No hace falta decir que para un adecuado crecimiento y desarrollo de los niños desde el nacimiento, incluso ya desde la gestación, la alimentación y el aporte de nutrientes supone uno de los elementos fundamentales. Es por esto que es de vital importancia asegurar una correcta nutrición para el mejor desarrollo posible de cada niño. Además, una correcta nutrición será la base sobre las que se sustentarán en el futuro unos hábitos de vida saludables una vez que esos niños se conviertan en adultos independientes.
Pero, ¿es posible que los niños hagan una dieta completa y saludable si se prescinde de las proteínas de origen animal? Es decir, ¿las dietas vegetarianas son una opción segura y saludable para la población infantil? Si vas con prisa y buscas una respuesta rápida, la respuesta es sí. Si por el contrario buscas una respuesta desarrollada, pon atención a las próximas líneas donde aportaremos gran cantidad de argumentos que respaldan esta cuestión según la evidencia científica actual.
¿Qué es una alimentación saludable en la infancia?
A priori, si uno piensa qué es lo más adecuado en la alimentación de un niño seguramente todos diríamos que una alimentación variada. Pero claro, variada quiere decir que se incluyen todo tipo de alimentos saludables, evitando al máximo aquellos muy poco saludables desde el punto de vista nutricional, es decir los llamados alimentos superfluos, como la bollería, los que contienen azúcares libres o los ultraprocesados. En ese imaginario colectivo de alimentación variada y saludable encontraríamos fundamentalmente un alto aporte de frutas y verduras, complementado con proteína animal y/o vegetal y junto con cereales, a poder ser integrales y no procesados, para cumplir así las recomendaciones del Plato de Harvard.
Sin ninguna duda, siguiendo esa receta que nos proponen desde la universidad inglesa se aseguran en su justa medida todos los macronutrientes (aminoácidos, grasas e hidratos de carbono) y micronutrientes (hierro, vitaminas como la C, B12 y D, zinc, yodo, calcio, ácido fólico y un largo etcétera) que son necesarios para una correcta alimentación, tanto de niños como de adultos.
Sin embargo, en los últimos años cada vez más las familias se deciden por una alimentación vegetariana en la que se eliminan de la dieta las proteínas de origen animal, ya sea parcialmente, como en las dietas ovolactovegetarianas o lactovegatarianas, o los que las excluyen totalmente (dietas veganas). A pesar de ello, en líneas generales, las dietas vegetarianas son capaces de aportar todos esos nutrientes que los niños necesitan para desarrollarse adecuadamente si se planifica bien qué es lo que van a comer, pero como haríamos con una dieta omnívora, que porque coman de todo no quiere decir que no haya que pensar un poquito qué les damos de comer a nuestros hijos. De todas formas, los niños que siguen una alimentación vegetariana, aunque incluya huevos y leche, deben suplementarse con vitamina B12 de forma semanal, ya que esta vitamina no se puede obtener de ningún alimento que no proceda de origen animal, y además, la cantidad de huevos y leche que tendrían que tomar para llegar a esas necesidades de vitamina B12 es tan alta que resulta casi imposible, de ahí que todos los niños vegetarianos deban suplementarse.
La realidad es que cuando una familia te dice que sus hijos pequeños siguen una alimentación vegetariana es porque ellos la siguen también desde hace tiempo, en muchos casos buscando un tipo de alimentación más saludable que la convencional o por convicciones personales respecto a los animales o por el cuidado del medio ambiente. Para estos padres no supondrá un esfuerzo extra tener que planificar la alimentación de sus hijos, ya que ese proceso de aprendizaje de cómo planificar las comidas de un vegetariano para no caer en una deficiencia nutricional lo habrán hecho con anterioridad a que sus retoños llegaran a este mundo.
¿Cuáles son los aspectos más importantes a tener en cuenta en la alimentación de los niños vegetarianos?
En principio, las dietas que sí incluyen huevo y leche no requieren mucha más planificación que las de los niños que siguen una alimentación omnívora, más allá de procurarles una adecuada proporción de alimentos, como haría una familia que come de todo, y de la mencionada suplementación con vitamina B12.
Lo que sí es importante recalcar es que las dietas vegetarianas más restrictivas, como son las veganas, es decir, aquellas que excluyen todos los tipos de proteína animal incluido el huevo y la leche, requieren una suplementación y planificación del menú más exhaustivas, ya que son las más deficitarias en vitaminas A, B2, B12, D, hierro, zinc, yodo, calcio y ácidos grasos omega-3, nutrientes que se encuentran de forma principal en los productos de origen animal.
Os dejamos algunos ejemplos de alimentos que son fuente principal de estos nutrientes y que los que siguen una dieta vegetariana deben tener en cuenta para incluirlos en su alimentación habitual:
- Vitamina B12: lácteos, huevos, alimentos fortificados como cereales, soja, bebidas de arroz, levadura.
- Vitamina D: leche de vaca u otros animales, productos fortificados con vitamina D. Además de la exposición solar, ya que la vitamina D se forma en la piel con los rayos de sol.
- Calcio: lácteos, vegetales de hoja grande, brócoli, almendras, alubias blancas, soja y bebidas de arroz (fortificadas), cereales, sésamo.
- Proteínas: lácteos, huevos, legumbres (sobre todo soja y garbanzos, que aportan la proteína completa), tofu y otros productos derivados de la soja, nueces.
