Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
ya sea entre anaqueles o travestida
en iRegina, su réplica digital

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¡Pasa un San Valentín de novela!

No hay escapatoria: hoy es San Valentín. Pero por muy intensa que sea una pasión cabe en un libro, y aunque el amor está para vivirlo, también puede ser leído.

Sí, queridos, porque cuando se trata de los asuntos del corazón y sus entresijos hay pasiones de tinta impresa para todos los gustos, desde clásicos y narrativa erótica para quienes optan por consagrarse a San Calentín .

Ya sean pasiones arrebatadas, trágicas o con final feliz firmadas por pesos pesados de la literatura, o relatos cargados de sensualidad y sexo que inflaman el ánimo del más apático e inspiran al menos imaginativo, el origen es el mismo: las grandes pasiones.

Así que tanto si estás enamorado como si no, la opción de una velada literaria que acompase los latidos de tu corazón al vaivén de las páginas es algo a tener en cuenta.

Aquí van algunas sugerencias reginas:

Romeo y Julieta, de W. Shakespeare. Símbolo universal del amor juvenil contrariado, cuenta la trágica historia de la intensa pasión que une sin remedio a los dos vástagos de estirpes rivales en la Italia medieval.

Carmen, de P. Mérimée. Cómo la cigarrera gitana –mitad ángel, mitad demonio– con una belleza tan ideal como lasciva hace de un soldado ejemplar un desertor y un asesino en la España posterior a las guerras napoleónicas.

Memorias de África, de Isak Dinesen. Tras su fracaso matrimonial en Kenia, una joven aristócrata danesa decide quedarse en África, cautivada por el continente y por un irresistible aventurero inglés.

Cyrano de Bergerac, de E. Rostand. En el París del siglo XVIII, un caballero de gran ingenio y mayor nariz escribe las cartas de amor que su amigo envía a la mujer de la que él está también enamorado en secreto.

Veinte poemas de amor y…, de Pablo Neruda. Todo aquello que sentiste y fuiste incapaz de expresar está atrapado en los versos de este pequeño gran clásico de Pablo Neruda.

Cumbres borrascosas, de Emily Brontë. La trágica historia de amor en los brumosos páramos de Yorkshire entre la apasionada Catherine y el atormentado Heathcliff es sin duda uno de los romances más inolvidables de la literatura de todos los tiempos.

Orgullo y Prejuicio, de Jane Austen, que disecciona con exquisitas ironía y sagacidad a la clases altas británicas de principios del SXIX, en concreto del clan Bennet y el afán de la madre por casar a sus cinco hijas. Se iniciará así un baile de ardides y desencuentros entre Jane y Lizzy y dos ricos herederos, que mantendrán al lector absorto en un glorioso enjambre social.

Carta de una desconocida, Stefan Zweig. Dotada de una exquisita sencillez es una de esas minúsculas novelas que horadan una profunda huella en el ánimo. En ella, Stefan Zweig da voz a una mujer que, tras consagrarse a un hombre para quien ella sólo existió en tres encuentros fugaces, le escribe una carta póstuma que arrancará su recuerdo del olvido al que él la relegó. Una pequeña gran obra de arte.

Y vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, ¿celebráis San Valentín o San Calentín? ¿Regaláis libros a vuestras parejas? ¿Qué novela o novela os ha marcado? ¿Qué título añadiríais a mi breve lista?

«Joeee, mama, ¿Y eso me lo tengo que leer YO?»

Con lo dada que soy yo a somatizar por la epidermis no podía ser de otra manera: hoy echo el cierre con el sarpullido puesto. Y la verdad es que no sé qué me escuece más, si la erupción cutánea en sí o su causa: una intolerancia congénita a según qué estados carenciales de interés bibliófilo en terceros.

Aunque la cosa me enerva, me escandaliza y me entristece es cierto que hay casos en que aún podemos atajar el mal. Y como el de ésta tarde me da a mi en el pelucón que ha sido uno de ésos, los picores son molestos, sí, pero tolerables con la ayuda de algún remedio casero.

