Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
ya sea entre anaqueles o travestida
en iRegina, su réplica digital

Archivo de abril, 2018

¿Por qué libro empiezo a leer a Fred Vargas, la reina de la novela negra gala?

Que Fred Vargas es sinónimo de titán del género negro es vox populi. Lo que quizá no sepan muchos es que es una mujer (Frédérique Audoin-Rouzeau) y que su pseudónimo es un guiño a María Vargas, magnética, enigmática y sinuosa protagonista de La condesa descalza que inmortalizó Ava Gardner a mediados de los cincuenta.

(La Condesa Descalza, 1954 / United Artists)

(La Condesa Descalza, 1954 / United Artists)

A mi, que hinco la rodilla en lo literario por Fred Vargas y en lo cinematográfico por Ava Gardner, me encantó descubrir esa conexión entre ambas. Máxime cuando el universo literario fredvargasiano tiene mucho de magnético, de enigmático y de sinuoso. Oh là là!

Sí, queridos, sí. Novela a novela Fred Vargas, que además de novelista es arqueozoologa e historiadora especializada en la Edad Media, hechiza a legiones de lectores con sus intrigas, sus personajes y con esa manera tan suya de hacerte girar a su ritmo un caleidoscopio cargado de pistas, cuya imagen completa no terminas de visualizar hasta el mismísimo punto y final.

Por ahora tiene quince novelas publicadas, doce del comisario Adamsberg y su equipo, y el resto protagonizadas por Los tres evangelistas, un grupo de detectives amateurs en cuyos misterios tiene más peso si cabe el trasfondo histórico que el crimen en sí.

Como se trata de una autora de esas del ‘boca-oreja’ cuyos lectores crecen en número con cada nueva entrega son muchas las veces que algún reginaexlibrisdlandiano se ha adentrado en mis confines librescos y me ha disparado a quemarropa eso de:

Oye, Regina ExLibris, ¿y qué novela me leo de la tal Fred Vargas, que me hablaron mucho de ella? 

Así que siempre tengo en la recámara de mi biblio-revólver marca ‘Fred Vargas’ seis títulos de la reinan del noir contemporáneo cuya lectura prescribo a quemarropa cuando se da la ocasión.

Son todos del comisario Adamsberg, sí, ese sabueso tan exasperante como adictivo que irremediablemente termina por engancharte; pero es que, para empezar, mi regio pelucón y yo apostamos definitivamente por él.

¿Listos? ¡Fuego!:

1. Huye rápido, vete lejos. Fred Vargas. Siruela. Soy fredvargasiana hasta la bibliomédula, y si tuviera que sugerir un título para una toma de contacto con el universo literario de Vargas en general y del comisario Adamsberg optaría por Huye rápido, vete lejos. Es una apasionante y enigmática trama on referencias directas a la Edad Media, en la que nuestro atípico Comisario de la Brigada Criminal de París investiga las apariciones de unas extrañas inscripciones en las puertas de un edificio parisino. Mientras tanto, en el otro extremo de la ciudad, un viejo marino bretón que se gana la vida como pregonero, empieza a recibir unos mensajes extraños, textos que parecen extraídos de libros antiguos, vinculados a la peste medieval, y que no auguran nada bueno. Ambos hechos detonarán un misterio que sembrará el terror en toda París. Una novela colosal que es canelita en rama con un Adamsberg que te exaspera y te cautiva por igual.

Huye rápido, vete lejos

Huye rápido, vete lejos

2. La tercera virgen. Fred Vargas. Siruela. Aunque se resiste a la etiqueta de autora negra, Fred Vargas es uno de los pesos pesados. Sus tramas, incisivas y complejas, están pobladas por personajes de lo más original. En La tercera virgen (Siruela, 19,90 euros) te enreda en una investigación a cargo del comisario Adamsberg tras la pista de La Sombra, un asesino travestido en el fantasma de una monja que asesinaba vírgenes en el s. XVIII. Esoterismo, enigmas, crímenes, detectives, espectros, una forense con alma de estibador portuario y corazones rotos son teselas de este mosaico que uno sólo alcanza a ver en todo su esplendor tras el punto y final. Soberbia.

La tercera virgen

La tercera virgen

3. Un lugar incierto. Fred Vargas. Siruela. Cuando el comisario Adamsberg y su inseparable y sabio Danglard aterrizan en Londres ni se imaginan que se enfrentan a diecisiete pares de pies cercenados. De regreso a París las cosas pintan aún peor cuando hallan el cuerpo literalmente masacrado a mazazos de un periodista. Así es como Fred Vargas pone de nuevo en jaque a Adamsberg y al lector con Un lugar incierto (Siruela, 19,90 euros), una novela trepidante, intensa y original en la que la escritora francesa adereza una trama cien por cien policiaca con un baile de vampiros.

