Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
ya sea entre anaqueles o travestida
en iRegina, su réplica digital

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¡‘La sociedad literaria del pastel de piel de patata de Guernsey’ llega por fin a las librerías!

No quepo en mi de bibliogozo. El 31 de mayo los anaqueles de reginaexlibrislandia estarán cargados con ejemplares recién horneados de La sociedad literaria del pastel de piel de patata de Guernsey’ en la nueva edición de Salamandra. Un título que siempre, siempre, prescribimos en la librería, y del que en los últimos años apenas si conseguíamos reposiciones a cuentagotas (¡ñiiiii!).

Pero esa época oscura ya pasó… Atrás quedaron el biblioracionamiento y la negra sombra de la descatalogación planeando amenazadora sobre un título que, por muchas razones, no merecía ser descatalogado.

Si eso no es motivo de embutirme en la piel de la gran Carmen Miranda y soltar adrenalina libresca sacudiendo las maracas por la librería como si no hubiera un mañana que venga la Providencia Librera y lo vea.

A mediados de abril estrenaron la adaptación cinematográfica homónima y ya entonces supimos que sería Salamandra y no RBA, quien hasta ahora había editado la novela, quien rescataría La sociedad literaria del pastel de piel de patata de Guernsey’.

Entonces no sabíamos ni la fecha exacta del lanzamiento ni cómo iba a ser la nueva portada, pero por fin hemos salido de dudas. En siete días la pondremos a la venta en reginaexlibrislandia y hete aquí la nueva cubierta:

En reginaexlibrislandia ya esbozamos esa sonrisita entre bobalicona y tierna mientras salivamos y contamos las horas para recibir a ese delicioso artefacto libresco entre anaqueles y a ritmo de samba en la librería.

Y es que, queridos, la novelita epistolar de Mary Ann Shaffer & Annie Barrows (tía y sobrina, la primera falleció antes de publicarla, la segunda nos hizo un bibliofavor llevándola a imprenta) es una auténtica delicia.

Una novelita epistolar que se lee en un “aysss”, pero que está cargada por el amor a los libros y a la lectura, que te absorbe, te emociona y te hace reír a partes iguales.

Es una lectura terapeútica, de esas para inducir un coma libresco a tu bibliofilia, que es del mismo bibliopelaje que otras  dos delicias bibliófilas: la mítica 84 Charing Cross Road, de Helene Hanff, y  La Librería, de Penélope Fitzgetald. Palabra de Regina ExLibris.

NOTA DE REGINA EXLIBRIS

La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey. Mary Ann Shaffer. Salamandra. Traducción: M.ª Cristina Martín Sanz. En el invierno de 1946, los londinenses retoman sus vidas desde los escombros de su ciudad tras la II Guerra Mundial. Entre ellos, la escritora Juliet Aston, que mientras busca un tema para su nuevo libro recibe la carta de un desconocido de las islas del Canal a cuyas manos llegó un volumen sobre Charles Lamb que le perteneció. Así es como Juliet descubre La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey y de sus estrambóticos y entrañables miembros, a quienes la bibliofilia compartida hizo más llevadera la ocupación nazi y los horrores de la guerra. Juliet no tardará en viajar a Guernsey, donde además de inspiración encontrará su destino. Un delicioso, magnético y divertido relato en el que Shaffer da una lección de vida, de amor a la literatura, de sentido del humor y de saber hacer. 

 

¿Por qué 84 Charing Cross Road es «el libro» de tantos bibliófilos?

Si tuviera que escoger el libro para bibliófilos sería 84 Charing Cross Road.

(84 Charing Cross Road / Columbia Pic.)

(84 Charing Cross Road / Columbia Pic.)

Y no me temblaría el pulso en absoluto, querid@s. Para quienes lo hayáis leído no necesito deciros más. Y para quienes aún no hayáis descubierto ese glorioso artefacto epistolar que une a librazos a una excéntrica bibliófaga neoyorkina con un librero británico del Londres de postguerra dejad cuanto estéis haciendo y poneos con él.

