Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
ya sea entre anaqueles o travestida
en iRegina, su réplica digital

Entradas etiquetadas como ‘Rüdiger von Schlotterstein’

El pequeño vampiro regresa de la bibliocripta (editorial)

No hay nada como desenterrar un personaje al que algún lector daba por muerto (léase descatalogado) para revitalizarme la bibliofilia. A mí y al contertulio de turno, claro, porque ese tipo de bibliorenacimientos son como un géiser de subidón libresco que lo impregna todo y a todos en un amplio radio de acción. Mi último no-muerto ha sido El Pequeño vampiro, de Angela Sommer-Bodenburg. ¿Os suena?

La cosa ha sido así: estaba yo plumero en mano dándole un repasito mañanero a las baldas de infantil, cuando un reginaexlibrislandiano asiduo me sorprendió en plena faena:

Cliente: ¡Hola, Regina! ¿Te llegó lo mío?

Regina: ¿Eh? ¡Ah, hola! ¡Sí, espera, te lo doy ahora mismo!

Cliente: Espera, espera… ¿qué tienes ahí?

Regina: ¿Aquí? Pues, no sé, ¿libros?

Cliente: ¡Ya, hombre, ya! Me refiero a ESE. No me digas que es El Pequeño Vampiro

Regina: Pues sí, de Angela Sommer-Bodenburg ¿por?

Cliente: Madre mía, Regina, pero si pensé que ya NO existían esos libros. ¡A mí me encantaban de pequeño! ¿A ver?

Regina: Aquí lo tienes, sí, señor. El pequeño vampiro, de Angela Sommer-Bodenburg. Nació a finales de los setenta en Alemania, aunque en España fue un bombazo en los noventa. Inicia una serie de aventuras bibliófilovampíricas protagonizadas por pequeños tunantes con “colmillos de leche”. Entrañable, divertido y con cierto tufillo a moho y a cripta… 

Cliente: ¡Ya ves! Pero eran muchos libros, ¿no? ¿los tienes todos?

Regina: La colección eran 22 títulos. Bueno, eso cuando estaban en el catálogo de Alfaguara infantil…

Cliente: ¿Y no los tienes?

Regina: Solo tengo dos, porque ahora mismo en circulación solo hay dos, editados por Loqueleo: El pequeño vampiro y El pequeño vampiro y la gran pregunta, que además son los números 1 y 22 de la serie.

Cliente: Pero, ¿puedes conseguirlos? Te juro que pensaba que estaban descatalogados…

Regina: ¡Uf! Pues me temo que no. Al menos hasta que Loqueleo reedite los otros 20 títulos. Le pondremos una velas a la Providencia Librera, a ver si mueve sus hilos…

Cliente: Pues a ver si se dan vida, Regina. Mira yo, de momento, me llevo esos dos, que a Hugo seguro que le encantan. Había uno supergracioso, creo que era el primo de Rüdiger… que se convirtió en vampiro en plena adolescencia y ahí se estancó: desgarbado, muy irascible y con gallitos en la voz

Regina: ¡Ja, ja, ja! ¡Lumpi, ‘el fuerte’, el hermano mayor! El pobre está atrapado en una pubertad eterna. Y luego estaba Anna, la pequeña. Y los padres de Anton y de Rüdiger, y el cazador de vampiros. ¡Vaya cuadro!

Cliente: ¡Si, sí! Y con las criptas, las mudanzas y los ataúdes. ¡Eran libros muy divertidos!

Regina: Te daban ganas de que apareciera un Rüdiger en tu cuarto, ¿eh? Bueno, y luego hay por ahí series de tv y un par de películas, pero NADA como los libros con esas ilustraciones

Cliente: ¡Cierto! Hace mucho vi una serie y menudo bajón… Las pelis no las vi. Pero, bueno, al menos para mi hoy Rüdiger vuelve de entre los muertos, ¡jajajaja!

Y se fue ojeando El pequeño vampiro con una sonrisa que le daba la vuelta a la cabeza y con El pequeño vampiro y la gran pregunta bajo el brazo. Me apuesto el pelucón a que antes de dárselos a su sobrino se pasa un ratito con ellos…

Y yo, por mi parte, me tomé un descanso para releerlo también, que esta bibliofagia mía es muy del tantra libro veo libro leo, y El Pequeño Vampiro siempre fue mi debilidad.

Porque las aventuras de Rüdiger von Schlotterstein y del resto de la troupe de Angela Sommer-Bodenburg son divertidas, emocionantes, disparatadas, empáticas con quien es diferente, y tienen ese toque entre siniestro y tierno que tan bien reflejan las ilustraciones de Amelie Glienke que, por suerte, el sello Loqueleo mantiene en sus ediciones.

Así que tanto si Rüdiger o cualquier otro von Schlotterstein os convirtió en bibliovampiros en su día pero lo olvidasteis, como si nunca llegó a hincaros el colmillo echadle un vistazo a los libritos si tenéis pequeños lectores a tiro… que Rüdiguer anda suelto por las librerías y busca carne trémula lectora para bibliofilizar.

Y es ese tipo de títulos y de personajes que adoran desde el primer bibliomordisco. Palabra de Regina ExLibris.