Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
ya sea entre anaqueles o travestida
en iRegina, su réplica digital

Si no vas a querer un libro… ¡No lo encargues!

Me ha vuelto a pasar. Aunque ocurre en uno de cada treinta encargos de clientes siempre hay alguien que, llegado el momento de pasarse a recoger un título cuya adquisición te encomendó, resulta que no lo quiere. ¡NO LO QUIERE! Y entonces el librero, ¿qué hace? ¿SE LO COME?

Es indignante, descortés y desconsiderado, queridos. Dejadme que os explique por qué.

Porque no hablamos ya del tiempo que uno tarda en tramitar el pedido, que puede oscilar entre quince minutos y un par de horas, según la rareza del ejemplar en cuestión, y en los gastos de envíos, y en todos los eslabones de la cadena humana que intervienen en un proceso que no llega a buen puerto por intervención divina ni telequinesis…

No, me refiero a que una vez que el libro entra en mis confines una de dos: o se lo lleva el cliente que me lo encargó y todos contentos, o me lo quedo yo en mi librería y, por tanto, lo pago yo-librera, yo, y entonces alegrías las justas. Las justas o ninguna, queridos.

Digo las justas o ninguna porque puede ser que se trate de un ejemplar ‘vendible’ o ‘de fondo’ en cuyo caso el daño a mis cuentas es relativo, pero muchas veces hablamos de un título que no voy a vender ni en un millón de años, motivo por el cual probablemente no estaba en mis baldas cuando el cliente se adentró en mis confines buscándolo.

Y como en este caso la dinámica del mercado editorial se impone, los proveedores se aseguran de dificultar mi rauda devolución a sus almacenes. Cada día que ese libro está en mi tienda pierdo dinero, así de simple. Total, que me como ése librito. Y el otro, y el otro, y el otro… Y al cabo de un tiempo cuelgo el cartel de cierre definitivo por simple indigestión.

Para colmo, de los supuestos posibles que explican el rechazo del libro solicitado días atrás (que haya perdido el interés o que se haya hecho con él bien comprándolo en otra librería, bien porque se lo hayan regalado en el lapso que va desde el encargo a mi llamada ejemplar en mano) hoy me he topado con el que me inmola el pelucón de pura rabia.

Transcribo conversación telefónica de hace unas horas:

Cliente: ¿Diga?Regina: Buenas tardes, le llamo de reginaexlibrislandia, la librería de XXXX.

C.: Ah, sí, qué pasa.

R.: Era para decirle que me acaba de llegar el ejemplar de Nunca fuimos reinas que me encargó hace una semana.

C.: ¿De qué librería dice que llama? es que lo encargué en tres distintas…. para asegurar.

R.: De Reginaexlibrislandia

C. ¡Ah, de ésa! Bueno, en cualquier caso ya lo compré…

Y ¡Clic! Me colgó.

La carga de desconsideración que entraña esa respuesta para conmigo y para con los otros libreros afectados es absolutamente escandalosa. Pensadlo un segundo:

¿De qué librería dice que llama? es que lo encargué en tres distintas…. para asegurar

Así aquí es donde yo me abalanzo como tantas otras veces a la balda de narrativa anglosajona en la que descansa el ejemplar de El corazón es un cazador solitario, de Carson McCullers, para desfogarme a párrafo limpio. Y recito a pleno pulmón:

«El médico aguardaba la aparición de la negra, de la terrible cólera como la de una bestia que surge en medio de la noche (…) Descendió a las profundidades hasta que finalmente no quedó más abismo. Tocó el sólido fondo de la desesperación, y se sintió algo aliviado»

A vosotros, queridos, ¿se os ocurre actuar así?

Sincerémonos todos… ¿encargasteis alguna vez un libro que, llegado el momento, rechazasteis? Si lo hicisteis, ¿por qué? ¿pensasteis cómo puede afectar eso al librero en cuestión?

NOTA DE REGINA EXLIBRIS: Aprovecho este mi ciber-púlpito librero para rogaros encarecidamente que, por favor, aviséis al librero de turno si cambiáis de idea con respecto a un libro que habéis encargado o si os hacéis con él por otro lado. Para entonces igual ya es tarde para el librero y el título está en camino, pero os aseguro que esa llamadita de cortesía hará que el afectado digiera un poco mejor el ejemplar que se tiene que tragar. ¡Gracias por adelantado en nombre del gremio en pleno!

