Lo que ha cambiado Schwarzenegger desde que es gobernador de la soleada California. Quién le iba a decir a él, una persona que ha estado sentada al banquete de la vida, que iba a convertirse en un ser obsesionado con la decencia y la silla eléctrica.
A lo mejor no recuerda sus años mozos, cuando ganaba un Mister Olimpia y temblaba el Misterio. Y es que el austriaco tenía dos formas muy sentidas de celebrar el título:
– Fumándose un buen trócolo…
– …O tocando unos acordes a la Mandolina (que debe ser la señora de la izquierda).
Pobre Jorge Sanz, lo que debió sufrir en el rodaje de «Conan»…