¿Desde cuándo pueden los niños usar almohada?

Almohada

Fuente: Pixabay

Una de las recomendaciones que más se repite cuando se da alta a un recién nacido del hospital es que debe dormir boca arriba y alejado de objetos que estén sueltos cerca de él, como por ejemplo una almohada, un peluche o unos cojines. Esta recomendación no es un capricho de los pediatras, si no que responde a las recomendaciones internacionales para prevenir la muerte súbita del lactante. Cuando los padres y las madres reciben esta información, la aceptan -y comprenden- de buen grado, pero llega un momento en el que, a medida que sus hijos crecen, se plantean cuándo les podrán ofrecer una almohada para que sus pequeñas cabecitas duerman sobre ella, al igual que hacen ellos. No en vano, la gran mayoría de los adultos la usamos para el descanso nocturno. La gran pregunta sería entonces cuándo pasan los niños de dormir sin almohada a dormir con ella.

En este post encontraréis recomendaciones sobre cuándo pueden los niños empezar a usar almohada y cuáles son los materiales ideales para ello.

Por debajo de los dos años no deben usar almohada

Por si ibais con prisa, en el párrafo inicial de este este texto hemos querido dejar escrito la que es la recomendación más importante que debéis extraer de esta publicación. Aunque se desconocen las causas exactas de por qué sucede la muerte súbita del lactante, lo que sí se sabe es que hay una serie de factores que protegen de su aparición y otros factores que predispondrían a la misma.

Sin duda alguna, el factor protector más importante contra la muerte súbita del lactante es que los niños menores de un año duerman boca arriba, o al menos hasta que ellos sean capaces de darse la vuelta por sí solos. Pero además, otra recomendación importante es que la cuna (o la cama de los padres si es que practicáis colecho) esté libre de objetos con los que el niño podría quedar atrapado, y, entre ellos, la almohada es un objeto a evitar.

Por tanto, por debajo del año de vida parece que no hay duda de que los niños deben dormir sin almohada. De hecho, casi nadie se lo plantea antes de que a su hijo le hayan cantado su primer cumpleaños feliz.

Por descontado, por mucho que el marketing infantil haya hecho que parezca imprescindible que compréis un cojín específico para que a vuestro hijo no se le aplane la parte de atrás de la cabeza (cojines antiplagiocefalia), estos no dejan de ser un objeto sanitario que debería emplearse sólo bajo la prescripción de un profesional que haya evaluado al niño, por ejemplo, el pediatra o un fisioterapeuta.

Entre los 12 y los 24 meses, la gran mayoría de los padres y las madres tampoco se plantean si sus hijos necesitan almohada. Basta con haber visto durante un rato como duerme un niño de esa edad para darse cuenta de que intentar que se este quieto con su cabecita dulcemente apoyada sobre la almohada es una tarea imposible. Por debajo de los 24meses es muy habitual que los niños se muevan mucho durante el sueño y den vueltas sobre sí mismos o cambien de orientación varias veces a lo largo de la noche, de hecho, los barrotes de las cunas o las barreras de las camas están pensadas más bien para que no se caigan y no para que no se escapen. Debido a todo ello, con esta edad la almohada se convierte en un mero objeto de decoración dentro de la cuna del bebé, incluso podría interferir con esos movimientos nocturnos. Así que mejor no usarla de momento.

Niño durmiendo

Por debajo de los dos años de edad, los niños suelen dormir a pierna suelta sin necesitar una almohada para el descanso. Fuente: Pixabay

A partir de los dos años de edad…

A partir de los 24 meses de edad las cosas cambian. Primero, porque los niños ya no se mueven ‘tanto’ cuando duermen; nótese las comillas del tanto, porque moverse se siguen moviendo bastante, aunque en menor medida que por debajo de esta edad, pero, sobre todo, a partir de los 24 meses los niños son capaces de, al despertarse en medio de la noche, buscar su almohadita y posar su cabeza sobre ella (como harían cuando buscan el chupete con el que suelen dormir). Además, a partir de los dos años de edad, los niños observan mucho su entorno y no es raro que se hayan percatado de que papá y mamá duermen con una cosa blandita debajo de su cabeza, y claro, ellos también quieren. De hecho, si os los metéis de vez en cuando en la cama, seguro que lo primero que hacen es subirse pa’arriba y colocar su cabeza en vuestra almohada.

Pero, más allá de lo que se mueven por la noche o los caprichos que puedan tener para dormir como sus padres, el uso de una almohada a partir de los dos años de edad no es obligatorio y muchos niños siguen durmiendo a pierna suelta sin ella, aunque algunos empiezan a dormir con ella con normalidad. En el caso que queráis emplearla, lo que sí que es importante es que el tamaño sea adecuado a su edad para que no sea perjudicial para la postura de su columna vertebral, es decir, que respete su ergonomía.

