Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
ya sea entre anaqueles o travestida
en iRegina, su réplica digital

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Hazte un bibliofavor y lee ‘Alta Fidelidad’ de Nick Hornby si no lo has hecho ya

En la librería nos pierde la bibliofagia, la cafeína, la cinefilia y la melomanía. Por eso cuando prescribimos libros como Alta fidelidad, de Nick Hornby, que toca todos esos palos, el subidón es cuádruple aunque agridulce.

Alta fidelidad, novela y película homónima

Alta fidelidad, novela y película homónima

Agridulce porque tenemos tan interiorizada esa novela como de culto -al menos entre cierto perfil lector y de edad- que cuando alguien nos dice que aún no la ha leído o, peor aún, que no conoce la novela, la bibliofilia se nos congela en el rostro en una mueca fugaz que revela estupefacción y desconcierto.

Pero pasados unos segundos irrumpe el ansia por dar de leer Alta Fidelidad, y el silencio incrédulo deja paso al biblioentusiasmo histérico. Llegados a este punto no hay quien nos pare: somos una máquina de biblioprescripción masiva.

Y justo ayer uno de mis libreros y yo vivimos uno de esos ‘momentos altafidelidadianos’ en reginaexlibrislandia con dos chicos jóvenes que se adentraron en nuestros confines en busca de la colosal Patria, de Aramburu.

Se materializaron frente al escritorio con el ejemplar de Tusquets en la mano, mientras mi librero y yo punteábamos albaranes:

Regina: ¡Hola!

Cliente 1: ¿Qué tal? Mira, me llevo este para mi madre… y bien, ¿no?

Regina: Es un pedazo de novela, sí. Para cualquier perfil lector.

Cliente1: Sí, eso he leído por ahí. Igual hasta me lo leo yo también, no sé

Cliente2: ¿Tú? ¿te lo vas a leer tú? Eso tengo que verlo, chaval

Cliente1: ¡Serás capullo!

Cliente 2: A ver, tío, que tú no eres de leer. Entre María, la música y la play sencillamente NO tienes tiempo. Y aunque lo tuvieras….

Regina: ¡Ah! ¿Melómano? Entonces, ¿te suena Alta Fidelidad?

Cliente 2: ¿De los equipos, no?

Cliente1: ¡Ja, ja, ja! ¿Qué dices, tío? ¡Se te va mucho! Me suena de algo, sí, pero no sé

Regina: Es una novela de Nick Hornby de mediados de los 90. Va sobre un treintañero melómano que lleva una tienda de vinilos en Londres. Hazte un bibliofavor y léetela, porque te va a entusiasmar.

Cliente1: Espera, espera… ¿pero eso no era una peli?

Cliente 2: ¡Sí! Con el tipo este, cómo se llama… ¡Cusack! ¿no? ¿O qué?

(Alta fidelidad, 2000 / Touchstone Pictures)

(Alta fidelidad, 2000 / Touchstone Pictures)

Regina: Sí y no. Hay una peli, sí, dirigida por Stephen Frears que se basa en la novela.

Cliente1: La peli si la he visto, pero hace mucho. ¿No salían unos colgaos que se pasaban la vida haciendo listas? Unos locos de la música, ¿no?

Regina: Sí. Pues la novela es mejor que la película, que es un clásico ya. Muy, muy divertida y bastante reveladora, la verdad. Y con muchas referencias musicales.

Cliente1: ¿Y la tienes?

Regina: De Alta fidelidad siempre tengo ejemplares en la recámara…. Por aquí nos encanta a todos.

Cliente 2: ¿Y dos? Si ves que tal me la llevo yo también.

Cliente1: Pero, tío, ¿seguro? Ya te la paso yo luego

Cliente 2: No, no. Tiro para el norte el fin de semana y de pronto como que me ha apetecido.

Y se fueron con sus dos ejemplares de Alta Fidelidad, NO hizo falta que mi librero y yo cruzáramos apuestas sobre si les enganchará o no el biblioartefacto de Nick Hornby: ambos sabemos que les va a encantar.

En lugar de eso nos abalanzamos sobre el ordenador para reponer los dos ejemplares a la velocidad de la luz. Que ese sí que es un libro de fondo que hay que tener en balda. Al menos en reginaexlibrislandia. Palabra de Regina ExLibris.

