Sputnik Basket Time

Un blog de baloncesto, desde corta, media y larga distancia, que trata aquellos aspectos poco habituales cuando se habla del deporte de la canasta.

Baloncesto, música y Copa del Mundo

Gasol se hace un 'selfie' con sus seguidores

Pau Gasol se hace una foto con los voluntarios al término del partido ante Serbia. (Miguel Ángel Molina / EFE)

Acabada la primera fase de la Copa del Mundo, llega un parón para reflexionar y descansar. La reflexión es sencilla: Estados Unidos y España avanzan hacia una final programada, ambos equipos están sobradamente preparados para enfrentarse, su juego está muy por encima del resto. Solo un cataclismo podría evitar un encuentro con cuentas pendientes y voluntad de reivindicación. El resto de la competición consiste en aventurar quien ocupará terceros puestos o quien estará mejor preparado para partidos en que no hay espacio para el error. Puestos a elegir me quedo con Brasil como tercera opción. Así que a la espera de que se produzcan los cruces, es tiempo para distracciones. Propongo una sugerencia musical, el gran Jarekus Singleton.

Nacido en una familia de músicos relacionada con la iglesia de su pueblo natal, Jarekus Singleton (Clinton, Mississippi, 1984) estuvo inmerso en la música gospel desde niño. Jarekus comenzó a tocar guitarra a los nueve años. Sus influencias van desde la música de los tres Reyes (B.B. King, Albert King y Freddie King), como del guitarrista y cantante de blues Stevie Ray Vaughan, el rapero Jay-Z o el músico de country Brad Paisley. Jarekus jugó al baloncesto, apuntaba maneras de estrella y fue un jugador importante en la Universidad, hasta que una lesión le apartó de las canchas y le llevó a dedicarse completamente a la música. Pedagogía pura de los buenos ritmos, esos que de una forma contundente señalan que España tenga probablemente el mejor equipo de su historia. Así lo creo yo.

El speaker de Bilbao, las cheerleaders y el sexismo

En la Copa del Mundo de baloncesto se ha liado una polémica importante con un comentario que hizo el speaker de Bilbao durante el encuentro entre República Dominicana y Nueva Zelanda. Tras una actuación del grupo de animadoras o cheerleaders, Olías de Lima, que es también speaker oficial del Bilbao Basket, señaló por el micrófono: “Quién pudiera pasar una noche con una de ellas…”.

Cheerleaders

Las cheerleaders durante el partido del mundial 2014 que han disputado Senegal y Argentina en Sevilla. (EFE/Raúl Caro)

Según parece, a la FIBA (Federación Internacional de Baloncesto) el comentario no le hizo ni pito de gracia y el speaker fue despedido de manera fulminante. De Lima se disculpó en público por su comentario: “Comprendo que es una frase desafortunada, me arrepiento y lo siento si he podido herir la sensibilidad de cualquier mujer u hombre. No pretendía herir ni ofender a nadie”. Según comentó el speaker se contagió de la atmósfera creada por la canción que bailaban las cheerleaders, el tema de Enrique Iglesias Una noche loca incluye en la letra la siguiente afirmación: “me gustaría pasar una noche loca contigo”. Herir sensibilidades es un tema espinoso, sin duda, pero pensar que el comentario del speaker es lo que anima una percepción sexista de las cheerleaders tiene cierto grado de hipocresía.

Curiosamente, la tradición estadounidense de animación con baile y coreografía corresponde a un hombre. El 2 de noviembre de 1898 Johnny Campbell, estudiante de la Universidad de Minnesota se motivó para animar a su equipo y a la multitud. A partir de ahí surgió lo que hoy se ha normalizado, para algunos hombres, como una parte más del deporte. El profesor de cultura virtual de la Universidad de Nueva York Douglas Rushkoff señala en su libro Coerción. Por qué hacemos caso a lo que nos dicen (Editorial La Liebre de Marzo, 2001): “El espectáculo deportivo es uno de los últimos espacios públicos donde todavía se expresan prejuicios sexuales y raciales políticamente incorrectos. Jóvenes animadoras vestidas con muy poca ropa -tan poca como permite la ley- cobran por convertirse en el contrapunto de la fuerza bruta que exhiben los jugadores en el campo”.