Un lugar incierto

Un lugar incierto

4. El ejército furioso. Fred Vargas. Siruela. Fred Vargas sigue batiendo una pluma tan afilada como certera que va sumando legiones de devotos. En esta ocasión, el regalo bibliófilo que nos brinda la escritora francesa es un nuevo y macabro caso para el inagotable y magnético comisario Adamsberg, que esta vez se la juega ante una horda de fantasmales caballeros que cabalgan en tropel por los bosques matando a quienes tienen algo que ocultar. Aunque el origen de estos espectrales justicieros radica en una leyenda medieval normanda, el rastro sanguinolento que parecen dejar a su paso es real. Una historia trepidante, salpicada de retazos históricos y aderezada con ese humor negro tan incisivo y oportuno de Vargas.

El ejército furioso

El ejército furioso

5. Tiempos de hielo. Fred Vargas. Siruela. Alice Gauthier es una respetable profesora de sesenta y seis años, aparece muerta en su bañera. Aunque todo apunta a un suicidio, un extraño signo trazado en el baño sugiere que quizá haya algo más detrás de su muerte, por lo que el caso es derivado al equipo de la Brigada Criminal del comisario Adamsberg. Poro después una mujer dice haber enviado una carta que la muerta había escrito a un tal Amadée Masfauré, cuyo padre se habría suicidado dejando un signo similar. Las sospechas se confirman al comprobar que diez años atrás ambas víctimas formaron parte de una trágica expedición a una remota e inexplorada isla de Islandia… Un más que peculiar club de admiradores de Robespierre, medias verdades, viejos rencores familiares, pistas falsas, ecos de antiguos mitos nórdicos y la imbatible sagacidad de Adamsberg y su brigada son los irresistibles ingredientes de esta brutal mente buena entrega de la reina de la novela negra europea.

Tiempos de hielo

Tiempos de hielo

6. Cuando sale la reclusa. Fred Vargas. Siruela. Pasen y lean la que es desde ya la obra más ambiciosa y total de Fred Vargas, cuya trama está exquisitamente aderezada con todos los ingredientes marca de la casa: la arqueología, el medievo, los mitos, la fauna y, por supuesto, la disección del alma humana. En su decimocuarta investigación nos reencontramos con un comisario Adamsberg que parece ser el único interesado por la muerte de tres ancianos a causa de las picaduras de una Loxosceles rufescens, alias la reclusa: una araña esquiva y venenosa, sí, pero no letal. Adamsberg comienza a investigar a espaldas de su equipo, enredándose en una delicada y compleja trama, llena de elaborados equívocos y profundas conexiones, cuyos hilos se remontan a la Edad Media. Un caso elusivo y contradictorio que tiene en jaque permanente al comisario y, como no, al lector. Una novela redonda, absorbente, compleja y adictiva cuyo eco te resuena en la cabeza más allá del punto y final.

Cuando sale la reclusa

Cuando sale la reclusa

Y como guiño reginaexlibrislandiano a mis dos Vargas aquí os dejo el trailer de la colosal La Condesa Descalza:

Por qué leer ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’ tanto si viste la peli como si no

Ha muerto el gran cineasta Milos Forman. Adaptó de forma colosal la novela ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’, de Ken Kesey, uno de los libros fetiche de reginaexlibrislandia. Las dos versiones, en tinta y en celuloide, son obras de arte con mayúscula.

(Alguien voló sobre el nido del cuco, 1975 / United Artists)

(Alguien voló sobre el nido del cuco, 1975 / United Artists)

Pero como suele ocurrir, ambas obras no corrieron la misma suerte: mientras la película homónima de Milos Forman se llevó a mediados de los setenta no uno, sino cinco de los premios Oscar (mejor película, mejor director, mejor actor, mejor actriz y mejor guión adaptado) y se convirtió en cinta de culto en tiempo récord, la novela Alguien voló sobre el nido del cuco quedó relegada a un más que discreto segundo plano.

Y eso me saca de quicio, porque Alguien voló sobre el nido del cuco (Ken Kenswey, Anagrama) es un auténtico novelón, con una impagable galería de personajes y un mensaje tan demoledor e inquietante como, a ratos, tierno y a ratos hilarante.

