“Yo no estoy gordo, estoy fuerte”. Quién no habrá espetado esta frase alguna vez mientras una fémina le agarra una porción de michelín. Sí amigos, la diferencia entre la obesidad y la fortaleza es sólo una fina línea que muchas veces se diluye. Veamos, para que no haya dudas, dos ejemplos inequívocos de los conceptos “fuerte” y “gordo”:
Este chico está fuerte.
Este chico está gordo.
Miqui Puig estaba gordo…
…y, ahora, está fuerte.
No sé si habrá quedado claro…