NOTA DE REGINA EXLIBRIS

Alta fidelidad. Nick Hornby. Anagrama. Título de referencia aunque no pionero del subgénero de las novelas de rock nos introduce al ya legendario Rob, un treintañero adicto a la música pop que regenta una tienda de vinilos en Londres con dos ayudantes. Solo vende lo que él escucha y, además, en vinilo, así que a falta de clientela, este trío de melómanos compulsivos pasa el rato confeccionando listas de temas –y de lo que se tercie, desde películas a vestimenta– para cada ocasión (rupturas, funerales, citas…). Cuando su novia lo deja por otro, Rob escarba en su pasado emocional para demostrar que esta ruptura no es tan traumática como lo fueron otras, esas que reblandecieron su autoestima transformándolo, siempre al son de hits pop, en un hombre inmaduro, inseguro y melancólico. Hornby realiza una divertida disección de un treintañero con síndrome de Peter Pan con chupa de cuero, que no sabe si quedarse con los niños perdidos en el País de Nunca Jamás tarareando viejos hits de adolescencia o crecer y fugarse con Wendy al mundo real. Divertido, lúcido y conmovedor esbozo del sexo y la masculinidad, la memoria y la música desde el punto de vista masculino, y con banda sonora incluida. ¿Quién da más?

Alta Fidelidad (La conjura de la risa)

 

Y para terminar e ir haciendo bibliosalivar a potenciales lectores o relectores os dejo con el trailer de la película Alta fidelidad, dirigida por Stephen Frears en el 2000:

Trivial: ¿Cuánto sabes de la novela ‘El Gran Gatsby’, de F. Scott Fitzgerald?

(El gran Gatsby, 1974 / Paramount)

(El gran Gatsby, 1974 / Paramount)

En el verano de 1922 Nick Carraway se topa con un héroe de la IGM, de enigmático pasado y cuya fortuna es tan inmensa como dudosa. Su historia es la de una caída tras la que solo queda el desarraigo. Una novela sobre las ilusiones perdidas que retrata a una generación consagrada al exceso hasta que el crack del 29 dio el fin de la fiesta.

Si eres de los que sí leyó la novela atrévete con el bibliotrivial ‘El Gran Gatsby’ de Regina ExLibris. ¿Listo para demostrar lo gastbyano que eres? ¡Vamos!

 

Trivial: ¿Cuánto sabes de la novela ‘El perfume’, de Patrick Süskind?

(El Perfume, 2006 /Constantin Films)

(El Perfume, 2006 /Constantin Films)

El grotesco y genial protagonista de El Perfume de Patrick Süskind no despide ningún olor, pero posee un olfato prodigioso que le convierte en un afamado perfumista cuyas creaciones enloquecen a Francia. Pero sus esencias requieren de un ingrediente secreto: fluidos corporales de jóvenes vírgenes a quienes sacrificará para destilar sus fragancias íntimas. Un novelón que te entra por los cinco sentidos.

Si eres de los que sí leyó la novela demuéstralo respondiendo al trivial ‘El Perfume’ de Regina ExLibris. ¿Listo para demostrar tu olfato patricksuskindiano’? ¡Vamos!

 

‘La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey’: llegan la peli y la nueva edición de Salamandra

Los bibliófagos del mundo estamos de enhorabuena. No solo llega a los cines la adaptación de La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey, una novela de esas sobre la pasión por la lectura y por las que un bibliófilo saliva, sino que además Salamandra rescata el título de entre los descatalogados (¡sí, arg!) y lanzará su nueva edición finales de mayo. (Aquí es donde me pongo a bailar sobre el mostrador).

(The Guernsey Literary and Potato Peel Pie Society / StudioCanal)

(The Guernsey Literary and Potato Peel Pie Society / StudioCanal)

Para mi, como devota de cualquier libro que vaya sobre libros, librerías, lectores, librópatas y cualquier criatura bibliófaga real o inventada, La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey es un título que prescribo a mansalva en reginaexlibrislandia y, más aún, que me piden reginaexlibrislandianos por el boca-oreja-lector (sí, queridos, me lo han pedido incluso así: Busco un libro sobre un marrano, los nazis y un club de libros).

Pero por desgracia, ya desde mediados de 2017 conseguir ejemplares llevaba siendo un verdadero quebradero de pelucón hasta que me descabezaron con el tan temido:

“Mmm, no, Regina, ese título ya está descatalogado por la editorial”

Pero como la Providencia Librera aprieta pero no ahoga, poco después me llegó el soplo del rodaje de la adaptación homónima.

Así que pensé:

“Uy, nena, respira que mientras haya película a la vista hay esperanza de reedición”

Y, oye, tal cual.

Sinceramente pensaba que sería el sello RBA quien reimprimiera, pero no. Ediciones Salamandra publicará la novela y en reginaexlibrislandia ya esbozamos esa sonrisita entre bobalicona y tierna mientras contamos las horas para recibir a ese delicioso artefacto libresco entre anaqueles en la librería.

(The Guernsey Literary and Potato Peel Pie Society / StudioCanal)

(The Guernsey Literary and Potato Peel Pie Society / StudioCanal)

Y es que, queridos, la novelita epistolar de Mary Ann Shaffer & Annie Barrows (tía y sobrina, la primera falleció antes de publicarla, la segunda nos hizo un bibliofavor llevándola a imprenta) es una auténtica delicia.

