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Reflexiones de una librera
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¡Lee a Hemingway por San Fermín!

Que Ernest Hemingway fue heraldo universal de los Sanfermines no hay quien lo discuta. El buen hombre vino, corrió encierros, apuró tintorros y volvió hasta nueve veces en meses de julio entre 1923 y 1959.

Lo que quizá no imaginara el escritor norteamericano que arrastró a la piel de toro a la mismísma Ava Gardner y a Orson Wells entre otros, es que 50 años después de su último paso por Pamplona y 48 de su muerte hay quien se decide a leerle precisamente ahora porque estamos en plena fiesta grande de Pamplona.

Y ese alguien es ni más ni menos que un reginaexlibrislandiano asiduo que se materializó ayer en mis confines con su inesperada petición:

– Cliente: Hola, Regina, ¿cómo estás?- Regina: ¡Hombre, X! ¿Qué tal?

– C.: Pues bien, aunque acalorado. Mira, una cosa…

– R.: Sí, dime

– C.: ¿Tienes algún ejemplar de Fiesta, de Hemingway?

– R.: Si, uno editado en Debolsillo.

– C.: ¡Perfecto! Dámelo, que me lo voy a empezar ahora.

– R.: ¡Anda! ¿Y eso? ¿No estabas metido de lleno en Proust?

– C.: Sí, pero con esto de los sanfermines me acaba de entrar un apretón de los míos y quiero leérmelo ya, antes de que canten el ‘Pobre de mi», que está al caer… ¿Sabes? Tras Por quien doblan las campanas y sus Cuentos lo fui dejando y, mira, que me dio hoy por él.

– R.: Mmm, la verdad es que es el momento idóneo. Me pregunto cómo se lo hubiera tomado el bueno de Ernest

– C.: ¡Pues empujándolo con un buen vino! ¡Ja, ja, ja! Además, así me da la alternativa para acercarme a la tal Generación Perdida, ¿no?

– R.: Sí, entrarás a ella por la puerta grande, ni más ni menos que de la mano literaria de la la seductora Brett Ashley y del desventurado Jake Barnes, los protagonistas de Fiesta.

– C.: ¿Qué sabes?

– R.: Pues mira, fueron un grupo de escritores norteamericanos y británicos que de una forma u otra participaron en la I Guerra Mundial. A su término, se expatriaron y terminaron en París, y entre borracheras, resacas y desencanto escribieron sobre su época y circunstancias, ya sabes, entre los años 20 y el Crack bursátil del 29.

– C.: Eran Hemingway, Faulkner y, ¿quién más?

– R.: Mmm, Hemingway, Faulkner, Steinbeck, F.S. Fitzgerald, Doss Passos y Ezra Pound, si no me patina el pelucón.

– C.: Pero Fiesta, ¿es representativo o qué?

– R.: Bueno, digamos que lo que hizo Hemingway fue retratar ese modo de vida de jóvenes anglosajones bohemios en el París de entreguerras, con el añadido de que deciden irse de excursión a Pamplona en plenos Sanfermines… Así que leerás sobre las sombras de esa Generación Perdida al tiempo que te sumerges en los encierros de los años 20, y todo con un estilo innovador, casi periodístico. Es, cómo te diría, una sucesión de escenas desconcertantemente nítidas. A mi me parece fabuloso. Aunque, eso sí, más sobre el mundo del toro y Pamplona aparecen sin duda en Muerte en la tarde.

– C.: ¡Ish, Regina, dame Fiesta que ahora sí que tengo que leérmelo YA! Luego igual sigo con Muerte en la tarde, ya veremos…

 

Y se fue con su ejemplar de Fiesta, de Ernest Hemingway dejándome con una mano en el cierre regino y el pelucón cargado de imágenes de un libro que nunca dejará de impactarme.

Y vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, ¿leísteis Fiesta,de Ernest Hemingway? ¿Os gustó? ¿Cómo llegásteis a él? ¿Conocéis a algún extranjero que antes de venirse a los Sanfermines se leyera Fiesta?