Es un título que prescribo a discreción en reginaexlibrislandia. Siempre tengo ejemplares, porque con el librito de Helene Hanff soy bibliobsesivo-compulsiva, hasta el punto de que cuando sale uno de mis confines repongo dos, empujada por ese endiablado No vaya a ser que…

El caso es que hace un rato reginaexlibrislandia se llenó de nuevo de la magia libresca de 84 Charing Cross Road, pero no porque algún bibliocliente me lo pidiera, sino porque un reginaexlibrislandiano asiduo lo conjuró como antesala de otro libro y, de paso, me reafirmó en considerarlo el libro para bibliófilos:

Cliente: Verás, Regina, en la película 84, Charing Cross Road nombran un libro que siempre quise leer, pero que nunca conseguí en español: las Conversaciones Imaginarias, de Landor.

Regina: ¿Cómo? ¡Hugo, por favor! Ya estás añadiendo a tu lista de lectura 84 Charing Cross Road! ¡Se lee en un par de horas. Y con respecto al libro que mencionan, Conversaciones imaginarias, Cátedra la editó en España en 2007. Peeero, ahora no hay stock ni la han vuelto a reeditar. ¡Ni en edición digital! ¡brrr! La buena (ejem) noticia es que, al haber sacado la última tirada hace relativamente poco, pueden quedar ejemplares de segunda mano, o en alguna biblioteca. Yo, por mi parte, añadiré otra lápida en el cementerio donde lloro por los descatalogados.

Conversaciones imaginarias

Conversaciones imaginarias

Cliente: Jajaja, ¡para el carro, Ben-Hur! Sí leí 84 Charing Cross Road hace mucho y como buen bibliófilo de pro, pero no recodaba si mencionaban Conversaciones imaginarias o si era cosa de la película. Aunque, claro, ¿por qué modificar el guión así? ¿no?

Regina: Bueno… no te creas. En su adaptación de La Librería Isabel Coixet mete a Ray Bradbury, ¡y se queda tan ancha! Claro que al menos yo le agradezco infinito esa licencia en forma de sutil prescripción libresca, ¡ja, ja!

Cliente: Ah, es verdad. En fin, que por eso decidí ser ridículamente cauto, Regina, ¡lamento haberte asustado! Y en cuanto a Landor… al menos no todo está perdido. Me voy a poner en campaña para conseguirlo y te cuento.

Regina: Una cosita más, Hugo, querido: ¿por qué crees que los bibliófilos del mundo adoramos 84 Charing Cross Road?

(84 Charing Cross Road / Columbia Pic.)

(84 Charing Cross Road / Columbia Pic.)

Cliente: Bueno, verás… Indudablemente es excepcional, por los personajes, por la ambientación y por la relación que se establece entre librero y biblófila. Ambos tienen una ironía brutal, y te ríes mucho. Y luego está la película, que es maravillosa y también refuerza el mito. Pero, además, tengo mi teoría sobre por qué es «el libro» para bibliófilos. Muchos autores reflejan un infinito amor por los libros en sus obras (sin ir mas lejos Sábato pobló mi adolescencia de literatura rusa), pero creo que hay otro factor en 84 Charing: la dificultad de la protagonista en conseguir los libros y la satisfacción cuando los recibe. Eso ha sido una constante en mi vida, y estoy seguro que a todos nos pasa, en mayor o menor medida. ¿No crees, Regina?

Regina: Ay, Hugo, Hugo… más razón que un Santo tienes, querid@

Y mientras él enfilaba la puerta de reginaexlibrislandia yo salí propulsada a la balda donde atesoro mis ejemplares de 84 Charing Cross Road, y fui directa a la carta fechada el 18 de noviembre de 1949, cuando Helene pide su ejemplar del de Landor a su librero británico.

(84 Charing Cross Road / Anagrama)

(84 Charing Cross Road / Anagrama)

Y al ojearlo me embargó una emoción bicéfala y antagónica: ¡Qué maravilloso artefacto narrativo! ¡Y qué frustración ante otro título descatalogado más!