Una novelita epistolar que se lee en un “aysss”, pero que está cargada por el amor a los libros y a la lectura, que te absorbe, te emociona y te hace reír a partes iguales.

Es una lectura terapeútica, de esas para inducir un coma libresco a tu bibliofilia, que es del mismo bibliopelaje que otras  dos delicias bibliófilas: la mítica 84 Charing Cross Road, de Helene Hanff, y  La Librería, de Penélope Fitzgetald. Palabra de Regina ExLibris.

NOTA DE REGINA EXLIBRIS

La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey

La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey

La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey. Mary Ann Shaffer. Salamandra. En el invierno de 1946, los londinenses retoman sus vidas desde los escombros de su ciudad tras la II Guerra Mundial. Entre ellos, la escritora Juliet Aston, que mientras busca un tema para su nuevo libro recibe la carta de un desconocido de las islas del Canal a cuyas manos llegó un volumen sobre Charles Lamb que le perteneció. Así es como Juliet descubre La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey y de sus estrambóticos y entrañables miembros, a quienes la bibliofilia compartida hizo más llevadera la ocupación nazi y los horrores de la guerra. Juliet no tardará en viajar a Guernsey, donde además de inspiración encontrará su destino. Un delicioso, magnético y divertido relato en el que Shaffer da una lección de vida, de amor a la literatura, de sentido del humor y de saber hacer. NOTA: la cubierta es la edición de RBA porque la de Salamandra aún está «en el horno»

La película, dirigida por Mike Newell, inaugura el día 20 el BCN FILM FEST 2018 y tiene un auténtico pintón. Como aperitivo de la película y de la nueva edición de La Sociedad Literaria y el Pastel de Piel de Patata de Guernsey en Salamandra, os dejo el trailer:

  • Y vosotros, queridos, ¿leísteis La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey?
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Por qué leer ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’ tanto si viste la peli como si no

Ha muerto el gran cineasta Milos Forman. Adaptó de forma colosal la novela ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’, de Ken Kesey, uno de los libros fetiche de reginaexlibrislandia. Las dos versiones, en tinta y en celuloide, son obras de arte con mayúscula.

(Alguien voló sobre el nido del cuco, 1975 / United Artists)

(Alguien voló sobre el nido del cuco, 1975 / United Artists)

Pero como suele ocurrir, ambas obras no corrieron la misma suerte: mientras la película homónima de Milos Forman se llevó a mediados de los setenta no uno, sino cinco de los premios Oscar (mejor película, mejor director, mejor actor, mejor actriz y mejor guión adaptado) y se convirtió en cinta de culto en tiempo récord, la novela Alguien voló sobre el nido del cuco quedó relegada a un más que discreto segundo plano.

Y eso me saca de quicio, porque Alguien voló sobre el nido del cuco (Ken Kenswey, Anagrama) es un auténtico novelón, con una impagable galería de personajes y un mensaje tan demoledor e inquietante como, a ratos, tierno y a ratos hilarante.

Alguien voló sobre el nido del cuco

Alguien voló sobre el nido del cuco

Es el sobrecogedor retrato de los hospitales psiquiátricos de la norteamérica de los años 50 que es, más allá de su brillante adaptación cinematográfica homónima, un novelón de órdago. En ella Randle McMurphy finge estar loco para esquivar la cárcel y termina confinado en la sala del hospital psiquiátrico que dirige con mano de hierro Ratched, la sádica Gran Enfermera. McMurphy, vital, generoso, amoral y rebelde, librará desde su llegada una guerra sin cuartel contra la Gran Enfermera y su sistema represivo. Las batallas serán divertidas y cruentas; algunos internos perderán en ellas la vida, y otros descubrirán los encantos del sexo, la bebida, la libertad y la rebelión permanentes. Maravillosa crónica de un momento y un lugar que es a ratos espeluznante, a ratos tierna y otros incluso divertida. Palabra de Regina ExLibris.

No me malinterpretéis: la novela se lee, sí, pero menos de lo que merece. Y el nombre de su autor, Key Kensey, suena menos de lo que debiera. Es más: si la buscáis en una librería lo más habitual (salvo las excepciones de rigor) hay más probabilidades de que no la tengan en balda que de que sí os la podáis llevar puesta. Os la pueden conseguir, eso sí. Pero en stock son pocas las librerías que la incluyen en su fondo per se. Y es una lástima. Haced la prueba.

En reginaexlibrislandia siempre tenemos ejemplares porque nos encanta y porque la prescribimos a discreción. Este alguienvolósobreelcuconismo desmesurado me viene a mí de serie, y lo inoculo entre mis libreros y entre mis reginaexlibrislandianos asiduos o esporádicos a destajo.

Y os diré que aún no ha llegado el día en que un lector al que prescribí Alguien voló sobre el nido del cuco haya vuelto para decirme algo negativo de la novela. Todo lo contrario.

