Por Edu Casado
Robin Lopez, sangrando profusamente por su ceja derecha (EFE).
Que los jugadores de la NBA lo dan todo es un hecho difícilmente contestable. Además, el baloncesto es un deporte de contacto y tiene sus peligros. Estamos hablando de tipos que superan los dos metros y los 100 kilogramos de peso, que se mueven velozmente en un espacio reducido.
Con estos ingredientes, a veces pasa lo que le ocurrió la pasada noche al pívot californiano de los New York Knicks Robin Lopez. Su equipo jugaba contra los Atlanta Hawks cuando en un ataque de su equipo y buscando la mejor posición para coger el rebote, sus 2.13 metros y 116 kilos de peso chocaron contra los 2.06 y 96 kilos de Kyle Korver. El problema es que chocaron cabeza contra cabeza.
El resultado, un espectacular corte en la ceja del jugador de origen cubano que mostró que, a veces, la NBA es cuestión de sangre y sudor.
El jugador tuvo que abandonar el partido y recibió seis puntos de sutura, aunque posteriormente regresó a la cancha. Él mismo se lo tomaba con humor después, en su cuenta de Twitter, donde hizo un símil navideño con su mala suerte: «Hoy me han visitado tres espíritus y he entendido el verdadero significado del Boxing Day»
Today I was visited by three Spirits & learned the true meaning of #BoxingDay #TipYourPostman #HappyBoxingDayAmerica pic.twitter.com/OIQS4jalZ7
— Robin Lopez (@rolopez42) diciembre 27, 2015
Os dejo con un ‘vine’ del choque. Duele sólo con verlo. Ouch.