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Reflexiones de una librera
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¡Cavafis en el anuncio del Seat Exeo!

Si el día que vi cómo utilizaban En el Camino de Jak Kerouac para anunciar un BMW no supe cómo encajar con gracia el golpe catódico, ayer el visionado a traición del spot del nuevo Seat Exeo me dejó petrificada en el sofá, no si antes arrancarme un:

PERO, PEEERO… ¡ESO ES DE CAVAFISSSSSSS!

Allí estaba yo, con los globos oculares como melones y la tortilla solidificada en la tráquea, recitando los mismos versos que me escupía la voz en off desde el televisor.

Para los que aún no lo hayáis visto, aquí está el spot:

 

Sí, queridos, sí. Se trata de Itaca, uno de los 154 poemas que Constantino Cavafis (1863-1933) consintió en publicar, más otros tantos que no pasaron la purga del poeta, autoexigente hasta el delirio con sus partos literarios.

Aquí os dejo el poema íntegro en una de sus múltiples traducciones, una maravilla absoluta en mi regina opinión:

 

 

¿Os parece que está bien llevada la esencia del poema de Cavafis al concepto del anuncio del Seat Exeo?

Desde Seat explican así su campaña:

 

 

En su poema original, el poeta griego nacido en Alejandría brinda su magistral homenaje a La Odisea de Homero, el maravilloso poema épico de más de 12.000 versos en el que el héroe Odiseo (Ulises en latín) narra su vuelta a Ítaca tras la Guerra de Troya.

Se trata de un viaje alucinante desde el momento en que su protagonista explica por qué tarda 10 años en cubrir una distancia marítima que no requería más que unos cuantos días de navegación.

En una primera escala Odiseo/Ulises vence al cíclope Polifemo, lo que desata la ira de Posidón, su padre, que maldice al rey de Ítaca asegurándose de convertir la simple travesía de vuelta en un infierno sembrado de obstáculos, trampas y peligros.

Y ahí se inicia su fabulosa marcha por un mar mítico poblado de criaturas monstruosas, pérfidas sirenas, arrebatadoras ninfas y letales hechiceras hasta llegar al mismísimo Hades para averiguar el camnino de regreso a su añorada Itaca, donde le aguardan su mujer Penélope, su hijo Telémaco, su perro Argos y una última prueba…

La grandeza de Odiseo/Ulises es, más allá de su audacia sin fin, que exprime cada aventura sin dejar de pensar en su reino, es decir, es consciente de dónde viene y hacia dónde se dirige. Le mueve la nostalgia del regreso, pero en su interior se solidifica la certeza de que está donde debe estar. De una y de otra saca fuerzas y ánimos cuando todo se le viene abajo…

Como veréis, la simbiosis entre los textos de Homero y Cavafis es total, y el poema del segundo intensifica la esencia del mismísmo Odiseo.

Pero, ¿y el spot?

No sé qué pensaréis vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, pero si con el anuncio de BMW-Keruak se me dispararon las ventas de En el Camino, lo que significa que la campaña despertó el apetito lector de muchos, ¿creéis que el spot del Seat Exeo animará a alguien a leer a Cavafis y, ya metidos en harina, al mismísimo Homero? ¿A vosotros, quizás? ¿Cómo veis la reciente querencia de los publicistas por la Literatura?

 

 

Yo, si me lo permitís, os recomiendo encarecidamente tanto a Cavafis como a Homero… Regina dixit.

«¿Y por qué no está mi libro más a la vista en tu librería?»

Ay de mi, queridos, hoy perdí el control, los papeles y casi hasta la cabellera, que aún humea de pura rabia. Y sé que como no me apacigüe y deje de corretear por ahí con el pelucón en llamas algún iluminado que haga el seguimiento por satélite de la antorcha olímpica me va a tomar por ella y la vamos a liar, queridos.

La cosa es que en unos segundos y por culpa de terceros dejé de ser la apacible y equilibrada Regina ExLibris para convertirme en Reginator, una criatura infernal envuelta en llamas y hecha a retazos de monstruos de celuloide, bestias literarias y engendros oníricos que relega a la mismísima Gozilla a la irrisoria y aberrante categoría de figurita de salpicadero de coche tuneado, con sus ojillos lumínicos y todo.

