¿Qué es la urticaria?

El otro día me llamó una amiga diciéndome que de buenas a primeras a su hijo de 4 años le habían salido unas ronchas por todo el cuerpo y que le picaban muchísimo. Haciendo caso a mis consejos que le suelo dar para que no salga camino de Urgencias cada vez que a su hijo le pasa algo, decidió esperar a ver qué pasaba. Para su sorpresa, las manchitas desaparecieron al poco rato, por lo que se quedó tranquila el resto de la tarde.

Sin embargo, cuando le fue a poner el pijama para irse a dormir las ronchas habían vuelto y fue entonces cuando decidió llamarme porque no le cuadraba eso de machas que van y vienen sin un motivo aparente. Su llamada venía acompañada de una foto de Whatsapp en la que se veía a su hijo con unas lesiones cutáneas compatibles con habones, muy similares a la imagen que abre este post.

Esto que os acabo de contar es la típica historia compatible con una urticaria. Como estoy segura de que a lo largo de la infancia vuestros hijos la sufrirán en algún momento, he decidido preparar este post para contaros a qué se debe, cómo actuar ante ella y cuándo pedir cita con el pediatra.

¿Qué es la Urticaria?

La urticaria se define por lesiones cutáneas que aparecen en cualquier parte del cuerpo con un aspecto rojizo (habones) que pican mucho y que tienden a desaparecer en menos de 24 horas. A pesar de esa tendencia a desaparecer, lo habitual es que al cabo de unas horas esas lesiones reaparezcan, pero en otra parte del cuerpo.

Al hecho de que unas lesiones salgan y luego desaparezcan es a lo que en medicina se llama lesiones evanescentes, de hecho en muchos casos, cuando venís a consultas el niño las ha dejado de tener. Para que los padres entiendan que esta es la evolución natural de una urticaria a mi me gusta decirles que es como una montaña rusa, en la que hay ratos en la que hay muchas manchas (la parte de arriba de la montaña) y otras en las que no hay lesiones (cuando estamos abajo).

Para que entendáis bien por qué en la urticaria tenemos esos periodos con muchas manchas y otros en los que no hay lesiones, creo que es interesante explicaros un poco de la fisiopatología de esta enfermedad. Resulta que en la piel tenemos unas células que se llaman mastocitos y dentro de ella podemos encontrar como unos sacos en los que estas células guardan una molécula que se llama histamina.

Luego veremos por qué, pero hay veces que estos mastocitos se ponen gordos de sacos de histamina y deciden liberarla en la piel toda de golpe, lo que provoca la salida de la urticaria. Seguro que ya lo habéis deducido, pero como en todo esto está implicada la histamina, lo normal es que esas lesiones piquen mucho.

Cuando la histamina que había en la piel desaparece, dejamos de ver las lesiones de la urticaria, de ahí su carácter evanescente, pero si el estímulo que provocaba la urticaria sigue presente, cuando los mastocitos se vuelven a cargar de histamina la liberan de nuevo y así es como las lesiones vuelven a aparecer como por arte de magia, lo que da lugar a su carácter recurrente: un sube y baja en toda regla.

En la foto de aquí abajo podéis ver el abdomen de un niño con las lesiones típicas de una urticaria.

¿Hay que buscar siempre una alergia?

Mucha gente piensa que cuando sale una urticaria es debido a una alergia. Sin embargo, la mayoría de las veces que aparecen este tipo de lesiones, el estímulo que las provoca no es una alergia. De hecho, en la mayoría de los casos, cerca de 8 de cada 10 veces, no llegamos a identificar la causa.

Lo que se presupone es que el desencadenante de una urticaria es un estímulo que hace que esos mastocitos de los que hablaba hace unos párrafos liberen de golpe histamina. Esos estímulos pueden ser tan variados como una infección (sobre todo por virus), el contacto con alguna planta, un nuevo suavizante para la ropa o un tejido nuevo, las picaduras de un insecto o, solo en algunos casos, una alergia. Además, en el contexto de una urticaria, esa activación de los mastocitos puede aparecer al darse una ducha, hacer ejercicio, ponerse nervioso… por lo que es normal que ante estas situaciones las lesiones reaparezcan.