Aunque este post es, obviamente, una lanza por la novela original os dejó el trailer al peliculón homónimo de Milos Forman para que veáis que me he sacudido el bibliorencor a librazos ;P

¿Por qué el Don Draper de Mad Men debería leer ‘El Manantial’, de Ayn Rand?

El alcance de una serie televisiva como medio de biblioprescripción de masas es tan brutal que, como librera y bibliófaga, me alío sin titubeos con el “enemigo catódico”.

(Mad Men, 2007 / AMC)

(Mad Men, 2007 / AMC)

Es el caso de la colosal Mad Men, sembrada de referencias literarias de órdago, y a cuyo visionado se ha entregado con ciertos recelos y bastante retraso uno de mis reginaexlibridlandianos más asiduos.

Pero, por lo que me contó mi cliente libresco una vez empezado su maratón madmeniano parece que el entusiasmo le gana el pulso a la desgana:

Cliente: Buenísima, oye. Yo no sé por qué esperé tanto para ver Mad Men

Regina: Sí, querido, la verdad es que es de lo mejor que se ha hecho en TV

C.: ¡Es que me he visto la Temporada 1 prácticamente del tirón!

R.: ¡Ja, ja, ja! En su día yo también me pegué una buena “jartá”

C.: Es que además te quería comentar que en el capítulo 11, cuando el tal Bertram Cooper (ya sabes, el socio de más edad, ese que va descalzo y adora el arte oriental) le propone a Don hacerle socio éste se muestra encantado, pero le dice que él no quiere contrato.

R.: ¿y?

C.:  Pues que el Cooper se echa a reír y le suelta algo así como: “¡Ah! sabía que lo dirías. Ha hablado el inconformista. Te tengo que presentar a mi amiga, la Señorita Ann Ryde (o algo así creo que dice): a ella se le caerá la baba contigo”

R.: ¡Ah, sí! El tal Cooper es fanático de Ayn Rand, una escritora rusa que en los 40 publicó dos novelones tan polémicos como exitosos: El Manantial y La Rebelión del Atlas. La citan más veces en la serie, pero en esa escena el tiro iba más por El Manantial

El Manantial

El Manantial

C.:  Ah, ¿y por qué se supone que Don Draper debería leer ‘El Manantial’, de Ayn Rand?

R.: Bueno, parece que Cooper ve en Draper un clon de Howard Roark, que encarna al individualista nato. Y sí que parecen estar hechos por mismo patrón, la verdad. De ahí lo de que Draper se la leyera y lo de presentarle a su amiga, la propia Ayn Ran, que alucinaría con un ejemplar como Draper suelto por Madison Avenue.

C.: ¿Y es buena la novela? A mí, ahora que lo dices, me suena de algo…

R.: Para mí es un novelón. No es de lectura fácil, eso es cierto. Y te diré que quienes piensan que las letras son alimento básico del espíritu no pueden aplazar más la lectura de El Manantial, una novela audaz, incisiva y demoledora que fascina lo mismo que desconcierta y en la que cohabitamos en la piel de Howard Roark, un joven y brillante arquitecto decidido a ser él mismo que se ve obligado a luchar contra todos mientras es arrastrado por un tsunami emocional al toparse con la mujer de su vida. Un himno literario al individualismo  y al inconformismo que desdobla el mundo en dos planos enfrentados: cómo es y cómo debería ser. Lo dicho: demoledora y de una lucidez brutal.

C.: Pues sí que tiene buena pinta, sí. Y aunque me queda mucha Mad Men por ver puede que sí tenga Don Draper algo de esa novela.

R.: Bueno, también se filmó una adaptación homónima con guión a cargo de la propia Ayn Rand, y con Gary Cooper. Otro peliculón, todo sea dicho.

(El manantial, 1949 / Warner Bros.)

(El manantial, 1949 / Warner Bros.)

C.: ¡En blanco y negro, verdad! Sí, de eso me suena El Manantial entonces. Pero tampoco llegué a verla. Oye, pero, ¿tienes la novela?

R.: Sí, solo la edita un pequeño sello argentino y te aviso que tiene “letra hormiga”, pero cuando te metas en harina verás que hasta eso se te olvida.

Y mi reginaexlibrislandiano abandonó mis confines con su ejemplar de El manantial de Ayn Rand editado por Grito Sagrado, sello que tiene en su catálogo toda la producción literaria de la escritora rusa, que encabezó a denominada novela liberal, con la que abanderó la libertad personal de cada individuo y combatió el colectivismo en todas sus variantes.

Se puede estar o no alineado con el ideario aynrandiano, pero en según qué circunstancia, contexto histórico y situación, y despolitizando sus tramas, lo cierto es que cualquier cambio nace del individuo dispuesto a no doblegarse.