Alguien voló sobre el nido del cuco

Alguien voló sobre el nido del cuco

Es el sobrecogedor retrato de los hospitales psiquiátricos de la norteamérica de los años 50 que es, más allá de su brillante adaptación cinematográfica homónima, un novelón de órdago. En ella Randle McMurphy finge estar loco para esquivar la cárcel y termina confinado en la sala del hospital psiquiátrico que dirige con mano de hierro Ratched, la sádica Gran Enfermera. McMurphy, vital, generoso, amoral y rebelde, librará desde su llegada una guerra sin cuartel contra la Gran Enfermera y su sistema represivo. Las batallas serán divertidas y cruentas; algunos internos perderán en ellas la vida, y otros descubrirán los encantos del sexo, la bebida, la libertad y la rebelión permanentes. Maravillosa crónica de un momento y un lugar que es a ratos espeluznante, a ratos tierna y otros incluso divertida. Palabra de Regina ExLibris.

No me malinterpretéis: la novela se lee, sí, pero menos de lo que merece. Y el nombre de su autor, Key Kensey, suena menos de lo que debiera. Es más: si la buscáis en una librería lo más habitual (salvo las excepciones de rigor) hay más probabilidades de que no la tengan en balda que de que sí os la podáis llevar puesta. Os la pueden conseguir, eso sí. Pero en stock son pocas las librerías que la incluyen en su fondo per se. Y es una lástima. Haced la prueba.

En reginaexlibrislandia siempre tenemos ejemplares porque nos encanta y porque la prescribimos a discreción. Este alguienvolósobreelcuconismo desmesurado me viene a mí de serie, y lo inoculo entre mis libreros y entre mis reginaexlibrislandianos asiduos o esporádicos a destajo.

Y os diré que aún no ha llegado el día en que un lector al que prescribí Alguien voló sobre el nido del cuco haya vuelto para decirme algo negativo de la novela. Todo lo contrario.

Aunque este post es, obviamente, una lanza por la novela original os dejó el trailer al peliculón homónimo de Milos Forman para que veáis que me he sacudido el bibliorencor a librazos ;P

Trivial: ¿Cuánto sabes de la novela ‘El fantasma de Canterville’ de Oscar Wilde?

El Fantasma de Canterville / EZR

El Fantasma de Canterville / EZR

Ferozmente irónica y mortalmente divertida farsa que es, además, uno de los cuentos más conocidos de Oscar Wilde.  En ella una ‘moderna’ familia estadounidense adquiere un castillo inglés a pesar de la advertencia de que un fantasma lleva suelto tres siglos por sus dependencias. El ruidoso y pragmático clan yanqui se instala y Simon, el fantasma y narrador, pronto comprende, entre frustrado y horrorizado, que nada de lo que haga espantará al irritante grupo. En reginaexlibrislandia recomendamos la edición de El Zorro Rojo con ilustraciones de Oski y la traducción de Esther Tusquets.

Si eres de los que sí leyó el libro demuéstralo respondiendo al trivial ‘El fantasma de Canterville’ de Regina ExLibris. ¿Listo para demostrar lo ‘fantasma’ que eres? ¡Vamos!

 

Seis novelas de Evelyn Waugh para leer y disfrutar de la mejor prosa mordaz

Se cumplen 52 años de la muerte de Evelyn Waugh, otro santo bibliopatrón de mi librería y uno de los titanes de las letras anglosajonas del SXX. Escasamente admirado como ser humano pero venerado como escritor y como cronista despiadado de la frívola generación de entreguerras, yo siempre pensé en él como en una flapper atrapada en el cuerpo de un católico converso, gruñón, soberbio, misógino y snob de bofetón con la mano abierta, pero con un talento portentoso para la literatura.

Evelyn Waugh

Evelyn Waugh

Alguien atormentado por una feroz lucha interna y en perpetuo pie de guerra contra el mundo que implosionó en artefactos literarios cargados de veneno, de ironía y de verdad. De ahí que la ‘marca Waugh’ se materialice en novelas divertidas y alocadas con espacio para el desencanto y la crítica, pero, eso sí, de forma perversamente sutil.

Adoro su obra, su sentido del humor, su lucidez mordaz y esa gloriosa lengua bífida con la que describe esos entornos en los que se maneja como pez en el agua: la aristocracia con toda su pompa, los círculos diplomáticos y las corruptelas, el ejército y los conflictos bélicos, la flema universitaria y la prensa.

Así que con ese bibliocuadro entenderéis por qué siempre que puedo prescribo sus novelas a discreción.

Y ahora más que nunca, puesto que con la biblioefeméride de peineta atornillada al pelucón me he venido arriba y he montado un escaparate evelynwaughiano con seis novelas de Evelyn Waugh que ningún lector debería perderse según Regina ExLibris. No están todas las que son, pero si son todas las que apuntalan su universo literario al completo.

¿Listos? Van:

1. Retorno a Brideshead. Evelyn Waugh. Tusquets. La vuelta de Charles a la elegante mansión de lord Marchmain, convertida ahora en cuartel por la guerra, le devuelve a un pasado en que recorría embelesado sus jardines y salones, y se dejaba seducir por sus singulares habitantes, en especial por el ambiguo y cautivador Sebastian y su fascinante hermana, lady Julia, y el misterio que envuelve a toda la estirpe. Un libro soberbio, se mire por donde se mire. Cuenta con una ya mítica adaptación catódica de la BBC británica y, ya en los 2000, una película homónima.