En algunos países el cheerleading está considerado un deporte. Incluso hay competiciones internacionales de habilidades y acrobacias. En esos casos los grupos de coreografía están divididos por posiciones: voladora, base, cuidador y poste. En algunos clubes y equipos, además, las cheerleaders se encargan de hacer actos benéficos. El grupo que actuó en Bilbao, las Dreamcheers, no pertenecen a esta categoría. Ellas son las animadoras habituales del Fútbol Club Barcelona. En su página web, profusa en imágenes, explican: “La pasión por el deporte, la ilusión por los nuevos retos y una gran dosis de entrega y compromiso son las bases de nuestra filosofía”. En España hace años se copió el modelo de la NBA de animadoras para entretener al público durante un partido de baloncesto. En la NBA el último equipo en unirse al universo cheerleader fue Boston Celtics, que hasta 2006 no tuvo su propio grupo. En la ACB, la afición de Estudiantes dio la espalda al grupo de cheerleaders que el club intentó implantar hace años. No duraron ni un partido.

Efectivamente Olías de Lima estuvo desafortunado con su comentario, el tema de Enrique Iglesias junto con el baile de las Dreamcheers le jugó una mala pasada. Según parece, la “noche loca” a la que se refería la canción del hijo de Julio Iglesias tenía que ver con el partido entre República Dominicana y Nueva Zelanda. Pensar lo contrario es sexismo.


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Pau “Noche Positiva” Gasol

Carta 3 desde el Sputnik.
Pau Gasol hace un partidazo contra Brasil y ante la pregunta de una periodista sobre el espectáculo que acaba de dar en la cancha responde: “Ha sido una noche positiva”. Regala media sonrisa porque eso significa reconocimiento, pero también porque el exceso de alegría -personal y colectiva- sería un error. El inventor británico Graham Bell, señaló en una ocasión: “La noche es el momento más tranquilo para trabajar. Ayuda al pensamiento”. En un mundo deportivo habitado, en parte, por estrellatos cargados de postureos y pretensiones de grandeza, Pau es distinto. Su diferencia es la sensatez. Dentro y fuera de la cancha.

Mike D’Antoni viendo el partido se ha debido atragantar con las palomitas. El talento que ha desaprovechado en las dos últimas temporadas con el ex-jugador de los Lakers es para hacérselo mirar. En Chicago tienen que estar de fiesta: Pau pone tapones con las manos y los ojos, mueve los pies como un esgrimista, amenaza en medida distancia, anota triples con precisión y juega con serenidad y poderío cuando reivindica el poste bajo. No lo hace con semidesconocidos, sino frente a gente como Splitter, Nene o Varejao. Jugadores con caché NBA que saben de esto un rato. El jugador de Sant Boi está con ganas de reivindicarse en una Copa del Mundo que el equipo de Juan Antonio Orenga considera suya. España está fina en forma y fondo, parece que tiene muy claro su lugar y hay ganas de ir cerrando un ciclo excelente desde la solvencia y el buen oficio. Lógicamente faltan ajustes, para eso sirve la competición, pero la primera plana está enchufadísima. O eso parece.

Si un día se hace un monumento a Pau Gasol, la placa debería reseñar que es por sus méritos en la cancha, su buen hacer como jugador y su saber estar en todo momento y circunstancia. Algo que además hace desde el pensamiento. Concepto, desgraciadamente, poco habitual en nuestros días.

PD: Afortunadamente, Mediaset ha rectificado. Se pueden ver los partidos en directo a través de Mitele.

Pau Gasol ante Rafael Hettsheimeir (EFE).

Pau Gasol ante Rafael Hettsheimeir (EFE).

El baloncesto no será televisado

Carta 2 desde el Sputnik.

Queridos amigos,

La Copa del Mundo de baloncesto no se vivirá en España como un evento internacional y deportivo de enorme importancia por la patética cobertura televisiva que ha decidido realizar Mediaset, que tiene los derechos de emisión en nuestro país. Tan solo se retransmitirá en directo 13 de los 60 encuentros que se van a celebrar. Una cifra pírrica para un torneo de calidad como el que se celebra estos días en nuestro país, mucho más cuando nuestra selección es favorita y cuando el baloncesto ocupa un espacio importante en la sociedad. La noticia es un jarro de agua fría para aficionados, entornos y espectadores, también para varios jugadores de la selección que han expresado su indignación a través de las redes sociales.