(Mad Men, 2007 / AMC)

(Mad Men, 2007 / AMC)

En este sentido, el Howard Roark de El Manantial es, sin duda, un héroe literario. Y puede que, a su modo y desde su despacho en la agencia de Madison Avenue, Don Draper también. Y, eso sí: la novela es un clásico que todos deberíamos leer. Y más con la que está cayendo ahí fuera, querid@s. Regina ExLibris Dixit.

Y como bonus el trailer de la adaptación que filmó King Vidor de El Manantial en 1949:

‘El Club de la Lucha’, una novela de culto de los 90 que deberías leer hoy

Si buscas una lectura que te deje K.O. ya desde el prólogo lee El Club de la Lucha, de Chuck Palahniuk. Así de tajante he sido hace un rato en la librería, cuando un reginaexlibrislandiano se adentró en mis confines en busca de una experiencia lectora intensa pero diferente. Muy diferente.

(El club de la lucha, 1999 / 20th Century Fox)

(El club de la lucha, 1999 / 20th Century Fox)

Pero, ojo, porque por diferente él, según me explicó, se refería a una trama de alto voltaje cuya bibliodescarga, lejos de limitarse a asegurarle un buen rato de evasión entre líneas, le sacudiera y le abrasara las entrañas, y algo más.

Que tuviera fondo, que le trasmitiera algo, que le hiciera pensar. Incluso que el propio libro le pidiera, una vez terminado, otra relectura.

Total, que con esos parámetros y por lo que me transmitió “todo él”, yo lo tuve muy, muy claro:

Cliente: ¿Sí? ¿El Club de la Lucha, dices?

Regina: Sí. Es una novela corrosiva, hipnótica, violenta, hilarante, apocalíptica y absolutamente despiadada, en la que Palahniuk vomita toda la rabia que condensaba como el joven de futuro incierto y frustrado que era él a mediados de los noventa.

Cliente: ¡Ufff! Vaya, sí, eso me suena. Lo que pasa es que ya vi la peli…

Regina: Sí, la que filmó David Fincher a finales de los 90, con Brad Pitt. Es una buena adaptación, pero te aseguro que la novela es canelita en rama. Ya no solo por la trama en sí, sino porque Palahniuk es un escritor más de verbo que de adjetivos. Es acción pura, y no solo por la trama, sino porque te noquea a palabras. Su lectura es hipnótica, pero no pierdes el hilo. Un hilo que, por otra parte, a lo que te lleva es a una crítica salvaje del consumismo extremo que parece haber dejado sin opciones a muchos. Te hace reflexionar sobre el mundo en que vivimos, sobre hacia dónde vamos y sobre cómo nos relacionamos con los demás y con las cosas.

Cliente: Sí, y me temo que veinte años después los nuevos treintañeros estamos más o menos igual. Ay que joderse, oye. En fin, me estas convenciendo, puede que sí sea justo lo que ando buscando.

Regina: Lo de que Palahniuk la “vomitara” es casi literal, porque la escribió en apenas tres meses. Y a un ritmo igual de vertiginoso fue best-seller y, de ahí, a libro de culto.

Cliente: No me extraña, ¡pero si a mí me suena hasta que se crearon “clubes de lucha” y todo! Aunque yo pensaba que venía de la película

Regina: Suele pasar. Lo de que la película eclipse al libro original, quiero decir. Pero aún no he conocido a alguien que haya leído el libro después de haber visto la película y se haya sentido decepcionado. Todo lo contrario, porque la novela tiene muchos matices y llama a relecturas y a múltiples interpretaciones. ¡Si ya desde el prólogo te descoloca soltándote que su novela es poco más que un Gastby moderno! Pero mejor ya no te digo más.

MI reginaexlibrislandiano se llevó su ejemplar de El Club de la Lucha, de Chuck Palahniuk totalmente convencido, tremendamente intrigado y cargado de biblioentusiasmo.

(El club de la lucha, 1999 / 20th Century Fox)

(El club de la lucha, 1999 / 20th Century Fox)

Mucho me equivocaré (pero mucho, mucho, querid@s) si no biblioatino con esta prescripción y el turbio pero carismático Tyron Durden se revela incapaz de atrapar a su lector en su frenética, violenta e hipnótica espiral narrativa.

Que yo,reginaexlibrislandianos queridos, sé de buena tinta que NO me equivoco. Y «lo sé porque Tyler lo sabe».

Pero en cualquier caso si me llego a equivocar prometo comentároslo. Palabra de Regina ExLibris ;P

El club de la lucha

El club de la lucha

NOTA DE REGINA EXLIBRIS

El club de la lucha. Chuck Palahniuk. Debolsillo.

Si lo que buscas es una novela demoledora que pulveriza a la sociedad de consumo, cargada de adrenalina y de violencia pero curiosamente reveladora, hazte con El club de la lucha, un libro de culto de Chuck Palahniuk con una exitosa adaptación cinematográfica en la que treintañeros oficinistas se despojan de corbata y zapatos para sacudirse la rabia, la frustración, la castración de su masculinidad y el vacío existencial a puñetazos mientras un narrador anónimo contempla esas peleas hasta la extenuación y con sus propias reglas como la terapia definitiva a sus males endémicos.