Veréis, la cosa empezó así: una madre y su hija adolescente adentrándose en reginaexlibrislandia. Mientras la retoña parlotea por el móvil, la señora me planta frente al pelucón un pedazo de papel diciendo:

– Clienta: ¿Tiene esos libros?- Regina: ¿A ver? Si, un segundo que se los traigo.

– C.: ¡Pero tienen que ser esos, en esas editoriales y todo!

– R.: Si, si, no se preocupe.

– C.: Es que son para la nena, ¿sabe? Y el profesor es un tiquismiqui. Como no le lleve justo los que ha pedido me la suspende sin más.

– R.: Bueno, imagino que si él ha elegido esos títulos en esas ediciones por algo será, así que vamos a por ellas.

– C.: Vale, aquí esperamos. NENA, ¿QUIERES DEJAR YA EL MALDITO TELÉFONO? VAMOS QUE LLEVAS TODA LA SANTA TARDE PEGADA…

– R.: Mire, aquí están: El guardián entre el centeno, de J.D. Salinger, en Alianza; El misterio de la cripta embrujada, de Eduardo Mendoza en bolsillo; la Apología de Sócrates, de Platón, en Espasa-Austral, y Romeo y Julieta, de Shakespeare también en Espasa-Austral.

– C.: Uy, ¡qué maravilla, así no tengo que pasearme! Mira, nena, están todos tus libros.

– Chica: Joeee, mama, ¿Y eso me tengo que leer? Pues vaya planazo…

– C.: Al menos mientras te los estés leyendo dejarás un poquito el dichoso teléfono.

– R.: Bueno, igual te sorprenden y hasta te gustan

– C.: ¿Cuáles, uno de ÉSTOS? Bahh

– R.: Mira, éste, por ejemplo, va de un chico de tu edad al que expulsan de la escuela y decide pasarse unos días el solito en Nueva York gastándose todos sus ahorros antes de volver a casa a dar la noticia a sus padres…

– C.: ¿Éste, el blanco?

– R.: Si, ese, el de Salinger.

– C.: No se yo…

– R.: Y con el de Mendoza te vas a reír, y llorarás con el de Shakespeare

Y antes de que acabara la frase Shakira a pleno pulmón polifónico me puso el corazón en la punta del pelucón: el móvil de la muchacha. Mientras tanto, la madre alzó la vista al techo de reginaexlibrislandia como buscando por entre mis grietas un último resquicio de paciencia. Pagó y se fueron.

Pero tras su estela a mi me quedó la duda: ¿lograrán Salinger, Mendoza, Shakespeare o Platón encerrar a la criaturita en una gloriosa jaula de letras, esa de la que yo no escaparía ni por todo el oro de un jeque árabe?

¡Hagan sus apuestas! Y si no, díganme, regislandianos de pro, ¿qué libro les clavó en el sendero de las letras? ¿La lectura obligada de qué libro en la escuela empezó siendo un tormento para terminar como una fantasía alucinante?

Atrapada en el tiempo: todos los días son 23 de abril en reginaexlibrislandia

No exagero si os digo que en reginaexlibrislandia celebramos un Día del Libro permanente.

Si, queridos, porque en mis confines el tiempo se mide en función del calendario Regino, según el cual todo empieza y acaba este 23 de abril varado entre el a.r. (antes de reginaexlibrislandia) y el d.r. (después de reginaexlibrislandia).

Eso de puertas para adentro, claro, más allá del portón la realidad manda.

Y aunque yo compagino divinamente ambas temporalidades, os mentiría si os dijera que ninguno de mis libreros ha tenido algún que otro problemilla de adaptación a lo Bill Murray en la fantástica película Atrapado en el tiempo (Groundhog Day o El Día de la Marmota).

Va el trailer:

Pero así como os digo un a cosa os cuento la otra, y cuando todos mis libreros lograron adaptarse a este nuestro bucle temporal todo va como la seda en reginaexlibrislandia, la verdad, y estamos tan felices en nuestro 23 de abril perpetuo.

Así que durante el día de hoy, queridos, lo que nos limitaremos a hacer será dejar las puertas de la librería abiertas de par en par y de la mañana a la noche para entregarnos a esta mágica y única jornada en la que los calendarios regino y gregoriano por fin se solapan. Y celebraremos, con la venia de la UNESCO desde 1995, el Día Internacional del Libro y de los Derechos de Autor y la Diada de San Jordi en Cataluña.

