Fuente: Pixabay
Sin duda alguna, los piojos son la enfermedad por parásitos más frecuente en edad escolar. No en vano, seguramente cada menos tiempo del que nos gustaría, recibimos la típica notificación desde la escuela infantil o el colegio de nuestros hijos alertándonos de que en su clase hay piojos, como si fueran unos amigables animalillos que de vez en cuando aparecen por las cabezas de nuestros hijos.
Sin embargo, y a pesar de que su tratamiento es relativamente sencillo, a muchas familias les trae por la calle de la amargura la vista de los piojos ya que, aunque lo intenten una y otra vez, las cabezas de sus hijos no paran de producir nuevas liendres y ninfas que les hacen pensar que salvo que les rapen el pelo al cero no van a conseguir eliminarlos.
En este post repasamos los conceptos más importantes sobre los piojos en la infancia para que sepáis cómo actuar cuando llegue la ocasión.
¿Cómo se transmiten los piojos?
Los piojos se trasmiten de cabeza a cabeza, ya que el contagio a través de toallas, peines o gorras es infrecuente, aunque posible. Además, el único reservorio para los piojos de las personas es el ser humano, lo que pone de manifiesto que solo se pueden transmitir de persona a persona.
A diferencia de lo que muchas familias piensan, los piojos ni saltan ni vuelan, por lo que el contagio se produce al entrar dos cabezas en contacto. Esta situación es muy habitual en la infancia, ya que el juego que suelen realizar hace que en muchas ocasiones junten las cabezas, sobre todo las niñas que suelen tener un juego más tranquilo que los niños, pero también porque ellas suelen llevar el pelo largo, lo que también facilita el contagio.
Teniendo esto en cuenta, sobre todo en niñas pequeñas, es recomendable que lleven el pelo recogido al colegio, además de que no deben compartir gorras o peines, aunque el contagio desde estos objetos sea difícil.
Por otro lado, que un niño tenga piojos no es un signo de mala higiene, ya que estos parásitos aparecen tanto en cabezas que se lavan a diario, como en aquellas que no lo hacen con tanta frecuencia.
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¿Qué síntomas producen los piojos?
Los piojos se alimentan de la sangre de las personas en las que habitan. Para ello nos pican y parte de su saliva queda depositada en nuestra piel.
Con el tiempo, a veces entre 4-6 semanas, nuestro sistema inmunológico reacciona a la saliva de los piojos, lo que provoca el típico picor que hace que los niños se rasquen la cabeza. Sin embargo, sobre todo las primeras veces que un niño tiene piojos puede no tener picor, lo que hace indispensable que les reviséis las cabezas si os avisan de que en clase de vuestros hijos hay algún niño con piojos.
En algunas ocasiones, si no hemos detectado los piojos a tiempo o no hemos dado importancia al picor de cabeza de nuestros hijos, pueden aparecer lesiones de rascado en el cuero cabelludo, como pequeñas escoriaciones, o un simple enrojecimiento de la piel.
Piojo observado con una lupa (Fuente: Flickr)
¿Qué tengo que hacer si mi hijo tiene piojos?
Si tu hijo tiene piojos es porque has revisado su cabeza y los habrás visto, cosa que es difícil ya que suelen estar escondidos. Sin embargo, lo que sí que es fácil de encontrar son las liendres, es decir, los huevos de los piojos que se encuentran pegados al pelo cerca del cuero cabelludo y que son de color blanquecino.
En ambos casos, ya sea por haber encontrado liendres o piojos, será el momento de hacerte con un pediculicida y que la liendrera se convierta en tu mejor amiga durante los siguientes días.
Antiparasitarios contra los piojos hay muchos, aunque en nuestro medio los más utilizados son la permetrina y el malatión junto con la dimeticona.
Los dos primeros son insecticidas que resultan neurotóxicos contra los piojos y las liendres, es decir, los elimina porque estos absorben el medicamento y hacen que no puedan sobrevivir. La dimeticona es una silicona que forma una película que envuelve al piojo y sus liendres provocando su deshidratación.