Y aquí, queridos, os dejo el trailer de la adaptación homónima de 1999 filmada por David Fincher:

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¡Aún puedes leer ‘Farenheit 451’ de Ray Bradbury antes de ver su peli en HBO!

Que no te pille el toro catódico sin que te hayas leído un clásico imprescindible de la narrativa distópica y específicamente prescrito para bibliófagos natos. Llegarás al punto y final on fire, palabra de Regina ExLibris.

Y ya vas just@,querid@, porque en breve la cadena HBO estrena su adaptación homónima – ojo, a película, no a serie- de ‘Fahrenheit 451’, el novelón del colosal Ray Bradbury, que en castellano edita Minotauro.

(Fahrenheit 451, 2018 / HBO)

(Fahrenheit 451, 2018 / HBO)

La novela es imprescindible a nivel literario per se, pero es que, además, toca un temita más que actual: el control de la información y la manipulación mediática.

Y en cuanto a su conexión con los bibliófagos…, solo os diré que hay párrafos cargados de hogueras de libros que aún soy incapaz de leer sin que a mi bibliofilia se le pongan los pelos del pelucón como escarpias. Algo espeluznante.

En reginaexlibrislandia siempre tenemos ejemplares y lo prescribimos a discreción, pero ante el previsible y siempre bienvenido empujón mediático hemos reforzado nuestro biblioarsenal, porque yo sé que tú sabes que ambos sabemos que estas cosas (películas, series, videojuegos y demás) le despiertan el apetito lector a más de uno que hasta ahora o no se planteaba leer el original, o lo tenía aparcado en la triste lista de los “ya lo leeré algún día si eso…”.

De hecho en mis confines librescos el afán raybradburyzador no se ha hecho esperar.

Estaba yo apilando esos ejemplares de más de ‘Fahrenheit 451’ en mi escritorio para destacarlos en un rinconcito de la librería cuando a un reginaexlibrislandiano que venía a por su ejemplar de La princesa prometida, de W. Goldman en Ático de los Libros le ha podido la bibliocuriosidad por mis quehaceres:

Cliente: Vaya, Regina, sí que andas liada hoy, ¿no?

Regina: ¿lo dices por esta montonera?

Cliente: Sí, ¿qué libros son?

Regina: Pues mira, son todos ejemplares de ‘Fahrenheit 451’

Cliente: ¡Anda! ¿No está al caer una serie basada en ese libro?

Regina: Sí y no. Verás, es una película, no una serie, pero la produce y emite la cadena de TV HBO. La estrenan en breve, esta primavera.

Cliente: Sí, eso, es que algo había leído por ahí. ¿Y está bien? Es que yo no soy mucho de ciencia ficción y, bueno, nunca me había planteado leerlo.

Regina: Pues, mira, estás a tiempo de leerte este novelón antes de ver la serie. Si yo fuera tú no lo dudaría ¡jajajaja! Es trepidante y demoledor. Una novela distópica que te clava en un futuro en el que los libros están prohibidos, los bomberos se dedican a quemarlos y el gobierno castiga a los bibliodisidentes porque quiere controlar la información a toda costa.

Cliente: Uy, pues suena bien la trama, ¿no? Y bastante actual, me temo

Regina: ¡Y tanto! Pero fíjate que Ray Bradbury la escribió en 1953 como respuesta a la sutil amenaza del macartismo de quemar libros que supusieran una “amenaza” contra el status quo estadounidense… no te digo más.

Cliente: Si es que no aprendemos, Regina. ¿Y nunca se adaptó antes?

Regina: Pues, sí, a mediados de los años 60 François Truffaut ya filmó una versión, pero la de HBO también tiene buena pinta, la verdad.

Al final mi reginaexlibrislandiano asiduo se fue de mis confines con sus ejemplares de La Princesa Prometida y de Fahrenheit 451 bajo el brazo. Espero que le gusten, ya sabéis que en mi librería somos devotos de ambos títulos.

Entre tanto os dejo el trailer para que vayáis haciendo boca, tanto catófica como bibliófila:

 Cuando la puerta se cerró tras él yo volví la vista a mi montonera raybradburiana y me di cuenta de que con este van dos los empujoncitos que la Providencia Librera le ha dado recientemente a Ray Bradbury. Primero fue Isabel Coixet calzando una referencia directa al universo Bradbury entre los fotogramas de su adaptación de La Librería, y ahora esta versión catódica.