Retorno a Brideshead

Retorno a Brideshead

 

2. ¡Noticia Bomba! Evelyn Waugh. Anagrama. Un magnate de la prensa de Fleet Street llamado Lord Copper presume de la infalibilidad de su olfato para descubrir talentosos reporteros que inundan de exclusivas su tabloide y ganarle así lectores a la competencia. Sin embargo, a causa de una confusión de apellidos, envía a «cubrir» la guerra civil en una remota república africana a uno de los periodistas más improbables para tal misión. A partir de ese equívoco, Evelyn Waugh se lanza a una feroz y desopilante sátira sobre el mundo del periodismo, los enviados especiales, la información, la desinformación y la confusión. Considerada como una de las grandes novelas de humor del siglo XX, es también un vívido y corrosivo retrato de la profesión y del sector que arrancará las carcajadas tanto de quienes la sufren a diario como de los ajenos al mundillo.

¡Noticia Bomba!

¡Noticia Bomba!

3. Izad más banderas. Evelyn Waugh.  RBA. Tanto si aún no han leí­do a Evelyn Waugh como si sólo se perdieron por las páginas de Retorno a Brideshead o de Noticia bomba no dejen de hacerse con Izad más banderas, y les aseguro que caerán rendidos ante el particular y acerado sentido del humor con el que el escritor inglés recrea sus propias experiencias y desventuras en el frente en la II Guerra Mundial. Así, a través de su carismático y caradura Basil Seal, levanta a palabras un fresco del periodo en el que Francia y Gran Bretaña declararon la guerra a Hitler, incidiendo en el desconcierto generalizado que supuso tanto para la sociedad -especialmente la alta, que es el ecosistema natural de Waugh- como para el ejército pasar de la euforia inicial a un baño de realidad y crudeza con las primeras derrotas del bando aliado. Realismo, humor y un giro de tuerca a los acontecimientos verí­dicos hacen de este libro un artefacto narrativo de alto voltaje y risa continua.

Izad más banderas

Izad más banderas

4. Un puñado de polvo. Evelyn Waugh.  RBA. Cuando se trata de diseccionar la decadencia de la alta aristocracia británica de los años veinte no hay lengua más bífida que la de Evelyn Waugh. Ya fuera con una exquisita melancolía o con un hilarante sentido del humor, el trasfondo siempre era el mismo: las grandezas y miserias de quienes añadían a su martini varios lingotazos de cinismo e hipocresía. Pues bien, con Un puñado de polvo. Waugh depura su tema, su técnica y su estilo para ofrecernos un cóctel de infidelidad conyugal: la de Lady Brenda Last que, tras siete años de aséptico matrimonio, tiene un tórrido affaire con una sanguijuela social mientras el cornudo Tony trata de encajar el golpe emprendiendo una huida en compañía de un lector que se dará de bruces con un final tan inesperado como demoledor.

Un puñado de polvo

Un puñado de polvo

5. Una merienda de negros. Evelyn Waugh. Anagrama. Destructiva farsa colonial que ataca tabto a los salvajes de la jungla como a los de las ciudades modernas, y en la que abundan personajes inolvidablemente cómicos como el inepto y petulante embajador inglés o las dos damas que se presentan para observar el tratamiento dado a los animales en ese país «bárbaro». En ella Seth, el nuevo emperador de Azania, «tirano de los mares y licenciado en Oxford», ofrece a su antiguo condiscípulo Basil Seal –insolente, sofisticado y amoral, una perfecta garantía contra la estabilidad– el cargo de «ministro de modernización» de su africano país. A partir de ahí se emprenden las más descabelladas innovaciones, provocándose un sinfín de intrigas tribales y diplomáticas que desembocan en la anarquía y el caos, y en un auténtico festín caníbal absolutamente despiadado, hilarante y veraz.

Merienda de negros

Merienda de negros

6. Cuentos completos. Evelyn Waugh. RBA. Si lo que buscas es una dosis reconcentrada de hastío, crítica mordaz, esnobismo caricaturizado y satirización extrema de personajes hazte ipso facto con los Cuentos completos de Evelyn Waugh. Son 39 relatos del escritor británico que pulverizó la escritura decimonónica con un estilo literario que marcará toda la novela del siglo XX y en el que, con su prosa estilizada e incisiva pero siempre inteligente, no deja títere con cabeza mientras arranca cada relato con frases-garfio que enganchan al lector al texto sin darle opción a abandonarlo hasta el punto y final.

