Hace unos días me llamó a la consulta una de las madres de mis pacientes porque llevaba unos días observando que el ombligo de su hijo de algo menos de dos meses ‘se salía para fuera’ y cuando lo tocaba notaba ‘como agua debajo’. Aunque ya me imaginaba lo que me iba a encontrar, le dije que se pasara por el centro de salud para explorarlo y así confirmar si mis pesquisas telefónicas habían dado en el clavo.
Al verlo, no había duda: un bultito por debajo de la cicatriz umbilical de unos dos centímetros que al apretarlo desaparecía. Vamos, una hernia umbilical monda y lironda que era lo que yo me esperaba encontrar.
Gracias a este reciente caso clínico en este post repasamos este tema y os contamos lo que debéis vigilar y, sobre todo, lo que no hace falta que hagáis.
¿Qué es una hernia umbilical?
Podríamos definir la palabra hernia como cualquier protrusión de un órgano fuera de la cavidad corporal en la que se encuentra alojado habitualmente y que se produce por un defecto de cierre de la pared de esa cavidad.
Si nos centramos en las hernias umbilicales lo que observamos es un bulto más o menos grande por debajo de la cicatriz umbilical de consistencia blanda que al apretarlo hacia dentro de la tripa desaparece. Habitualmente ese bulto está formado por contenido intestinal, desde el epiplón -la capa grasa que recubre los intestinos- o algún asa intestinal – lo que en ocasiones da la sensación de contenido líquido con burbujas o incluso que se puedan apreciar ruidos en su interior-.
Esa salida de contenido intestinal fuera de la cavidad abdominal se produce por un defecto de cierre de la parte más profunda de la pared abdominal durante el desarrollo fetal, en concreto de la fascia abdominal, una capa de tejido que actúa a modo de faja por debajo de los músculos del abdomen.
Aunque las hernias umbilicales son congénitas, es decir se nace con ellas, es muy habitual que no sean evidentes durante las 3 o 4 primeras semanas de vida, sobre todo cuando el agujero por el que sale el contenido abdominal es pequeño. Con el aumento de peso y el crecimiento suelen hacerse evidentes hacia el mes y medio de vida y de repente aparece el bultito con la consiguiente alarma que genera a los padres, como en el caso que os hemos contado.
A pesar de lo alarmante que parece lo que acabáis de leer, con tripas que van y vienen y que no están en su sitio, las hernias umbilicales son muy frecuentes y afectan a 1 de cada 10 recién nacidos sanos, siendo algo más frecuente en los recién nacidos prematuros.
¿Cuál es la evolución habitual de estas hernias?
Ante todo tranquilidad, porque la gran mayoría de las hernias umbilicales se solucionan solas con el paso del tiempo, ya que lo habitual es que se produzca un cierre espontáneo del defecto de la pared y que, poco a poco, este tipo de hernias disminuya de tamaño hasta desaparecer.
Aunque tampoco esperéis que esto ocurra de un día para otro, ya que es un proceso que lleva su tiempo, pero que, en el caso de las hernias umbilicales, suele ocurrir antes de los 3-4 años de edad en 8 de cada 10 niños. Por eso, los pediatras esperamos hasta esa edad para derivar al niño al cirujano, ya que antes de esa edad no va a estar indicada la intervención quirúrgica correctora.
Es cierto que cuanto más grande sea la hernia (cuando el defecto de la pared es mayor de 1,5-2 cm) es menos probable que se cierre de forma espontánea, pero en cualquier caso no pasa nada por esperar a ver qué pasa y esperar a ver si se soluciona sola antes de la edad que he mencionado.
Por otro lado, es muy poco frecuente que este tipo de hernias se compliquen, ya que es excepcional que las hernias umbilicales se incarceren, es decir que el contenido intestinal salga para fuera y quede estrangulado. Para la mayoría, no será más que un bultito que, dependiendo de la cantidad de gas que contenga el intestino en cada momento, a veces será más o menos grande o más pequeño, pero que poco a poco irá desapareciendo con el paso del tiempo.
El diagnóstico de una hernia umbilical es muy sencillo y basta con una simple exploración física sin que sea necesario hacer ningún tipo de prueba complementaria. En caso de que no se cierre con el tiempo, el tratamiento se basa en una sencilla cirugía.
¿Y qué puedo hacer para que no se le salga la hernia a mi bebé?
En el caso de que tu bebé tenga una hernia umbilical, intentar evitar que el contenido de la hernia salga para afuera es como ponerle diques al mar. Es decir, mientras exista ese defecto de la pared abdominal no hay nada que se pueda hacer para evitar que esto ocurra. Además debéis saber que la única consecuencia que tiene que se salga la hernia es la estética, ya que no duele ni da ningún otro tipo de síntoma.
A pesar de que no hay nada que haya demostrado verdadera eficacia para disminuir una hernia umbilical, todavía hoy en el siglo XXI muchos siguen recomendando algunos remedios tradicionales «básicos de la abuela», como colocar un esparadrapo bien apretadito en medio del ombligo, colocar una moneda encima del orificio umbilical o incluso fajas abdominales para bebés específicas para hernias umbilicales de venta en farmacias. Como decíamos, ninguno de estos remedios es eficaz, por lo que mejor que podéis hacer es no perder el tiempo (ni el dinero en algunos casos) esperando que esto solucione el problema de vuestro bebé, tan solo debéis esperar a ver qué pasa con el tiempo, y como ya os hemos adelantado, en la mayoría de los casos se resolverán solas con la edad sin necesidad de intervención por parte de los cirujanos.
En definitiva, las hernias umbilicales aparecen en los niños a las pocas semanas de vida frecuentemente. Por fortuna, la tasa de complicaciones es muy muy baja y, en la mayoría de los casos, suelen resolverse de forma espontánea antes de los 4 años de edad. No hay nada que se pueda hacer para que la hernia ‘no salga’ o que ‘se cure antes’, tan solo esperar y ver la evolución, y casi siempre va a ser suficiente con que este seguimiento lo realice el pediatra habitual del bebé.
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NOTA: la foto de este post acreditada a la Dra. Souto ha sido reproducida bajo autorización de la autora que es quien posee el Copyright.