Estaba yo divinamente en reginaexlibrislandia cuando otro librero, una inocente víctima del destino y la casualidad, recordó que tenía un recado que darme:

Librero Inocente: Ah, Regina, por cierto, ¿Tenemos el libro XXXX de YYYY?Regina: Pues sí, hay uno en balda y cuatro para reposición bajo esa mesa… ¿por qué?

(Nota para posible dramatización: ese «por qué» fue tan cortante que con él podría descabezarse a la mismísima María Antonieta de una sola vez: ¡ZAS!)

L.I.: Porque hace un rato llamaron de la Editorial ZZZZ preguntando por él.R.: ¿Y eso?

L.I.: Pues dijeron que YYYYY estuvo el otro día por aquí, y que les llamó para quejarse porque no vio su libro XXX en esta libr…

Antes de que el pobre infeliz tuviera tiempo de terminar su frase y cerrar la boca mi atroz metamorfosis era un hecho consumado. Medía diez veces más (a lo ancho y a lo alto), mi pelucón era todo llamaradas y mi voz doblaba el acero y taladraba los tímpanos:

R.: ¿Y DE QUÉ DEMONIOS HABLAN ESOS? ESTO ES UNA LIBRERÍA, NO UN ALTAR EN HONOR A SU MAJESTAD-DE-LETRA-CAÍDA …. QUE DEN GRACIAS QUE AÚN TENGO ESOS CINCO EJEMPLARES, PORQUE NO HEMOS VENDIDO NI UNO, NI UNO SOLO DE ESA PUÑETERA OBRA MAESTRA EN CASI TRES MESES.L.I.: Pe-pe-pero cálmate, Regina, déjal…

R.: ¡NO!, TRAE, DAME EL NÚMERO QUE LES VOY A LLAMAR YO PARA QUE ME PASEN CON YYYY, QUE ME DIGA DÓNDE QUIERE SU ALTEZA QUE COLOQUE SU LIBRO…. ¿EN EL ESCAPARATE? ¿TODA UNA BALDA CON EJEMPLARES FRONTEADOS, QUIZÁS? O, MEJOR AÚN, ¿QUÉ TAL SI CONSAGRO TOOOOOOODA REGINAEXLIBRISLANDIA A ESE TÍTULO? ¿LE BASTARÁ ESO? A VER SI SE ATREVE A DECIRME A LA CARA CÓMO LLEVAR MI LIBRERÍA Y DE PASO LE DIGO POR QUÉ PARTE DE SU ANATOMÍA POR LA QUE NUNCA SALE EL SOL SE PUEDE METER LAS DOS COSAS, SU NOVELITA Y SUS SUGERENCIAS…

Estaba total y absolutamente fuera de mi, y para cuando terminé de pegar voces y de despotricar me había quedado sola en la librería.

El caso es que, aunque quizás pelín desproporcionada, mi reacción es, cuando menos, comprensible.

Vereis, como librera hay días en que me siento como el único pato de una caseta de tiro al blanco: cosida a perdigonazos por comerciales de todas las editoriales catálogo en mano.

Su tarea es vendérmelos -cuantos más, mejor-, y la mía escucharles, investigar, leer y decidir con qué títulos me quedo y cuáles descarto, siempre pensando en lo que esperan encontrar en mis confines quienes yo llamo cariñosamente ‘carne de reginaexlibrislandia’: mis clientes.

En un mundo ideal YYYY hubiera venido a nosotros para preguntarnos qué nos pareció su novela, en lugar de ir a vociferar al pobre esbirro de la megaeditorial de turno sobre la insuficiente visibilidad de sus ejemplares en las librerías.

Pero, por desgracia, esta es la dura realidad y así son las cosas… de reginaexlibrislandia para fuera, claro, porque aquí dentro ¡NO! Al menos mientras yo ande por aquí, palabra de Regina.

Y vosotros, ¿cómo lo veis? ¿Quién hace las librerías, los grandes grupos editoriales o los libreros?