¿Es peligroso que los niños usen patinete eléctrico?

Fuente: Pexels

En los últimos años se está implantando una nueva forma de moverse por las ciudades: el patinete eléctrico. Gracias a los avances en la tecnología, que han permitido el desarrollo de baterías con autonomía suficiente, cada vez es más frecuente que veamos como los adultos lo utilizan para sus desplazamientos a lugares cercanos de su domicilio, por ejemplo, al ir al trabajo, o, en el caso de los niños, para acudir al colegio, además de tener también un uso recreativo.

No debemos perder de vista que los patinetes eléctricos son medios de transporte que pueden alcanzar una alta velocidad, además de que el usuario está poco protegido ante un eventual accidente o una caída, como sucede con otros tipos de trasporte como las bicicletas o las motos.

A pesar de todo ello, es habitual ver cómo chavales (y también adultos) circulan por nuestras ciudades sin una protección adecuada que podría minimizar las consecuencias de una caída accidental. Pero, ¿realmente hay más lesiones traumáticas desde que existe el patinete eléctrico? ¿Es seguro que lo utilicen nuestros hijos? Descúbrelo en este post.

Los traumatismos craneoencefálicos: una casa de muerte y discapacidad muy importante

Los traumatismos son la primera causa de muerte y discapacidad en mayores de un año. La causa de estos traumatismo varía en función de la edad: en niños pequeños lo habitual son las precipitaciones y las caídas, mientras que en adultos, la causa más frecuente son los accidentes de tráfico.

Sin duda alguna, los golpes en la cabeza, o traumatismos craneoencefálicos, como decimos en lenguaje médico, son la causa de mortalidad y discapacidad más frecuentes asociados a cualquier tipo de accidente, por lo que no es baladí la preocupación por parte de los pediatras en intentar evitar que estos se produzcan.

A medida que el niño crece, y por tanto es capaz de hacer más cosas, los traumatismos asociados a accidentes de tráfico y los accidentes deportivos ganan en importancia. Dentro de los accidentes deportivos podríamos incluir a los asociados al uso de bicicletas o diversos tipos de patines y, en el caso de los de tráfico, a los nuevos patinetes eléctricos cuando se utilizan como medio de transporte.

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¿Son más frecuentes en pediatría los golpes en la cabeza desde que existe el patinete eléctrico?

En los últimos tres o cuatro años, el patinete eléctrico se ha convertido en una opción más de transporte dentro de las ciudades. Es una opción con una escasa huella energética, además de ser económicamente asequibles y muy fáciles de usar. Pero este medio de transporte no es solo utilizado por personas adultas para ir al trabajo, sino que cada vez son más los adolescentes que los usan para sus desplazamientos al colegio o con un fin recreativo.

Sin embargo, no debemos perder de vista que el patinete eléctrico es un medio de transporte en el que el usuario se vuelve más vulnerable a sufrir un accidente que si simplemente fuera caminando por la acera. Debido a las velocidades que pueden alcanzar es habitual verles compartir la calzada con otro tipo de vehículos (coches, motos, autobuses…) y, por tanto, teniendo que respetar las mismas normas de circulación vial.

A esto habrá que sumar dos cosas: en el caso de los niños más pequeños, su destreza en su manejo todavía puede ser deficiente, mientras que en el caso de los adolescentes, debido a su menor percepción del riesgo, suelen desarrollar conductas con mayor peligro asociado (van más rápido de lo que deberían o no llegan a respetar del todo las normas de circulación).

Como ya os habréis podido dar cuenta, este nuevo medio de transporte supone un nuevo elemento que puede condicionar caídas y golpes en nuestros hijos con posibles consecuencias importantes.

Tal es así que los datos revelados por un estudio realizado en población pediátrica en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona lo ponen de manifiesto. En dicho estudio analizaron la frecuencia de traumatismos craneales en pediatría en dos periodos, 2016-2017 frente a 2019-2020, tiempo en le que en su ciudad se generalizó el uso del patinete eléctrico.

Entre sus resultados se observó un aumento de la frecuencia de los traumatismos craneales moderados-graves entre los dos periodos. Lo más relevante del estudio es que entre las variables analizadas se encontró que el patinete eléctrico estaba implicado en el 34% de los traumatismos en el segundo periodo, mientras que en el primero no llegaba al 7%, siendo esta diferencia estadísticamente significativa. Además, y no menos importante, entre sus datos analizados en este tipo de accidentes, sólo se encontró que en un caso el usuario del patinete utilizaba casco.

En definitiva, estos datos ponen de manifiesto dos cosas, que el patinete eléctrico cada vez se usa con más frecuencia y que su uso supone un riesgo para sufrir un traumatismo craneal derivado de un accidente.

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Sin casco, ni bici, ni patinetes

Lo lógica nos dice que el uso del patinete eléctrico va a seguir en aumento, al fin y al cabo, cada vez que se pone en el mercado un nuevo tipo de transporte que da a la sociedad una solución a sus necesidades es normal que se implante y acabe siendo asumida como algo habitual.

Lo que cabría preguntarnos es qué podemos hacer para disminuir el riesgo que supone su uso, ya que, no lo olvidemos, la mayoría de estos accidentes son prevenibles o, por lo menos, podemos disminuir sus consecuencias.

En un primer término, sobre todo si nos centramos en adolescentes, habría que dedicar más tiempo a enseñarles cuales son las consecuencias de un (mal) uso de este nuevo medio de transporte, además de seguirles formando en en seguridad vial. Por supuesto, esto no debería ser exclusivo del patinete eléctrico, ya que el empleo de bicicletas o motos, por poner ejemplos que pueden usar para desplazarse, pero también de skates o patines para uso recreativo, son elementos que hacen más frecuente un golpe o un accidente.

En segundo lugar, debido a que en todos estos tipos de transporte nuestro cuerpo es la carrocería, debemos animar (quizá incluso hacerlo obligatorio) el empleo del casco, ya sea para montar en bici, patinete, skate o cualquier otro medio con ruedas en el que no controlamos totalmente la situación y suponen un riesgo para un golpe en la cabeza.

Y el uso del casco no debería reducirse a cuando salimos en bicicleta por el campo, sino que deberíamos extenderlo a siempre que un niño, tenga la edad que tenga, se suba a uno de estos vehículos.

Para algunos, esta medida os parecerá un poco exagerada, pero en una reciente revisión de estudios clínicos realizada entre 1989 y 2017 se observó que el empleo de casco en ciclistas (pero que podríamos extender a cualquier tipo de transporte asimilable, como el patinete eléctrico) reduce el riesgo de sufrir una traumatismo craneal en un48% y en un 60% en el caso de un traumatismo craneal grave. Además, el uso del casco reduce en un 34% el número total de ciclistas muertos por accidente o gravemente heridos.

No se a vosotros, pero nosotros, como pediatras que hemos trabajado durante muchos años en una unidad de cuidados intensivos pediátricos y que hemos visto accidentes y golpes de todo tipo, lo teneos claro: los niños (de la edad que sean) deben usar casco mientras montan en bicicleta, patinete eléctrico o cualquier otro artilugio que suponga un riesgo de caída y accidente.


En resumen, los traumatismos en la infancia son una importante causa de mortalidad y discapacidad, sobre todo aquellos en los que está implicado un golpe en la cabeza. Está en nuestra mano que nuestros hijos empleen de forma segura los medios de transporte y recreativos que tienen a su alcance, como el patinete eléctrico, siendo el cascos una medida que no debería faltar nunca cuando se suben a uno de ellos.

Bilbliografia:

 

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