¿Hasta cuándo duermen los niños la siesta?

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El sueño en la infancia y todo lo que orbita a su alrededor es una de las cosas que más preocupa a los padres y madres con hijos pequeños. No en vano, durante los primeros 6 años de vida de un hijo se calcula que los padres pierden unas 700 horas de sueño al año, lo que en muchos casos se traduce en un gran café a primera hora de la mañana y unas buenas ojeras el resto del día.

Sin embargo, muchos padres no saben que el sueño durante los primeros años de vida es muy diferente al de los adultos, ya que tanto sus necesidades de descanso como su patrón de ciclos de sueño es completamente diferente al de sus padres. Muy poco a poco y a medida que el sueño madura, los bebés pasan de ser recién nacidos que prácticamente duermen todo el rato salvo cuando se despiertan para comer a niños que duermen más horas seguidas por la noche y concentran su descanso diurno en una o dos siestas.

Pero, ¿a qué edad dejan de dormir los niños la siesta? ¿Se las podemos quitar o realmente las necesitan cuando son pequeños? Y de mayores, ¿es normal que sigan durmiendo la siesta? En el post de hoy repasamos muchos conceptos sobre el sueño en la infancia y analizamos todo lo que tenéis que saber de las siestas infantiles.

La maduración del sueño en la infancia

Como decíamos, el sueño de un recién nacido es muy diferente al de un adulto, pero no solo porque un bebé duerma muchas horas, sino porque la estructura neurológica del sueño durante la infancia, sobre todo durante los primeros años de vida, no se parece en nada al de las personas mayores.

Por ejemplo, los recién nacidos carecen de ritmo circadiano, es decir, no son capaces de diferenciar el día de la noche, lo que se traduce en que reparten sus horas de sueño a lo largo de todo el día con independencia de que sea por la mañana, por la tarde o por la noche. De esta forma, lo habitual es que un recién nacido haga periodos de sueño de 2 o 3 horas y que se despierte para comer y tras ello se vuelve a quedar dormido.

Durante esos primeros años de vida el sueño cambia y madura de forma progresiva y con el tiempo acaba siendo similar al de los adultos. Hacia los 3 meses de vida aparece el ritmo circadiano, lo que se traduce en que poco a poco los niños empiecen a agrupar más horas de sueño por la noche, aunque este patrón no está claramente establecido hasta los 6 meses de edad.

Además, el sueño de los adultos se organiza en una serie de ciclos de sueño, es decir, nuestro cerebro no se apaga cuando nos dormimos por la noche y se enciende cuando llega la mañana. Lo que ocurre durante esas horas es que se suceden una serie de ciclos en los que casi nos llegamos a despertar, pero que en la mayoría de los casos somos capaces de iniciar un nuevo ciclo de sueño sin llegarnos a despertarnos del todo.

Cuando un niño es pequeño y mientras su sueño madura es habitual que se despierte frecuentemente por la noche cuando acaba un ciclo del sueño, sobre todo porque busca las rutinas con las que ha aprendido a quedarse dormido, en ocasiones llama a sus padres y les necesita para volver a dormirse y en otras pide algo de comer, como la teta de mamá o un biberón para conciliar el sueño. Con el paso de los años y a medida que el sueño madura estos despertares nocturnos irán disminuyendo, aunque a los 2 años de vida el 50% de los niños se despierta al menos una vez por la noche.

A medida que los niños duermen más horas por la noche, el sueño que realizan durante el día disminuye agrupándose en siestas en las que concentran esas horas de descanso diurno.

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La siesta es una necesidad

El sueño es una necesidad biológica, es decir, si las personas dormimos es porque lo necesitamos para estar sanos. Durante esas horas de sueño nuestro cuerpo descansa, además de fijar en la memoria aquello que hemos vivido y que es importante mientras olvidamos lo que no nos hace falta.

Y si las horas de sueño nocturno son necesarias para que estemos sanos, las siestas que realizan durante el día los niños también lo son, ya que hasta bien entrada la infancia, las horas que necesita dormir un niño se distribuyen tanto en un sueño nocturno más prolongado como en las siestas que duerme durante el día.

A partir de los 6 meses de edad, con la maduración del ritmo circadiano, la mayoría de los niños agrupan su descanso diurno en dos siestas, una a media mañana y otra por la tarde, habitualmente después de comer. La duración de estas siestas es muy variable, ya que hay niños a los que les sirven 30 o 40 minutos de descanso, mientras que hay otros que duermen hasta dos horas. Al final, las horas que duerme un niño también son muy variables, ya que la necesidad de descanso puede variar enormemente entre ellos.

A partir de los 12 meses meses, y habitualmente antes de los 18, la mayoría de los niños realiza solo una siesta durante el día, normalmente después de comer, mientras que el resto de horas de sueño que necesitan están agrupadas en la noche. De todas maneras, como el ritmo de maduración del sueño es diferente en cada niño, algunos dejarán esta siesta antes y otros después, de hecho, a los 2 años el 25% de niños todavía hace 2 siestas, el 66% solo una siesta y hay un 8% de niños que ya no la duermen.