Cuentos Completos

Cuentos Completos

Trivial: ¿Cuánto sabes de la novela ‘El Principito’, de Saint-Exupéry?

El Principito

El Principito

Lo esencial es invisible a los ojos» dice El Principito en las páginas de una de las obras clave de la Literatura. Sin embargo Saint-Exupéry se contradice a sí mismo, puesto que su minúscula gran obra demuestra que, a veces, muy pocas, lo esencial sí se materializa en palabras. Y El Principito es la prueba.

Si eres de los que sí leyó el libro demuéstralo respondiendo al trivial “El Principito” de Regina ExLibris. ¿Listo para demostrar lo principitólogo que eres? ¡Vamos!

 

¿Por qué el Don Draper de Mad Men debería leer ‘El Manantial’, de Ayn Rand?

El alcance de una serie televisiva como medio de biblioprescripción de masas es tan brutal que, como librera y bibliófaga, me alío sin titubeos con el “enemigo catódico”.

(Mad Men, 2007 / AMC)

(Mad Men, 2007 / AMC)

Es el caso de la colosal Mad Men, sembrada de referencias literarias de órdago, y a cuyo visionado se ha entregado con ciertos recelos y bastante retraso uno de mis reginaexlibridlandianos más asiduos.

Pero, por lo que me contó mi cliente libresco una vez empezado su maratón madmeniano parece que el entusiasmo le gana el pulso a la desgana:

Cliente: Buenísima, oye. Yo no sé por qué esperé tanto para ver Mad Men

Regina: Sí, querido, la verdad es que es de lo mejor que se ha hecho en TV

C.: ¡Es que me he visto la Temporada 1 prácticamente del tirón!

R.: ¡Ja, ja, ja! En su día yo también me pegué una buena “jartá”

C.: Es que además te quería comentar que en el capítulo 11, cuando el tal Bertram Cooper (ya sabes, el socio de más edad, ese que va descalzo y adora el arte oriental) le propone a Don hacerle socio éste se muestra encantado, pero le dice que él no quiere contrato.

R.: ¿y?

C.:  Pues que el Cooper se echa a reír y le suelta algo así como: “¡Ah! sabía que lo dirías. Ha hablado el inconformista. Te tengo que presentar a mi amiga, la Señorita Ann Ryde (o algo así creo que dice): a ella se le caerá la baba contigo”

R.: ¡Ah, sí! El tal Cooper es fanático de Ayn Rand, una escritora rusa que en los 40 publicó dos novelones tan polémicos como exitosos: El Manantial y La Rebelión del Atlas. La citan más veces en la serie, pero en esa escena el tiro iba más por El Manantial

El Manantial

El Manantial

C.:  Ah, ¿y por qué se supone que Don Draper debería leer ‘El Manantial’, de Ayn Rand?

R.: Bueno, parece que Cooper ve en Draper un clon de Howard Roark, que encarna al individualista nato. Y sí que parecen estar hechos por mismo patrón, la verdad. De ahí lo de que Draper se la leyera y lo de presentarle a su amiga, la propia Ayn Ran, que alucinaría con un ejemplar como Draper suelto por Madison Avenue.

C.: ¿Y es buena la novela? A mí, ahora que lo dices, me suena de algo…

R.: Para mí es un novelón. No es de lectura fácil, eso es cierto. Y te diré que quienes piensan que las letras son alimento básico del espíritu no pueden aplazar más la lectura de El Manantial, una novela audaz, incisiva y demoledora que fascina lo mismo que desconcierta y en la que cohabitamos en la piel de Howard Roark, un joven y brillante arquitecto decidido a ser él mismo que se ve obligado a luchar contra todos mientras es arrastrado por un tsunami emocional al toparse con la mujer de su vida. Un himno literario al individualismo  y al inconformismo que desdobla el mundo en dos planos enfrentados: cómo es y cómo debería ser. Lo dicho: demoledora y de una lucidez brutal.

C.: Pues sí que tiene buena pinta, sí. Y aunque me queda mucha Mad Men por ver puede que sí tenga Don Draper algo de esa novela.

R.: Bueno, también se filmó una adaptación homónima con guión a cargo de la propia Ayn Rand, y con Gary Cooper. Otro peliculón, todo sea dicho.

(El manantial, 1949 / Warner Bros.)

(El manantial, 1949 / Warner Bros.)

C.: ¡En blanco y negro, verdad! Sí, de eso me suena El Manantial entonces. Pero tampoco llegué a verla. Oye, pero, ¿tienes la novela?

R.: Sí, solo la edita un pequeño sello argentino y te aviso que tiene “letra hormiga”, pero cuando te metas en harina verás que hasta eso se te olvida.