Bueno, haremos eso, regalaremos rosas rojas a nuestra querida «carne de reginaexlibrislandia» y brindaremos una y mil veces por la salud letra impresa.

Y vosotros, queridos, ¿hacéis algo diferente el Día del Libro, como regalar ejemplares a vuestros seres queridos?

Si es así, ¿qué libros regalaréis y por qué?

¿La lectura de qué novelas haría de Zapatero un mejor presidente?

No hay manera, queridos, el día que amanezco en plan mántrica con una idea en el pelucón no hay quien me saque de ahí.

Cuando eso ocurre, el resto del universo se diluye en sombras chinescas ante las que mis cinco sentidos ni se inmutan. Unos lo llaman personalidad obsesiva, pero a mi me gusta llamarlo focalización, ya que proyecto el haz de luz de mi inteligencia sobre un único punto. Si, algo así como una bandera japonesa mental.

El caso es que la reciente sobreexposición a debates electorales, bombardeos mediáticos y demás estímulos no-literarios marca 9-M sumada a mi permeabilidad espiritual congénita forjaron en mi la inesperada pero firme necesidad de tomar parte activa como librera vocacional en esta nuestra Democracia.

Decidido eso ya sólo me quedaba saber cómo demonios hacerlo. ¿Cómo?

Y en esas estuve mentalmente varada día y noche ayer y hoy hasta que, de pronto, la respuesta se materializó ante mi en boca de un cliente que vino en busca de Vida de Pi, de Yann Martel.

Sólo cuando el caballero se fue con el libro yo vi la luz:

¡Claro, Yann Martel! Regina, cielo, pareces boba… ¿cómo ibas tu a hacer algo por la Democracia? ¡A librazo limpio, por supuesto! ¿De qué otra forma si no?

Si, queridos, resulta que hace casi un año leí que Yann Martel decidió ‘ilustrar’ y ‘sensibilizar’ públicamente al conservador Stephen Harper, recién elegido primer ministro canadiense.

Su idea era enviarle durante un año y cada dos semanas un libro, con su correspondiente misiva a modo de prólogo. A día de hoy, la web ‘¿Qué lee Stephen Harper?’ en la que Martel da cuenta de sus envíos, sigue on line.

Así que esta reinona que en su día cayó rendida a los pies de la iniciativa letrada de Martel se ha pasado la tarde pensando qué lecturas podrían hacer de Zapatero un mejor presidente, qué libros le harían reflexionar, o de la mano de qué autores podría afrontar más lúcidamente los próximos cuatro años de legislatura.

Y si, divinos, hubiera hecho lo mismo de haber ganado ‘el otro’. La cosa es modelar espíritus a librazos, da igual de qué lado bailen los condenados.

Ahí van mis 24 sugerencias de lecturas para Zapatero, de aquí a marzo del 2009:

La Metamorfosis, de Kafka.

Los Miserables, de Victor Hugo.

Mi familia y otros animales, de Gerald Durrell.

La invasión de Sicilia por los osos, de Dino Buzzati.

El Quijote, de Cervantes.

Las uvas de la ira, de John Steinbeck.

Tao Te King, de Lao Tse.

Moby Dick, de H. Melville.

Calígula, de Albert Camus.

El emperador, de R. Kapuscinski.

Merienda de negros, de Evelyn Waugh.

El Principito, de Antoine de Saint Exupery.

Cartas a un joven poeta, de Rainer María Rilke.

La Regenta, de Clarín.

Sobre héroes y tumbas, de Ernesto Sábato.

El festín de Babette, de Isak Dinesen.

Ricardo III, de W. Shakespeare.

Crónica de una muerte anunciada, de García Márquez.

El hombre que sabía demasiado, de G.K. Chesterton.

El Aleph, de Borges.

Cándido, de Voltaire

Memorias del subsuelo, de F. Dostoievski

El beso de la mujer araña, de Manuel Puig

Carta de una desconocida, de S. Zweig

Y vosotros, queridos, ¿qué libros recomendaríais a Zapatero para hacer de él un mejor presidente? ¿Qué lecturas podrían orientarle en su mandato?