Con todo, entre los 3 y los 5 años suele desaparecer esa siesta que hacen los niños por la tarde. Como decíamos, habrá niños que necesitan dormirla hasta esa edad, mientras que habrá otros que desde los 3 años aguanten despiertos desde que suena el despertador por la mañana hasta que llega la hora de dormirse por la noche.

Lo que es importante entender es que si los niños duermen la siesta es porque lo necesitan, es decir, si decíamos que dormir es una necesidad biológica del ser humano, si un niño duerme la siesta, ya sea por la mañana o por la tarde, es porque su cuerpo lo necesita. De hecho, si por alguna razón algún día no la duermen, lo habitual es que estén más cansados de lo habitual y que todo sean lloros y rabietas.

Siesta

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Y si le quito la siesta, ¿dormirá más por la noche?

Si has llegado hasta aquí supongo que habrás llegado a la conclusión de que si los niños duermen la siesta es porque es parte de su desarrollo madurativo.

De todas formas, también es verdad que los niños distribuyen las horas que necesitan descansar tanto en el sueño nocturno como en las siestas que hacen durante el día. Teniendo esto en cuenta, cabría pensar que si quitamos las siestas a los niños, es decir, no se las dejamos cuando quieren, esas horas que no han descansado durante el día se sumarán a las horas de sueño de la noche y, sobre todo, al estar más cansados seguro que no se despertarán tantas veces por la noche.

Estos dos razonamientos están equivocados.

El primero de ellos, pensar que un niño va a dormir más horas por la noche si le quitamos la siesta es erróneo, ya que en primer lugar, los niños suelen tener un reloj biológico muy bien definido y da igual a la hora que se acuesten que por la mañana se van a despertar (casi) siempre a la misma hora aunque les hayamos acostado más tarde o aunque estén más cansados por no haber dormido siesta. Pero además, como hemos dicho a lo largo de todo el post, si quitamos la siesta a un niño le estaremos privando del descanso que su cuerpo necesita.

Y en segundo lugar, pensar que un niño va a despertarse menos veces por la noche por quitarle la siesta tampoco tiene sentido. Como hemos dicho más arriba, los despertares nocturnos de un niño dependen más de la maduración del sueño y de las rutinas con las que está acostumbrado a dormirse que con lo cansado que esté, por lo que si quitamos la siesta a un niño que se despierta mucho por la noche lo único que vamos a provocar es que esté muy cansado durante el día y que se siga despertando por la noche…

Solo en el caso de aquellos niños que tienen una latencia de sueño muy aumentada (cuando tardan mucho en conciliar el sueño por la noche y al final acaban durmiéndose a una hora muy tardía) y que duermen siestas muy largas (más de 90 minutos) o si estas son muy cercanas a la hora de iniciar la noche puede tener sentido recomendar que la siesta de la tarde no se prolongue más allá de las 17h o que estas sean algo más cortas (lo suficiente para que el niño descanse, pero que no llegue a ser un sueño tan largo que interfiera luego en el periodo de sueño nocturno).

En cualquier caso, mantener una buena higiene del sueño, es decir, todas aquellas rutinas que realizamos a lo largo de todo el día y que influyen en nuestras horas de descanso nocturno, es importante para que los niños tengan un sueño reparador y dentro de unos parámetros que se consideran normales.

Niño durmiendo

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Los niños mayores no duermen la siesta

Alcanzados los 5 años de edad, a lo sumo los 6 años, los niños dejan de dormir la siesta y agrupan todas las horas que necesitan dormir al día en un único descanso nocturno. De hecho, es tan complicado que a partir de cierta edad duerman la siesta de manera rutinaria que aunque lo intentéis, lo normal es que a los pocos minutos el niño os diga que se quiere levantar para irse a jugar.

Por ello, en el caso de que alcanzada esta edad vuestros hijos sigan durmiendo la siesta de manera rutinaria hay que plantearse que algo pueda estar pasando que no sea normal. En primer lugar habrá que revisar la higiene del sueño, pero también os recomendamos que os citéis con vuestro pediatra para que evalúe la situación.


En resumen, si los niños duermen la siesta es porque su cuerpo se lo pide, porque lo necesitan, para ellos no es una opción. A medida que crezcan, aunque de forma variable, dejaran de hacer las siestas que hacen cuando son pequeños. Así que disfrutadlas mientras podáis, porque el día menos pensando dejaran de dormir después de comer y en ese momento, a las tres de la tarde, desearéis que vuestros hijos retrocedan en el tiempo y se duerman, aunque solo sea un poquito, para que disimuladamente vosotros deis también una cabezadita.

Fuente: Dos Pediatras en Casa G.O

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1 comentario · Escribe aquí tu comentario

  1. Dice ser Eva

    Dudas resueltas. Y las rutinas y la maduración han hecho el resto. Nunca durmió bien y con tres años ha comenzado a hacerlo. Gracias por vuestro conocimiento y por explicarnos tan bien y con tanto esmero 😘

    30 mayo 2022 | 11:27 am

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