Durante la infancia lo más habitual es que una urticaria se deba a una infección provocada por un virus. Por ejemplo, el típico niño con un catarro con su fiebre, su tos y sus mocos y que de buenas a primeras se llena de manchas que van y vienen. Para los pediatras suele ser fácil concluir que la urticaria de un niño es muy probable que se deba a una infección, ya que suele ir acompañada de otros síntomas (fiebre, tos, mocos, diarrea… ) y, sobre todo, porque los padres no recuerdan un desencadenante claro. Además, las urticarias asociadas a infecciones suelen ser más duraderas (varios días) que en el caso de que el desencadenante sea otro.

Sin embargo, cuando esas manchitas están asociadas a un desencadenante claro y aparecen en la siguiente hora a esa exposición, lo más frecuente es que sí que se deba a una alergia. Por ejemplo, el típico niño que se toma por primera vez un biberón de leche de vaca y a los pocos minutos se llena de ronchas. En estos casos lo indicado es derivar al niño al alergólogo y mientras llega la cita decirle a los padres que no vuelvan a ofrecer a su hijo ese alimento que parece que le ha dado reacción. En principio solo deberían hacerse pruebas de alergia a los niños en los que el desencadenante esta claro (alimentos, picaduras, …) ya que si no lo conocemos sería dar palos de ciego.

¿Qué podemos hacer para que desaparezcan las manchitas?

Cuando atendemos a un niño con urticaria nuestra prioridad no es que las manchitas desaparezcan. Vale que son muy feas y a nadie le gusta tener a un hijo hecho un Cristo con todo el cuerpo lleno de ronchas como si hubiera cogido la lepra, pero con un poco de paciencia, a veces días, las manchitas acabarán desapareciendo. Además, no hay ninguna medicación «para quitar las manchas», por lo que buscar un remedio para lograr ese objetivo es perder el tiempo.

Sin embargo, sí que tenemos un arma para que mientras dure la urticaria el niño no se esté rascando todo el rato. Para ello utilizamos antihistamínicos por vía oral, en principio de segunda generación, ya que no provocan sueño, aunque a veces también de primera generación para utilizar a nuestro favor el efecto sedante que tienen y que el niño pueda descansar mejor por la noche si es que le picaba mucho en ese horario.

El objetivo de esta medicación es aliviar el picor, así que no esperéis que a vuestro hijo le desparezcan las lesiones por darle un jarabe, ya que esto solo ocurre en algunos casos.

A pesar de lo que muchas familias piensan, el tratamiento de primera línea de una urticaria no es un corticoide por muchas manchas que tenga el niño. Esta medicación no debe emplearse de forma rutinaria y solo se reserva para aquellos casos muy sintomáticos en los que el picor no se controla bien con antihistamínicos.

Y por otro lado, porque también lo veo mucho en la consulta, no debemos aplicar cremas de corticoides ni de antihistamínicos en el caso de una urticaria, ya que son poco efectivas y algunas pueden dejar marcas en la piel si luego les da el sol. Como he comentado el tratamiento es vía oral.

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¿Cuándo debo acudir a Urgencias?

En el caso de que a tu hijo le salgan lesiones compatibles con una urticaria y presente dificultad para respirar, ruidos en el pecho, voz gangosa, vómitos, disminución del nivel de conciencia o mal estado general debéis acudir a urgencias, ya que podría tratarse de un caso de anafilaxia, un tipo de alergia grave que debe ser atendida de forma urgente.

Si por el contrario tu hijo solo presenta manchas en la piel puedes pedir cita con tu pediatra para que valore a qué puede deberse y le recete un antihistamínico para que se encuentre mejor;  aunque te parezca que tiene muchísimas manchas y que es muy urgente, si tu hijo no se encuentra mal esa consulta se puede demorar 12-24 horas.

En general, la evolución de una urticaria es a la mejoría espontánea en horas-días-semanas, por lo que salvo un desencadenante claro no se suele iniciar ningún estudio especial. Sin embargo, en el caso de que la duración del episodio de urticaria supere las 6 semanas entraríamos en lo que llamamos urticaria crónica. En estos casos solemos remitir al niño al alergólogo para intentar encontrar la causa de esa urticaria que está durando más de la cuenta.


Como has podido leer la urticaria es una montaña rusa de niños que se rascan con manchas que vienen y van, pero que en la mayoría de los casos con un antihistamínico y un poco de paciencia desaparecerán al cabo de poco tiempo. En la infancia se suelen asociar a infecciones y es raro, salvo que haya un desencadenante claro, que se deban a una alergia. Lo que es importante es que en el caso de que se asocie a otros síntomas como dificultad para respirar, ruidos en el pecho o vómitos acudáis a Urgencias.

Fuente: Dos Pediatras en Casa G.O

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