
Fuente: Pixabay
Es muy habitual que los padres consulten al pediatra porque han notado que sus hijos no tienen arco plantar o, desde otro punto de vista, que tengan los pies planos cuando se ponen de pie. En la mayoría de los casos esa preocupación deriva de las plantillas o calzados ortopédicos que por ese motivo llevaron ellos de pequeños o incluso porque recuerdan que alguno de sus abuelos se libró de la Mili por dicho motivo.
La mayoría de consultas por pies planos nos revelan un pie normal, ya que tener los pies planos durante la primera infancia es algo habitual y no requiere ningún tipo de tratamiento, ya que con el paso del tiempo esos pies evolucionarán hasta formar el arco que estamos acostumbrados a ver en los pies adultos. Sin embargo, sí que existe un pequeño grupo de niños con pies planos que son patológicos y que requiere atención médica.
En este post te explicamos cómo y a qué edad se forma el arco del pie y en que casos es conveniente pedir cita con el pediatra.
¿Cómo se forma el arco plantar?
Si nos fijamos en los pies de un niño que está empezando a caminar y los comparamos con los de un adolescente veremos claramente que la planta del pie del primero es una superficie plana que está totalmente en contacto con el suelo, mientras que en el segundo se habrá formado un arco que hace que la parte interna del pie no apoye totalmente. Esto es así porque los tejidos y articulaciones de los niños pequeños son laxos y flexibles, lo que hace que el pie se hunda cuando ejercemos sobre él una carga, es decir, al ponernos de pie.
A medida que el niño crece y gracias a los estímulos que el pie recibe durante la fase de adquisición de la marcha, el arco plantar se irá formando. De ahí la importancia de que los niños pequeños caminen descalzos (o con un calzado que deje libertad al pie para moverse), ya que eso hará que todas las estructuras que conforman el pie se fortalezcan y maduren.
De todas formas, una vez que la marcha se ha adquirido y afianzado (hacia los 3-4 años), practicante todos los niños siguen teniendo el pie plano. De hecho, algo menos de la mitad de los niños de cinco años todavía no se observa arco plantar, cosa que es mucho más rara cuando alcanzan la pubertad (6%). Además, esta situación es mucho más frecuente en niños con padres que tuvieron los pies planos de pequeños.

Niño de 6 años que en bipedestación apoya casi la totalidad de la planta del pie (Fuente: Dos Pediatras en Casa)
¿Qué tipos de pies planos hay?
La evaluación inicial de un niño con pies planos es sencilla y se puede hacer sin mayor dificultad en una consulta de pediatría de atención primaria. En ella realizaremos una historia clínica y una exploración física para poder diferenciar ante qué tipo de pie plano estamos.
En la mayoría de consultas por pies planos nos encontraremos ante lo que se llama un pie plano flexible. Este tipo de pie plano es el que se considera dentro de la normalidad y que con el paso del tiempo irá desarrollando el arco. En la exploración física veremos a un niño que apoya toda la planta del pie (se puede hacer con un podoscopio: un cristal al que se sube el niño y nos permite ver en un espejo cómo apoya la planta del pie), pero que al ponerse de puntillas define claramente un arco plantar.
También veremos cómo aparece el arco si al niño le pedimos que eleve el dedo gordo del pie, en lo que se conoce como signo de Jack. Las siguientes fotos corresponde al mismo niño de la imagen de arriba; se puede observar como aparece el arco con las dos maniobras descritas.
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Fuente: Dos Pediatras en Casa
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Fuente: Dos Pediatras en Casa
Además, en los niños con pies planos flexibles es habitual encontrar lo que se conoce como un valgo de retropie, es decir, al mirarlos desde atrás se observa como el hueso del talón (el calcáneo) se desplaza hacia afuera, lo que hace que le tobillo se aproxime hacia la línea media. Sin embargo, esta deformidad desaparece al pedir al niño que se vuelva a poner de puntillas, lo que da lugar a que en este caso el hueso del talón se desplaza hacia el interior y el tobillo lo haga hacia afuera. Si esto ocurre, podemos afirmar que estamos ante un pie plano flexible, como se puede observar en las siguientes dos fotos.
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Fuente: Dos Pediatras en Casa
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Fuente: Dos Pediatras en Casa
En el caso de que al hacer estas maniobras no observemos que se aparece el arco o desaparece el valgo de retropié estaremos ante un pie plano rígido. Estos casos, como luego veremos, deben ser evaluados por el especialista.
Por otro lado, como seguro que os imagináis, ante un pie plano, sea del tipo que sea, la exploración de toda la extremidad y no solo de los pies también es de suma importancia.
¿En qué casos hay que acudir al pediatra?
En la mayoría de los niño con un pie plano flexible lo único que debemos hacer es tranquilizar a la familia y decirle que lo habitual es que con el paso del tiempo el niño desarrolle el arco plantar. Es cierto que hasta hace no mucho a (casi) todos los niños con pies planos se le ponían plantillas o un calzado corrector, pero en la actualidad se prefiere dejar el pie a su evolución natural siempre y cuando no genere problemas, de hecho, incluso hay adultos con pies planos a los que no les genera ninguna limitación.

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Sin embargo, en el caso de que un niño tenga un pie plano flexible y presente síntomas deberá ser evaluado por un especialista. Y diréis, ¿cuál es esa clínica? Pues sobre todo en el caso de que presente dolor en los pies o caídas/tropiezos frecuentes, además de, como se ha mencionado, aquellos niños con un pie plano rígido.
No quiero abrir un debate sobre cuál es el especialista que debe evaluar a estos niños que sí presentan clínica o un pie plano rígido, pero en mi opinión tanto un traumatólogo/ortopeda infantil como un podólogo especialista en niños están más que capacitados para evaluar a este tipo de niños y decidir qué tratamiento necesitan.
Como has podido leer, es normal que durante la infancia observemos que los niños tienen los pies planos, pero que con el paso del tiempo acaben desarrollando un arco plantar normal. A diferencia de lo que se hacia antaño, la mayoría de estos niños no van a necesitar ningún tipo de tratamiento (incluso aunque mantengan el pie plano al llegar a la etapa adulta), siempre y cuando no les provoque ningún tipo de síntoma.

Fuente: Dos Pediatras en Casa G.O
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