No sé si habéis pensado alguna vez por qué usáis almohada, o mejor, por qué os gusta usar una almohada de una altura determinada y por qué os resulta incómoda la que le puede gustar a vuestra pareja o la que os encontráis en un hotel cuando salís de viaje. Sin duda alguna, lo que una almohada pretende es que, cuando nos colocamos de lado para dormir, la cabeza quede alineada con la columna cervical y el resto del cuerpo, ya que esta es la postura más cómoda y en la que el cuello está más relajado, es decir, que la cabeza no cuelgue o quede muy arriba respecto a los hombros. Si os fijáis, la envergadura de vuestros hombros es mayor que la de vuestra cabeza, es decir, los hombros sobresalen más que la cabeza, y por eso, al tumbaros de lado, necesitáis algo para meter debajo de la cabeza y que esta no cuelgue.

Pero a diferencia de los autos, la envergadura de los hombros de los niños es mucho menor, de hecho, entre los dos y los tres años la anchura de los hombros y la cabeza es muy similar, los que hace que no necesiten almohada para sostener su cabeza mientras duermen de lado. Tampoco pasa nada si la quieren usar, pero para que no eleve en exceso la cabeza respecto al cuello, la almohada debe ser muy planita, no más de unos pocos centímetros.

A medida que crezcan y sus hombros ensanchen, podréis ir aumentando la altura, pero siempre teniendo en cuenta lo que os he explicado sobre mantener alineada la cabeza y la columna cuando están tumbados de lado.

Además de lo que ya se ha comentado de los hombros y la columna cervical, los niños tienen una cabeza proporcionalmente muy grande respecto a su cuerpo, y si se pusieran a dormir boca arriba con una almohada muy grande, su cabeza podría quedara muy flexionada hacia delante mientras duermen, lo que en algún caso podría obstruir la vía aérea, de ahí la importancia de que la almohada sea bajita y no muy alta.

Niño durmiendo

Las almohadas buscan mantener la columna cervical alineada con el resto de la columna cuando el niño se pone a dormir de lado. Fuente: Pixabay

¿Y de qué material debe ser la almohada de un niño?

Si finalmente habéis decidido que vuestros hijos usen almohada, la otra gran pregunta que surge de forma inmediata es qué material elegir: sintética, plumón, látex, viscolástica….

Los adultos solemos preferir materiales que se adapten a nuestra postura, pero que mantengan una altura suficiente para sostener nuestra cabeza. Debido a que las almohadas de los niños de más corta edad deben ser de muy poca altura, lo normal es que evitéis materiales que se hundan mucho como el plumón. Materiales que sí que les resultan cómodos a los más pequeños de la casa son el algodón o la fibra sintética como el poliéster, lo más fresquito desde nuestra opinión es el algodón.

Otra cosa que sí que es muy recomendable es que os hagáis con una funda lavable donde meter la almohada, porque, no lo negamos, los niños babean mucho, incluso vomitan cuando menos te lo esperas… Luego no me digáis que no avisé.


En resumen, hasta los dos años de edad el empleo de almohada no está recomendado. A partir de esta edad podrían empezar a usarse, aunque no es imprescindible. En cualquier caso, las almohadas infantiles deben tener poca altura y respetar siempre la ergonomía propia de los niños.

Fuente: Dos Pediatras en Casa G.O

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4 comentarios · Escribe aquí tu comentario

  1. Dice ser Juanjo

    Justo me lo preguntaba este fin de semana! Gracias!

    05 abril 2021 | 11:18 am

  2. Dice ser PasabaxAquí

    Poder, poder… Desde que se inventó la almohada. Otra cosa es plantearse desde qué edad es aconsejable.

    05 abril 2021 | 2:08 pm

  3. Dice ser Pregunta

    ¿Y si colechamos y en esos movimientos nocturnos se sube en nuestra almohada? ¿Tenemos que preocuparnos y moverles o mientras sea la postura que ha cogido solo nonpasa nada? Se trata de un bebé mayor de 1 año, por si influye en la respuesta

    05 abril 2021 | 10:49 pm

  4. dospediatrasencasa

    Hola Pregunta,
    Lo deseable es que con esa edad no usen almohada, pero si colcháis con esa edad va a ser muy difícil que le quitéis ese hábito si no os quitáis vosotros la almohada. Un aludo

    15 abril 2021 | 10:42 am

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