Cada antiparasitario tiene una forma de empleo, por lo que debemos leer el prospecto para saber cómo debemos utilizarlos. Tanto la permetrina como la dimeticona suelen aplicarse durante unos minutos en todo el pelo para después aclararlos; mientras que el malatión hay que dejarlo actuar durante varias horas, motivo por el que se suele emplear de noche, antes de aclararlo. A este respecto, no debemos utilizar champús ni acondicionadores ni antes ni después de usar el pediculicida, ya que el empleo de estos productos pude hacer que falle el tratamiento.
Después de aplicar y aclarar el antiparasitario hay que pasar la liendrera para retirar el máximo posible de piojos y sus liendres. Las mejores liendreras son de metal y deben tener las púas lo más juntas posibles. En el caso de que veáis liendres que no se desprenden al pasar la liendrera, debéis retirarlas a mano.
Por desgracia, ningún antipiojos es efectivo al 100%, por lo que no queda otra que pasar la liendrera durante varios días seguidos. Además, repetiremos el tratamiento con el antiparasitario a los siete o diez días para conseguir eliminar los nuevos piojos que han salido de las liendres y que no habíamos localizado antes de que estas puedan volver a poner huevos, ya que las ninfas no ponen huevos hasta pasada una semana tras eclosionar de las liendres.
En resumen, antipiojos y repetir a la semana y liendrera, liendrera y liendrera durante los siguientes días.
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¿Qué tengo que hacer si en la clase de mi hijo hay piojos?
Cuando se recibe la típica notificación del centro escolar contándonos que en la clase de nuestros hijos hay piojos, independientemente de que les pique la cabeza o no, debéis revisarles. Quizá esta es la parte más importante, ya que si no hay un compromiso de búsqueda activa de piojos en la cabeza de los niños de toda la clase, va a ser muy difícil eliminarlos del entorno escolar.
Para localizar posibles liendres o piojos, lo mejor es pasar la liendrera con el pelo mojado durante varios días seguidos y solo en el caso de que los encontremos emplear un pediculicida.
Por otro lado, quizá os veáis tentados a utilizar alguna sustancia que aplicada en el pelo de vuestros hijos funcione como repelente de piojos. Por desgracia, la mayoría de sustancias que se han empleado con este propósito no han conseguido su cometido, sobre todo el árbol de té, que no ha demostrado ser eficaz de forma científica como para que os lo recomendemos.
Sin embargo, en los últimos años sí que han salido al mercado productos que actúan como repelentes con eficacia científicamente probada. Es el caso del octanodiol, un nuevo antipiojos que se puede usar tanto como tratamiento como repelente y que se encuentra con facilidad en las farmacias.
Liendre de piojo visto con una lupa (Fuente: Flickr)
¿Y si no conseguimos eliminarlos del todo?
La causa principal por la que los piojos vuelven y vuelven a estar en la cabeza de vuestros hijos como si fuera imposible eliminarlos del todo aunque lo hayáis hecho perfecto y les hayáis quitado hasta la última liendre es que vuelvan a clase y se contagien de nuevo. Por ello, el compromiso de todas las familias revisando las cabezas de los niños es tan importante, para no entrar en un circulo vicioso del que es muy difícil salir.
Por tanto, no vale decir «como a mi hijo no le pica la cabeza, no le miro», sino que en los días siguientes a la alerta de piojos, en todos los niños de la clase deben hacerse una inspección a conciencia.
La otra causa por la que puede ser muy difícil eliminar los piojos es que estos sean resistentes a los pediculicidas. Como hemos dicho hace unos párrafos, la eficacia de los insecticidas no es del 100%, en parte porque algunos piojos han desarrollado estrategias para ser inmunes a ellos. En estos casos, los pediatras disponemos de otras medicaciones (a menudo por vía oral) para tratar a aquellos niños en los que sospechamos que sus piojos son superpiojos.
A propósito de esto, los pediculicidas deben emplearse solo como tratamiento y no de forma preventiva, ya que el abuso de estas sustancias sin estar indicado es uno de los motivos por los que los piojos se hacen resistentes, como sucede con las bacterias y los antibióticos.
NOTA: por el momento no se han encontrado resistencias a la dimeticona, el antipiojos que actúa deshidratando a los piojos y sus liendres.
En resumen, los piojos os pueden traer de cabeza durante los primeros años de escolarización de vuestros hijos. Realizando una inspección cuidadosa y empleando un pediculicida y la liendrera cuando toca, no deberías tener problema para acabar con ellos.
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