Y dado como está el temita de la manipulación, el control mediático y la propaganda me pregunto qué nos estará queriendo decir la Providencia Librera con su afán por raybradburizarnos en general, y despertar la fiebre lectora por leer Fahrenheit 451 en particular…

Ahí lo dejo, querid@s. Ahí lo dejo…

NOTA DE REGINA EXLIBRIS:

Fahrenheit 451

Fahrenheit 451

Fahrenheit 451. Ray Bradbury. Minotauro. Fahrenheit 451 es la temperatura a la que el papel se inflama y arde. También es la novela distópica por antonomasia (junto a 1984, de G. Orwell, y Un mundo feliz, de A. Huxley), que describe una civilización esclavizada por los medios de comunicación, los tranquilizantes y el conformismo. En ella los libros están prohibidos y el trabajo de los bomberos como Guy Montag es quemarlos, mientras las autoridades rastrean y eliminan a los bibliodisidentes que aún conservan y leen libros. La visión de Bradbury es brutalmente profética: pantallas de televisión que ocupan paredes con folletines interactivos; avenidas donde los coches corren a 150 kilómetros por hora persiguiendo a peatones; una población que no escucha otra cosa que una insípida corriente de música y noticias transmitidas por unos diminutos auriculares insertados en las orejas. Absolutamente sobrecogedor.

Échate unas risas de libro con ‘La hija de Robert Poste’, de Stella Gibbons

Pocos lectores se resisten a una buena carcajada de novela. Tanto es así que reírse leyendo un libro es la mejor, la menos invasiva y la más infalible de las fórmulas de prescripción que, como libreros, practicamos en reginaexlibrislandia.

Lo acabo de verificar una vez más hace apenas unos instantes cuando, café en mano y tras finiquitar un maratón de papeleo, decidí tomarme un bibliorespiro de ficción con la hilarante La Hija de Robert Poste, de la gran Stella Gibbons.

(Cold Comfort Farm, 1995 / BBC)

(Cold Comfort Farm, 1995 / BBC)

Su protagonista, Flora Poste, es una criatura tan tozuda y descarada como divertida, y más allá de las múltiples relecturas que yo haya podido hacer es una de las biblioterapias de risas que me autoprescribo de vez en cuando para espantarme el tedio, la angustia, la rabia o la desgana a librazos.

Total, que me puse a leer La Hija de Robert Poste en la impecable edición de Impedimenta y en apenas un par de páginas reía y temblaba toda yo como un flan de gelatina dejado a su suerte sobre la mesa coja del vagón-restaurante de una locomotora, que es como servidora se ríe “para adentro”, mientras me encapsulaba las carcajadas en lágrimas para poder reírme a gusto, sí, pero en silencio y con la máxima discreción para evitar perturbar la quietud de reginaexlibrislandia.

Sin embargo parece que mis esfuerzos resultaron inútiles, porque al poco rato un débil carraspeo me sacó de las entrañas lóbregas de Cold Confort Farm:

Clienta: Oye, perdona

Regina: estooo, ¿sí? ¿dígame?

Clienta: No he podido evitar verla leer y…

Regina: ¿sí?

Clienta: Y, bueno, que no ha parado de reírse con ese libro, y me ha intrigado mucho, la verdad

Regina: ¡Claro! ¿le suena eso de «hay algo sucio en la leñera»?

Clienta: No, para nada.

Regina: ¡Es del libro, jajaja! ¡de La hija de Robert Poste, de Stella Gibbons! Es divertidísimo. Lo de la frase de la leñera tiene su miga, pero no le diré más.

Clienta: Por cómo se reía no lo dudo. ¿Y de qué va? ¿es de humor? No conozco a la tal Gibbons, la verdad.

La hija de Robert Poste

La hija de Robert Poste

Regina: Pues verá, Stella Gibbons es una escritora británica de la primera mitad del S.XX. La Hija de Robert Poste, que es su libro más famoso, se publicó en 1933. Con él pretendía satirizar las historias rurales y de corte costumbrista y romántico que arrasaban entonces. Y vaya si lo logró… de la mano de Flora Poste, que es todo un PERSONAJE, la verdad. De esos para “darles de comer a parte”. La historia es simple: Flora Poste, que nunca había convivido con sus padres tras haber encadenado internados, se queda huérfana y con una renta muy limitada. En lugar de buscar trabajo y asentarse en Londres decide hacer un “casting” entre parientes a quienes no conoce para acoplarse con ellos. Los afortunados son una lejana, turbia y rústica rama de la familia Poste atrincherados en Cold Confort Farm, una destartalada granja que la matriarca controla con mano de hierro.

Clienta: ¡Ahh! ¿Y entonces lo divertido es cómo se adapta a la vida rural?

(Cold Comfort Farm, 1995 / BBC)

(Cold Comfort Farm, 1995 / BBC)

Regina: No exactamente. Flora Poste viaje con la idea de civilizar a esos parientes asilvestrados. NO de adaptarse ella, sino de que ellos se adapten a ella y su forma de vida refinada. No solo se les acopla, sino que pretende reventar su existencia desde dentro. Así que las escenas que monta son antológicas, y no solo las escenas: los personajes y las ideas de la propia Flora.