Y mi reginaexlibrislandiano abandonó mis confines con su ejemplar de El manantial de Ayn Rand editado por Grito Sagrado, sello que tiene en su catálogo toda la producción literaria de la escritora rusa, que encabezó a denominada novela liberal, con la que abanderó la libertad personal de cada individuo y combatió el colectivismo en todas sus variantes.

Se puede estar o no alineado con el ideario aynrandiano, pero en según qué circunstancia, contexto histórico y situación, y despolitizando sus tramas, lo cierto es que cualquier cambio nace del individuo dispuesto a no doblegarse.

(Mad Men, 2007 / AMC)

(Mad Men, 2007 / AMC)

En este sentido, el Howard Roark de El Manantial es, sin duda, un héroe literario. Y puede que, a su modo y desde su despacho en la agencia de Madison Avenue, Don Draper también. Y, eso sí: la novela es un clásico que todos deberíamos leer. Y más con la que está cayendo ahí fuera, querid@s. Regina ExLibris Dixit.

Y como bonus el trailer de la adaptación que filmó King Vidor de El Manantial en 1949:

“¿Qué novela me leo de Paul Auster antes de meterme con su libraco ‘4321’?”

Es muy difícil sustraerse al embrujo narrativo de Paul Auster, siempre enredando con el destino, el deseo, el amor, el azar, la identidad y su Nueva York natal.

Paul Auster es un ilusionista literario, un bibliomago de lo cotidiano que, apenas con unas cuantas palabras y un par de trucos muy sencillos, transforma lo banal en milagroso ante la mirada entre incrédula y fascinada del lector.

(El Ilusionista, 2006 / Yari Film Group)

(El Ilusionista, 2006 / Yari Film Group)

Y yo, por muy librera y por muy Regina ExLibris que sea también soy humana, a veces incluso demasiado humana para mi gusto.  Y como tal siento una irrefrenable debilidad por según qué escritores. Y como Paul Auster encabeza esa lista, exhibo sin complejos mi paulausterianismo extremo dentro en reginaexlibrislandia, y más allá. Tanto que cuando leo y releo cualquiera de sus novelas me siento como la sinuosa cómplice del genial biblio-ilusionista.

Así que, como ya supondréis, cuando un reginaexlibrislandiano acude a mi formulando las palabras mágicas (“Algo de Paul Auster”) a mí se me desata la bibliofilia y siento que nada puede salir mal.

Pero reconozco que la de hace un rato ha sido la más inesperada y curiosa de las peticiones de biblioguía paulausteriana que me han formulado nunca en la librería:

Cliente: Oye, Regina, ¿qué me leo de Paul Auster antes de meterme con 4321, el último libraco que sacó?

Regina: ¿Perdona?

Cliente: Sí, que llevo tiempo teniéndole ganas y se habla muy bien de 4321, pero creo que, al menos para empezar con él, es un poco demasiado. ¿No crees? Es que es muy, muy tocho y no quiero desanimarme.

Regina: ¡Jajaja! Bueno, sí, pensándolo bien quizás 4321 sea demasiado para empezar con Auster. Veamos, para los no iniciados cualquiera de sus libros previos es bueno, aunque siempre que me insisten yo recomiendo cualquiera de estos seis títulos, que pueden leerse en este orden, o no…

Y aquí le saqué las seis novelas de Paul Auster cuya lectura prescribo para adentrarse (y muy probablemente engancharse) en el universo literario del titán narrativo:

1. El palacio de la luna. Paul Auster. Booket. En los albores de la era lunar y de su madurez, Marco, desorientado, se abandona a una indigencia que lo hubiera devorado de no ser por la bella Kitty Wu, su empleo como biógrafo y el omnipresente astro plateado. Paul Auster maneja con esos tres hilos narrativos los movimientos de Marco por El palacio de la Luna mientras desvela cómo alguien puede frenar en seco su propia caída si se alinean algunas pequeñas casualidades. Una fábula deliciosa y demoledora en la que asistimos a la reconstrucción emocional y espiritual de un joven a quien la realidad desintegró, pero que renace por entre sus cenizas avivado por el deseo por escribir y por la pasión que siente por una chica. Una pequeña gran obra maestra.

El palacio de la luna

El palacio de la luna

2. Viajes por el Scriptorium. Paul Auster. Booket. En Viajes por el Scriptoriumn, Paul Auster radiografía su forma de ficcionar a través de un relato sobre Mr. Blank, un hombre que amanece amnésico y encerrado en un cuarto y al que la visita de personajes ayuda a construir y deconstruir su identidad. Una nueva clase magistral de narrativa que, sin embargo, quizá no sea apta para los no familiarizados con el escritor neoyorquino. Para el resto, una bibliodelicia.