NOTA DE REGINA EXLIBRIS

84 Charing Cross Road

84 Charing Cross Road

 La novela epistolar de Helene Hanff recoge la correspondencia que mantuvieron durante veinte años una extravagante, irónica y brillante guionista norteamericana y los libreros de una librería de viejo londinense al término de la II Guerra Mundial. La insaciable sed de ella por hacerse con libros imposibles y el empeño de ellos, especialmente de Frank Doel, por conseguírselos, da pie, con los años, a una intimidad cargada de ternura e ironías proyectadas sobre el fondo de una misma pasión: los libros y las librerías. Si a ello añadimos la incontenible anglofilia de Helene Hanff, su particular sentido del humor y ese empeño perverso en desinflarle a puñaladas lingüísticas la flema inglesa al siempre correcto Frank Doel, y lo espolvoreamos con sus esfuerzos por aliviarles las estrecheces de la posguerra, el resultado es esta joya de que derrocha inteligencia, diversión, ternura y bibliofilia.

 

 

“Busco un libro sobre un marrano, los nazis y un club de libros”

Teníais que haberme visto echando el cierre en la librería. La bibliofilia me rezumaba por los poros, mi pelucón irradiaba destellos dorados y caminaba entre vaporosa y ausente con esa sonrisilla pícara y radiante que me daba la vuelta a la cara y que delata que algo muy bueno me acababa de pasar.

(Lana Turner / MGM)

(Lana Turner / MGM)

Y es que si no es suficiente regalazo del destino esta forma de vida tan de libro que llevo hay momentos en que la Providencia Librera decide compensarme por vete tú a saber qué, y me da la oportunidad de desempolvar algún título de esos que adoro pero que nunca fueron un bestseller y a los que me aferro reservándoles un hueco en reginaexlibrislandia aún a costa de mi cuenta de resultados.

El caso es que estaba yo moviendo cajas y preparando devoluciones totalmente sobrecafeinada cuando un reginaexlibrislandiano no asiduo se materializó ante mí. Era un tipo enorme, que vestía todo de verde salvo por una gorra amarilla, y que iba tan cargado de bolsas que respiraba con dificultad.

Mientras yo miraba tranquilamente a este simpático árbol de navidad que acababa de germinar de forma espontánea en el parquet de reginaexlibrislandia en pleno julio, él recuperaba el resuello e iba soltando una a una y con delicadeza sus bolsas por mi mostrador. Cuando acabó me miró, carraspeó y dijo:

Cliente: Buenos días. Perdona que te haya invadido la mesa, pero necesitaba descargar un momento.

Regina ExLibris: Tranquilo, caballero, está usted en su casa.

Cliente: Llevo toda la santa mañana de compras y recaditos, y por suerte esta es la última etapa de mi tour.

Regina ExLIbris: ah, ¿y le puedo ayudar en algo?

Cliente: Sí, en dos cosas. La primera es… bueno, por favor tutéame.

Regina ExLIbris: ¡Ja, ja, ja! Lo intentaré. ¿Y la segunda es..?

Cliente: Me da un poco de apuro. Quiero una novela de la que le hablaron a mi mujer, que está enferma y no se puede mover. Lo está pasando mal y sé que… bueno, da igual. Que busco un libro sobre un marrano, los nazis y un club de libros.

Regina ExLibris:  ¿Cómo? ¿Perdona?

Cliente: Lo que oyes. Necesito encontrar un libro que va de un marrano, un club de libros y con nazis. NO te puedo decir más.