En el Mundial (ahora Copa del Mundo) de 2006 celebrado en Japón, la cadena que tenía los derechos de emisión dedicó más de once horas diarias al torneo. Entonces, la dedicación de tiempo fue tal, que el Mundial generó un runrún cotidiano considerable. Delante de la pantalla se congregó una cantidad considerable de espectadores que vieron partidos buenos, malos y regulares. Con independencia del nivel (técnico-táctico) del espectador, la presencia televisiva generaba la sensación de gran evento, fidelizaba futuros aficionados y generaba conversaciones a pie de calle y de cancha. Ahora lo que nos toca, parace más (televisivamente hablando) una jornada de liga que una sensación de Copa del Mundo, con partidos a cara de perro, selecciones de baloncesto más o menos exótico y genialidades individuales por las que merece acoplarse en el sofá. Al contrario el sentimiento es que la vida sigue y al final del día hay baloncesto. Cuando sensorialmente debería ser al contrario.

Para colmo, en la inauguración televisiva del torneo entre España e Irán (90-60) en Cuatro, el aliento futbolero se ha notado en exceso a través de comentarios y promociones. Con independencia de si Falcao va a terminar o no en el Real Madrid de fútbol, sería deseable también que hubiera algo más de timing narrativo. Más allá de la enorme calidad de Antoni Daimiel, el equipo de comentaristas quedó algo flojo: Salgado hace ya tiempo que no juega en Bilbao, el poste alto no está donde el poste bajo y decir que tras una falta «lo que te pide el cuerpo es responder a la agresión» son errores que, en mi opinión, no deberían encajar en la pedagogía que requiere comentar partidos. No por ser quisquilloso, sino por ser rigurosos y serios.

Cuestiones que, como con los horarios, no se ajustan a lo que se espera de la cobertura de toda una Copa del Mundo de Baloncesto. Eso sí, como todo en la vida, hay mucho margen de mejora. Esperemos que así sea. Por el bien de nuestro baloncesto y de un torneo que puede ser histórico.

PD: En change.org hay una petición que lleva por título: «Que emitan todos los partidos del mundial de baloncesto por televisión y online». Merece la pena firmar, además el promotor es un aficionado de (mucha) calidad.

 

Sube la Copa, los músicos que hay en la cancha son excelentes

Carta 1 desde el Sputnik:

Queridos amigos,

La Copa del Mundo de Baloncesto ya está aquí. Auténtica canela en rama para los que amamos este deporte, por España van a desfilar algunos de los mejores jugadores de baloncesto del mundo. No están todos, pero la calidad de las listas de nombres y apellidos es considerable. Lo mejor es que algunas figuras han nacido por aquí cerca. El mundial será quizá la última oportunidad de ver juntos a una de las mejores generaciones del baloncesto español, esa que nos ha dado alegrías en los últimos años a cascoporro. Un equipo que además se consagró con la conjunción de elementos maravillosos (desde un punto de vista deportivo y ético) en aquel Mundial de Japón, y que luego nos regaló unos partidos fantásticos contra Estados Unidos en Pekín y Londres. Motivo evidente para que la primera notificación desde esta nave sea avisar que vamos a disfrutar en los próximos días de un espectáculo maravilloso, plagado de partidos, jugadas y jugadores interesantes. También de árbitros, crónicas, gradas y entornos que van a vivir una experiencia única.

Como todo gran evento, la Copa del Mundo tiene himno. Se trata de una canción de Huecco. Reconozco que el estilo no me va, pero también es cierto que la sintonía de los himnos oficiales no me va en general. Prefiero normalmente, especialmente en baloncesto, el ingenio sonoro de la grada. Así que si yo hubiera tenido que poner la música oficial del torneo habría elegido cualquier canción de Willie Colon: mover la cadera siempre es bueno, también en baloncesto. Puestos a pedir, también preferiría un mundial con la posibilidad de beber una cervecita o un buen vino, como oferta para disfrutar del espectáculo en directo. Como ocurre en la NBA o en países con menos voluntad castradora hacia el aficionado. Porque de lo que se trata es de disfrutar en vivo de un espectáculo.