Viajes por el Scriptorium

Viajes por el Scriptorium

3. Brooklyn Follies. Paul Auster. Booket En Brooklyn Follies, el mago de lo cotidiano y demiurgo de personajes con un magnetismo sobrecogedor que es Auster nos introduce a Nathan Glass, un hombre quebrado que, tras sobrevivir a un cáncer y a un divorcio agónico, regresa al vecindario donde creció para apurar su ridícula existencia escribiendo sobre disparates y locuras ajenas. Pero a medida que empieza a escribir conoce a una troupe de personajes que pulverizan sus planes y de cadáver inminente pasa a ser un hombre casi enamorado, con mucho que hacer y muchas ganas de vivir. Una novela magistral, Auster en estado puro.

Brooklyn Follies

Brooklyn Follies

4. El libro de las ilusiones. Paul Auster. Booket Un escritor y profesor de literatura ya no es ni la sombra de sí mismo. Es una criatura absolutamente devastada que se pasa los días bebiendo y cavilando sobre el último instante en que su vida aún podría haber cambiado, aquel en que su mujer y sus hijos aún no habían subido al avión que estalló. Hasta que una noche, mirando casi sin ver la televisión, y por primera vez tras seis meses de deambular peligrosamente sobre un alambre emocional en el vacío, algo lo hace reír.

El libro de las ilusiones

El libro de las ilusiones

5. Invisible. Paul Auster. Anagrama. Cuando una se ventila las casi trescientas páginas de Invisible en apenas una tarde y lo único que alcanza a balbucir más allá de su punto y final es un «Diosssss», no cabe duda: Paul Auster se ha vuelto a superar. Así, sin más, porque el mago de las tramas imposibles ha refinado su técnica para legar al mundo una novela cargada de intriga, erotismo y giros inesperados, y al tiempo poblada por personajes de un magnetismo tan sobrecogedor y tan al límite de sus espirales emocionales que desarman: Adam Walker, un joven aspirante a poeta de alma quebrada, se topa en Nueva York con una pareja de parisinos maduros que le desdibujarán su destino. Cuatro décadas después, un Walker terminal contacta con un amigo de la universidad para que coescriba su historia, y así será como asistiremos al relato de su vida en lo que es una gloriosa y caleidoscópica fábula sobre la pérdida, la identidad y la sexualidad en estado puro con un final demoledor.

Invisible

Invisible

6. Sunset Park. Paul Auster. Anagrama. Como paulausteriana no puedo evitar que, con cada nueva novela del escritor, me invada el vértigo y no sepa si el genio de la metanarrativa se ha superado una vez más o si por el contrario su genio se empieza a desinflar. Pues bien, atrincherada en la última página de Sunset Park apenas doy crédito a la maravilla que acabo de devorar: el mejor Auster en un relato cargado de pequeñas historias hilvanadas en torno al de Miles, un casi treintañero que, a la espera de que su novia sea mayor de edad, regresa a Nueva York tras años de autodestierro físico y emocional para reconciliarse con su pasado y detonar las vidas de su familia y de sus compañeros okupas en Brooklyn. Vital, cómica, trágica, realista y magnética.

Sunset Park

Sunset Park

Y para los iniciados una rareza: El país de las últimas cosas, tan inquietante como cautivadora. Palabra de Regina ExLibris.

Porque, efectivamente y como comentaba mi reginaexlibrislandianano, la colosal 4321 puede ser demasiado para una toma de contacto con la literatura de Paul Auster. Sí, puede ser demasiado, porque lo cierto es que 4321 es biblioharina de otro costal literario, queridos. Y también de otro post.

(El Ilusionista, 2006 / Yari Film Group)

(El Ilusionista, 2006 / Yari Film Group)

 

 

 

 

 

Si te ríes con el humor de Gila lee ‘Las aventuras del buen soldado Svejk’, de J. Hasek

Hoy he aprendido en la librería dos bibliolecciones: una, que para hacer de la guerra algo hilarante y absurdo o eres Gila o Jaroslav Hasek. Y dos, que vinculándolos das con una vía de prescripción librera soldadosvejkiana tan inesperada como certera.

Aunque admiradora tanto de uno como del otro, debo reconocer que hasta hace unas horas jamás se me pasó por el pelucón el conectarlos. Pero la Providencia Librera en su infinita y pérfida sabiduría tuvo a bien materializar a dos ancianos en mis confines para que uno de ellos me iluminara con su ingenio para conectar libros con lectores.

(Miguel Gila / TVE)

(Miguel Gila / TVE)

Tanto Miguel Gila como Jaroslav Hasek fallecieron, pero por suerte del humorista español aún nos quedan los archivos televisivos, y del escritor checo su gran e inacabada novela: Las aventuras del buen/valiente soldado Svejk, cuyo título baila al son de cada editor y/o traductor, y desde ya os digo que yo soy soldadosvejkiana de pro.