Clienta: Pues tiene buena pinta, sí. Pero, vamos, que solo con verla reírse ya había decidido llevármelo… ¡jajajaja!

Y se fue de mis confines librescos con su ejemplar de La hija de Robert Poste bajo el brazo y una enorme sonrisa estampada en la cara.

Y a mi, justo antes de regresar a lo mío con Flora Poste, me vino a la mente la adaptación que filmó la BBC a mediados de los años 90, que tiene mucho del mordaz encanto de Stella Gibbons:

Yo me apuesto el pelucón y parte de mi biblioteca personal no solo a que se echa unas risas de libro con esta grandísima novela, sino a que no será lo único que lea de Stella Gibbons.

Porque, queridos, una vez pasas el rato con la Gibbons siempre quieres más. ¿O es que hay algo más atractivo que la promesa de una buena carcajada de libro?

¡Prepárate a morir (de bibliogusto)! Por fin vuelve a las librerías ‘La Princesa Prometida’, de W. Goldman

Es un día grande en reginaexlibrislandia. Por fin tenemos ejemplares de la nueva edición de La princesa prometida, de William Goldman, en Ático de los Libros. Y para celebrarlo nos hemos metamorfoseado en espadachines, princesas, gigantones, piratas con delirios filosóficos y hechizeras y hemos montado un escaparate princesaprometidaniano en la librería.

Después de todo no siempre podemos celebrar el regreso a nuestros anaqueles libreros de un clásico que, a pesar de trascender géneros, edades y bibliopaladares, llevaba unos añitos (demasiados) fuera de circulación.

(La princesa prometida, 1987 / MGM)

(La princesa prometida, 1987 / MGM)

Sí, querid@s, sí, estaba descatalogado. ¡Tal cual! Y si en la última década te has topado con algún ejemplar de La princesa prometida suelto por una librería te aseguro que ha sido de casualidad. Ejemplares contados que escaparon a la criba indiscriminada en según qué devoluciones de stock de temporada y que, una vez vendidos, eran literalmente imposibles de reponer.

En mi caso en estos últimos cinco o seis años han sido muchos los reginaexlibrislandianos que se han adentrado en mis confines en busca de ejemplares para relecturas y para regalar a terceros (amigos, hijos, sobrinos, ahijados…). Y la conversación ha sido más o menos idéntica (e igual de doliente para todos):

Cliente: Regina, ¿tienes La Princesa Prometida?

Regina: ¡Ay, no! Me temo que no

Cliente: ¿No? ¿Me la pides?

Regina: ¡Ojalá! Está descatalogada

Cliente: ¿Cómo que descatalogada?

Regina: Que no hay ejemplares nuevos en circulación

Cliente: ¡Pero si es un clásico! ¿Cómo no se va a poder conseguir?

Regina: Pues me temo que así es…

Y en cuanto el reginaexlibrislandiano se llevaba su desconcierto fuera de mis confines libreros yo me metamorfoseaba a velocidad de crucero en una versión casera y bibliófaga del mismísimo Íñigo Montoya para, espada en mano y con el pelucón bien almidonado, espetarle a la maldita Providencia Librera con seis dedos eso de:

Hola. Me llamo Regina ExLibris Montoya. Tú me descatalogaste La Princesa Prometida. ¡Prepárate a morir!

(La princesa prometida, 1987 / MGM)

(La princesa prometida, 1987 / MGM)

Porque mira que tenemos disparidad de paladares librescos en reginaexlibrislandia, querid@s, pero es que justo ésta, La Princesa Prometida, es una de esas novelas que aquí todos adoramos sin fisuras. Es una experiencia lectora absolutamente alucinante y tremendamente divertida. El texto de William Goldman tiene tantos bibliovértices a los que agarrarte como lector, que es realmente difícil escapar a su encanto.

Aventuras, espadachines, piratas, amor, duelos, abordajes, héroes, mentiras, magos, venganzas, promesas, hombres, brujas y hechiceros, gigantes, mujeres, criaturas de todo pelaje, acción, villanos, altas y bajas pasiones, bestias y, sobre todo, mucho, pero que mucho humor. ¿Quién da más?

La Princesa Prometida

La Princesa Prometida

Así que sí, es un día grande en reginaexlibrislandia. Por fin podemos prescribir a discreción y con ejemplares en la recámara uno de esos títulos que deberían leerse al menos una vez en la vida.

Da igual si no eres devoto del género fantástico, o si en su día viste la maravillosa adaptación homónima a celuloide de 1987: sigue mi consejo, deja lo que estés leyendo, hazte con un ejemplar de La Princesa Prometida y … “¡PREPÁRATE A biblioMORIR (de puro gusto lector)! Palabra de Regina ExLibris.