Estos días lo que se juega es un concurso de habilidades técnicas y tácticas. También de inteligencia colectiva, resolución de problemas, estrategia e improvisación. Elementos que componen, con diferentes propuestas, la pantonera de equipos que van a jugar la Copa del Mundo, entre otros: Serbia, Francia, Brasil, Argentina, Filipinas (ojo a su afición que promete ruido y presencia), Puerto Rico, Grecia, Croacia, Turquía, Finlandia (ídem), Eslovenia, Lituania, Angola… además de Estados Unidos y España. Mucha tela individual, mucha jugada ensayada y mucha tensión competitiva. La perspectiva, desde cualquier lugar, es buena.

Yo apuesto por el cierre perfecto del círculo que se abrió en Lisboa en 1999 con los junior de oro, y que pasó por Japón, Madrid, Pekín, Polonia, Lituania y Londres en versión de primer equipo y podio asegurado. No soy en exceso partidario de nombrar favoritos, pero los Pau, Navarro, Marc, Sergio, Calderón, Ibaka, Rudy, Ricky, Felipe y compañía, son una barbaridad de buenos. Los mejores de la historia de nuestro baloncesto, que no es manco en trayectoria. Al contrario, los que van a jugar en nuestro país son los hijos putativos de aquellos que hace treinta años nos regalaron una madrugada de ensueño en Los Ángeles 1984. Entonces, llegar a la final era la fiesta de ver pasar a tu lado un baloncesto de parque de atracciones. Ahora ganar por puntos a Estados Unidos es posible.

Desde la grada o el sofá toca disfrutar, los músicos que hay en la cancha son excelentes.

Seguimos hablando, un saludo.

Despegamos

Entrenamiento de la selección en Granada (EFE).

Entrenamiento de la selección en Granada (EFE).

Al subir por primera vez a una nave espacial hay un momento antes de encender los motores en que inevitablemente se siente cierto vértigo. Ocurre algo parecido cuando se inicia un blog, en este caso para hablar desde, para, sobre el baloncesto. Además, las condiciones de vuelo a corta distancia son apasionantes: Copa del Mundo #Spain2014 a la vuelta de la esquina, con algunos de los mejores jugadores del mundo trashumando por nuestro país y vuelco informativo alrededor del deporte de la canasta. Un buen principio para la aventura.

Lo bueno de viajar en nave espacial es que la visión es amplia y la gravedad tiene un valor relativo. Elementos que serán característicos de lo que aquí hablemos, con voluntad de no dar exclusivamente resultados y marcadores, sino de atender a circunstancias poco habituales cuando se informa sobre el apasionante mundo del baloncesto y sus entornos. Además, la voluntad de este espacio será el de construirse como parte de una comunidad a la que están invitados aficionados, jugadores, entrenadores, árbitros y curiosos. Para compartir, comentar, criticar o aportar. Eso sí, siempre desde el buen tono y el trazo fino.

Yuri Gagarin (GTRES).

Yuri Gagarin (GTRES).

Yuri Gagarin fue el primer ser humano en viajar al espacio exterior, lo hizo a bordo de la nave Vostok1en 1961. Antes de dar el primer paso en el escalón que le conducía hacia las estrellas comentó:

Queridos amigos, conocidos y desconocidos, mis queridos compatriotas y a toda la humanidad, en los próximos y breves minutos posiblemente una nave espacial me lleve al distante espacio exterior del universo. ¿Qué puedo decirles durante estos últimos minutos antes de empezar? Toda mi vida se aparece ante mí en este único y hermoso momento.Todo lo que he hecho y he vivido ha sido para esto.

Sería exagerado expresar un sentimiento similar, desde Gagarin ha llovido mucho dentro y fuera de las canchas de baloncesto. En España, por ejemplo, pasamos de un baloncesto de cartilla de racionamiento famélico, a codearnos con los mejores en la zona donde se deciden los partidos. La calidad del basket que habitamos, laureado en los últimos años, es suprema. La idea es que este blog pueda estar a la altura, y eso sólo será posible con la ayuda de los lectores.

El momento ha llegado: Sputnik Basket Times inicia su viaje al baloncesto. Abróchense los cinturones: despegamos.