En su día devoré el novelón en tiempo récord y con una sonrisa permanente las casi 800 páginas de uno de los textos más hilarantes, inesperados, tiernos y reveladores de la literatura, que es además uno de los argumentarios antibelicistas más lúcidos, divertidos e irreverentes que jamás se hayan escrito. Y, como yo, el resto de libreros de reginaexlibrislandia.

Por eso siempre tenemos stock en la librería, pero como ahora hay en circulación tres ediciones decidí cargar la bibliorecámara con todas ellas para destacarlos en una mesita de títulos recomendados. Son Los destinos del buen soldado Švejk en Acantilado; Las aventuras del valeroso soldado Schwejk en Austral; y Las aventuras del buen soldado Svejk en Galaxia Gutenberg.

Soldado Svejk en Acantilado, Galaxia Gutenberg y Austral

Soldado Svejk en Acantilado, Galaxia Gutenberg y Austral

El pedido desembarcó en mis confines hace un par de días, pero fue esta mañana cuando me metí en harina con ellos. Y me dije:

Regina, cielo, deja que se airee el bueno de Svejk, que falta le hace al mundo

Y finiquité la tarea. Al rato, mientras me afanaba yo en mis múltiples quehaceres libreros, entraron dos sexagenarios. Según supe luego, buscaban un regalo para Juanito, compañero de tardes de dominó en el centro de mayores del barrio al que acuden, y al que, por lo que cotilleé, le encanta leer:

Ciente 1: Yo, chico, no sé qué le gustará

Cliente 2: No te apures, Jacinto, si Juanito lo lee todo

C1: ¡Por eso, a saber qué no tiene!

C2: ¿Y qué tal el Premio Planeta, el del Sierra ese?

C1: Quita, quita, Tomás… ¿No le has oído despotricar contra él?

C2: La verdad es que no.

C1: ¡Si se puso como una fiera el día que se enteró!

C2: Ah. ¿Y el del Aramburu del que todos hablan?

C1: No, hombre, no, ése sí que se lo leyó ya. ¡Si a mí me lo prestó él!

C2: Madre mía, cuánto libro… no sé por dónde empezar

C1: ¡Anda, mira este de aquí, que lo hay en tres versiones!

C2: ¿Cuál?

C1: Las aventuras del buen soldado Svejk

C2: No lo conozco.

C1: Yo sí, lo leí hace mucho. Está ambientado en la Primera Guerra Mundial, y lo protagoniza un soldado tonto que desquicia a sus superiores.

C2: ¿Pero es bueno, te ríes?

C1: Mira, para que te hagas una idea: es como lo que hacía Gila con el casco y el teléfono, pero en libro y ambientado en Centroeuropa.

C2: ¿Cómo Gila? ¡No me digas! Pues a Juanito le encanta Gila…

C1: Mira, yo creo que le llevamos este, que seguro que no se lo espera. ¿Te parece?

C2: Vale, pero, ¿cuál le llevamos?

C1: Mmm, mejor este, que parece que se lee mejor

C2: Sí, creo que este no sé si tiene la letra más grande o hay más hueco entre líneas. Y con lo gordo que es cuanto más fácil y menos cansado de leer sea, pues mejor.

Y se llevaron el ejemplar en la edición de Galaxia Gutenberg envuelto para regalo.

Y a mí me encantó la biblioargucia de don “Jacinto” para vincular a Gila con la obra magna e inacabada de Hasek. Razón no le faltaba al caballero, todo sea dicho.

NOTA DE REGINA EXLIBRIS

Para quienes no conozcáis la novela, una de las grandes y más internacionales de toda la literatura checa, cuenta las andanzas de Josef Svejk, un bobalicón que logra alistarse para servir al Imperio Austrohúngaro en la Gran Guerra a pesar de que es un idiota consumado. Pero no uno cualquiera, no, hablamos de un ‘imbécil’ con certificado oficial y todo que, una vez embutido en su uniforme, desquicia al oficial más hierático con su estupidez simplona cargada, por otra parte, de lucidez frente al sinsentido bélico y la rigidez castrense. O, lo que es lo mismo, cientos de páginas de sátira inteligente para pulverizar la irracionalidad hecha hombre, intereses cruzados y guerra.

 

Y aquí va un pequeño Guiño a don Miguel Gila en “OIGA, ¿ES EL ENEMIGO?”, sin duda uno de sus monólogos antibelicistas más memorables.

Pero tanto si se os escapa alguna carcajada con el genio antibelicista de Gila, como si no es así, no lo dudéis y leer en algún momento Las Aventuras del buen soldado Svejk.

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