Regina ExLibris:  Mmmm

Cliente: Sé que es poca información, pero…

Aquí dejé de escuchar lo que el buen hombre me decía. Yo ya tenía la mirada vuelta hacia mi bibliofilia, el ceño fruncido y me repetía entre susurros y como conjurando un viejo hechizo “Marrano, Nazis, Club-de-libros; Marrano, Nazis, Club-de-libros; Marrano, Nazis, Club-de-libros; Marrano, Nazis, Club-de-libros; Marrano, Nazis, Club-de-libros”.  Mientras él seguía hablando…

Cliente: … es la cuarta librería a la que voy y nadie pudo ayudarme. Yo entiendo que son pocas pistas, y bastante rarito suena lo que digo, pero es todo lo que…

“Marrano, Nazis, Club-de-libros; Marrano, Nazis, Club-de-libros; Marrano, Nazis, Club-de-libros; Marrano, Nazis, Club-de-libros; Marrano, Nazis, Club-de-libros…. ¡LO TENGO! ¡ CLARO QUE SÍ, ES GUERNSEY!”

Cliente: ¿Qué dices?

Regina ExLibris: Ya sé qué libro buscas. Es La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey. Es de Mary Ann Shaffer -aunque lo terminó su sobrina Annie Barrows caundo la tía enfermó-, y lo edita RBA.

Cliente: ¡No me jodas! PERDÓN. ¿En serio? ¿Es ese? ¿Segura? Menudo título, ¿no?

Regina ExLibris:  Sí, y no sé cómo no he podido caer antes porque es uno de mis libros favoritos. Y, efectivamente, aparece todo lo que decías. Imagínate el Londres tras la IIGM. Allí vivía una escritora que buscaba como loca material para una nueva novela porque estaba en

La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey

La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey

blanco. De pronto recibe una carta remitida desde la isla de Guernsey en la que un desconocido le dice que ha caído en sus manos un ejemplar de un libro que le perteneció a ella antes de la guerra. Como en su pueblo hay escasez de todo, le pide que le busque unos libros y se los envíe. Así arranca una correspondencia a la que se suman después otros vecinos y le cuentan cómo, entre otras cosas, un cerdo y un pastel de piel de patata les sirvieron de tapadera para dar esquinazo a los nazis en plena ocupación y poder saltarse el toque de queda para reunirse y leer y comentar novelas. Ella se decide a conocer a esa gente tan extravagante y bibliófila y lo que parecía un simple y anecdótico viaje a una Isla próxima a las costas de Normandía termina por cambiarle la vida. Es una auténtica delicia: es divertida, es entrañable, esta cargada de referencias a libros y de amor por la literatura, se lee muy rápido y es un canto a la vida y a la ficción. Acabas con una enorme sonrisa en la cara, de verdad. Pero, ojo, es de todo menos ñoño.

Cliente: Tal y como lo cuentas me dan ganas de leerlo hasta a mi. ¡Dime que lo tienes!

Regina ExLibris:  Sí, espera, ahora te lo traigo. No es muy fácil de encontrar y cíclicamente se acaban los ejemplares en circulación. Pero es de esos que me empeño en tener…

Cliente: ¡Gracias! Ojalá pudiera teletransportarme a casa para poder dárselo ya. ¡No lo va a creer! ¡Y ella se lo merece TODO!

Y se fue con sus bolsas y un paquetito más. Uno que contiene una pequeña gran novela epistolar absolutamente mágica. Uno de esos libros sobre libros que lo tiene todo: unos personajes entrañables, algo excéntricos, muy divertidos y apasionados por la lectura; una historia tan sencilla como cautivadora, de esas que sabes que tiene más de realidad que de ficción y que te sugieren otras lecturas para engrosar tu mapa de constelaciones literarias. Y una lección vital con mayúsculas. Si no os lo habéis leído dejar lo que estéis leyendo y corred a por un ejemplar.

Tanto para quienes hayáis leído La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey como para los que aún no, os comento que tiene muchas semejanzas con otra delicia bibliófila: la mítica 84 Charing Cross Road, de Helene Hanff, y de la que os hablé hace muucho. Palabra de Regina ExLibris.

‘A 84 Charing Cross Road, por favor’

Hay libros y LIBROS, y la norteamericana Helene Hanff firmó uno de éstos últimos cuando editó la correspondencia que mantuvo durante dos décadas con los empleados de una librería de viejo londinense.

