¿Por qué tienen tos los niños?

niño médico

Fuente: GTRES

Creo que no me equivoco si digo que todas las personas que hay en el mundo han tenido tos alguna vez. Y si no la han tendido todavía, estoy convencido de que toserán en algún momento a lo largo de su vida. Al fin y al cabo, la tos es un mecanismo fisiológico del que está dotado el cuerpo humano para aclarar las secreciones respiratorias, de tal forma que no nos convirtamos en un saco lleno de moco del que no nos podemos desprender.

Además, la infancia es la época de la vida en la que más infecciones respiratorias se producen, por lo que es habitual ver que un niño tose de manera frecuente mientras le asoman por la nariz un par de mocos transparentes, incluso aunque no tenga fiebre.

¿Pero, desde el punto de vista médico, qué significa la tos? ¿Cuáles son los mecanismo últimos por los que se produce? ¿Podemos sacar alguna conclusión acerca de qué le pasa al niño si la tos es seca o es productiva? ¿Existe algún tratamiento realmente eficaz para que los niños tosan menos? En este post encontraréis respuesta a todas estas cuestiones.

¿Qué es la tos?

Perdonadme si empiezo por explicar algo tan obvio, pero me parece importante que conozcáis qué ocurre durante la tos para que entendáis por qué se produce.

El caso es que cuando tosemos se produce una contracción brusca y coordinada de los músculos de la pared torácica, la cavidad abdominal y el diafragma mientras la glotis (el espacio que hay entre la garganta y la laringe) está cerrada. Esto provoca que el aire que hay en los pulmones intente salir y en un primer momento no pueda; acto seguido la glotis se relaja y esa bocanada de aire que estaba contenida, sale expulsada hacia fuera con fuerza.

Para que lo entendáis, es como si apretarais una botella de plástico con agua en su interior con el tapón puesto. Si de repente quitamos el tapón (la glotis se relaja), lo que ocurriría a continuación es que el agua saldría a presión y con fuerza de la botella. Pues eso mismo es lo que pasa con el aire de los pulmones cuando tosemos.

Aunque podemos toser de forma voluntaria, lo habitual es que la tos nos sobrevenga porque necesitamos despejar nuestra vía respiratoria, ya sea de secreciones (cuando nuestros pulmones o bronquios producen más moco del habitual) o de algún alimento con el que nos hayamos podido atragantar. Para ello, una serie de receptores que hay en los pulmones, los bronquios, la tráquea, la garganta y las fosas nasales mandan una orden al cerebro, en donde se encuentra el centro que coordina la tos, el cual genera el impulso nervioso que hace que esos músculos que antes he mencionado se contraigan todos a la vez.

Y si os estáis preguntando por qué tosemos más cuando estamos tumbados, la explicación es muy sencilla. Los seres humanos estamos diseñados para estar de pie, y por ende nuestros pulmones en posición vertical. Cuando nos tumbamos la dinámica respiratoria cambia, y si nos dormimos ese cambio se acentúa más todavía. Por ello, es normal que la tos empeore por la noche cuando los niños se tumban y se duermen, lo que en muchos casos nos regalará un concierto de toses y desvelares nocturnos cuando nuestros hijos están enfermos.

¿Qué enfermedades provocan tos?

Una de las cosas que me gusta decir a los padres de mi consulta es que el pulmón (y toda la vía respiratoria) es muy tonta y solo sabe hacer una cosa cuando le pasa algo: toser. De esta forma, cualquier enfermedad que afecta a alguna parte de los pulmones o la vía aérea puede provocar tos.

Si tenemos en cuenta esta premisa es muy fácil entender por qué algunas enfermedades provocan tos. Veámoslo con unos ejemplos:

  • Neumonía: esta enfermedad no es más que una infección del pulmón en la que se produce mucho moco, lo que conlleva que tosamos para intentar expulsarlo.
  • Bronquitis: en este caso el bronquio esta inflamado y su calibre disminuye, y muchas veces la única manifestación de esta situación es la tos.
  • Bronquiolitis: muy similar a la anterior, pero en este caso son los bronquiolos los que están inflamados.
  • Laringitis: cuando la laringe se inflama, de nuevo, la tos es un síntoma que suele aparecer.
  • Catarros: que como sabréis producen mucho moco en la zona de la nariz y la garganta, por lo que no es raro que también provoquen tos.
  • Alergia a pólenes: produce una inflamación de algunas partes de la vía respiratoria junto a la producción de moco. Por eso, en caso de alergia, podemos tener tos como parte de los síntomas que acompañan a esta situación.
  • Atragantamiento: si se obstruye la vía aérea por un objeto pequeño o un trozo de alimento, ¿qué mejor que la tos para intentar que vuelva a salir para fuera?

En definitiva, cuando a alguna zona de la vía respiratoria le pasa algo nos ponemos a toser. De esta forma, cuando vemos que un niño tose, podemos afirmar que está sufriendo un proceso respiratorio. El resto de síntomas y la historia clínica nos permitirá saber de qué enfermedad concreta se trata.

¿Podemos saber qué enfermedad tiene un niño por el tipo de tos que tiene?

En muchas ocasiones los padres nos cuentan que la tos de su hijo suena a que tiene mucho moco, que es seca, que es como tos de abuelo que fuma o que parece que estuviera intentando arrancar una flema. Sin embargo, solo en unas pocas ocasiones el sonido de la tos nos da información para descubrir qué enfermedad tiene el niño, incluso una misma enfermedad puede provocar que la tos suene de una forma en un niño y de otra completamente diferente en otro aunque ambos tengan lo mismo.

Un caso a parte son las laringitis, ya que en ellas las cuerdas vocales están inflamadas, lo que provoca una tos muy especial que a menudo describís como de perro o de foca.

Como decía hace unos párrafos, para poder diferenciar qué enfermedad tiene un niño que tose de una forma o de otra es necesario completar una historia clínica con el resto de síntomas que padece y realizar una exploración en la que la auscultación pulmonar es fundamental.

Remedios para la tos

Algunos estaréis pensando ‘…vale, todo esto de por qué se produce la tos está muy bien, pero yo lo que quiero es que me contéis el secreto para que los niños no tosan, que lo de mi hijo es de traca…’. Por desgracia no existe ningún remedio médico (ni mágico) que realmente sea muy efectivo para calmar este síntoma.

Sin embargo, el tratamiento específico de cada enfermedad que puede causar tos conseguirá que este síntoma mejore con el paso de los días. Por ejemplo, en caso de una neumonía, gracias al tratamiento antibiótico, esta enfermedad se curará y poco a poco la tos que provoca irá mejorando. O con el salbutamol en caso de bronquitis, ya que este fármaco consigue relajar el músculo que rodea al bronquio en esta enfermedad, con lo que la tos suele mejorar.

Pero ojo, no confundamos que estos medicamentos son los que mejoran la tos, lo que hacen es mejorar la enfermedad y con ello conseguimos poco a poco un alivio de los síntomas que los acompañan.

Por otro lado, en la farmacia podéis encontrar un montón de fármacos que están diseñados para disminuir la tos (antitusivos), hacer que el moco sea más líquido y fácil de expulsar (mucolíticos) o que directamente quieren disminuir los síntomas de un catarro (anticatarrales). Por desgracia, ninguno de ellos ha demostrado ser realmente eficaz para disminuir los síntomas que pretenden controlar, además de que no están recomendados para ser empleados en menores de dos años de edad.

Por ello, los pediatras que nos basamos en la evidencia científica no recomendamos este tipo de remedios farmacológicos.

Si nos centramos en los remedios caseros para la tos, podríamos hablar de un montón de ellos. Sin embargo, me gustaría mencionar dos:

  • La cebollaterapia. Esa tradición que consiste en cortar una cebolla en cuartos y ponerla en la mesilla del niño por la noche, no ha demostrado ser eficaz para controlar la tos. Sin embargo, tampoco produce ningún daño (a diferencia de los efectos secundarios que tienen los fármacos antes mencionados), por lo que podéis  usarla, aunque no os aseguramos que sirva para algo.
  • La miel. En este caso, si que hay algún estudio que ha demostrado que consigue que los niños tosan menos cuando toman una pequeña cantidad. Recordad que los niños menores de un año no deben tomar miel, y en cualquier caso, como contiene mucho azúcar, debéis lavarles los dientes después de su consumo.

Si de verdad queréis poner en práctica una serie de medidas que hacen que los niños tosan menos, estos son nuestros consejos.

  • Lavados nasales: gracias a ellos despejamos la nariz de moco y con ello conseguimos que estos no estimulen la tos.
  • Posición semiincorporada para dormir: ya que con esto evitamos que el niño esté completamente tumbado. Para ellos, podéis meter unos cojines o unas mantas debajo del colchón donde reposan vuestros hijos.
  • Adecuada hidratación: la tos elimina más fácilmente el moco cuando este es más líquido, lo que se consigue gracias a una ingesta adecuada de agua.

¿Cuándo acudir al médico cuando un niño tiene tos?

Después de todo lo que habéis leído, espero que hayáis llegado a la conclusión de que la tos es un síntoma que los niños pueden presentar en situaciones muy diversas, muchas de las cuales se solucionarán solas con un poco de paciencia y con las medidas que os he mencionado en el apartado anterior.

La clave está en saber cuándo un niño con tos debe acudir al médico, ya sea de forma urgente, acudiendo sin demora al hospital, o de forma programada pidiendo una cita con su pediatra en el centro de salud.

Los dos únicos motivos por los que un niño debería acudir a Urgencias en el caso de que tuviera tos son que se encuentre decaído (o sus equivalentes, como que esté somnoliento, muy irritable o con mal estado general) o porque presente dificultad respiratoria (la cual podéis detectar porque el niño respira muy rápido, marca las costillas cuando coge aire o porque hace ruido a respirar).

El único caso que es una excepción a la regla anterior son los atragantamientos. Si un niño presenta tos tras un atragantamiento y esta no cesa al cabo de unos minutos, aunque se cuente bien, es un motivo para acudir a Urgencias de forma urgente.

El resto de veces que un niño tenga tos podéis pedir cita con vuestro pediatra y demorar la consulta 48-72 horas.


En resumen, la tos es un mecanismo de defensa del que está dotado el cuerpo humano que aparece con frecuencia en muchas enfermedades. La mayoría de las veces que un niño tiene tos es debido a un proceso sin importancia, aunque hay que saber reconocer qué situaciones requieren de la valoración urgente por parte del pediatra.

Fuente: Dos Pediatras en Casa G.O

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