¿Sirve de algo dar miel a los niños con tos?

Fuente: Pixabay

La tos es sin duda alguna uno de los síntomas más molestos que puede presentar un niño cuando tiene un catarro, al menos si preguntamos a sus padres, los que a menudo suelen acabar en las consultas de atención primaria o en Urgencias a altas horas de la madrugada suplicando por algún remedio que les de una tregua y les permita descansar unas horas antes de afrontar un nuevo día.

Como sabréis, la tos es un mecanismos que tiene el cuerpo humano para eliminar las secreciones de la vía respiratoria que aparece muy frecuentemente el contexto de un catarro o un faringitis. Si nos ponemos del lado de nuestro cuerpo, la tos no habría que tratarla, ya que sí está ahí debe ser por algo. Pero al igual que damos a un niño un antitérmico para que se encuentre mejor cuando tiene fiebre, no es descabellado pensar si no existirá algún remedio para que el niño no tosa tanto y se encuentre más cómodo.

Remedios, jarabes y consejos para la tos existen tantos como personas. El problema es que los pediatras somos científicos y debemos basarnos en estudios que hayan avalado tal o cual recomendación. Si no fuera así, nuestros argumentos para dar un consejo no estarían muy lejos del «a mi me funciona» de la vecina del quinto o de vuestro cuñado de turno.

En los últimos años han aparecido varios estudios científicos que evalúan la efectividad de la miel para tratar la tos asociada a un catarro. Al parecer tiene cierta eficacia, por lo que nos ha parecido interesante acercaros estos resultados para que dispongáis de esta información si es que os estáis planteando dar algo a vuestros hijos cuando tienen tos y no pueden descansar.

¿Hay estudios científicos sobre la tos y la miel?

En el año 2018 la Cochrane realizo una revisión sistemática sobre el empleo de la miel para tratar la tos asociada a infecciones respiratorias en los niños. Para los que no la conozcáis, la Cochrane es una entidad independiente sin ánimo de lucro que realiza revisiones de la evidencia científica disponible sobre un tema en concreto y sobre los que emite unas conclusiones. En la actualidad se la considera uno de los organismos más fiables a la hora de dar recomendaciones en salud basadas en evidencia científica.

En dicha revisión encontraron 8 ensayos (unos 900 niños en total) y tras analizarlos concluyen que «la miel probablemente alivia los síntomas de tos en mayor medida que ningún tratamiento, la difenhidramina y el placebo, pero puede lograr poco o ningún cambio en comparación con el dextrometorfano». Y añadían que en su revisión «no hubo evidencia sólida a favor o en contra del uso de miel», debido al escaso número de pacientes y las diferencias metodológicas entre los diferentes estudios.

De entre esos 8 estudios que analiza la revisión de la Cochrane, hay dos que me parece interesante que os cuente un poquito más a fondo:

  • «Efecto de la miel en la tos nocturna y la calidad del sueño: estudio controlado, randomizado y doble ciego» (traducido del ingles) publicado en el 2013  en la revista Pediatrics. En este estudio se analizó el efecto de tres tipos de miel diferentes (eucalipto, lavanda y cítricos) administrada 30 minutos antes de acostarse frente a un placebo (sirope de dátil) en niños entre uno y cinco años con un diagnóstico de infección de vías respiratorias altas. El objetivo principal del estudio era analizar el impacto de esta intervención sobre la frecuencia de la tos o su severidad y la calidad del sueño del niño y los padres. Para ello se pasó una encuesta a los padres para conocer como eran los síntomas la noche antes de usar la miel (o el placebo) y la noche que la usaron. Estos autores encontraron que el empleo de miel es más efectiva que el placebo para aliviar la tos nocturna de los niños asociada a un catarro, por lo que concluían que la miel podría usarse como tratamiento para este tipo de síntomas. En este estudio se analizaron 270 niños de los cuales 71 estaban en el grupo placebo.
  • «Efecto de la miel, el dextrometorfano y no hacer nada para la tos nocturna y la calidad del sueño de niños con tos y sus padres» (traducido del ingles) publicado en 2007 en la revista JAMA Pediatrics. En este estudio se analizó el efecto de la miel frente a un jarabe de dextrometorfano (un antitusígeno) con sabor a miel y no hacer nada en niños de 2 a 18 años con un catarro. De forma similar al estudio anterior, se pasó a los padres una encuesta para comparar la intensidad de la tos la noche antes y después de hacer la intervención. Lo que encontraron los autores es que el grupo de niños que tomó miel mejoraba sus síntomas frente a los que no hacían nada, aunque al comparar la miel con el dextrometorfano no encontraban diferencias entre ambos grupos. En este estudio se analizaron 105 niños de los cuales 37 no recibían tratamiento.