Así nació 84 Charing Cross Road, uno de los libros de cabecera de todo bibliófilo de corazón que, además de ir de mano en mano, de tener adaptaciones cinematográficas, televisivas, como musical en Broadway y hasta videojuego, hoy un reginaexlibrislandiano asiduo me pidió en mi librería para hacer un regalo especial.

Y sin quererlo eso dio pie a que la novelita llegara a una tercera persona que se paseaba por entre mis baldas sin saber que lo que realmente había venido a buscar era un ejemplar, el que sin duda la Providencia Librera le tenía reservado, de 84 Charing Cross Road:

– Cliente: ¡Hola, Regina! ¿Qué tal?- Regina: Aquí, con la Navidad al acecho…

– C.: Sí, este año tampoco nos libramos

– R.: Tendremos que llevarlo con dignidad, me temo. ¿Buscas algo?

– C.: Pues mira, sí. Quiero 84 Charing Cross Road, pero imagino que no tendrás ejemplares aquí.

– R.: Me subestimas. De según qué libros siempre tengo ejemplares en mi recámara

– C.: ¡No me digas! Yo ya contaba con encargártelo…

– R.: Aquí lo tienes, y aún me quedan dos más.

– C.: La quiero para alguien especial, ¿sabes? Alguien que adora los libros y las librerías.

– R.: Es una maravilla… la historia, los personajes, los diálogos, ¡todo!

– C.: ¡Y encima real! ¿Viste la película con la misma de Mr. Robinson?

– R.: Sí, con Anne Bancroft y Anthony Hopkins. Otra joya, la película.

– C.: Pues nada, me lo llevo. ¡Gracias, Regina!

Y se fue, y yo me quedé con la mirada clavada en la portada de uno de los dos ejemplares del libro que aún tenía en mi poder, recordando el subidón bibliófilo que supuso para mi su lectura en su día, cuando una voz de mujer me sacó de mis cavilaciones helenehanffianas:

– Cliente2: Estooo, disculpe- Regina: ¿Si? Ah, hola, ¿dígame?

– C2: No pude evitar oír su conversación con el señor que se acaba de ir… y, bueno, me preguntaba sobre el libro del que hablaban, el que se llevó

– R.: ¿84 Charing Cross Road, de Helene Hanff?

– C2: Sí, sí, ese mismo. ¿Es realmente tan bueno?

– R.: Para mi es de lo mejorcito que hay, uno de esos libros que te reconcilian con el universo

– C2: ¿Y de qué va?

– R.: La novela epistolar de Helene Hanff, que lleva circulando de mano en mano desde hace casi cuatro décadas, recoge la correspondencia que durante veinte años mantuvieron una extravagante, irónica y brillante guionista norteamericana y los libreros de una librería de viejo londinense al término de la II Guerra Mundial. La insaciable sed de ella por hacerse con los libros más imposibles y el empeño de ellos, especialmente de Frank Doel, por conseguírselos, da pie, con los años, a una intimidad cargada de ternura e ironías proyectadas sobre el fondo de una misma pasión: los libros y las librerías.

– C2: Suena bien, sí señor, pero que muy bien

– R.: Además tiene una carga de ironía y humor que no te borra la sonrisa de la cara prácticamente de principio a fin, aunque tiene su parte dura también. ¡El justo equilibrio!

– C2: Definitivamente me la quiero leer. ¿Tiene otro ejemplar?

– R.: Sí, aquí mismo. ¡Que la disfrute!

Y ella también abandonó mis confines con su 84 Charing Cross Road bajo el brazo, y me dejó a mi sola con el último ejemplar de mi reserva y una sonrisa escandalosa plantada en la cara pensando en el bombazo literario que tienen entre manos ahora mismo esos dos inocentes destinatarios de mis ejemplares… ¡Así da gusto echar el cierre, queridos!

Y vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, ¿leísteis 84 Charing Cross Road? ¿Conocíais a su autora, Helene Hanff? ¿Habíais oído hablar de la novela? ¿Y de sus adaptaciones varias?

Como colofón el trailer a la película homónima rodada en 1987 y protagonizada, como dije, por Anne Bancroft y Anthony Hopkins: