El título de este post es el mismo que usa Quim Vila para su fiesta del vino que se celebra en Barcelona cada 2 años, coincidiendo con la feria Alimentaria de Barcelona. Pero hoy no vamos a hablar de esa fiesta.
Me manda César Javier Palacios, cuya curiosidad es tan grande como su conocimiento, una información sobre un estudio que ha hecho la universidad Heriot Watt, en el Reino Unido, según el cúal un 60% de las personas que participaron pudieron diferenciar el cambio en el sabor del vino dependiendo de la música que estaban escuchando.
Para los psicólogos
el sabor del Cabernet Sauvignon se destaca con música pesada y poderosa, mientras que el Chardonnay resalta con sonidos refrescantes y alegres.
Durante el experimento se tocó cuatro piezas con tipos de música muy diferentes:
Carmina Burana de Carl Orff era la opción «poderosa y pesada». Lo de poderosa lo entiendo fácil, lo de pesada me cuesta un poco más.
El Vals de las Flores, del ballet Cascanueces de Tchaikovsky la «refinada y delicada». Aquí no hay muchas dudas.
Just Can’t Get Enough interpretada por Nouvelle Vague se escogió como «alegre y refrescante» y Slow Breakdown por Michael Brook fue la opción «suave y apacible».
Un 40% calificó el vino blanco como «alegre y refrescante» cuando escuchó este tipo de música, pero apenas un 26% lo calificó como «suave y apacible» al escuchar esta categoría.
El vino tinto se destacó en un 25% con la música suave, pero un 60% con las tonadas «poderosas».
Previamente el profesor Adrian North realizó una investigación en supermercados en la que se sugiere que las personas son cinco veces más proclives a comprar vino francés si se utiliza música ambiental con acordeones. Pero si se toca música bávara, el vino alemán supera al francés por 2 a 1.
¿Tendremos que poner música de pasodobles o flamenco en los supermercados del mundo para vender más vino español?
Dentro de mi habitual escepticismo sobre estos estudios no deja de parecerme curioso y por eso lo traigo aquí. ¿Qué música asociáis vosotros con los vinos? ¿Es la misma para un Borgoña que para un Jumilla?
Y a la inversa, ¿qué os beberíais con jazz o con Los Secretos?