Como veis, la evidencia científica es escasa respecto a la miel, pero parece sólida, ya que en todos los estudios que analizó la Cochrane al comparar la miel frente a placebo/no hacer nada se encontraban diferencias estadísticas a favor de la miel. Esto lleva a este organismo (al igual que a los autores de los diferentes estudios) a decir que la miel ayuda a controlar la tos nocturna de los niños con una infección de vías respiratorias superiores, aunque reconocen que la evidencia es escasa.

Lo que tienen claro los autores es que es preferible probar la miel, que es inocua y no presenta efectos secundarios, que estar dando al niño jarabes para la tos (como puede ser el dextromertorfano o cualquier otro antitusígeno o mucolítico), ya que estos pueden dar a lugar a intoxicaciones y no están exentos de otros efectos secundarios.

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¿En qué se basa su mecanismo de acción?

Para que un recomendación científica tenga validez, más allá de haber demostrado en un estudio que funciona, debe existir alguna explicación de por qué funciona. De esta forma pasaríamos de la casualidad (algo que hemos encontrado por azar) a la causalidad (cuando algo está causado por algo en concreto).

La miel es un fluido viscoso con un alto contenido en azúcares producido por las abejas a partir del néctar de flores. En su composición se han encontrado más de 180 sustancias diferentes, a muchas de las cuales se les atribuye un efecto antioxidante y antimicrobiano, como la vitamina C, los flavinoides o los polifenoles, lo que podría estar en relación con sus efectos para tratar la tos.

Otra explicación que se ha dado de por qué la miel pude funcionar para tratar la tos es que las fibras nerviosas que controlan la tos están muy cerca de las que reciben la sensación dulce del gusto. Esta teoría vendría a decir cuando el cerebro recibe un estímulo muy dulce bloquea por cercanía anatómica que se inicie la tos.

Es cierto que las teorías por las que se ha intentado dar una explicación a por qué la miel funciona no es que sean muy robustas, pero entre ellas y los estudios en los que se han encontrado diferencias significativas a favor de su uso hace que pueda ser recomendada desde el punto de vista científico, al menos con cautela.

Lo que nosotros recomendamos para la tos

Seguro que muchos estaréis pensado que todo esto son milongas y que lo que queréis son consejos claros para que vuestros hijos dejen de toser cuando tienen un catarro. Por desgracia, la ciencia no ha encontrado ningún remedio que sepamos que sí o sí quite la tos a vuestros hijos.

Sin embargo, aquí os dejo nuestros consejos para niños con tos:

  • Lava la nariz de tu hijo con suero fisiológico si se la notas taponada.
  • Incorpórale un poco para dormir
  • Mantén un grado de humedad razonable en su habitación, sobre todo si has puesto la calefacción o vives en una zona muy seca (lo ideal sería un 40-50%).

Vale, ¿y que hacemos entonces con la miel? ¿Y con los otros jarabes?

En el caso de un niño que tiene un catarro y que tras aplicar los consejos anteriores sigue con mucha tos por la noche que no le deja descansar, en esos casos los padres pueden probar a dar un poco de miel antes de irse a acostar. Es una recomendación científica, aunque su evidencia no sea muy alta. Esa miel puede darse directamente de un bote o emplear los preparados que ha diseñado la industria farmacéutica; además, estos preparados suelen contener algunas otras sustancias que podrían tener algún papel para mejorar la tos (aunque sin demostrar científicamente).

Pero ojo, después de dar miel a vuestros hijos debéis lavarles bien los dientes ya que es un alimento con mucho azúcar. Y por otro lado, no está recomendada su administración en menores de 12 meses por riesgo de trasmisión de esporas de Clostridium, lo que podría causar al bebé botulismo.

Respecto al resto de jarabes que venden para la tos (ya sean con o sin receta), la mayoría no cuentan con evidencia científica a su favor para recomendarlos, y dado que no son inocuos, ya que pueden dar lugar a intoxicaciones, en la actualidad no se aconseja su empleo en niños, sobre todo en menores de 2 años, para los que ni siquiera se contempla su uso en ficha técnica.

Y respecto al resto de remedios que seguro que se os pasan por la cabeza, mientras no tengan efectos secundarios importantes no veo inconveniente en que los uséis, aunque como médico me cuesta mucho recomendar algo que no cuenta a su favor con evidencia científica.

Otros enlaces de interés:

Fuente: Dos Pediatras en Casa G.O

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1 comentario · Escribe aquí tu comentario

  1. Dice ser Yomismo

    Lo que puedo decir, es que en mi casa, a los primeros síntomas de dolor de garganta, tomamos miel, ya sea con un vaso de leche calentita o a cucharada. Y por lo general, remiten los síntomas rápidamente.

    03 octubre 2022 | 11:39 am

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