deben recibir suplementos de vitamina D, a menos que el lactante ingiera más de un litro de leche al día (lo cual no suele ocurrir durante el primer año de vida).

¿Cuánta vitamina D hay que tomar?

Los menores de un año deben recibir 400 unidades al día de vitamina D.

Este suplemento son las famosas gotitas de las que hablábamos al abrir el post. Existen muchos preparados comerciales y cada uno de ellos se prescribe de una forma diferente por lo que debes consultar a tu pediatra cuántas gotitas debes dar a tu hijo.

¿Desde y hasta cuándo deben tomar la vitamina D los niños?

Los suplementos deben tomarse durante todo el primer año del bebé, aunque normalmente se espera para iniciarlos a la primera visita al pediatra (en torno a los 15 días de vida ).

Después del primer cumpleaños las necesidades son de 600 unidades al día. Una dieta equilibrada es capaz de conseguirlo sin necesidad de suplementos por lo que los suplementos no son necesarios.

Por último, los padres que ya se las hayan dado a sus hijos en alguna ocasión sabrán que la vitamina D es un aceite. Por ello debe darse directamente en la boca (con una cuchara, una jeringa o un pipetero), ya que su administración en un vasito o dentro de un biberón haría que se quedaran pegadas a las paredes de éste.


Como hemos dicho estas son las recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría y puedes consultaras en este Link, están basadas en las recomendaciones de la Asociación Americana de Pediatría y están suscritas por el Comité de Lactancia Materna de la AEP.

Consejos sobre Lactancia Materna: ¿Qué medicinas puedo tomar si estoy dando el pecho?

Una pregunta frecuente que nos hacen las madres es si pueden tomar esta o aquella medicina mientras le dan el pecho a su hijo.

En general solemos ser los pediatras los que resolvemos las dudas de estas mamás sobre si es seguro o no tomar determinado fármaco. Esto se debe a que solemos ser nosotros los que estamos en contacto con estas madres y nos encargarnos de resolver las dudas que tienen sobre la lactancia materna.

En internet existen herramientas útiles que nos simplifican el tener que buscar en libros o manuales. En España los pediatras usamos frecuentemente la web www.e-lactancia.org.

Esta página empezó a funcionar en 2002 y desde entonces han indexado más de 23.000 fármacos. Actualmente se mantiene gracias a la fundación APILAM (Asociación para la promoción e investigación científica y cultural de la lactancia materna), que se fundó para aunar a los profesionales que fundaron la página. Las indicaciones están realizadas por pediatras y farmacéuticos acreditados. Es de libre consulta tanto para profesionales sanitarios como para pacientes o madres y complementa la información que pueda darte tu pediatra.

En ella podemos buscar tanto medicinas como otros productos farmacéuticos y se nos indicará con un código de colores si estamos ante riesgo muy bajo, bajo probable, alto probable o muy alto.

Todas las medicinas catalogadas como “Riesgo muy bajo” son compatibles y  seguras durante la lactancia y para el lactante.

Las medicinas con otros riesgos no deberían tomarse sin supervisión médica ya que pueden afectar tanto a la lactancia como al bebé.

Os animamos a consultarla y a acudir a vuestro pediatra en caso de duda.

Los primeros días en casa después del parto

Tras la larga espera durante el embarazo, el mágico momento del nacimiento, el estrés y las visitas al hospital, llegar a casa con el nuevo bebé es el siguiente paso a seguir. Es un día para recordar: ahora sí que empieza la nueva vida juntos y toca conocerse.

El cuerpo se inunda de emociones, lágrimas del posparto y cantidad de dudas acerca de qué hacer con ese nuevo ser: ¿por qué llora?, ¿tendrá hambre?, ¿la lactancia a demanda es cada 3 horas o siempre que llora?, ¿cuántas veces tiene que hacer pis o caca?, ¿es normal que esté amarillo? o ¿el cordón cuándo se cae, su aspecto seco es normal? Estas son, entre muchas, las dudas que acechan a los padres primerizos y con las que se llenan las consultas de pediatría los primeros días del recién nacido.

Intentaremos ayudaros con las dudas más frecuentes durante esos primeros días:

  • El llanto en el recién nacido suele ser por hambre, hecho que ocurre mucho más a menudo en los amamantados al pecho. La valoración de la alimentación con lactancia materna debe ser cuidadosa y realizada por expertos, incluyendo la técnica de enganche, existencia de grietas, uso de pezoneras, etc. que haga que la transferencia de leche materna no sea la adecuada. Con la mejoría de estos aspectos la mayoría de los niños no necesitarán suplementos de fórmula, por ello es muy importante pedir ayuda y apoyo a la lactancia en los primeros días para que ésta pueda funcionar a la perfección.
  • El  número de pañales habitual que moja un recién nacido en los primeros días es variable pero establecemos un mínimo de unos 5-6 al día. El hecho de encontrarnos con un recién nacido que moje pocos pañales, que la coloración del pis sea muy oscura o de aspecto rojizo (lo que se conoce como uratos) o que tras 4 o 5 días de vida siga realizando deposiciones de aspecto oscuro (marrón o verde) nos puede indicar escasa hidratación del niño. Ante estos datos será necesaria la valoración por un pediatra.
  • La ictericia o coloración amarillenta de la piel y las mucosas (se ve muy bien en los ojos) es muy habitual en los primeros días de vida. Se debe a la todavía inmadura capacidad del hígado  para eliminar la bilirrubina. Aparece hasta en un 60% de los recién nacidos sanos y este porcentaje se eleva cuando existen situaciones como infecciones, bajo peso o prematuridad o en las casos de excesiva pérdida de peso. Será tu pediatra quién haga el seguimiento de dicha condición y quién indique exámenes de la sangre en el caso en el que lo considere necesario.
  • El cordón umbilical no requiere un cuidado especial salvo mantenerlo limpio y seco. Será suficiente con un lavado diario con agua y jabón y un secado posterior que hará que en el plazo de 5-10 días se desprenda sin complicaciones. En el caso de que tenga un olor fuerte, esté muy húmedo o con secreción o la piel de alrededor presenta enrojecimiento será necesaria una temprana valoración por un pediatra.

Estas suelen ser las preguntas más frecuentes de los papás en los primeros días de vida de sus recién nacidos. Ante cualquier duda, lo más importante es pedir ayuda y consejo para poder afrontar sin problemas esta pequeña cuesta arriba que es la llegada a casa y poder recordarlo con cariño e ilusión.