- Hierro: huevos, alubias, frutos secos, semillas, pipas de calabaza, hortalizas de hoja verde, cereales fortificados. Además, estos alimentos se deben acompañar de cítricos para mejorar la absorción.
- Zinc: legumbres, frutos secos, cereales fortificados, semillas.
- Yodo: sal yodada, lácteos no ecológicos.
Por otro lado, al igual que los niños no vegetarianos, todos los niños que siguen una dieta vegetariana deben tomar suplementos de vitamina D durante el primer año de vida, teniendo que buscar en el mercado un producto de origen vegetal, ya que la mayoría de las formulaciones de vitamina D que existen para niños pequeños son de origen animal. Además, esta recomendación es extensible tanto a los niños que realizan lactancia materna exclusiva, como aquellos que se alimentan con fórmula infantil, ya sea de origen animal, como es le caso de los niños no vegetarianos, como los que toman fórmulas de soja, que sería el caso de los niños vegetarianos, siempre y cuando tomen menos de 1 litro de fórmula al día, lo que en la práctica supone que todos los niños, ya sean de teta o de biberón, vegetarianos o no, deben tomar vitamina D durante el primer año de vida.
Además, las madres vegetarianas que realizan lactancia materna exclusiva también precisan tomar suplementos de vitamina B12 mientras dure la lactancia, para asegurar así que sus bebés amamantados reciben la cantidad de vitamina B12 que necesitan.
Una vez iniciada la alimentación complementaria, y a medida que de forma progresiva desciendan las tomas de leche, además de la vitamina D, estos niños deben empezar a suplementarse de forma semanal con vitamina B12, ya que una dieta vegetariana, aunque sea bien planificada, es muy difícil que consiga cubrir las necesidades nutricionales suficientes de un niño de esta vitamina a través de los alimentos consumidos.
Como en cualquier tipo de dieta, sea vegetariana o no, las frutas y las verduras deben ser el alimento principal que coman nuestros niños. Además, no deben faltar las proteínas de origen vegetal, como las legumbres, las semillas, los frutos secos, la soja y sus derivados (tofu, tempeh o bebidas de soja fortificadas con calcio). En cuanto a los cereales, sobre todo en niños pequeños, pueden resultar útiles los cereales fortificados en hierro, ya que es una de las deficiencias en las que un niño vegetariano puede caer si es restrictivo con lo que come. Además, a todos los niños vegatarianos debemos ofrecerles alimentos saludables con un poder calórico elevado, ya que estos niños están en riesgo de de no alcanzar las necesidades nutricionales en el caso de que la alimentación sea poco planeada.
¿Realmente crecen igual los niños vegetarianos que los que siguen estas dietas?
El conocimiento científico nos permite afirmar que estos niños crecen y se desarrollan igual los niños que no siguen una alimentación veggie. Además, suelen ser niños delgados, con un índice de masa corporal menor que otros niños de su edad, ya que consumen gran cantidad de fibra y alimentos bajos en grasa. Sin embargo, esto no significa que tengan menos salud, sino todo lo contrario, ya que esta condición será protectora frente a la obesidad y otros factores de riesgo cardiovascular en edades posteriores.
Al contrario de lo que se pueda pensar si el peso, crecimiento y desarrollo de los niños vegetarianos es adecuado tampoco van a necesitar analíticas específicas para comprobar que están bien nutridos. Con lo que respecta a la anemia (déficit de hierro), siempre y cuando la dieta que reciban esté mínimamente planificada, los niños vegetarianos no la padecen más que los niños omnívoros, por lo que tampoco están indicados los suplementos de hierro de forma sistemática.
Antes de acabar, nos gustaría decir que en ocasiones nos encontramos en consulta a adolescentes que dicen que se han pasado a la dieta vegetariana, pero que cuando les haces una pequeña encuesta nutricional observas que aunque no coman alimentos de origen animal, su alimentación no es saludable. En principio, una dieta vegetariana debería ser igual de saludable que una omnívora, siempre y cuando se excluyan de la misma alimentos poco saludables y con poco valor nutricional, porque de nada sirve no comer filetes de ternera o una lubina al horno, si luego te atiborras a alimentos poco saludables que no tienen un origen animal, como la bollería, las patatas fritas o los refrescos ricos en azúcares libres.
En resumen, podemos afirmar que la alimentación vegetariana en la infancia es una opción saludable. Hace falta algo de planificación y conocimiento básicos sobre nutrición para no caer en una alimentación desequilibrada y poco calórica, pero es perfectamente posible y la opción de cada vez más familias en nuestro entorno. En el caso de que os encontréis perdidos en cómo organizar la dieta vegetariana de un niño, un experto en nutrición puede seros muy útil, sobre todo durante las primeras fases. Bien hechas, este tipo de dietas son opciones muy saludables de alimentación durante la infancia que asentarán las bases de buenos hábitos de vida que mantendrán estos niños durante toda su vida.
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Bibliografía
- «Recomendaciones del Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría sobre las dietas vegetarianas».
- «Vegetarian Eatwell Guide», de la Vegetarian Society of the United Kingdom.
- «Vegetarianism» de KidsHealth.
- «Alimentación vegetariana en la infancia» libro de Julio Basulto, María Manera, María Blanquer, Pepe Serrano (Penguin Randon House, 2021).