57 comentarios

  1. Dice ser Hermes

    Sólo encargué un libro una vez. Fue «La Casa del Bosque» porque había leído «Las Nieblas de Avalon» y me había gustado. La librea donde pregunté se ofreció a pedírmelo, diciéndome que tardaría sobre una semana. Me ofrecí a dejar señal y no quizo aceptarla. Esto fue un martes. Al miércoles siguiente me llamó, que pasase cuando quisiera, que ya había llegado. Así que fui, lo pagué y me lo llevé. Todos felices. ^^

    27 agosto 2008 | 21:56

  2. Dice ser sandrita

    Que yo recuerde, no he rechazado un libro encargado. Pero si pasan muchos días y no recibo ninguna respuesta de la librería, entonces me voy a otra.No me parece mal dejar una paga y señal. Así os aseguráis. De todos modos, hay muchas librerías -y otros establecimientos- que lo hacen.

    28 agosto 2008 | 10:54

  3. Dice ser Green

    me gusta mucho tu blog Regina!sinceramente opino como la gran mayoria, deberias pedir una paga y señal. No acostumbro a encargar libros a menudo en las librerias pero me acuerdo que cuando era mas pequeña siempre habian problemas en la libreria de mi pueblo con los libros de texto o de lectura, nunca llegaban a tiempo y empezabas el curso sin ellos. Esto es lo que molesta a los clientes, que el librero se comprometa a algo y luego nada, hay demasiado incompetente suelto (no lo digo por ti ni mucho menos…)deberias planteartelo, al final sino el asunto no te va a salir rentable y dejaras de tomar encargos…

    28 agosto 2008 | 17:57

  4. Dice ser Oderfla

    ¡Qué bueno! Me gusta esa contención, esa educación indignada. La gente es así, en todos los ámbitos. Otro ejemplo: a lo largo de los años he podido comprobar que el porcentaje de personas que no acuede a una entrevista PERSONAL para un puesto de trabajo, así, sin más, sin llamar para cancelar la cita, aún habiéndoseles llamado previamente para reconfirmar y habiéndoseles proporcionado un número de teléfono para comunicar cualquier incidencia, se acerca al 50%. Es así. Gente es gente.

    31 agosto 2008 | 19:53

  5. Dice ser la cruz

    Pues a mí me ocurrió al revés: encargué un libro para leerlo durante mis vacaciones con un par de meses de adelanto, me dijeron en la librería que lo iban a pedir y me llamarían en una o dos semanas. Como no lo hicieron llamé yo, y no había llegado, y fui a la librería al mes y me dijeron que ya estaba pedido, que lo sentían, que me llamaban en unos días.El final: que de esto hace año y medio y no me llamaron, yo no lo compré en otro sitio por no dejarlo colgado.

    01 septiembre 2008 | 18:51

  6. Dice ser SAB

    Para los profanos en la materia:Las pequeñas librerías, aunque tengamos el almacén próximo, tenemos que esperar normalmente a que se llegue a un mínimo para realizar el envío o que al transportista le parezca que ya tiene suficientes bultos para tí para acercarse a dejarlos. No hay muchas distribuidoras eficientes y sí muchos cliente impacientes.

    02 septiembre 2008 | 19:00

  7. Dice ser Chema

    Regina, chica, tantos años en el negocio y no saber pedir una señal de 5 o 10 euros? Yo lo se por propia experiencia. Por que yo tengo un videoclub y la gente me encarga muchas cosas que luego no vienen a recoger. Hasta que ya me tocaron las narices y me tuve que poner a pedir señal. Si no, no se encarga nada. Pa que pa luego comermelo¿ Un videojuego que vale una pasta pido dinero y si luego no vienen a recogerlo pues eso que tienes. Y si luego da la casualidad de que lo vendes a otra persona, pues mira eso que ganas. Y me da igual que sea ilegal o legal, pero con tanto cabron (perdon por la palabra) que hay por ahi, tenemos que ser asi de bordes los tenderos. Espero que valga de ejemplo y que lo hagas y si no tendras tus valdas llenas de libros invendibles. Saludos.

    10 junio 2009 | 13:14

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